Muchos dicen que su gobierno fue
uno de los más nefastos de la historia del Perú durante el siglo XIX. Hasta se
llegó al extremo de afirmar sin ambages que José Rufino Echenique, Presidente del Perú
entre 1851 y 1855, era
sinónimo de total corruptela. Cierto es que durante su candidatura se utilizó,
por primera vez, recursos sonantes y contantes de dinero en la convulsionada
campaña electoral de aquel entonces. Nadie lo hizo antes. Había dinero a raudales y en circulación. Pero eso sí, hay
que destacarlo, utilizados de su propio
peculio. Lo sinuoso ocurrió después. En efecto, resultó el ganador indiscutible de
los sufragios y en el poder se convirtió en el protagonista del famoso escándalo de la consolidación de la
deuda interna. Ese acontecimiento sí, de todas maneras y sin
lugar a dudas, un fraude de fraudes.
Expliquemos lo mafioso. Se trató de los recursos fiscales
provenientes de la comercialización del guano de las islas. La consolidación
consistió en el pago de la deuda que el Estado
contrajo con ciudadanos particulares, durante la guerra de la
Independencia y contiendas posteriores.
Anteriormente, los jefes del
Ejercito Libertador realizaron confiscaciones y empréstitos, imponiendo cupos,
embargos y contribuciones. Ellos entregaron a cambio recibos, vales o cartas de
cobranza a favor de los afectados. Con
la promesa que una vez culminada la lucha, el nuevo estado peruano pagaría las
deudas contraídas.
Echenique: corruptela y fraude de por medio
Echenique: corruptela y fraude de por medio
PASIVOS
Antes de Echenique y en tiempos
de Castilla, cabe recalcar que se reconoció con precisión que ese pasivo era de
4 millones 879 mil 607 pesos. Los entendidos aseguraron que en el peor de los
casos, el monto total sería de 6 a 7 millones de pesos.
Lo real e inadmisible es que bajo
su gobierno se reconocieron más de 19
millones de pesos. Tal situación de escándalo generó el rechazo contundente y
total. Inmediatamente, las sospechas de
malos manejos. El total de lo pagado se había casi cuadruplicado. Comprobado,
como si dos y dos son cuatro.
Los opositores sostuvieron, con mucha razón, que muchos allegados y
partidarios del Jefe del Estado adulteraron documentos y expedientes, para
aumentar falsamente las cantidades. También
se acusó de haberse cancelado elevadas sumas, sin haber verificado la autenticidad
de los documentos correspondientes.
Un informe emitido, en 1856, por
la Caja de la Consolidación señaló que más de 12, de los aproximadamente 19
millones reconocidos, tenían origen fraudulento. De acuerdo con este raciocinio
e investigación, resultó que se pagó, a manos particulares, alrededor de 23
millones de pesos. Sin el respaldo consiguiente. Tal entuerto dio lugar al
origen de muchas fortunas y al surgimiento de una clase emergente de lo que se
conoce como “nuevos ricos”.
CORRUPCION
El manejo irregular de los fondos
del Estado implicó que el acto sea clasificado como corrupción política de la
peor especie, en el cual se beneficiaron los amigos y allegados del Presidente
Echenique.
Eso mismo tan rechazable dio
lugar al estallido de una insurrección popular que derivó en una sangrienta
guerra civil, con muertes de más de 4 mil personas y serios daños económicos. Equivalentes
a más 15 millones de pesos cercanos al monto inflado de los pagos de la
consolidación.
Uno de los primeros alzamientos
contra Echenique por la corrupción lo protagonizó el líder civil iqueño,
Domingo Elias, siendo derrotado por los gobiernistas en la batalla de Saraja,
el 7 de Enero de 1854.
A este hecho siguió el
levantamiento de Arequipa, en cuyo manifiesto
se acusó al Gobierno de indolencia frente a los ultrajes infligidos por
el gobierno de Bolivia. El Mariscal Ramón Castilla lideró la rebelión tras
dejar de lado a Vivanco y contar con el apoyo decidido de los líderes liberales,
Pedro Gálvez y Manuel Toribio Ureta. También se sumaron Domingo Elías y los
generales Miguel de San Román (posterior mandatario del Perú) y Fermín del
Castillo
Durante la lucha, Castilla se
declaró presidente provisorio de la república
En Ayacucho decretó la abolición efectiva del tributo indígena. A
renglón seguido derrotó a las fuerzas de Echenique en la batalla de Izcuchaca y
marchó a Huancayo donde firmó el decreto aboliendo la esclavitud en el Perú,
el 5 de Diciembre de 1854.
