El martes 21 de Noviembre del año 2000, el primero del milenio, a las 10 y 43 de la noche, el Congreso de la República declaró la vacancia de la Presidencia de un mandatario que se fugó, dejando al país en la estacada total: Alberto Kenya Fujimori Fujimori.
Por obra de este cobarde que
ahora purga una condena en la cárcel de 25 años de prisión, el Perú inició una
de sus peores crisis contemporáneas. Hoy en día el mismísimo personaje ha
pedido el indulto humanitario presidencial que, precisamente, el Ejecutivo debe
dárselo para lapidarlo y olvidarlo por completo.
Alberto Fujimori: cobarde y traidor
Hace 12 años, el paso normal
democrático y constitucional consistía en que la primera magistratura la
asumiera el primer Vicepresidente, Francisco Tudela van Breugel Douglas. Pero el ex
Canciller presentó su renuncia que fue aceptada incluso por sus partidarios,
sumidos en la vergüenza de un régimen que se hundió en el escándalo.
El que lo seguía, en su calidad
de Segundo Vicepresidente, Ricardo Márquez Flores, un empresario de pantalones
blue jeans de San Juan de Lurigancho y el emporio comercial de Gamarra, quiso
que lo nombren para conquistar el poder.
Pero ni siquiera se le tomó en cuenta porque
realmente, políticamente, poco significaba. Lo dejaron de lado y nada en
contrario ocurrió. Ante tal triste situación, el hombre de negocios dimitió y
se fue a su casa. Nunca más volvió a la actividad pública.
Tras la vacancia presidencial, la
Presidenta del Congreso, Martha Hildebrandt Pérez Treviño, en medio del caos y el desborde
total de las fuerzas fujimoristas, había sido censurada. Eso si que era grave
porque de este poder del estado, de acuerdo a la Constitución, podía salir el
nuevo Presidente de la República. La Hildebrandt hubiese tenido esa oportunidad,
si no hubiese ocurrido tal rechazo.
Fue allí cuando los partidos Acción Popular fundado por Fernando Belaúnde
Terry en 1956 y la Unión por el Perú (UPP) que lideró Javier Pérez de Cuéllar,
en alianza en el Congreso y con escasamente seis parlamentarios, planteó la
candidatura a la Presidencia del Parlamento de Paniagua.
No obstante de que el líder de
Acción Popular reconocía públicamente de que, por proporciones y números, no le
correspondía tal designación. Pensaba, como muchos, que la dirección de dicho
poder del estado debería pasar a Perú
Posible de Toledo, por tener la mayor representación parlamentaria. Tal hecho
se lo dijo inclusive a otro congresista, Henry Pease García.
En términos prácticos y específicos,
lo que pasaba- realmente- es que la candidatura Paniagua si lograba efectivo
consenso. Ocurría que él era el único
que podía conseguir mayoría de votos. Algunos incluso provenientes de
fujimoristas que habían sido sus alumnos en la Universidad Católica.
Además el Frente Independiente Moralizador, jefaturado
por Fernando “Popy” Olivera Vega, con cierta representatividad y consagrada
experiencia para armar de la nada líos de toda índole, se oponía tajantemente a las candidaturas de
los toledistas Carlos Ferrero Costa y
Luis Solari de la Fuente. Pero aceptaba, a rajatabla, la de Paniagua.
Después de varios incidentes, los
representantes de la oposición marcharon a la casa de Alejandro Toledo, líder
de Perú Posible, a discutir la
situación. El debate duró desde las nueve de la noche hasta las cuatro de la
madrugada. No sabían que hacer.
Uno de sus parlamentarios, Carlos
Ferrero Costa, había asumido la Vicepresidencia del Congreso.
En vista de la renuncia del fujimorista
Absalón Vásquez. El toledista tenía la primera opción para la Presidencia de la
Republica.
Pero, a la hora de la hora, declinó a favor de
Paniagua. Fue asi como el hombre que no quería ser Presidente del Congreso lo
fue y el paso siguiente: convertirse en Jefe del Estado, por decisión de la Carta
Magna. Sin buscarlo, ni ambicionarlo. Incluso, a inicios del milenio, ni
siquiera deseaba ser candidato al Congreso. Aceptó la lid por ser Secretario
General de Acción Popular.
El cargo lo desempeñó impecablemente desde el
22 de Noviembre del 2000 hasta el 28 de Julio del 2001, con el fin de llevar a
cabo las elecciones presidenciales que ganó Alejandro Toledo Manrique. La tarea
la cumplió a cabalidad, con evidente
desprendimiento del poder.
Paniagua:: impecable Presidente del Perú.
Así se convirtió en el mandatario de mayor
recordación al igual que su maestro y correligionario de partido, Fernando
Belaúnde Terry, según sondeos que realizó el Grupo Apoyo, durante la primera
mitad del año 2006.
Cabe eso si subrayar que Paniagua,
antes de llegar a la primera magistratura, no era un improvisado. Ni nada que
se le parezca. Muy por el contrario, toda una figura de la política peruana
desde muy joven. Su clave y convicción era
que la democracia se convierta en
el camino más corto de la justicia.
