La toma de la residencia del Embajador de Japón ocurrió inesperadamente y de un momento a otro, el 17 de diciembre de 1996 a las 8.10 de la noche, cuando se realizaba una recepción en honor del cumpleaños del Emperador de ese país, Akihito. Había alrededor de 600 personas.en la reunión realizada en esta bellísima casa, ubicada en el apacible y aristocrático distrito de San Isidro.
Catorce integrantes del MRTA descendieron de una ambulancia supuestamente de “Alerta Médica” estacionada cerca de la Embajada. Los integrantes eran: Néstor Cerpa Cartolini (a) “Camarada Evaristo”, Roly Rojas Fernández (a) “Árabe”, Eduardo Nicolás Cruz Sánchez (a) “Tito” Luz Dina Villoslada Rodríguez (a) “Gringa”, Alejandro Huamaní Contreras y Adolfo Trigoso Torres.
Asimismo, Víctor Luber Luis Cáceres Taboada, Ivan Meza Espíritu, Artemio Shigari Rosque, (a) Alex o Coné, Herma Luz Meléndez Cueva, (a) Cinthya, Bosco Honorato Salas Huamán, Víctor Salomón Peceros Pedraza y otros que hasta la fecha no han sido identificados.
Los rehenes sentados frente a la fuerza de las armas del terror
Ellos estaban armados con fusiles ametralladoras, lanza cohetes, pistolas, revólveres, granadas de mano, explosivos y máscaras antigas. En el local de la ONG de Capacitación Técnica Alemana, los terroristas abrieron un forado en la pared colindante con la residencia, utilizando fuertes cargas explosivas. Luego ingresaron por el enorme hueco, procedieron a reducir al personal de seguridad y tomaron como rehenes a todos los invitados.
Cuando nadie se lo esperaba, se sintieron balazos y disparos que al principio no se tenía idea de lo que efectivamente pasaba, hasta que irrumpieron los terroristas con Cerpa, dirigiendo el grupo. La tranquilidad y el sano esparcimiento de los comensales acabó por completo. Cundió, de inmediato y definitivamente, la inseguridad y también el miedo. No era para menos.
El proceso de negociaciones duró cuatro meses y cuatro días. Se inició una hora y veinte minutos después del asalto al ser liberadas 106 personas, en su mayoría mujeres de avanzada edad. Entre ellas, la madre y la hermana del ex-presidente Fujimori.
Los delincuentes, al mando de Néstor Cerpa Cartolini, exigieron el cambio de la política económica por un modelo de bienestar para la mayoría, la liberación de todos los presos del MRTA, traslado del comando que incursionó a la residencia junto con los presos que se liberarían, a la selva central y el pago de un impuesto de guerra.
Los invitados departían amablemente muchos de ellos con copas de tragos en la mano e iban a empezar a comer, con infinidad de platos de todo tipo. El bufete era realmente de primera, muy variado y suculento. Pero por lo que ocurrió inesperadamente, gran parte del menú se quedó en la mesa y, con el paso de los días se malogró por completo. No sirvió para nada, Además, el lugar había sido minado por los terroristas.
Entre los invitados había de todo. Gentes de renombre en diferentes campos de la vida nacional. El Canciller de la República, Francisco Tudela, otros ministros, altos funcionarios públicos, militares de los diferentes institutos armados y policiales con altos grados. Lo mismo que oficiales policiales que precisamente habían combatido el terrorismo.
Tres terroristas desalmados: al medio Cerpa Cartolini
No podían faltar, a una reunión de este tipo, los empresarios y los directivos de las diferentes organismos gremiales. Ni menos las familias japonesas que tienen negocios en el Perú. Sacerdotes de la talla de Juan Julio Witch, quien a pesar de haber sido liberado no aceptó y se quedó hasta el final., Sus arraigados principios cristianos lo obligaron a hacer eso, por supuesto que en forma enteramente admirable.