Casi al final de su vida.
Casi al final de su vida.
BATALLA
La victoria definitiva de la revolución se consumó en las afueras de Lima durante
el desarrollo la Batalla de la Palma, sometiéndose por completo a las tropas de
Echenique. Al día siguiente se desató la violencia y el pánico en la capital,
después de asaltar las casas de los consolidados.
Echenique partió al destierro y
se dirigió a Estados Unidos de donde envió al país un manifestó en la que,
inexplicablemente, justificaba sus actos de gobierno. En tiempos del mandato de
San Román, solicitó que se le juzgue.
Logró que se le levantase todos los cargos en su contra.
Rehabilitado, fue elegido
Diputado por Lima y posteriormente presidente de su cámara. También estuvo en
el Senado y llegó de la misma forma al más alto cargo de esta rama del Poder
Legislativo. Su candidatura presidencial fue presentada para las elecciones de
1871-1872. Pero después la retiró, por la violencia que se generó en la lucha
electoral.
En su condición de Presidente del
Congreso suscribió una declaración de condena a la revuelta de los hermanos
Gutiérrez. Se trató de su última acción pública. Al poco tiempo se retiró
definitivamente de la política y viajó a Europa donde residió algún tiempo. Murió
al retornar al Perú, el 16 de Junio de 1887. Lo enterraron en el Cementerio Presbítero
Maestro.
CONSERVADORES
La candidatura de Echenique a la
Presidencia de la República fue propiciada por Castilla y los sectores
conservadores del país. Además de él, los candidatos fueron: el caudillo civil
Domingo Elías y, los generales Antonio Gutiérrez de la Fuente, Miguel de San
Román y Pedro Pablo Bermúdez.
La campaña fue dura y muy
peleada. Echenique recibió infinidad de acusaciones. Hasta se dijo,
equivocadamente, que era ciudadano boliviano y no podía aspirar a la primera
magistratura. Pero lo cierto es que había nacido en territorio peruano y que
ganó las elecciones por voluntad del pueblo.
Había ocupado posiciones
importantes en el aparato del Estado. Como la de Consejero de Estado en 1845,
Ministro de Guerra al año siguiente.
Primer Vicepresidente de la República
elegido dos veces en 1850 y 1851.
Nacido en Puno el 16 de Noviembre
de 1808, Echenique se enroló en el ejército
de la Emancipación y sirvió en las campañas de Iquicha, Bolivia y
Colombia. Leal jefe del Ejército durante el primer gobierno de Gamarra.
Su alta posición militar y política estaba
unida a la situación económica y social que detentaba. El 8 de Enero de 1838, en
la Iglesia del Sagrario de la Catedral de Lima, se casó con la acaudalada y
aristocrática dama arequipeña Victoria Tristán Flores del Campo
DINERO
La pareja tuvo siete hijos: José María, Pio
Jorge Pedro, Francisco, Juan Martín, Rufino Pompeyo Eusebio, Francisco, Juan
Martin y Mercedes Catalina Hermenegilda. Su descendiente directo es el
novelista Alfredo Bryce Echenique.
Hizo uso de un arma indispensable
en las campañas electorales: el dinero. Por primera vez un personaje acaudalado
apareció pretendiendo la Presidencia de la República. El Dean Valdivia,
analista e historiador dice al respecto: “Echenique repartió mucha plata y así
logro obtener la mayoría de los votos”. Los cálculos del gasto llegaban a los
80 mil pesos.
Según el cómputo oficial, el
total de electores fue de 3,804. De ellos 2,392 votaron por Echenique, 609 por
Elías, 326 por Vivanco, 242 por San Román, 52 por Bermúdez, 33 por La Fuente, 1
por Iguaín y el resto fue considerado como conjunto de sufragios viciados.
Arrastrado por el calvario de la
difamación, abrumado por sus compromisos y obligaciones, llegó al poder en una
posición difícil para gobernar y para mantener la paz y el orden. Sus enemigos
lo acusaban de haber sido impuesto por Castilla y muchos de sus amigos creían que éste había
querido traicionar y desconfiaban del ex presidente.
COLABORADOR
El gobierno de tendencia conservadora tuvo un principal
colaborador, Bartolomé Herrera, hábil y talentoso sacerdote que se la jugó
entero por el oficialismo de aquella época. Mientras que en la oposición
estuvieron los liberales.
Continuó el progreso material
iniciado por Castilla, inició la demarcación fronteriza con el Brasil y concluyó
los pagos de la deuda interna y externa. Esta última derivó en el escándalo
mayúsculo y total que acabó con el régimen.
