El sábado 2 de Diciembre de
1939, el comodoro Harwood (en la Marina comodoro es un capitán de navío que
manda más de tres barcos), Comandante de la División de América del Sur se
encontraba al bordo del Ajax, en Port Stanley (Islas Malvinas). El Exeter, al
mando del Comandante Bell, estaba anclado junto al Ajax.
Este último mandado por el
Comandante Woodhouse había permanecido inactivo, durante cierto tiempo, debido
a algunas reparaciones, pero en aquellos momentos estaba a apunto de zarpar,
dejando en la rada al Exeter, cuyas obras de reparación no habían sido
ultimadas todavía.
Las otras dos unidades de la
División de Harwood se hallaban más al Norte. El Cuberland al mando del
Comandante Fallowfield, se encontraba a la altura del Río de la Plata y el
Achilles, al mando de Parry, a la de Río de Janeiro.
Buque que inspiró desde respeto hasta miedo..
Buque que inspiró desde respeto hasta miedo..
CONJETURAS
Las últimas noticias que había
recibido Harwood del Graf Spee se remontaban a diecisiete días antes, al 15 de
Noviembre, fecha en que había hundido el Africa Shell en aguas de Madagascar.
Aún suponiendo que la unidad alemana navegara a poca velocidad para ahorrar
combustible, en aquel momento podía hallarse en un punto cualquiera, situado
dentro de un círculo de 600 millas cuyo centro fuese Madagascar.
Por consiguiente, Harwood debía
limitarse a hacer conjeturas respecto al punto en el que pudiera encontrarse el
Graf Spee. Sabía que las rutas de navegación que unían Río de la Plata y Río de
Janeiro con Inglaterra constituirían una tentación muy fuerte para el acorazado
alemán. Suponía también que, siendo el 8
de Diciembre el 25 aniversario de la Batalla de las Islas Malvinas en la que
una escuadra inglesa había hundido una escuadra de cruceros alemanes mandada
precisamente por el Almirante Graf von Spee durante la Primera Guerra Mundial,
el Graf Spee intentaría vengar aquella derrota atacando Port Stanley.
COMBUSTIBLE
El abastecimiento de
combustible para sus cuatro cruceros constituía una preocupación constante para
el comodoro Harwood, ya que, según la legislación internacional, cada buque
solo podía entrar en un puerto en una de las tres repúblicas neutrales:
Argentina, Uruguay y Brasil, una vez cada tres meses. Por fortuna, las visitas
amistosas que había hecho a estos países en tiempos de paz estaban produciendo
sus frutos en aquellos momentos, pues los tres gobiernos neutrales estaban
dispuestos a cerrar los ojos y no aplicar de forma literal las disposiciones
internacionales.
Sin noticias recientes de
las actividades del Graf Spee, Harwood poco podía hacer. Pero puesto que el
Cumberland debía ser reparado urgentemente en Port Stanley, Harwood ordenó que
el buque pusiera proa al Sur y se reuniera el 7 de Diciembre con el Exeter, a
fin de que durante dos días-antes de comenzar la revisión del Cumberland- ambos
barcos llevasen a cabo una descubierta en torno a Las Malvinas.
Al atardecer del 2 de
Diciembre zarpó el Ajax, llevando a bordo a Harwood, rumbo al Rio de la Plata
donde sustituiría al Cumberland. Pero al cabo de, menos de una hora de haber
levado anclas, se recibió un mensaje cifrado del Almirantazgo que informaba al
comodoro de que el Doric Star había sido atacado por un navío de guerra alemán
al sudoeste de Santa Elena, a más de 3000 millas de distancia de cualquiera de
los puntos vitales de la costa de América del Sur.
El Achilles visto desde el Ajax
El Achilles visto desde el Ajax
MENSAJE
Antes del amanecer del día
siguiente, 3 de Diciembre, Harwood recibió otro mensaje: un buque no
identificado, se trataba del Tairoa, había sufrido un ataque similar a 170
millas del punto en que había sido hundido el Doric Star.
Mientras los especialistas
calculaban la posición del navío alemán y facilitaban las distancias que
eparaban su última posición conocida de Río de Janeiro, Río de la Plata y las
islas Malvinas, Harwood evaluó la velocidad del buque enemigo, teniendo en
cuenta el tiempo y la distancia entre una y otra presa. El comodoro inglés
determinó la velocidad en 15 nudos y trazó sobre un papel un dibujo esquemático
en el cual aparecían las fechas en que el navío alemán podría alcanzar las
zonas vitales cuya protección le estaba encomendada.
Según sus cálculos, era
factible que llegase a Río de Janeiro a primeras horas del dia 13 y a las
Malvinas el 14. En realidad, la velocidad de crucero del Graf Spee era de 22 nudos.
Pero debido a varias circunstancias-entre ellas el retraso causado por el
hundimiento de otro buque- su velocidad media fue en aquellos días de 15 nudos
exactamente.
HACIA
RIO DE LA PLATA
Conjugando informaciones y
deducciones, Harwood tenía que adivinar cuál de las zonas vitales elegirían
los alemanes. La verdad es que no podía hacer sino concentrar sus cruceros en
una de ellas y hacer frente, por lo tanto a una sola eventualidad, ya que Río
de Janeiro distaba mil millas de Río de la Plata y esta zona otras mil de las
islas Malvinas.
