Controvertidas, por decir lo menos, las actividades cotidianas de Nancy Obregón. Ex parlamentaria, trabajadora renunciante del Congreso y, desde siempre, agricultora de la coca en la selva peruana.
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Una mujer de armas tomar, protagonista de actos violentos que están al filo de la navaja y la desidia permanente. Grosera compulsiva. Las mierdas y los carajos son el pan de cada día, en contra de los reporteros y quien se le presente al frente para discutir. A la mala y con el pie en alto, como características esenciales.
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Incluso utilizó los puños contra sus adversarios. Sino recuerden el espectáculo enteramente deplorable que protagonizó en pleno hemiciclo del Congreso, con varias de sus compinches. Entre ellas: Elsa Malpartida, quien también fue congresista y ahora labora para el Estado.
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En esa oportunidad, donde se lesionó por completo la majestad del Parlamento Nacional de tal forma deplorable, un empleado de ese poder del estado terminó con la cara y la nariz dañada. Que barbaridad.
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Obregón calzaba muy bien con el Nacionalismo y el propio Humala en épocas del antisistema y la persistencia en la Gran Transformación, el primer y errado plan de gobierno de este partido. Pero ahora con la Hoja de Ruta que es la expresión de un acertado centro político, no sabemos que hace allí la señora. Definitivamente, ella sobra por completo en este conglomerado y en la vida política nacional.
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Un hecho comprobado es que el Presidente del Congreso, Daniel Abugattas Majluf, la protege. Por eso le dio trabajo cuando se le acabó la mamadera de ser parlamentaria. No sólo a ella, sino a su hija. Cierto es que esta última no tiene porque pagar los platos rotos de su madre.
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La clave es conocer si se cumplieron todos los requisitos laborales. Si es así, la señorita estaría bien con su puestecito. Pero si no fue así, esto es, definitivamente, criticable y a tomar medidas, señores parlamentarios, porque de truculencias la ciudadanía ya está cansada.
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La Obregón está en el violentismo y no en la democracia. Ella tiene la obligación de demostrar que, efectivamente, nada la une al terrorismo y tampoco existen relaciones comprometedoras con el narcotráfico.
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Por si acaso, su ex pareja, Fabio Chávez, tiene una denuncia de este tipo. La mujer del César debe ser transparente e inmaculada en actos que implican honestidad y no sólo parecerlo. Aunque con ese marido, pareciera imposible
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Desde el punto de vista político, lo declarado por Nancy Obregón sobre el Movadef, a quien apoya y dice que a ese movimiento se le debe dejar actuar, si que es completamente rechazable.
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Ese conglomerado peligrosísimo de fajardos y crespos, apellidos que no debemos olvidar de sus principales dirigentes con condenas probadas por delitos de terrorismo, es fachada inminente de Abimael Guzmán, del pensamiento Gonzalo y la propio subversión insana.Hay que decirles siempre NO. Por el bien del Perú.
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Ojalá que lo de la Universidad Católica se arregle por completo. Hay inclinaciones de las partes por la comprensión y la solución tanto de las autoridades encabezadas por el Rector Marcial Rubio Correa, como del propio Cardenal, Monseñor Juan Luis Cipriani Thorne
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De por medio está la comunidad universitaria con profesores brillantes y alumnos que se preparan para ser alguien en la vida recibiendo una educación consistente, plural y global. Ese es el mérito de la Católica. Su prestigio comprobado y su proyección efectiva.
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Hay un hecho que es meritorio. La intervención ponderada del flamante Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Monseñor Salvador Piñeiro Garcia Calderón, un cura realmente para sacarse el sombrero por su integridad. Las veces que ha opinado sobre el asunto lo ha hecho en forma constructiva. Eso ya es mucho pedir y, de por sí, aplaudible.
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En cuanto a la Conferencia Episcopal, la elección de Piñeiro ha significado, quiérase o no, la derrota de Cipriani y del Opus Dei en tal organismo. En efecto, de los 12 integrantes del grupo de trabajo para el periodo 2012-2015, sólo cinco provienen de la gestión anterior.
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Entre las salidas más saltantes figuran la del propio Cardenal que es Arzobispo de Lima, la del Obispo Prelado de Yauyos, Ricardo García y García, y la del Obispo de Chiclayo, Jesús Moliné. Los tres miembros conspicuos del Opus Dei, como organización vertical y sectaria. La gran perdedora de la última elección en el seno de los obispos peruanos.
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Para los entendidos en asuntos de la Iglesia, mucha significación tiene en contra de Cirpiani que el franciscano Adriano Tomassi, obispo auxiliar del Cárdenal, también quede afuera al igual que Rafael Escudero y Mario Busquets, ambos diocesanos.
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En la nueva estructura, ahora predominan quienes surgieron de canteras religiosas de los franciscanos y los agustinos sobre los obispos diocesanos, sacerdotes que no pertenecen a ninguna congregación.
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Los llamados religiosos ocupan dos terceras partes de los puestos en el Consejo, a diferencia del periodo anterior en el cual eran solamente un tercio. Esta recomposición que es evidente dio lugar al retorno de un representante jesuita al órgano ejecutivo de la Conferencia Episcopal. Se trata de Pedro Barreto, Arzobispo de Huancayo.