Directivos periodísticos de los principales medios de comunicación, periodistas vocales y representares del Poder Judicial. Los parlamentarios del Congreso de la República. Embajadores y diplomáticos de la Cancillería y de otros países. En fin, la crema y nata de la representatividad nacional y extranjera. Los terroristas los pusieron en jaque a todos.
PROPUESTAS
El segundo día de la captura fueron liberados los embajadores de Canadá, Alemania y Grecia, un diplomático peruano y el Agregado Cultural de Grecia. Además cuatro peruanos de avanzada edad. Hay una tregua, el 20 de diciembre, saliendo libres 38 personas. Entre ellas: los embajadores de Egipto, Corea del Sur y Brasil, El Alcalde del Callao, Alex Kouri, Alejandro Toledo y el Congresista Javier Diez Canseco Cisneros.
Este último afirmó que se había suspendido la conversación con los emerretistas, quienes daban hasta el medio día plazo para que los efectivos policiales se retirasen a una distancia de 100 metros a la redonda, de lo contrario, amenazaron asesinar a un rehén.
Los medios de comunicación informaron que el Presidente Fujimori estudió la posibilidad de indultar a 30 ó 40 militantes del MRTA con el fin de avanzar a una solución, quienes serán canjeados por un número igual o mayor de rehenes. La lista estaría conformada por emerretistas que no hubieran cometido homicidios y cuyas condenas se cumplirían en los tres o cuatro años.
Paralelamente, la comisión negociadora ofreció a los emerretistas un avión para que abandonen el país, evitando así un enfrentamiento de resultados sorprendentes. Por su parte, los terroristas plantearon la liberación selectiva de los presos de su organización, exigiendo la excarcelación de los sediciosos recluidos en el penal de Yanamayo y en la Base Naval del Callao.
LIBERACIONES
El 21de diciembre, un canal de televisión local, logró conversar con Cerpa, quien anunció que liberarían a más rehenes. Pero mantendrían como prisioneros a las personalidades involucradas con el Gobierno.
Fujimori, en mensaje a la nación, señaló que su gobierno no estaba dispuesto a aceptar la fuerza de un comando terrorista sobre 23 millones de personas. Que no se podía hablar de paz ni de acuerdo, mientras se utilizaba el terror como principal elemento.
No obstante, fueron liberados 225 rehenes el 22 de diciembre. Entre ellos: tres embajadores, empresarios, economistas y el ex Ministro de Trabajo, Eduardo Saberbein, quien leyó un acuerdo en que los terroristas se negaban a deponer las armas.
El Congresista Fernando Olivera Vega, del Frente Independiente Moralizador (FIM), informó que Cuba podría ofrecer asilo político a los subversivos. El 24 de diciembre, víspera de Pascua, fue liberado el Embajador de Uruguay, Tabaré Bocalandro.
Monseñor Cipriani ingresó por primera vez a la residencia el 25 de diciembre. Logró la liberación del primer secretario de la Embajada de Japón Kenji Hirala. Al día siguiente fue liberado el Embajador de Guatemala, en reconocimiento al Acuerdo de Paz que firmaron los subversivos y el gobierno guatemalteco.
El 28 de diciembre ocurrió la liberación de 20 rehenes más entre los que figuraban embajadores, dos ministros, cinco congresistas, magistrados de la Corte Suprema, funcionarios estatales y jefes militares.
Cipriani, Minning y Palermo sostuvieron una reunión con los del MRTA y luego se liberaron a cuatro rehenes más. Entre ellos al Presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), Juan Enrique Pendavis, quien anunció que los emerretistas soltarían a 20 personas más. Dos capturados salen el último día del año 1996 y, en Año Nuevo, lo hicieron siete más, cuatro de ellos de nacionalidad japonesa.