Harwood se decidió por el
Río de la Plata y ordenó que los Ajax, Achilles y Exeter se reunieran en dicho
lugar el 10 de Diciembre, mientras el Cumberland permanecía en Las Malvinas
para la prosecución de los trabajos de revisión, pero alerta por si se producía
una llamada.
El comodoro tenia que
esperar que transcurrieran diez días para saber si estaba en lo cierto con sus
previsiones. Durante aquellos diez días, el Graf Spee podía alejarse de América
del Sur y atacar en las Indias Occidentales o doblar el Cabo de Buena Esperanza
y efectuar sus incursiones en el Indico. O navegar hasta las Canarias y Africa
Septentrional. O bien descender hasta
los hielos del Antártico y esperar.
Para un profano, y dada la
relación númerica de tres barcos contra uno, en caso de producirse un
enfrentamiento naval, todas las posibilidades estarían a favor de Harwood. Pero
en realidad no era así.
Pintura sobre la batalla de Río de la Plata.
Pintura sobre la batalla de Río de la Plata.
BLINDAJE
Aunque cuando se botó el
Graf Spee Alemania no podía constituir buques de guerra de desplazamiento
superior a las 10 mil toneladas, lo cierto es que el Graf Spee desplazaba 12
mil y además era un barco de concepcion revolucionaria: el casco estaba
soldado, los motores alternativos Diesel le permitían navegar a 26 nudos y
poseía una autonomía de 12 mil 500 millas.
Las partes vulnerables del
casco y de la superestructura se hallaban protegidas por un blindaje de casi 14
centímetros de grosor. Montaba seis cañones de 280 mm, dispuestos en dos torres
triples que disparaban proyectiles de 304 kg, con un alcance máximo de 28 km.
Incluso el armamento secundario, compuesto por ocho cañones de 150 mm, podía
competir ventajosamente con las piezas artilleras principales del Ajax y el
Achilles.
Estas unidades inglesas disponían de ocho cañones
de 152 mm que disparaban proyectiles de 50.8 kg con un alcance máximo de 22 km.
Sólo un disparo muy afortunado con proyectiles de este calibre podía dañar de
modo sensible el blindaje del Graf Spee.
RADARES
El Exeter podía haber
dispuesto de ocho cañones de 203 mm, con un alcance máximo de 24 km, pero,
según las restricciones impuestas por las normas internacionales, sólo contaba
con seis bocas de fuego en lugar de las ocho proyectadas. Los tres buques
llevaban un avión, pero carecían de radar. El acorazado alemán estaba dotado
con un tipo de radar que determinaba distancias, pero su eficacia era muy
escasa, por lo que no se empleaba en combate.
Por consiguiente, aún
enfrentándose con los tres buques a la vez, Langsdorff, el comandante alemán,
no tenía motivos para sentir temor, ya que el Graf Spee podía entablar batalla
a 17 millas de distancia, mientras que el alcance del armamento del Ajax y el
Achilles no superaba las 9 millas. El único aspecto desfavorable estribaba en
que un disparo afortunado de la artillería del Exeter pudiera perforar el blindaje del barco
alemán.
En el supuesto de entablar
combate con un crucero dotado de cañones de 203 mm y con uno o más con cañones
de 152 mm, como es el caso de los buques de Harwood, el Graf Spee debía
mantenerse lo más alejado posible de los barcos enemigos, los cuales no podían
acortar distancias a un ritmo superior a los 6-7 nudos y concentrar el fuego de
sus torres principales sobre la unidad que constituyese la mayor amenaza. En
este caso, el crucero con piezas de 203 mm hasta ponerla fuera de combate.
CAÑONES
Esto era lo que esperaba el
Comandante en Jefe de la Marina,
Almirante Raeder. Así Langsdorff aprovecharía el punto a su favor más
importante, el superior alcance de sus cañones para eliminar al único buque potencialmente
peligroso para el Graf Spee.
Harwood también fundamentaba
su acción en procedimientos tácticos básicos como el de concentrar en un solo
grupo naval todas sus unidades. Después podía optar en dos soluciones: atacar
con rapidez, preocupándose sólo de
reducir la distancia, cuanto antes, gracias a la única ventaja con que contaba
frente al acorazado alemán, es decir, los 6-7 nudos más de velocidad de sus
barcos, o bien, tratar de seguir como una sombra al corsario, procurando
permanecer fuera del alcance de sus cañones y aguardar hasta que llegasen
refuerzos a la zona.
NAVEGANDO
Habiendo capturado algunos
documentos que indicaban la ruta que seguían los mercantes ingleses que salían
de Río de la Plata, Langsdorff navegaba al amanecer del 13 de Diciembre por
esta ruta, esperando hallar en su camino alguna presa. Había decidido que si no
encontraba ninguna, aquella tarde viraría en redondo, cruzaría el Atlántico y
se dirigiría a las costas occidentales del Africa. A las primeras luces del
alba, el navío alemán navegaba a 15 nudos.
El Ajax, el Achilles y el
Exeter navegaban a 14 nudos trazando amplios zigzag. El día anterior, en un
breve radiomensaje, Harwood había dado a los comandantes de los tres buques las
disposiciones necesarias para la eventualidad de un encuentro con el Graf Spee.
