sábado, 20 de marzo de 2010

Tía María

HAY QUE CONCILIAR PARA
EFECTIVAMENTE GANAR



La oferta  es prometedora porque, por donde se le vea, significa desarrollo efectivo, mientras que las preocupaciones de la población son legítimas y evidentemente necesarias. Varias premisas importantes. Pero  la clave para el futuro  es una sola: conciliar para que ganen todos los peruanos.

No es difícil  porque es completamente posible compatibilizar la agricultura  con la minería como actividades propias y trascendentales de la humanidad, desde tiempos inmemoriales. Mas aún, cuando  existe la posibilidad de múltiples beneficios de bienestar y progreso.

Si se hace tendremos un importante proyecto minero de cobre en marcha con una inversión de más de mil millones de dólares en el distrito de Cocachacra que pertenece a la provincia de Islay, a aproximadamente dos horas de viaje desde la ciudad de Arequipa.

Allí en las laderas de una zona desértica estará la mina a tajo abierto que impulsa el proyecto de Southern Perú del Grupo México y que lleva un nombre familiar agradable y simpático: Tía María.

Pero para que ello sea posible necesario es, por exigencia de la ley,  que se realice próximamente una audiencia en que la empresa y la población den sus puntos de vista, sin actitudes hostiles. Menos violencia y dejando de lado posiciones de origen político superadas que siempre tienen objetivos oscuros.

Por estos hechos inauditos, que se recuerdan porque ocurrieron en el pasado,  ya se suspendió una reunión de este tipo y eso es lo que precisamente debe evitarse en el futuro. Que, realmente, queden atrás comportamientos similares. No nos llevan a nada positivo.



Tia Maria traerá progreso y bienestar.

Necesario es ver qué dice la empresa, cuál es su oferta, por un lado; y por otro, cuáles son las preocupaciones de la población con sus autoridades en el imponente valle de Tambo, amplia faja de terreno con una longitud de 60 kilómetros de múltiples cultivos de caña de azúcar, arroz, ají, frutales y productos de pan llevar, en una extensión gigantesca  de 10 mil hectáreas.

A lo largo de este valle hermoso y prometedor están ubicadas varias pequeñas ciudades costeñas de encanto especial que albergan, en su gran mayoría, a emprendedores peruanos duchos y hábiles en labrar la tierra. Como Cocachacra, lugar exacto de la mina, con una población de 9 mil 801 habitantes. Muy cerca, Punta de Bombón que tiene 6 mil 796. La última es Dean Valdivia, cuya capital es La Curva, con otras 6 mil 420 personas.

Esta zona se convertirá en minera dejando, eso si, intacta la agricultura. Así se tendrá un canon y regalía importante de 330 millones de soles para la región Arequipa y los gobiernos locales. Habrá un monto especial y directo para Cocachacra que asciende a 55 millones de soles, dieciocho veces más de lo que recibe a la fecha.

Los puestos de trabajo aumentarán considerablemente. En este caso habrá 3 mil ocupaciones nuevas durante el periodo de construcción y 650 permanentes. Los indirectos llegan a más de 3 mil. En total, de una y otra forma, las oportunidades son más de 6,650  Cifras nada despreciable, por supuesto.

De acuerdo a lo proyectado, La Tía se convertirá en promotora de otras actividades indirectas de bienes y servicios en sectores importantes de la economía, como son entre otros: el agrícola pesquero e industrial. Asimismo generará múltiples oportunidades de nuevos negocios y empresas relacionadas a la operación minera y su personal. Además,  se implementarán proyectos de inversión en beneficio de la comunidad.

Por su parte, los pobladores con razón y derecho porque no se puede negar que habrá en la zona un cambio u una transformación con el convencimiento que toda actividad genera determinado impacto, exigen precisiones en tres campos específicos: el agua  la agricultura y la protección del medio ambiente.

Para ser específicos, ellos teman quedarse sin el líquido elemento, por efectos de la actividad minera que lo requiere de todas maneras para sus operaciones. Lo que daría lugar al descalabro por completo de la agricultura.


El proyecto estará ubicado en la provincia de Islay.


Frente a ello, Southern asegura que protegerá, de todas maneras, el medio ambiente y recuerda que se utilizará la más moderna tecnología para extraer y procesar el mineral. No solo eso, sino que se utilizaran plataformas especiales que aíslen la producción del cobre de todo contacto con la superficie. No se generarán afluentes, ni relaves. Ni se producirán humos porque no habrá fundición.

En cuanto al uso de agua, hay tres opciones por escoger. La primera de ellas apunta a ser sacada, sin ningún problema, de la zona subterránea. Usar 7 millones de metros cúbicos (Mm3) al año de los 47 Mm3 que, actualmente, se pierden en el mar. Estos 47 Mm3 son el excedente de un reservorio ubicado en Tambo, cuya capacidad máxima de almacenamiento es de 161 metros cúbicos. Al extraerse para la minería, el volumen se mantendrá constante por la infiltración producto del riego de las hectáreas cultivadas del valle.

La segunda opción es construir la represa Paltiture que almacenaría 40 metros cúbicos de los cuales, 7 Mm3, serían utilizados por la Tía María y el saldo sería para beneficio de los agricultores. Sólo durante la edificación de la represa, la Tía usaría agua subterránea, de ser necesario.

Mientras que la tercera posibilidad es el uso del agua del mar. Ello obliga a tener una planta que quite la sal al agua, lo que tiene un costo muy elevado de construcción y operación. Hay algo más grave: afectaría, seriamente, los ingresos por canon que precisamente son para beneficio de toda la población.

Las cartas están sobre la mesa y las decisiones deben tomarse por el bien del país, teniendo en cuenta las exigencias de la población que son legítimas. Eso si, de ninguna manera, dejemos pasar esta oportunidad de inversión que es enteramente favorable para todos los peruanos.



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