Lo de la mafia de Orellana fue denunciado, en calidad de primicia, por esta columna hace mucho tiempo. Para
ser exactos, el 20 de Mayo del 2010. Es decir, más de cuatro años. Allí
dimos a conocer las barrabasadas de los miembros de esta banda de malhechores
que, en esa oportunidad, le birlaron un terreno de más de 3 mil metros
cuadrados a un lector de Miscelánea, el mismo que hasta ahora prefiere mantener
su nombre en reserva por razones de seguridad.
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Advertimos en esa oportunidad que
la banda estaba conformada por un abogado facineroso (Rodolfo Orellana Rengifo),
un controvertido ex parlamentario también hombre de leyes (Heriberto Benitez) y un ex jefe
policial retirado que tuvo que ver con la caída de Abimael Guzmán Reynoso (Benedicto Jiménez).
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Subrayamos, asimismo, que había un periodista de apellido de renombre y de
origen extranjero contratado para apoyarlos en la publicación de una
revista. Con el correr del tiempo, dicho sea de paso, el comunicador se asustó
y se arrepintió. Alejándose, por completo, de los delincuentes.
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Realmente que se salvó aunque cierto es que
editó algunos números de ese bodrio informativo llamado “Juez Justo”, creado
como publicación para amedrentar y denigrar a los adversarios que se les presentaban
en el camino. Al más puro estilo de los diarios chicha de Vladimiro
Montesinos y Augusto Bresani León.
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Por su parte, el congresista Benítez está a punto de ser desaforado
del Congreso de la República por sus conexiones directas con la mafia de Ancash encabezada por César Alvarez, personaje también preso.
En este desmadre delictivo también actuaron, según denuncias presentadas, Orellana y sus adláteres tan
perniciosos.
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En el destape periodístico
nuestro, nunca dimos nombres específicos y concretos. No obstante de que
sabíamos, con lujo de detalles, las
pillerías que cometían cada uno de los
protagonistas. Conocíamos lo peligrosos que eran cada uno de los personajes. Los mismos que
se dedicaban, sin ningún tipo de escrúpulos, a engañar y hacer daño a la gente. Así evitamos cualquier diligencia, juicio o
acción penal al que estaban acostumbrados a sostener, como cortina de humo, estos maleantes.
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No olvidemos que lo han hecho,
posteriormente, con infinidad de
periodistas. Nuestro objetivo fue
desenmascarlos y eso es lo que precisamente hicimos, sin temblarnos la
mano. Ni menos la conciencia. Cuánta razón teníamos.
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En efecto hoy en día, y desde
hace poco, Jiménez está preso, siendo investigado a
fondo. Y Orellana con orden de
prisión, buscado a lo largo y ancho del país. Las acusaciones van y vienen y
existe la esperanza de que, de una vez
por todas, los facinerosos sean juzgados y sancionados por todo lo mal que
hicieron en contra de la sociedad. Ya es tiempo.
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La disputa se ha iniciado, con
bombos y platillos al interior del Congreso de la República, en pos de la
presidencia de ese poder del estado tan venido a menos y desprestigiado. Los
congresistas, Fredy Otárola que iría por la reelección al
cargo, César Isla y Marisol Espinoza, del nacionalismo, son los candidatos
que se vislumbran con más fuerza.
Cierto es que la Vicepresidente de la
República se ha fortalecido notablemente en estos últimos días. Más que sus
otros colegas. El Presidente Humala será
el que decidirá quién va y quién se queda. Evidentemente que la opinión de
Nadine Heredia también pesa, en su condición de Presidenta del Partido Nacionalista.
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Obviamente que los oficialistas
quieren seguir detentando el poder y parece ser que así será. Los otros grupos
de la oposición, si bien presentarían candidatos, ellos no tienen muchas posibilidades que digamos.
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Entre los postulantes figurarían: Javier Bedoya de Vivanco y Juan Carlos
Eguren, ambos de las filas del PPC. En esta oportunidad, ya ha declinado y
nada quiere saber del asunto el
acciopopulista, Victor Andrés García
Belaúnde.