En cuanto a la política
económica, cabe explicar que por aquel entonces la comercialización del guano
de las islas era el principal rubro de los ingresos del fisco. Las islas de
este valioso fertilizante se explotaban, desde 1849, bajo el sistema denominado
de la consignación
El principal consignatario era la
casa Gibbs que, a mediados de 1851, exportó hacia Inglaterra 112 mil
toneladas de guano. La firma inglesa adelantaba el pago y realizaba préstamos
al Estado, con la garantía del disfrute exclusivo del producto.
El 21 de Marzo de 1853, el
gobierno prorrogó, sin ningún tipo de ventaja adicional, por seis años más, dicha
comercialización. Esta decisión fue muy criticada por parte de la oposición parlamentaria
y pasó a formar parte de los pasivos de Echenique.
Apunte en blanco y negro de Lima durante el siglo XIX
Apunte en blanco y negro de Lima durante el siglo XIX
CONSTRUCCIONES
Pero lo que no se podía negar es
que había prosperidad económica. Por eso mismo se arregló la deuda externa. Específicamente la que se tenía con los
gobiernos de Colombia y Venezuela por la ayuda dada al Perú, durante la guerra
de la Independencia. Incluso se pagó a los herederos de Simón Bolívar la suma
de un millón de pesos, según lo acordado por el Congreso del Perú.
También se finalizó la
construcción del ferrocarril de Tacna-Arica y se proyecto el de Islay a
Arequipa. Una realidad fue la carretera de Cusco-Arequipa. Lo mismo que la de
Matucana a Lima. Mucho se mejoró la de Lima al Callao.
Lima contó con un nuevo mercado
de abastos y se contrató el alumbrado a
gas de la capital. Para su embellecimiento se trajeron las estatuas de Colón y Bolívar
colocadas en diferentes puntos de la
ciudad y las que se entregaron para la Alameda de los Descalzos, ubicada en el
distrito del Rímac
Prosiguió el fortalecimiento de
la Marina de Guerra del Perú con la construcción de la fragata Apurímac y las
goletas Tumbes y Loa. La Armada llegó a convertirse en la más importante de Sudamérica. Los marinos fueron enviados a Europa y perfeccionaron sus conocimientos.
CODIGOS
Una misión de técnicos
extranjeros efectuó obras de irrigación en la costa donde se ampliaron las
zonas cultivables de los valles de Lima, Cañete, Tacna y Lambayeque. La política inmigratoria europea resultó
favorecida, llegando colonos alemanes que poblaron la zona de Pozuzo. También
se fomentó la llegada al Perú de los
chinos.
El país tuvo, por primera vez,
leyes conforme a la época y la realidad en que se vivía. El primer Código Civil de la historia republicana fue
promulgado con bombos y platillos. Al igual que el de Enjuicimientos de este
tipo.
Los dispositivos reemplazaban a los
obsoletos ordenamientos virreinales que estuvieron vigentes hasta Julio de
1852. Como medida acertada se restablecieron las municipalidades, en su calidad
de organismos gubernamentales locales.
La Convención de Comercio y
Navegación con el Brasil comenzó a regir, tras la firma del acuerdo
correspondiente que incluyeron los límites de la parte norte de la frontera
correspondiente. Este pacto internacional fue duramente criticado porque se
renunció a territorios amazónicos en
cambio del libre tráfico de mercaderías, productos y embarcaciones por la
frontera y los ríos de ambos países.
Sin embargo, otras corrientes y
puntos de vista sostuvieron al respecto que era necesario un entendimiento con
el Brasil ante la amenaza potencial de otros países limítrofes, especialmente
de Ecuador y de Bolivia.
Tapa del libro de sus memorias
Tapa del libro de sus memorias
PROBLEMAS
La situación internacional de
esta época no era muy coherente que digamos.
Ni menos favorable. En efecto, Inglaterra se adueño de la Isla de Lobos
en la costa norte peruana y anunció su intención de hacer embarques libres de
guano. El gobierno procedió a reclamar el dominio sobre dicha isla y usar los
cañones de su escuadra si fuera necesario. Entonces, los ingleses abandonaron
sus pretensiones.
El General ecuatoriano Juan José Flores solicitó la
hospitalidad del Perú después del fracaso de su expedición monarquista. El
militar se quedó a vivir en el país y,
contando con el apoyo de Echenique, procedió a armar un grupo para derrocar al
gobierno de Ecuador. La expedición
Flores fracasó, pero provocó las protestas del país limítrofe y de Nueva
Granada, llegando inclusive a temerse una guerra. Felizmente, primó la paz.