El mensaje empleaba con las palabras “Lanzarse al ataque inmediatamente de día
o de noche”. Y establecía después que el Ajax y el Achilles constituirían una
sección y el Exeter otra. Ambas secciones seguirían rumbos divergentes y
mientras los dos primeros barcos concentrarían el fuego como si fuesen un solo
buque, el Exeter observando tranversalmente, les transmitiría las indicaciones
necesarias para ajustar el tiro. Por lo visto, Harwood no consideraba la posibilidad
de limitarse y seguir al barco enemigo esperando la llegada de refuerzos.
Movimiento de los buques durante los combates
Movimiento de los buques durante los combates
PRECAUCIONES
Parece dudoso que Harwood
pensara realmente en la posibilidad de que el corsario apareciese en el
horizonte la fecha prevista, es decir, la mañana del dia 13. En realidad, esto
habría sido una coincidencia increíble. Harwood preveía que la primera
indicación sobre la posición del buque alemán llegaría a través de algun
mensaje de “corsario a la vista”, transmitido por un barco mercante atacado.
Esta convicción le indujo a no efectuar vuelos de reconocimiento.
El Graf Spee contaba con la
ventaja de saber que todos los barcos que descubriera serían enemigos y, además,
sus vigías estaban en una posición más elevada sobre el nivel del mar que los
de Harwood. Por eso, a las 5.32, cuando se distinguieron dos altos mástiles y
poco después otros dos, Langsdorff mantuvo el rumbo y la velocidad y se preparó
para la inminente acción. A las 6 identificó al buque situado a estribor como
el Exeter, cuyos mástiles eran muy altos y pensó que los restantes
corresponderían a dos destructores.
En la creencia de que las
tres unidades protegían un convoy procedente del Río de la Plata, el comandante
alemán decidió atacar inmediatamente y aumentó al máximo el régimen de las
maquinas, a fin de reducir la distancia antes de que las unidades inglesas
utilizaran la superior potencia de sus turbinas para huir.
HUMAREDA
Los buques ingleses, cuyas
vigías se hallaban en una posición más baja, no habían advertido aún al Graf
Spee, pero su humareda se vio casi inmediatamente. Ahora bien, como la
aparición de columnas de humo en el horizonte era bastante frecuente, al
principio se creyó que procederían de un mercante y el comodoro ordenó al
Exeter que se aproximara para averiguar de que buque se trataba.
A las 6.14, el Exeter
abandonó la formación y puso proa hacia el Graf Spee. Ambos buques se
acercaron, partiendo de una distancia de 50 millas, pero mientras que uno creía
que iba a encontrarse con un amigo, el otro avanzaba con todas las piezas preparadas
para abrir fuego contra un enemigo.
A las 6.16, aproximadamente,
cuando el Ajax y el Achilles empezaban a distinguir el buque entre la humareda,
el Comandante Bell comunicó al Ajax: “Parece que se trata de un acorazado
alemán”, palabras a las que inmediatamente siguió esta lacónica indicación
“Enemigo a la vista. Posición 3.22 grados.
El Graf Spee con su tripulación.
El Graf Spee con su tripulación.
FUEGO
Por pura casualidad, las
unidades de Harwood se hallaban casi exactamente con la disposición deseada por
el comodoro: El Graf Spee avanzaba en dirección Noroeste y el Exeter se le
aproximaba de costado. El Ajax y el Achilles, que constituían la segunda
sección, se dirigían al Nordeste, cortando el rumbo seguido por el acorazado
alemán, para colocarse a babor del enemigo.
El Graf Spee abrió fuego
sobre el Exeter con todos sus cañones de 280 mm a las 6.17 horas, centrándolo
luego con una tercera andanada a las 6.23. Un disparo mató a los hombres que
servían el lana torpedos de estribor, causó graves desperfectos en las
instalaciones de comunicación y provocó algunos conatos de incendio, mientras
el avión y los reflectores resultaban acribillados por la metralla.
Pero los mayores daños,
desde el punto de vista del director de tiro, fueron la avería de las luces que
indicaban el momento en que cada cañón estaba cargado y dispuesto para hacer
fuego, así como la inutilización del indicador acústico de “caída de proyectil”
que sonaba en el momento en que una andanada alcanzaba el blanco. A poco otro
proyectil de 280 mm caía en la parte posterior de la segunda torre y atravesaba
la enfermería, para salir por el costado del buque sin hacer explosión.
COLADOR
Hasta aquel momento, el Graf
Spee habia disparado proyectiles de espoleta retardada, es decir, que
estallaban una fracción de segundo después
de haber penetrado en el blindaje. Pero a continuación y con el objeto
de causar los mayores daños posibles a los cruceros ingleses, cuyo blindaje era
más bien delgado, los alemanes emplearon proyectiles de percusión con espoleta
delantera.también los cañones de 203 mm del Exeter centraron el blanco a la
tercera andanada, pero, momentos después, un proyectil de 289 mm
correspondiente a la octava andanada del barco alemán, cayó sobre la torre B de
203 mm, hizo saltar la protección frontal, causó la muerte de ocho servidores y
la dejó inutilizada. La metralla que acribilló el puente lo dejó convertido en
un colador además de destrozar la cabina del timón y causar numerosas bajas
entre la oficialidad. Solo sobrevivieron el Comandante Bell que resultó herido
y otros dos oficiales.
