Hay un conglomerado de contradicciones insólitas en el comportamiento público del actual Presidente del Poder Judicial, Javier Villa Stein, que realmente merece analizarse y por supuesto rechazarse porque, evidentemente, no se sabe lo que efectivamente persigue.
Hace poco, sin tener en cuenta la majestad del Poder Legislativo y tampoco del alto cargo que ejerce, este personaje soltó una frase relacionada con los malos manejos existentes en el país que dejó lelos y turulatos a todos: ¡ la lucha contra la corrupción no se puede hacer con mariconadas, sino con hombría suficiente y no voy a replegarme. ¿Se tomó un pisquito o varios tan ilustre personaje? Y, zuácate, se le soltó la lengua.
No olvidemos que lo dijo ante los miembros de la Comisión de Fiscalización del Congreso a la que concurrió ejerciendo el cargo de Presidente de la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción, tras quejarse por la inasistencia de sus miembros.
Javier Villa Stein.
Entre ellos: el Alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, que envía a su delegado; y el Presidente del Tribunal Constitucional (TC), que simplemente renunció al ente que entró en funciones en febrero del presente año.
El desatino total y evidente es haber utilizado tales palabrejas que nada tiene que ver con el esencial objetivo de analizar la deshonestidad existente en el país.
Ahí, precisamente ahí, están las mujeres que, desde este singular y equivocado punto de vista, están excluidas de inmediato y por ende no pueden participar en este debate. Partiendo de un hecho concreto y elemental, ellas no pueden tener “mariconadas”. Sino, se supone con el mismo raciocinio, feminidades. Algo más, de acuerdo al pensamiento villano, las féminas por su naturaleza tampoco cuentan con “la hombría suficiente”.
¿Y LAS MUJERES?
Siguiendo con la deducción, la misión de las del sexo débil es opuesta. Lo contrario, ergo, a "la mariconada”. Entonces, esta virtud que salió a luz de boca de tal personaje, no la pueden tener las mujeres. Ellas no son hombres. Esto, precisamente, es una cuestión del sexo fuerte.
Las antagónicas, en cuestión, son las mujeres que no pueden intervenir en la lucha. Que dirá, por sacar un ejemplo, la doctora Martha Hildebrandt, una mujer lúcida y de positivos logros intelectuales.
Martha Hildebrandt debe opinar.
Asimismo, La Ministra de Economía, Mercedes Araoz, de capacidades que nadie le niega. Pero con más razón, las mujeres poco conocidas y por conocer. Las anónimas de este país que tanto aportan.
Es decir, Las comunes y corrientes que no sabemos su nombre y apellido. Pero que son tan importantes como las que si figuran. Mujer es mujer y todas valen. Nada tienen que ver en este asunto tan trascendental de la vida nacional. Nada pueden hacer. El análisis y resultado directo, como respuesta inmediata, esto no es nada justo, ni menos real.
De un plumazo por boca del mismísimo Presidente del Poder Judicial, el sexo femenino está excluido de participar en esta lucha tan necesaria, contra uno de los flagelos que tanto nos hace daño.
Qué dirá María Elena Moyano, que en vida si tenía coraje, desde el mas allá. Tantas otras. El género femenino que, efectivamente, aporta en la vida nacional. Qué pena, ya no pueden actuar contra la corrupción.
Maria Elena Moyano no reiría por estas insólitas declaraciones.
Nos encontramos con una valla muy grande. Una pared levantada hacia arriba imposible de escalar. Las mujeres del Perú no pueden aportar porque no pueden "dejarse de mariconadas y no tienen la hombría suficiente". Claro que pueden señor Villa Stein.
INDEPENDENCIA
Le pedimos al magistrado, encarecidamente, quée precise. Estamos seguros que nos podrá ayudar en esta lucha que necesitemos más temprano que tarde. La exclusión de frenton es una barbaridad.
Lo cierto es que, efectivamente y como premisa elemental, la expresión es una vulgaridad totalmente fuera de foco. Quizás, el Presidente del Poder Judicial abarque otras posibilidades y excluya a alguien más. En fín, todo es posible en la villa del señor.
La cosa se pone más oscura, incongruente y rechazable cuando el doctor Villa Stein, da a conocer sus ambiciones personales y encontramos que quiere ser candidato a la Presidencia de la República.
¿Puede serlo un hombre cuando ni siquiera tiene precisadas las cuestiones elementales de género? ¿O el mismo respeto al sexo débil tan necesario en una sociedad congruente con el siglo XXI?
Sale, habla tonterías levanta la mano pone la V en actitud de candidato. Pero aclara sólo hago la V de mi apellido. Está haciendo política de una manera particular y ridícula. Pero lo graves es que le esta quitando al Poder Judicial con todos sus problemas y fracasos, pocas posibilidades y rechazo casi total de la población, lo que precisamente necesita para resurgir: INDEPENDENCIA.
Sin embargo, los peruanos se lo permitimos y el sigue en el cargo de representar, no se olviden, a un poder del estado, uno de los más importantes para la vida nacional. El que administra justicia para todos. ¿Lo hace?
La obligación es que renuncie por el bien del país y si quiere se dedique a la vida política. Allí recibirá el rechazo general y decidido del pueblo. Como debe ser y como signo de que la democracia se refuerza. No hay otro camino. ¿Estamos o no estamos?
Señor VillaStein váyasae a su casa. No de verguenza. Usted no representa a nadie. Lo que hace en el Poder Judicial no es lo que esperan los peruanos. Juan Villanueva
ResponderEliminarQue verguenza de declaraciones. No son las esperadas de un padre de la patria. Que tal discriminación al sexo femenino. Cuando las mujeres valen tanto.Una mujer con coraje
ResponderEliminar¡¿Por qué tanto encono con Villa Stein? se equivoco,pues, pero tiene derecho a ser candidato. No le quitemos la oportunidad. Jesus Hernández.
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