Las liberaciones parecen haber abierto el camino para una solución negociada que hasta el momento se había estancado. Sin embargo, Cerpa insistió en su pedido inicial de liberación de más de 400 emerretistas presos.
La liberacion de la Embajada es una realidad
Palermo propuso llevar a cabo las negociaciones con la ayuda de una Comisión de Garantes, pues el MRTA no aceptaba dialogar hasta que se tomara algunas decisiones con respecto a los subversivos presos. Cerpa la aceptó pero solicitó la incorporación de dos representantes extranjeros, admitiendo por primera vez que su demanda de liberación de los terroristas presos es un punto negociable.
Hacia finales de enero, creció la tensión por la rigidez en los pronunciamientos del Gobierno peruano y del grupo terrorista. Inclusive se realizaron maniobras de la policía con vuelos nocturnos de helicópteros y música estridente durante el día. Los sediciosos respondieron con disparos. Para entonces quedaban 72 rehenes.
Ocho reuniones se llevaron en febrero entre los representantes del Gobierno y los del MRTA, en algunas de las cuales participó Cerpa. A inicios de marzo, Fujimori visitó la República Dominicana y Cuba, con el fin de indagar lugares que podrían recibir a los subversivos.
Por su parte, Cerpa anunció la suspensión de las conversaciones con el Gobierno al descubrir que las fuerzas del orden estaban cavando un túnel para ingresar violentamente a la Embajada. Era el 6 de marzo de 1997.
Sin embargo, seis días después, una reunión se sostuvo entre el interlocutor del Gobierno y los representantes del MRTA. Al día siguiente, la Comisión de Garantes habló con Cerpa y con Rojas para intentar flexibilizar la posición del grupo armado.
La Comisión de Garantes formuló un llamado al Gobierno y al MRTA. Monseñor Cipriani afirmó: “nuestro limite está llegando a un posible punto final”. Cerpa no acogió la idea de un asilo en Cuba e insistió en la liberación de sus camaradas. Asimismo suspendió, otra vez, el diálogo, acusando a las fuerzas del orden de preparar una incursión mediante un túnel.
Lo cierto es que paralelamente se desarrolló un plan militar para rescatar a los rehenes. Para ello, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas encargó al Jefe de la División de Fuerzas Especiales del Ejército, General Augusto Jaime Patiño, la elaboración de dicho operativo.
El General José Williams Zapata, por encargo de Patiño, diseñó el plan de operaciones “Nipón 96" y posteriormente se encargó de dirigir al grupo de 143 comandos conocido como “patrulla tenaz” que finalmente tomaría la residencia.
De acuerdo a lo referido por Williams, en la operación se empleó la táctica conocida como “tiro instintivo selectivo” consistente en efectuar tres disparos en dos segundos a las partes vitales del adversario y, posteriormente, tirar a la cabeza para asegurarse que éste quede fuera de combate.
La parte de inteligencia fue trabajada de modo separado por el SIN por encargo del Presidente Fujimori. Las labores en esta especialidad estuvieron dirigidas por Vladimiro Montesinos, quien delegó, al entonces Comandante Roberto Huamán Azcurra, las labores de exploración de información, la construcción de la réplica de la residencia y la toma de fotografías y filmación del rescate. Al Coronel Jesús Zamudio Aliaga se le encargó la construcción de los túneles de ingreso a la residencia y la seguridad en las casas aledañas.
A las 3.27 de la tarde del 22 de abril de 1997, se inició el operativo de rescate Chavín de Huantar. Para ello el rehén y Almirante de la Marina, Luis Giampietri Rojas, hoy Primer Vicepresidente de la República, comunicó a través de uno de los micrófonos ocultos el mensaje de que estaban dadas las condiciones para la intervención
Trece de los terroristas estaban en el primer piso y uno de ellos en el segundo. Mientras que los rehenes habían retirado los pestillos de la puerta de una de las habitaciones del segundo piso que daba acceso a la terraza.