La otras dos torres
artilleras la A a proa y la Y a popa
seguían disparando. Pero de repente el Exter, sin mando, comenzó a girar a
estribor. Cuando el oficial de torpedos advirtió la situación comprendió que si
el buque continuaba virando, la torre A se encontraría muy pronto en la
imposibilidad de seguir haciendo fuego. En vista de los hechos, transmitió la
orden “timón 25 grados a babor”. De este modo, el crucero rectificó de rumbo y
ambas torres pudieron proseguir su acción. Entonces, un proyectil hizo blanco cerca
de la chimenea del Graf Spee.
EN
POPA
Pocos minutos después del
disparo que alcanzó la torre B, el Comandante Bell consiguió hacerse de nuevo
con el mando del buque, para lo cual se situó a popa, empleando la brújula de
una lancha salvavidas y trnasmitiendo sus órdenes mediante una cadena de
marineros.
Mientras tanto el Ajay y el
Achilles, que se encontraban al costado de babor del buque alemán, abrieron
fuego a las 6.20 a una distancia de 128 km. Pero sus andanadas se quedaron muy
cortas. El Graf Spee, a su vez, disparó contra ambos buques con sus piezas de
150 mm , manteniendo las torres de 180 mm vueltas hacia el Exter.
POSICIONES
Pero Langsdorff advirtió que
los dos cruceros intentaban interceptar su rumbo a proa, se habían colocado en
una posición favorable para efectuar un lanzamiento de torpedos, ya que se
hallaban a unos 25ª de su costado izquierdo. Entonces viendo que del Exeter,
que había sido alcanzado varias veces, surgía una densa humareda, consideró que
ya no constituía una amenaza, por lo que puso lentamente rumbo Norte, ordenando
que las torres de 280 mm se apuntaran contra el Ajax. Una de las primeras
andanadas centró a la unidad inglesa, la cual viró a estribor por espacio de
dos minutos a fin de evitar las sucesivas andanadas. El Achilles hizo otro
tanto.
Este movimiento hacia el
Norte dio lugar a que los dos cruceros quedaran en una posición que
imposilitaba el ataque por medio de torpedos. En aquel momento, el Exeter se
aproximaba al corsario por su costado de estribor.La unidad inglesa ya había
sufrido daños gravísimos. Pocos segundos antes de que el Graf Spee dirigiera su
armamento principal hacia el Ajax, otros dos proyectiles de 280 mm habían caído
sobre ella.
El primero alcanzó una de
las anclas, abrió una brecha de 2 por 2.5 metros aproximadamente, algo más
arriba de la línea de flotación, aflojó varios remaches, acribilló un mámparo
estanco y provocó un incendio. El segundo estalló frente a la torre A, en el
puente, provocando más daños e incendios. De resultas de estos impactos, la
parte de proa comenzó a embarcar agua, mientras todo elbuque aparecía cubierto
por el humo que salía de las aberturas y escotillas.
HUMO
Este humo y la posición del
Achilles y del Ajax fue lo que indujo a Langsdorff a ordenar que los cañones
dejaran de apuntar al Exeter y se dirigieran contra los otros dos buques. Pero,
en el Exeter, el oficial de torpedos advirtió que el corsario representaría muy
pronto un blanco excelente. Como no tenía tiempo para solicitar el parecer del
Comandante Bell, reunió a los hombres útiles de que disponía y lanzó tres
torpedos de los tubos de estribor a las 6.31. Pero no tuvo suerte. En aquellos
momentos, Langsdorff había iniciado su lenta maniobra para poner rumbo Norte,
lo que le liberó de los torpedos.
Pero el Comandante Bell se
apresuró a virar hacia estribor en dirección al Graf Spee, dispuesto ahora a
lanzar ahora los torpedos de babor. Langsdorff se percató de su intención y los
cañones de 280 mm dejaron de apuntar al Ajax para volverse de nuevo contra el
Exeter. Por otra parte, la humareda provocada por los incendios que había a bordo
del crucero inglés era entonces tan densa que los alemanes pensaron que el
buque enemigo estaba lanzando una cortina fumígena.
BLANCO
A las 6.39, un nuevo
proyectil de 280 mm del Graf Spee hizo blanco en la cabina del oficial de
derrota del Exeter, prosiguió una trayectoria, mató a cinco radiotelegrafistas
y vestalló por último sobre uno de los cuatro cañones de 102 mm de estribor.
Momentos después otro proyectil de 280mm, el sector que lo alcanzó de lleno, lo
cual significaba que el Exeter habia recibido el equivalente de una andanada
completa del Graf Spee, dio en el cañón del lado estribor de la torre A,
destrozó el blindaje frontal y dejó la torre fuera de combate.
Casi al mismo tiempo, hizo
explosión otro proyectil del mismo calibre en los dormitorios de los
suboficiales, provocando un peligroso incendio en el depósito de las municiones
de 102 mm y acribillando de metralla el casco del buque por debajo de la linea
de flotación. Otros cascos de metralla dañaron seriamente los locales de los
cuadros de control y la dinamo de proa, inutilizando varios cables eléctricos
de vital importancia.
Más, por el momento, el
buque seguía combatiendo. Las dos torres delanteras habían sido destruídas,
pero la de popa aún disparaba, gracias al valor del Director de Tiro, el
Capitán de Corbeta Richard Jennings, quien permanecía en pie sobre la torreta y
gritaba a través de una escotilla las correcciones que debían efectuarse.