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El anterior diocesano en ocupar la Presidencia de la Conferencia fue José Dammert Bellido, entre los años 1990 y 1992, de clara inclinación hacia el progresismo. Lo sucedieron Augusto Vargas Alzamora, de la Compañía de Jesús que llegó a ser Cardenal, tirado hacia la derecha y defensor de Vargas Llosa en el proceso electoral de 1990 para parar la intromisión evangelista que estaba a lado de Fujimori, Luis Bambarén Gastelumendi de la misma congregación jesuita y Miguel Cabrejos.
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En épocas de Bambarén, la rivalidad con Cipriani se asentó al máximo. Ambos sacerdotes, con posiciones contrapuestas, el primero mirando hacia la izquierda y el segundo hacia la derecha, no se podían ver ni en pintura.
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Muchos que conocen a fondo a los dos dicen que hasta ahora persiste la disputa y ocurre lo mismo. Incluso que en reuniones por separado, el jesuita y el del Opus Dei se rajan copiosamente, inclusive con lisuras a las que son muy aficionados. Cigarrito de por medio porque dicen que Cipriani fuma. Bambarén no lo hace. Que tales curitas.
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Piñeiro Garcia Calderón es considerado como un veedor, facilitador y garante de los conflictos sociales. Por eso es que, precisamente, el sacerdote ha dicho, con claridad y sin esconder absolutamente nada, que “el conflicto de la Universidad Católica debió ser tratado internamente y que los temas difíciles de la Iglesia no deben llevarse a tribunales civiles”.
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No solo eso dijo. También fue enfático en señalar algo concreto. Que la Universidad Católica “nació en la Iglesia y debe ser un areópago moderno donde, en el diálogo con la cultura, no se olvide la fe".
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Esto no es precisamente lo que desea Cipriani. Para él tal centro de estudios debe ser vertical, viendo un lado del pensamiento, el del Opus Dei. Sin confrontación, ni intercambio de ideas Ni menos pluralidad. Hay pues diferencias entre Piñeiro y el Cárdenal. Claro que las hay y se notan nítidamente.
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Estas apreciaciones, las de Piñeiro que comentamos, de ninguna manera son un abrazo a Cipriani. Muy por el contrario, evidentemente que podría ser tomado como una critica profunda e, incluso, como una cachetada en contra del prelado del Opus Dei, conocido por sus inclinaciones fujimoristas.
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Por supuesto que nadie duda que a Cipriani le gusta la política, hace política y la ejerce bajo esos colores. Realmente una tremenda equivocación y de eso, de dicha actividad, debe olvidarse el Cardenal.
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Aunque difícil, muy difícil por sus posturas de este tipo desde tiempos remotos. Tal posición tan sui generis le hace daño, evidentemente, a la Iglesia. Los curas deben dedicarse a la religión y a sus obligaciones de fe. Tal es el pensamiento generalizado de gran parte de la ciudadanía peruana.
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En consecuencia, lo que hay que acabar, en el seno de la iglesia y sus organizaciones representativas, es el uso político de la religión al que acostumbra el Cardenal. Mientras tanto, se nota a las claras que hay dos visiones en la conducción del catolicismo en el Perú. La del Cardenal Cipriani y la del resto de obispos que no son del Opus Dei.
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El gran problema del prelado de la Iglesia Peruana es que no ha tenido, lamentablemente, la capacidad de separar sus opciones personales con su misión religiosa. Por ello, equivocadamente, ha utilizado repetidas veces el pulpito como tribuna partidaria, confundiendo, por completo, la predica con sus visiones particulares
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Para bien de la Iglesia, esa confusión y actitud equivocada deben acabar, de todas maneras, si queremos ser consecuentes y católicos de a verdad. Lo otro, seguir asi, es obviamente una confusión malsana.
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Juan Luis Cipriani quiso ser Presidente de la Conferencia Episcopal y se lanzó en pos del puesto. Felizmente no lo consiguió y esta vez tenemos al frente de la organización tan importante de la iglesia a un sacerdote equilibrado como es Piñeiro.
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Los Vicepresidentes del Consejo Permanente, que es el órgano ejecutivo de gobierno y asegura la continuidad del trabajo de la Conferencia Episcopal, son Pedro Barreto y Javier del Río.
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Mientras que el Secretario General es Lino Panizza. En Doctrina de la Fe está Norberto Strotman. El nuevo representante de la Costa es Miguel Cabrejos y Daniel Turley es de la Sierra. Gaetano Galbusera de la Selva. También se eligieron en cargos directivos a Juan Carlos Vera y Emiliano Cisneros.
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Mientras que el Presidente del Consejo Económico es Francisco Simón Piorno. Le deseamos a Piñeiro y su grupo directivo una acertada gestión en bien de la comunidad cristiana, sin ningún tipo de inclinaciones de ninguna clase.
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Como debe ser. Ejemplo vivo de Cristo y de la Iglesia al lado de todos, apoyando a los pobres, sin inclinaciones de ningún tipo . Los curas al pulpito, a servir a Dios y a la comunidad. Nada más. Pero tampoco nada menos. (Noé)