Había nacido en el Cusco el 23 de
Setiembre de 1936 y, desde sus inicios como político, fue un luchador de la
democracia. Cursó sus estudios primarios en el Colegio Salesiano de la ciudad
imperial. Mientras que la carrera profesional de Abogado, la
hizo en la Facultad de Derecho de la Universidad San Antonio de Abad.
A los 23 años, presidió la
Federación Universitaria del Cusco. Su padre era boliviano radicado en el Perú
y su madre peruana vinculada a una familia de terratenientes cusqueños. Pero el
hijo fue un firme defensor de los derechos del campesinado. A su progenitora la
perdió muy pequeño, porque murió a causa de una infección que no pudo ser
curada por falta de penicilina.
Políticamente debutó en las filas
de la Democracia Cristiana y en tal condición fue elegido por el pueblo como
Diputado por su ciudad natal para el periodo 1963-1969, en tiempos que se
iniciaba el primer gobierno de Belaúnde.
A los 29 años fue designado por éste último
como Ministro de Justicia, convirtiéndose en uno de los más jóvenes que ejerció
ese alto cargo en la Historia del Perú. Como el famoso “Califa”, el posterior
Presidente, Nicolás de Piérola. O el propio Javier Silva Ruete que lo hizo, por
primera vez durante el mismo régimen, en la cartera de Agricultura.
Javier Silva Ruete: Ministro de Economía de Paniagua
Muy poco tiempo estuvo Paniagua en ese
despacho. No llegó ni a los cinco meses, tras ser injustamente censurado por la
mayoría apro odriista del Congreso, coalición que se opuso a la reforma del
Código de Procedimientos Penales, planteada por el Gobierno. Eran los tiempos que
se sacaba ministros hasta por problemas de semántica. Tal fue el caso del titular de Educación, Carlos Cueto Fernandini,
padre del renombrado novelista Alonso Cueto.
En épocas de los gobiernos
militares de Velasco Alvarado y Morales Bermúdez, el lider cusqueño se retiró
de la actividad política al renunciar a la Democracia Cristiana No la concebía
aliada a una dictadura, dedicándose a la docencia universitaria. Era
considerado un opositor y adversario de tal régimen en sus dos fases.
Ingresó a Acción Popular cuando
este partido estaba en crisis. Lo hizo dejando de lado por supuesto el
oportunismo, sin renunciar a sus concepciones social cristianas. Entonces y por
si acaso, de ninguna manera, se le pudo llamar tránsfuga.
A propósito de la recuperación de
la democracia en 1980, resultó elegido parlamentario y dos años después
Presidente de la Cámara de Diputados. En el último tramo del segundo gobierno
belaundista, lo designaron Ministro de Educación.
Al asumir Alan García la
presidencia, Paniagua se volvió a retirar de la actividad política para
dedicarse por completo a sus tareas de profesor universitario. En 1990, su
partido integró el Fredemo y apoyó al escritor Mario Vargas Llosa.
El lider populista, en épocas de Fujimori que
le ganó la elección al escritor, mantuvo una férrea oposición que se
acrecentó inmediatamente, luego del autogolpe de estado de 1992. Lo
eligieron, años después, Secretario General de Acción Popular.
El gobierno transitorio conformó la Comisión de la Verdad como signo de reconciliación, organismo que, desafortunadamente, no logró obtener consensos totales de aceptación entre la ciudadanía. Fueron una realidad, por esta época, los nuevos juicios que se iniciaron a los cabecillas terroristas en el fuero
civil y sin jueces con el rostro cubierto, tal como lo ordenaba la sentencia de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
SUS MINISTROS
Durante el mandato presidencial de Paniagua,
entre los que fueron sus ministros figuraron, como parte de un gabinete de
lujo, el ex Secretario General de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, en su calidad de Premier y Canciller, Javier Silva Ruete en
Economía, Diego García Sayán en Justicia, Emilio Navarro en el de la Presidencia y en
Producción, Jaime Zavala Costa en
Trabajo, Juan Inchaústegui en Energía y Minas, Marcial Rubio Correa, Educación y Susana Villarán, en el despacho
de La Mujer.
Pérez de Cuéllar: Premier del Gobierno Transitorio
Uno de los últimos actos
oficiales del gobierno fue entregarle al presidente elegido, Alejandro Toledo,
los informes impecables de la Iniciativa Nacional Anticorrupción presidida por
el Obispo del Callao, Monseñor Miguel Irizar.
En ese contexto se ubican, asimismo,
realizaciones para la Reforma Constitucional, la Mesa de Lucha contra la
Pobreza, la Comisión Nacional de Trabajo y la Comisión para la formulación del
Plan Nacional de Educación.
Para muchos observadores y
analistas políticos, Paniagua dejó un
ejemplo de pulcirtud seriedad y orden. En ningún momento, necesitó del circo
para ganarse la confianza de la ciudadanía.
HONRADEZ
Le bastaron las ideas y el ejemplo de
honradez. Apoyó con constancia a los más necesitados y los discriminados. La
economía la dejó estable y no podía ser transformada, por el periodo tan corto
de gobierno.