EL
AGUA
La sala de maquinas era lo
único que había quedado indemne y, aunque se hundía lentamente, el crucero
todavía avanzaba a toda maquina y seguía disparando. Y no fue el nuevo
proyectil del Graf Spee que lo alcanzó poco después lo que lo obligó a
abandonar la batalla, sino el agua que penetraba en el casco y que acabó por
interrumpir la transmisión de energia eléctrica a la torre inutilizándola. El
buque se hundía. El Comandante Bell recibió la autorización para alejarse de la
zona de batalla.
Mientras tanto, los otros
dos cruceros ingleses se dirigieron primero al Norte y después al Oeste con el
objeto de neutralizar el viraje del Graf Spee y reducir distancias. Poco
después, una salva de 280 mm del Graf Spee explotó en el costado de babor del Achilles
y uno de los proyectiles causó una lluvia de metralla. Algunos cascos
atravesaron el puente de mando hiriendo al Comandante Parry. Quedaron inutilizados
los instrumentos de mando de la artilleria. Cuando Perry recobró el
conocimiento, los cañones del Achilles
estaban mudos y apuntaban en una dirección errónea.
Fuego a discreción
Fuego a discreción
SIN
ORDENES
Esto era consecuencia de una
orden del Comandante Parry, quien había tenido la oportuna idea de indicar al
oficial de derrota que pusiera proa hacia los chorros de agua levantados por
las andanadas del Graf Spee, basándose en el hecho de que los artilleros
alemanes, al ver que sus disparos quedaban cortos, elevarían ligeramente el
alza para la andanada siguiente. El oficial de derrota inició esta maniobra,
pero como la metralla que aniquiló la torre de puntería había herido a casi
todos sus ocupantes, incluído el director de tiro, a las torretas artilleras no
les llegó órden alguna.
Pero, en pocos minutos, los
hombres heridos en la torre de puntería consiguieron recuperarse y dominar de
nuevo la situación. Mientras que en el puente de mando, el Comandante Parry
permanecía inactivo sólo el tiempo necesario para que le vendasen la pierna
herida. Se percató de que había sido herido en ambas piernas.
A las 7 de la mañana, el Graf
Spee se dirigia hacia el Noroeste a una velocidad de 24 nudos, seguido a estribor por el Ajax
y eñ Achilles, ambos a una velocidad de 30 nudos. El navío alemán comenzó a
lanzar cortinas de humo que en determinados momentos lo ocultaban totalmente.
Por lo tanto, la primera fase de la batalla podía considerarse como terminada.
HERIDO
Langsdorff había sido herido
dos veces por los cascos de metralla e incluso llegó a perder el conocimiento.
El buque sufrió varios impactos, pero los daños eran mínimos: podía navegar aún
a toda maquina, todos los cañones estaban en condiciones de disparar y el casco
estaba intacto.
Pero el que quedó mal fue
Langsdorff. Comenzó a tomar decisiones equivocadas. Tenia delante al Exeter
desde luego desprevenido porque lo habia cogido de sorpresa y dos supuestos
destructores. Reduciendo rápidamente la distancia, Langsdorff esperaba situarse
ventajosamente respecto al enemigo gracias al superior alcance de sus cañones
de 280 mm.
Con esta táctica se libraría
de tres unidades y al mismo tiempo podría destruir el convoy que suponia estaba
escoltando. Pero cinco minutos después, cuando comprobó que los dos
destructores eran en realidad los cruceros Ajax y Achilles, Langsdorff ni
siquiera intentó retirarse.
El Almirante Raeder,
entonces al mando de la Marina alemana, escribió más tarde que si Langsdorff
había entablado combate con fuerzas enemigas habia incurrido en un gravge
error, aparte de contravenir las órdenes desus superiores. Ahora bien, se habia visto obligado al choque, ¿Debía combatir
o intentar la huída?
Los marinos nazis
Los marinos nazis
NO
HABIA LUNA LLENA
A Langsdorff le obsesionaba,
sin fundamento alguno, la idea de que sería seguido a cierta distancia. A cerca
de este punto escribió que “en el Atlántico meridional la atmósfera es tan
clara y luminosa que si brilla la luna, ni siquiera por la noche es posible
librarse de un posible perseguidor”. Pero no había luna llena en aquellas
fechas. Además, pocas horas después, el Ajax y el Achilles perdieron de vista
varias veces al Graf Spee. Por
consiguiente, sus temores eran infundados. Los ingleses no tuvieron, en ningún
momento, la intención, de seguir a distancia de noche a un buque enemigo.
Harwood pensó siempre atacar inmediatamente, tal como lo hizo.
El Ajax y el Achilles podian
navegar a 31 nudos mientras que la velocidad máxima del acorazado alemán era
entonces de 24 nudos. Ahora bien, si hubiese cambiado de rumbo a las 6.12,
antes de ser identificado, los cruceros ingleses hubieran podido ganar terreno
como máximo a un ritmo de siete nudos por hora y quizá menos puesto que las
uidades inglesas habrían perdido velocidad navegando en zigzag y,por otra
parte, habrían estado expuestos a la acción de los cañones de 280 mm del Graf
Spee durante todo el tiempo que hubiesen necesitado para salvar las 7 millas de
diferencia que exigia el alcance de sus cañones.