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Alejandro Toledo si que es cínico y testarudo. Ahora sale a decir
públicamente que va a recorrer todo el Perú para fortalecer su partido Perú
Posible y así tentar otra vez a la Presidencia de la República el 2016.
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Cuando lo inmediato para él es,
primero y ante todo, arreglar sus problemas legales y judiciales relacionados
con la corrupción y la compra de dos inmuebles de lujo por una cantidad que
sobrepasapor completo los cinco millones de dólares. No
ha contestado hasta ahora la pregunta
elemental: ¿De dónde pecatamea? Hay tanto sinvergüenza en el país. En fin,
lo dejamos allí.
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Marcial Rubio Correa ha sido
reelegido como Rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú y su
periodo durará, según anunció, hasta cuando se arregle el menudo lío que tiene
con el Cardenal Juan Luis Cipriani.
Por si acaso con el sacerdote no tiene nada que hablar. Lo ha dicho enfáticamente. Si lo hará con los cardenales
representantes del Vaticano.
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Los puntos críticos para llegar a
un acuerdo, señalados por el propio Rubio, son:
cómo se elige al rector, si los bienes son de la universidad o de la iglesia,
si los profesores están sometidos al
derecho peruano o al derecho canónico.
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La solución en términos de
tiempos no está clara. Muchos sostienen que la controversia tiene para años de años. Sobre todo, por lo controvertido del caso y además por las argucias
y berrinches del Cardenal Cipriani. Sin
embargo, los optimistas afirman que en
doce meses se arreglará la situación. Esperemos que sea así para acabar con
la zozobra del profesorado y alumnado de ese centro superior de estudios de
eminente prestigio.
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El influyente periodista
argentino Andrés Oppenheimer, cuyas columnas se publican
en más de 50 periódicos del mundo y es autor de innumerables libros de politica
y economía, visitó últimamente Lima y trajo una noticia realmente importante y
hasta se puede decir enteramente positiva: el
Perú hace 15 años está reduciendo la
pobreza mucho más que los países bolivarianos
y sin grandes convulsiones sociales.
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Cabe indicar al respecto que
aquí se compara a las siguientes naciones, además de la nuestra: Bolivia,
Colombia, Ecuador Panamá y Venezuela, en lo que respecto a su desenvolvimiento
económico y de progreso efectivo.
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En consecuencia y de acuerdo a lo
opinado, las palmas de la meta cumplida se la llevan los gobiernos de Alberto Fujimori de 1999 al 2000, Valentín Paniagua en el corto periodo de transición de Noviembre del 2000 a Julio del 2001, Alejandro Toledo en los 5 años que continuó, Alan García, en igual tiempo durante su segundo periodo del
2006-2011 y Ollanta Humala, con los tres transcurridos, del
2011 al 2014.
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Estos cinco mandatarios dirigieron y
fueron los responsables, conjuntamente
con sus ministros de Economía, de las políticas económicas correspondientes
a esos tres lustros señalados por el comunicador argentino.
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Humala lo está haciendo hasta el 2016 hasta ahora con un sólo titular del
portafolio correspondiente: Luis Miguel
Castilla, quien a su vez fue Viceministro del mismo sector durante el
gobierno aprista.
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Entonces es justo y vale la pena
recordar quienes eran los otros
Ministros de Economía, sector clave para
el desarrollo nacional. En el caso el fujimorato: Victor Joy Way, Efrain Goldenberg y Carlos Boloña Behr.
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El primero y el último, cometieron
también desaciertos garrafales en otros aspectos de la política con sus
conexiones directas con el inefable Vladimiro
Montesinos. Cierto es, eso sí, que en este campo especializado acertaron. Uno
no quita lo otro.
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Ellos en sus otras responsabilidades no sólo fracasaron
estrepitosamente, sino que se contaminaron, por completo, de corrupción y por
supuesto salpicaron al país de inmoralidad total. A Joy
Way incluso se le sindicó como ladrón, con condena judicial de por medio.
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Por su parte, Boloña santo nunca fue y hasta quiso ser, antidemocráticamente con
una ambición desenfrenada, Presidente de la República en reemplazo de Fujimori,
con el apoyo decidido del Doc. Enteramente
rechazable.