La producción legislativa,
durante el gobierno de Paniagua, llegó a
unas 12 mil normas legales. Lo
interesante de tal rubro es que nunca se registraron violatorias de la
Constitución. Como ejemplo, sólo entre las 2,800 normas con rango de ley
correspondiente al periodo 1992-2000, es decir en 8 años, se registraron 250
infracciones de este tipo.
Hubo apego riguroso al imperio de
la ley de leyes y una resuelta decisión de devolverle al país el cauce de
la institucionalidad y al mismo tiempo,
emprender una paradigmática política contra la corrupción y a favor de la transparencia.
De hecho, el ciclo del gobierno de transición se abrió
con la promulgación del paquete de leyes que permitió procesar a los
involucrados en la red de Vladimiro
Montesinos y se cerró con la ley que
creó la Comisión de la Verdad
Cabe indicar que este último organismo,
posteriormente, recibió infinidad de críticas, aduciendo que no fue muy
equilibrada que digamos sobre todo con las Fuerza Armadas y Policiales. Craso
error de la CVR, aunque sus integrantes lo niegan. No de Paniagua que impulso su creación porque pensaba era una necesidad
para el colectivo de la conciencia nacional.
NINGUNA OBSERVACION
Por otro lado, durante el periodo
transitorio, la labor legislativa prosiguió como prerrogativa sobre todo del
Congreso. Conforme es habitual, muchas
normas le correspondieron al Ejecutivo. En tal sentido, el régimen de Paniagua
no fue la excepción. Asimismo, el Gobierno tiene la posibilidad de observar las
leyes del Congreso y ello no ocurrió en el curso de los 8 meses que duró esta
administración
En el 2006, Paniagua fue
candidato presidencial por el Frente de Centro, una coalición formada por
Acción Popular su partido, Somos Perú y la Coordinadora Nacional de
Independientes liderada por Drago Kisic. Hoy este último partido se llama Todos
por el Perú.
Por error anunciaron la muerte de Paniagua. El autor: Vitocho
Por error anunciaron la muerte de Paniagua. El autor: Vitocho
El candidato visitó muchos pueblos del país e
introdujo su graciosa caricatura “Chaparrón”, en medio de la competencia
electoral. Fue acompañado en la plancha presidencial por el ex Alcalde de Lima
Alberto Andrade, en la primera vicepresidencia; y por Gonzalo Aguirre, en la
segunda.
Tras una agitada y modesta
campaña y a pesar de haber encabezado las encuestas durante el 2005, logró el quinto puesto con
el 7% de los votos válidos, en las elecciones generales del 2006 que ganó Alan
García.
CONCERTACION
Fue uno de los primeros líderes
en contactarse con el dirigente aprista triunfante para buscar la concertación.
Estuvo presente en la transmisión del mando y participó en su calidad de ex
presidente en una de las sesiones del Acuerdo Nacional, junto a Francisco
Morales Bermúdez y Alejandro Toledo.
Ejerció, a lo largo de su vida,
diversas actividades docentes como Catedrático de Derecho Constitucional y
Administrativo en las Universidades San Marcos, que le otorgó el grado de Doctor
Honoris Causa, Católica, de Lima, San Martín de Porres y Femenina del Sagrado
Corazón.
A mediados del 2006 y poco
después de Fiestas Patrias, el ex presidente fue internado, de un momento a
otro, por complicaciones de su salud en la clínica San Felipe. Al poco tiempo,
durante la presentacion en el Congreso del Gabinete Ministerial presidido por
Jorge del Castillo, el Presidente de Acción Popular, Víctor Andrés (Vitocho) García
Belaúnde, cometió un dislate garrafal sin precedentes.
En efecto, en pleno hemiciclo, el
congresista interrumpió la sesión para anunciar-erróneamente- el deceso del ex
presidente, solicitando un minuto de silencio en su memoria y que se postergue
la sesión. Inmediatamente, la noticia dio la vuelta al mundo. Luego fue
desmentida por los familiares y por su
médico de cabecera, el doctor Luis Solari.
Hasta que Paniagua efectivamente
falleció el 16 de Octubre del 2006 a las 5 de la mañana debido a una
complicación infecciosa pulmonar, tras permanecer internado varias semanas en el
referido nosocomio.
Asi se cortó una vida valiosa que
contribuyó definitivamente al país. En su honor recordemos algunos de sus
pensamienos. Como el que dio cuando fue condecorado por San Marcos. ¿Cabía
igualdad?, preguntó, cuando el indio, sometido a la servidumbre y el pongueaje,
vivió arrojado a la tierra hasta 1964 que se inicia la reforma agraria en el
Perú.
Luego añadió y repitió con
contundencia: ¿Cabe igualdad aún hoy? Es decir, según sus `propias ideas, “en
democracia, en una sociedad atravesada
por la pobreza que es la expresión más característica de la inequidad, hay que conquistar
la igualdad”- Sin duda, se contestó el mismo, “ tal es el reto del futuro para
construir una democracia y asegurar el desarrollo nacional”. No lo olvidemos. Paniagua,
definitivamente, hizo pedagogía en su
propia vida pública. Lo que es enaltecedor. (EdeNM)
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