ERRORES
En consecuencia, Langsdorff
no aprovechó el arma más poderosa con que contaba el alance de su artillería.
Luego cuando advirtió que Harwood había dividido sus fuerzas no fue capaz de
decidir sobre qué sección enemiga debía concentrar el fuego de sus piezas de
grueso calibre. Optó por alternar el blanco, con lo cual redujo
considerablemente la cadencia de fuego de sus cañones. Finalmente, una vez
tomada la decisión de atacar, si Langsdorff hubiese puesto proa a estribor,
concentrando el fuego sobre el Exeter sin duda se habría desembarazado
rápidamente del crucero mayor, antes de que el Ajax y el Achilles hubiesen
podido intervenir.
Problablemente la táctica
agresiva de Harwood obligó a Langsdorff a cambiar sus planes. El comandante
alemán esperaba que lo siguieran y en cambio fue atacado inmediatamente y
en dos direcciones.
La segunda fase de la
batalla comenzó poco después de las 7, cuando el Graf Spee navegando a 245
nudos, puso rumbo Oeste, oculto por una cortina de humo. A 8 millas y ¾ de distancia,
el Ajax y el Achilles, a 31 nudos, le cruzaban el rumbo por popa, con todos los
cañones dispuestos para entrar en fuego.
INDICACIONES
ERRONEAS
El impacto recibido en la
torre de dirección de tiro del Achilles y las erróneas indicaciones facilitdas
por el avión de observación empeoraron la situación de las unidades inglesas.
Pero Langsdorff no supo aprovechar esta circunstancia y a las 7.16 viró aún más
a babor. Al poco tiempo Harwood, sabedor de que la distancia era precisamente
la apropiada para los cañones del acorazado alemán y en cambio todavía excesiva para el alcance
de los suyos, decidió poner proa al enemigo a toda maquina, pese a que la
maniobra significaba que las dos torres de popa de cada crucero no podían
disparar y, por consiguiente, su potencia de fuego quedaba disminuída.
Fue aquella una decisión
audaz y valerosa que el comodoro adoptó entre el fragor de la artillería propia
y de las andanadas del Graf Spee.
La señal “avancen a toda
maquina” fue tansmitida al Achilles y el Ajax viró a babor. En aquel momento,
los problemas planteados respecto a las indicaciones del hidro de
reconocimiento habían sido resueltos y ambos cruceros podían hacer fuego con
precisión y rapidez.
A
BABOR
Cuando el Graf Spee viró a
babor, pensando asestar el golpe de gracia al Exeter, que se retiró de la
batalla pocos minutos después, Harwood ordenó inmediatamente que ambos buques
virasen a estribor, de modo que pudieran disparar todas sus piezas.
Entonces, Langsdorff viró de
nuevo hacia el Noroeste y dirigió las torres de 200 mm hacia el Ajax y el
Achilles. Harwood, experto en torpedos, pensó utilizarlos cuando comprendió que
el enemigo mantendría el rumbo durante varios minutos. A las 7.24 ordenó al
Ajax que disparase sus torpedos de babor, pero el navío alemán los vio y viró
130º para eludirlos, volviendo cinco minutos después al rumbo anterior. Al
parecer a partir de ese momento, aumentó en Langsdorff el temor de ser
torpedeado, por lo que se preocupó mucho de mantener a popa los dos cruceros
ingleses con objeto de ofrecer un blanco más reducido. Como era también
especialista en torpedos, Langsdorff los temía más que a cualquier otra arma.
LAS
TORRES FUERA DE COMBATE
Poco después el Graf Spee
había tomado de nuevo su anterior rumbo. De repente el Ajax fue alcanzado de
lleno por un proyectil de 280 mm que, según el informe del director de tiro,
dejó fuera de combate las dos torres de popa. Pero tras comprobar que el navío
navegaba todavia a toda maquina, Harwood y Woodhouse apenas si tuvieron tiempo
de preocuparse por los daños, pues, casi inmediatamente el hidroavión de
reconocimiento señaló: “Torpedos en camino, cruzan vuestro rumbo”. Harwood, lo
mismo que antes Langsdorff, no tuvo elección: ordenó virar 80º a babor.
Efectuada la maniobra, el Ajax volvió al rumbo anterior y reanudó la
persecución. A las 7.38 la distancia entre los contendientes se había reducido
a 4 millas, lo que permitía que el Graf Spee, además de los cañones de280 mm y
los del calibre 150, pudiera utilizar también sus piezas antiaéreas. Los
disparos de las unidades inglesas alcanzaron al barco alemán, pero los daños
que le causaron fueron insignificantes.
En dos minutos se sucedieron casi simultáneamente
dos hechos: ante todo, se informó a Harwood de que sólo dos de las torres de
151 mm del Ajax seguían disparando, ya que el proyectil de 280 mm del Graf Spee
había inutilizado las de popa. En segundo lugar se le advirtió que a bordo
del mismo Ajax sólo quedaba el 20% de
dotación de municiones, es decir, lo justo para cincuenta andanadas. Harwood
calculó que el Achilles le quedaría aproximadamente la misma cantidad y, por lo
que parecía, el Graf Spee no había sufrido daños: navegaba a toda maquina y su
artillería disparaba con regularidad.