La orden de intervención la dio el entonces Presidente Fujimori. Los encargados procedieron, de inmediato, a detonar las cargas explosivas colocadas debajo de la sala comedor de la residencia japonesa donde, en ese momento, los emerretistas jugaban un partido de fulbito.
La detonación fue la señal para que los ocho equipos que conformaban los grupos “Alfa” y “Delta” ingresaran a la residencia a efectos de dominar por completo su zona de responsabilidad.
EL RESCATE
La acción militar desarrollada logró el exitoso rescate de 71 rehenes, el que fue logrado con escasas bajas. Sin embargo, fallecieron el magistrado Carlos Giusti Acuña, El Comandante Juan Alfonso Valer Sandoval y el Teniente Gustavo Jiménez Chávez. Murieron también los l4 emerretistas.
De acuerdo con la información oficial, los subversivos fueron abatidos al enfrentarse a los efectivos militares. Resultaron heridos, asimismo, 14 miembros de las fuerzas del orden y 8 rehenes.
Sin embargo, en el año 2001, Hidetaka Ogura, Primer Secretario de la Embajada de Japón, envió una carta a las autoridades judiciales en la que señaló que al salir de la residencia mientras era rescatado, pudo ver a tres terroristas con vida, quienes habrían sido ejecutados extrajudicialmente.
El comando militar que venció al terror.
Producto de este testimonio, los familiares de Eduardo Nicolás Cruz Sánchez (a) Tito, Víctor Salomón Peceros Pedraza y Herma Luz Meléndez Cueva (a) Cinthia presentaron una denuncia penal contra Fujimori, Montesinos, Hermoza Ríos, Julio Salazar Monroe y otros por el delito de homicidio calificado. Nunca se ha aclarado con precisión si estas ejecuciones ocurrieron y la investigación judicial correspondiente, hasta ahora, no ha terminado. Por tanto aún no se ha dictado sentencia.
La toma de la Embajada del Japón también fue otra barbaridad de los terroristas que mostraron violencia y ferocidad al máximo y que puso en jaque varios meses al Perú y a personas que realmente no tenían porque sufrir este tipo de cautiverios.
Lo de la Embajada del Japón fue terrible. Todo Lima vivio en ascuas. Como habrán estado los rehenes adentro con esos desalmados. Admiro al Padre Witch por su actitud. Carlos Febres
ResponderEliminarEl Almirante Giampietri cumplió un papel clave. Actuó muy bien. Se comunicó con el exterior y colaboró para que el rescate sea como fue. Le debemos mucho. Carlos Cuadros
ResponderEliminarCerpa Cartolini era un criminal. Me impresionó cuando se enfrentó con el Embajador de Bolvia que protestó valientemente porque se habia atacado a su pais. Este terrorista a cada rato amenazaba con matar a los rehenes. No tiene nombre lo que hizo.
ResponderEliminarAquí Montesinos y Fujimori quisieron ganarse todo a su favor. Cuando los que pusieron el pecho al frente fueron los del Ejército con sus planes y estrategias. Eso hay que tenerlo presente. ¿Por qué la gente siempre quiere ganarse avemarías ajenas? Abel Araujo
ResponderEliminarLo de Chavín de Huantar si fue exitoso. Una pena las muertes del magistrado y los militares valerosos. Realmente se salvaron muchas vidas que no tenian ningun derecho de morir en manos de los terroristas.
ResponderEliminardesde mi punto de vista creo que no se tiene que dar meritos a nadie el cual me parece que seria una cuestion de que el gobierno implante un metodo de concientizacion en toda la gente y mas aun a la gente que engrosa estos grupos rebeldes que en parte hacen daño a un sector del pueblo crear una estrategia muy inteligente donde no se tenga que usar la violencia ni las armas para que estos tipos no sigan con sus actividades terroristas lo unico que quieeren es el poder pero no con esa actitud depende del jefe de estado para solucionar esta peste
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