Las dificultades con Bolivia
persistieron por la invasión de la moneda feble de ese país, entorpeciendo el
comercio en el sur peruano. El Presidente de dicha nación, Manuel Isidoro
Belzú, demostró su hostilidad hacia sus vecinos y, ante los reclamos
presentados, expulsó a un diplomático peruano.
PASTOR
Reinó en el Perú, por la ofensa comprobada, el estado de
guerra contra ese país. Incluso el Congreso dio al Presidente facultados
extraordinarias y se movilizó el ejército
a la frontera. La guerra no se produjo porque estalló la revolución liberal
contra el mandatario peruano.
Una vida intensa fue la de
Echenique con vicisitudes e intranquilidades.
Pero vida al fin que llegó al poder y salió expulsado. Su periodo presidencial
debió terminar en 1857. Posteriormente se reivindicó. Quiso volver a la
presidencia pero nunca lo logró. Si destacó en otros puestos.
Sus padres fueron José Manuel
Echenique Vásquez y y Hermenegilda
Benavente Macoaga. El primero natural de Valparaíso Chile y la segunda de Ayata
en Bolivia, hermana de Jorge Benavente, Arzobispo de Lima.
Cuando contaba con seis años se
trasladó con su familia al Cusco, en tiempos de la rebelión de Pumacahua y los
hermanos Angulo. Un indio del pueblo de Para lo escondió, salvándolo de una matanza
que había sido tramada. Adoptado por una familia indígena se dedicó a las
labores de pastoreo. Hasta que fue reconocido por una persona que lo conocía y
devuelto a sus padres. Lo trasladaron a
Lima donde realizó sus estudios.
Tras proclamarse la
Independencia, se presentó ante el
General San Martín e ingresó como cadete de la Legión Peruana. Con el
grado de Subteniente participó en la Segunda Campaña de Intermedios que dirigió
Agustín Gamarra, contra las fuerzas realistas que ocupaban el sur peruano.
El escritor Bryce: uno de sus descendientes.
El escritor Bryce: uno de sus descendientes.
CON GAMARRA
Fue hecho prisionero en el
combate de Alsuri y confinado en la Isla Esteves, ubicada en el Lago Titicaca.
Tras el definitivo triunfo patriota, en 1824, fue liberado y retornó a Lima. En
1827 participó en la campaña militar emprendida contra los indios de Huanta,
quienes inexplicablemente mantenían su lealtad al Rey de España.
Integró el ejército del General
Agustín Gamarra que invadió Bolivia para acabar con la presencia grancolombiana
en ese país. Durante la guerra correspondiente
estuvo en la sorpresa de Saracura y en la batalla del Portete de Tarqui.
Secundó al Presidente Gamarra
durante la campaña efectuada en la frontera boliviana en la zona de Desaguadero
en 1831. Al año siguiente, le fue concedida la jefatura del Batallón Iquiza y
contribuyó a debatir una conspiración.
Apoyó la rebelión del General
Bermúdez contra Orbegoso. Ante la impopularidad de la revolución se convirtió
en mediador y auspicio el denominado “Abrazo de
de Maquinhuayo” en que ambos bandos se reconciliaron. Lo ascendieron a Coronel y le dieron la comandancia de la guarnición del Cusco.
COLABORADOR
Echenique se retiró a la vida
privada y se dedicó a la explotación de caña de azúcar en la hacienda San Pedro,
ubicada en el valle de Lurín. Por insistencia de Vivanco, volvió a la vida
pública como Prefecto de Lima.
Sirvió al gobierno vivanquista
del Directorio, y al estallar la rebelión constitucional de Castilla, se le
encomendó frenar su avance. Consiguió una campaña de pacificación en la sierra,
pero la asonada civil de Domingo Elías lo obligó a retornar a la capital. Al
final, desistió el ataque porque lo convencieron que estaba a punto de
decidirse la guerra en Arequipa entre las fuerzas de Vivanco y Castilla. Como
efectivamente fue así.
Pese a haber sido partidario de
Vivanco, el nuevo gobierno de Castilla lo incorporó como colaborador,
ejerciendo diversos cargos de importancia. El lo incentivó para que sea candidato y luego
Presidente de la República. Hombre de fortuna, hombre que se desprestigio con
errores garrafales. Militar de los que destacan que llegó al grado de General,
político de controversias. Pero, indiscutiblemente, forma parte de la Historia
del Perú. No puede dejársele de lado. (Noé)
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