BOLAS
DE NIEVE
En el puente del Ajax,
Harwood comentó: “Ni que le estuvieramos arrojando bolas de nieve”. En el
informe oficial escribió: “Decidí suspender la acción por el momento y
renaudarla después de la puesta del sol”. Protegidos por niebla artificial, los
dos cruceros pusieron rumbo Este, pero, mientras se efectuaba la maniobra, hizo
impacto en el Ajax otro proyectil de 220 mm que partió el mástil principal y
derribó todas las antenas de radio.
Poco después se informó al
Comandante Woodhouse de los daños que había ocasionado el proyectil, el cual
tras caer al puente de cubierta, atravesó tres camarotes incluído el del
comandante, penetró en el corredor que conducía al depósito de municiones de la
torre X donde mató a ocho hombres y por último se desvió para arriba y estalló
en el camarote del comodoro Harwood.
Refiriéndose a aquellos
momentos, el Capitán Perry escribió mas tarde: “Personalmente tenía la
seguridad de que el enemigo podía hacer lo que quisiese”.
PERSECUCION
Entonces las unidades
inglesas comenzaron a seguir al Graf Spee. El Ajax iba a babor y el Achilles a
estribor. A las 8.30, los dos cruceros ingleses estaban a unas 15 millas del
buque alemán.
La segunda fase de la
batalla terminó cuando comenzó esta
persecución. Tanto el Ajax como el Achilles habían salido de esta fase
relativamente con pocos daños, pero tampoco la enorme cantidad de proyectiles
disparados contra el enemigo parecía haber conseguido el menor efecto.
A bordo del Graf Spee,
Langsddorff, unas vez informado de los daños sufrifdos, efectuó una inspección
a fondo por todo el buque. Cuando regresó al puente de mando le dijo al oficial
de derrota: “Debemos entrar cuanto antes en puerto. En estas condiciones el
barco no podrá resistir las inclemencias invernales en el Atlántico
septentrional”. Esta frase se transcribió literalmente en el informe de la
batalla y a continuación el oficial de derrota escribió que la decisión del
comandante les había degradado tanto a él como al director de tiro.
El informe del Graf Spee
añadía: “El Comandante tras expresar que su decisión era irrevocable, ordenó al
oficial de derrota que le indicara qué puerto era más adecuado para la
finalidad que se proponía, si Montevideo o Buenos Aires. El aludido oficial le
respondió que Montevideo”
DAÑOS
ESCASOS
Se radió después a Berlín un
mensaje en el que se exponía la
intención de Langsdorff. La respuesta fue: “De acuerdo, Comandante en Jefe”.
Pero según los informes de
los oficiales de la dotación, los daños de consideración eran escasos. Si bien
uno de los telémetros había sido destruído, el armamento principal estaba indemne. En cuanto a las
piezas secundarias, sólo habían quedado inutilizados dos cañones. La sala de
maquinas no resultó afectada. En el casco se hallaron algunos agujeros. El de
mayor diámetro que se encontraba a proa, bastante más arriba de la línea de
flotación media 1.80 por 180 centímetros, mientras que los demás no superaban
los 40 cm2.
La comisión uruguaya que más
tarde inspeccionó el buque descubrió otros agujeros en el casco, pero todos
ellos insignificantes. Las pérdidas en hombres del Graf Spee se cifraban en 37
muertos y 57 heridos. La dotación del buque era de mil 100 hombres.
ULTIMA
FASE
En cuanto al Exeter estaba
hundido de proa casi un metro,no contaba con otro elemento de orientación que
la brújula de una lancha, tenía todos los cañones inutilizados y debido a los
boquetes que presentaba el casco, sólo podía alcanzar uan velocidad de 18
nudos. En estas condiciones había emprendido una travesía de mil 200 millas en
dirección a las islas Malvinas, ya que el Comandante Bell rechazó la ayuda que
le ofreció el Ministro de Marina argentino.
La última fase de la campaña
comenzó a las 8.30 para terminar hacia medianoche. Al principio Harwood,
preocupado por la suerte del Exeter, el buque más poderoso de su División, e
ignorando las condiciones en que se encontraba envió por radio el siguiente
mensaje: “Alcanzadme. ¿Qué velocidad podeís conseguir”. Pero el Exeter no había
instalado todavía las antenas de emergencia por lo que el mensaje de Harwood no
obtuvo respuesta.
Entonces se ordenó al hidro
de reconocimiento que lo localizara y transmitiera a su comandante la orden de
que se reuniera al Ajax y al Achilles. Media hora después el avión transmitió
este mensaje “Exeter con graves averías y hace todo lo posible para reunirse
con el resto de la División. Al mediodia se últimó la instalación de las
antenas en el Exeter y cuando Harwood se enteró de los daños sufridos, fue
cuando ordenó al Comandante del crucero que pusiera rumbo a Las Malvinas.
13
MILLAS Y MEDIA
A las 10.10, a consecuencia
de haber sobrevalorado la velocidad del Graf Spee, el Achilles se encontró a
unas 13 millas y media del buque alemán.
A las 11.03, el Graf Spee
descubrió a corta distancia, un barco mercante por lo que, utilizando la señal
de socorro, comunico al Ajax: “Rogamos recojan las lanchas salvavidas del
mercante inglés”. Esta llamada constituye para Harwood la primera indicación de
que el buque enemigo era el Graf Spee y no su gemelo, el Admiral Scheer.
