martes, 16 de abril de 2013

VENEZUELA ESTA QUE ARDE

Lo de Venezuela sí que está que arde y el futuro político del país petrolero es, realmente, de pronóstico reservado. Contra todo vaticinio, en las elecciones presidenciales del último domingo, Nicolás Maduro se impuso por punto y medio o dos a su rival,  Henrique Capriles. Este último representa a la democracia y,conforme se puede notar,  casi gana. Le faltó muy poco para derrotar al chavismo, cuyo poder dictatorial  es una realidad  desde hace 14 años. Ahora se habla, con fundamento, hasta de fraude y, en las calles de Caracas, suenan contundentes los cacerolazos como expresión de legítima protesta en contra de lo que hace, deliberadamente, el oficialismo. Reina, efectivamente, la inestabilidad permanente.
Lo real y concreto es que el sector oficialista tuvo todas las facilidades para hacerse del triunfo. Pero éste resultó muy ajustado. Las maniobras se registraron incluso en las cédulas de votación, donde había infinidad de fotos del candidato oficialista. Mientras que  sólo una se mostraba del opositor. La televisión estatal exclusivamente a favor del sucesor de Chávez que salió al aire 65 veces. Por su parte, su contendor lo hizo durante 23 minutos.  Ninguna proporción. En fin, muchas anomalías que, a nada transparente, conducen
 Para coronarse de poco proporcionales e incluso venales, los organismos electorales, alineados con el orden establecido, demoraron varias horas en dar a conocer los  primeros resultados electorales. No obstante de que se utilizaba el rapidísimo sistema del conteo electrónico.
 Tal hecho de por si anormal dio lugar a que vastos sectores de la ciudadanía dudasen y hablasen del cambiazo ilegal y fraudulento de votos a favor de Maduro. Por eso mismo Capriles, con todas sus palabras, desconoció el resultado de los comicios y pidió la revisión total de ellos. Voto por voto.

Elecciones en Venezuela
Maduro le ganó a Capriles por poquísimos votos

CRISIS TOTAL
A tal punto vulnerable llegó la crisis y a tan sólo dos días de las elecciones. Muchos observadores aseguran que todo apunta a presenciar los últimos años del chavismo. Tal conclusión es valedera y factible porque muy dificultoso, por no de decir imposible, es que el régimen de Maduro pueda remontar los graves problemas que tiene al frente.
Como primer aspecto del análisis, ellos recuerdan que la popularidad oficial ha bajado considerablemente. En efecto, mientras que Hugo Chávez, hace poco en octubre, se impuso a Capriles por una diferencia de 1.6 millones de votos, el actual candidato  ha sacado una ventaja de sólo 200 mil sufragios.  La disminución ha sido notable y fiel expresión  del rechazo al oficialismo.
El asunto se agrava aún más porque en el chavismo no existe ni unión ni fraternidad total. Conocido es que Diosdado Cabello, Presidente del Parlamento y  Primer Vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, parece tener interés en ser él quien encabece el chavismo.
Incluso, de acuerdo a las versiones de algunos medios internacionales, el líder congresal habría tenido acercamientos con Washington, a espaldas de Maduro, para conseguir su apoyo y variar la situación en el país llanero.
PUNTILLAZO
Tras revelarse los resultados de los comicios, Cabello aprovechó  para darle el puntillazo al electo presidente y señalar sin ambages ni tapujos que urge, de todas maneras, ”la autocritica para buscar nuestras fallas hasta debajo de las piedras. Pero no podemos poner en peligro a la patria ni el legado dejado por Chávez”. En otras palabras lo que esto significa, con claridad, es que el chavismo corre el riesgo de quebrarse por dentro antes de que lo disminuya, por completo, la oposición.

diosdadocabello
Diosdado Cabello quiere encabezar el chavismo.

Lo que más hunde a Venezuela y a la gobernabilidad es la infinidad de problemas económicos existentes, producto evidente de la mala gestión en este campo de Chávez en 14 largos años de  pésimo gobierno.  Hay una tremenda escasez  en los mercados de abastos de los productos de primera necesidad. Las empresas estatales no pueden garantizar la continuidad de ningún servicio vital e imprescindible para la población, como luz, agua, teléfonos, etc.
Para colmo de males, los sueldos y ahorros de los venezolanos desaparecen por completo, debido a los embates de una elevadísima tasa de inflación. Sin exageración, una de las más altas del mundo. No existen, adicionalmente y a manera de coronar los errores, los incentivos privados para producir. Esto tan elemental y necesario no se conoce en Venezuela.
Superar todos estos problemas de incidencia directa en contra de la ciudadanía, implicaría un drástico ajuste económico que, de  todas maneras, volvería muy impopular a quien lo ejecute. En este caso, Maduro. Los bolsillos de los venezolanos sentirían, dura y dramáticamente, el golpe.
¿Y EL PETROLEO?
Hay otro hecho comprobado y grave. Las utilidades del  petróleo cada vez  disminuyen más y para abajo constantemente. Ello debido a la ineficiencia de la empresa nacionalizada PDVSA. En diez años, la producción ha decrecido a una tercera parte. La tendencia de la baja de los precios del oro negro está cerrando el caño de los ingresos públicos. Entonces, como corolario,  Maduro no podrá hacer populismo desenfrenado con los demagógicos programas sociales existentes en el país llanero.
Adicionalmente, la capacidad de endeudarse para financiar gastos públicos cada vez es más limitada. No olvidemos que Venezuela tiene el déficit fiscal más alto de la región. Los sectores pobres que Chávez tenía a su lado, por efectos de los planes asistencialistas, se alejarán del presidente elegido cuando ya no haya dinero.
La situación es catastrófica y hasta ahora no se sabe, con exactitud, cuál será el papel que jugarán los militares en la continuidad del poder. Ellos, con las armas, son los que dan la estabilidad para gobernar. Se presume y supone que Maduro tiene tal apoyo esencial.
 Pero que su gobierno, para un periodo de seis años, será dificultoso- por donde se le vea- es otra realidad comprobada. Más aún cuando al parecer estamos a los finales del ciclo histórico del chavismo que tanto daño ha hecho a la tierra de Bolívar.


Incidentes en Caracas por las elecciones.

EL PAJARITO
 El mundo, y sobre todo América Latina, mira con preocupación a esta nación caracterizada por el entusiasmo, camaradería y alegría de sus gentes tan peculiares. Campeones en beisbol, con sus hermosas reinas de belleza e interminables telenovelas. El final de la telenovela del futuro político está por verse. El desmoronamiento es muy probable. Mientras tanto, Maduro sigue viendo, conforme lo reveló en la campaña electoral, a Hugo Chávez por intermedio de “un pajarito chiquitico que se le presenta a cada rato”. Habrase visto. (EL DIRECTOR)

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