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Javier
Silva Ruete fue el artífice de la transición y se ganó las palmas del éxito.
En tiempos del toledismo destacaron, evidentemente, Pedro Pablo Kuczynski en
dos oportunidades, Silva Ruete otra
vez, Jaime Quijandría Salmón y,
finalmente, Fernando Zavala Lombardi
.
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Por el Apra, los responsables
exitosos: Luis Carranza Ugarte, Luis Valdivieso, Mercedes Aráoz e Ismael Benavides. Para lograr este sitial hubo definitivamente,
continuidad y un acertado plan que sería
mezquino no reconocerlo a todos estos gobiernos. Así se hace Perú. Aquí sí que
dimos en el clavo y eso es lo que recuerda, con precisión, Oppenheimer. Lustre
nacional e internacional, evidentemente.
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Lo del Ministro del Interior, el
General (r), Daniel Urresti, está en
el candelero de la discusión desde que se le enrrostró la acusación penal en su
contra de supuestamente haber participado en un crimen de lesa humanidad donde
perdió la vida, salvajemente, el periodista Hugo Bustíos. Unas corrientes de opinión se inclinan por apoyarlo y que siga en el
cargo. Los ha impresionado su actuación hiperactiva y enérgica. No obstante, de que hay
otra denuncia seria. Lo acusan, nada más y nada menos, que por la muerte de un
minero informal. Tras cuernos palos
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Pero muchos se inclinan, con razón y justificadamente esgrimiendo argumentos de peso, a que el militar retirado de un paso
al costado. En tanto, el representante
del Ejecutivo sigue ejerciendo el cargo a su peculiar estilo.
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Con ciertas poses, don de mando permanente,
arengas mil, dirigiendo personalmente operativos y haciéndose notar, a cada
rato, como eficiente. Ojala que así lo
sea y no solo pura fufulla de exclusiva forma. Mientras que el fondo se deje
por completo de lado. Eso sería el
acabose porque a nada bueno se llegaría.
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Si de críticas adicionales se
trata, una de ellas va, en contra, evidentemente, del Presidente Humala. No puede ser posible que llame a personas que tienen este tipo de
pasivos que son evidentemente graves.
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Las hojas de vida deben ser limpias,
inmaculadas y transparentes. En este caso, ni siquiera se puede decir que el
mandatario no sabía lo que ocurrió. El propio Ministro se lo contó. Y sin
embargo, vino el nombramiento. Qué tal
error, qué tal torpeza. ¿Le habrá contado lo del minero informal?
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Lo óptimo es que un funcionario
del Estado no tenga ningún tipo de problemas. Menos con la justicia. Sin embargo,
todo es posible en la dimensión tan peculiar del actual gobierno. En este
pandemónium, sabemos que el Ministro va a seguir en el cargo. Humala no se hace ningún tipo de
problemas y lo apoya a plenitud. Lo ha dicho sin ningún tipo de tapujos.
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Ahora bien, lo fundamental es que se llegue a descubrir la verdad de lo que
efectivamente ocurrió con el periodista y con el informal. Como expresión de
justicia plena y, por supuesto, si Urresti
tiene responsabilidad penal que le caiga todo el peso de la ley.
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Que las autoridades judiciales actúen con
celeridad y no con las dilaciones con que lo han hecho hasta ahora, sin ningún
tipo de interferencias vengan de donde viniera. El poder de turno y el propio implicado, aprovechándose de ello, no deben intervenir. Tan sólo estamos exigiendo
el debido proceso que es lo elemental y estemos atentos a lo que pase. (Noé)
Muchas gracias por compartirnos Miscelanea,querido amigo y colega Edgardo.Siempre amena y enriquecedora.
ResponderEliminarReynaldo Trinidad
GRACIAS, apreciado Edgardo.
ResponderEliminarCon Miscelánea me pongo al día de las ocurrencias políticas mas importantes.
Y estoy seguro que también lo hacen quienes tienen la suerte de contar con tu valiosa amistad.
Grata la reunión matinal en lo que fuera morada de Justo, cuando vivía su mamá, doña Dominguita.
Saludos.
Roberto