En realidad Langsdorff no hundió al mercante, el
Shakespeare. Ordenó a los tripulantes que lo abandonasen, pero, según consta en
el diario de a bordo del Graf Spee, aquellos se negaron a obedecer, por lo que
“el Comandante cambio de idea, pensando en la acogida que podría recibir
después su tripulación en Montevideo”.
Pues debe hacerse observar que durante toda su misión, Langsdorff había hundido
nueve buques, pero sin causar ninguna víctima.
No había nada que hacer
No había nada que hacer
CONFUSION
Los ingleses pasaron por un
mal momento cuando el Achilles divisó,
en dirección noreste, un buque con la chimenea en forma de huso, al que
confundieron con un crucero alemán del tipo Hipper. Parry prefirió cerciorarse
mejor antes de indicar al Ajax la presencia del buque. Por último, cuando le
pareció que ya no cabía ninguna duda, transmitió: “¡Emergencia! enemigo a la
vista. Para añadir acto seguido: “sospecho que se trata de un crucero de 203 mm
Confirmo cuanto antes”.
La información constituyó
par Harwood un duro golpe. Aquello parecía explicar la rápida retirada del Graf
Spee hacia el Oeste. Los alemanes lo estaban atrayendo a una trampa. Pero a los
pocos minutos, el Achilles comunicó: “Falsa Alarma”. Se trataba, simplemente,
de un barco mercante de nuevo tipo, el Delane, dotado de uan chimenea en forma
de huso.
Como es lógico, Harwood
había transmitido mientras tanto la alarma a todos los mercantes que navegaban
por aquella zona. Por otra parte, juzgó que era imprescindible averiguar las
intenciones del Graf Spee. El rumbo que seguia parecía indicar que se dirigía
hacia el Rio de la Plata, pero había muchas interrogantes sin respuesta:
¿Hasta que punto eran graves los daños
sufridos por la unidad alemana, puesto que seguía navegando a toda velocidad y
sus cañones principales estaban en condiciones de disparar? ¿Se dirigía a
Buenos Aires o Montevideo? Llevaba a cabo en realidad una maniobra de diversión
para cambiar luego de rumbo aprovechando la oscuridad?
DISPAROS
A las 18.52, desde una distancia
de 13 millas, el Graf Spee disparó dos andanadas contra el Ajax y siguió su
navegación hacia la costa del Uruguay.
El sol se ponia las 20.48, por lo que el
Comandante Parry, con el Achilles, disminuyó la distancia a 11 millas. Los
alemanes dispararon tres andanadas, a las que respondieron los ingleses con
otras tres. Una hora después el acorazado alemán disparó tres andanadas más, a
la que el Achilles no respondió, ante la certeza de que los alemanes disparaban
a ciegas en la oscuridad de la noche. A las 22.13 el Comandante Parry
distinguió la silueta del barco alemán recortada ya contra las luces de
Montevideo.
Mientras tanto el
Almirantazgo ordenó que se dirigieran a Río de la Plata el portaaviones Arco
Roytal, el Renown, tres cruceros y tres destructores.
INFORME
En el informe de Harwood se lee:
“El Graf Spee se dirigió al norte del English Bank y ancló en la bahía de
Montevideo a las 00.50”. Los dos cruceros ingleses se situaron de modo que
pudieran vigilar las 120 millas de la deembocadura del estuario, en previsión
de que el Graf Spee intentara salir. Pero ninguna de las dos unidades, habría
podido detener por si misma al enemigo, ya que los bajíos no permitían el
ataque con torpedos y, por otra parte, los cruceros no podrian concertar su
acción sino al cabo de cierto tiempo de haber avistado al enemigo. Puesto que
lo único que podía hacer Harwood era intentar retener el buque alemán en el
puerto, solicitó por radio del ministro plenipotenciario inglés en Montevideo
que recurriera a todos los medios a su alcance para retener la salida del puerto
del Graf Spee, con el objeto de ganar tiempo y permitir que llegasen refuerzos.
“Sugiero-terminaba el
mensaje- que haga zarpar los buques ingleses e invoque luego la norma de las 24
horas para impedir que el acorazado abandone el puerto.” Según los acuerdos
internacionales, si un mercante que
enarbola bandera de un país beligerante zarpa de un puerto neutral, ningún
buque de guerra enemigo puede abandonar el mismo puerto hasta que hayan
transcurrido 24 horas
BATALLA
DIPLOMATICA
Mientras el Ajax y el Achilles
iniciaban lo que luego se llamó “la guardia de la muerte”, esperando que
amaneciese, el Almirantazgo de Londres había añadido a los refuerzos anteriores
uan escuadra totalmente imaginaria De esta supuesta escuadra formaba parte el
Ark Royal, lo cual indujo al Ministerio de Asuntos Exteriores alemán a comunicar a su representante en Montevideo:
“Como sabe, nosotros creemos que el Ark Royal ha sido hundido. Por orden del
Fuhrer, hay que intentar fotografiar el presunto Ark Royal. Tansmitan los resultados y envíen las
fotografías” Mientras tanto, el maltrecho Exeter se dirigía hacia las islas
Malvinas y el Cumberland se aproximaba a Montevideo a toda maquina.
Pero la batalla ya había
concluido.
Comenzaba una larga batalla
diplomática. (Editado, condensado y
resumido de la Revista “Asi fue la Segunda Guerra Mundial”)
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