Miembro de una familia
perteneciente a la rancia aristocracia
de Trujillo, la señorial y corajuda capital del departamento norteño de La
Libertad donde se proclamó, por primera vez, la libertad peruana en contra del
yugo español. Militar fraguado en el campo de la batalla en pos de la independencia nacional. Político de
controvertido juzgamiento, cuyas apreciaciones de los demás lindaron en los extremos. Unos lo sindicaron
de persistente, valiente y magnánimo. Mientras que otros, por el contrario, le
enrostraron su carácter difuso que lo hacía débil para sus actos y susceptible
a cualquier tipo de influencias. Las buenas y las malas. Eran épocas
convulsionadas para el Perú del siglo XIX y, en este turbulento ambiente, llegó
a ser Presidente Constitucional de la República a título provisional, entre los
años de 1833 a 1836.
A Luis José de Orbegoso
Moncada Galindo le tocó vivir, por completo, una etapa de profunda división
social dentro del marco de una guerra civil sin precedentes. Ello dio lugar a
que su gobierno se desarrolle paralelamente
con el de los militares golpistas, Pedro Bermúdez y Felipe Santiago
Salaverry.
Dominado por completo por la
rebelión caudillista salaverrrista, auspició como alternativa y salida la
invasión boliviana de Andrés de Santa Cruz que se transformó en una guerra sin
precedentes. Luego vino el establecimiento de la Confederación Perú-Boliviana.
En este contexto histórico de
inestabilidad y combates contundentes por quítame estas pajas, lo nombraron
Presidente del Estado Nor Peruano integrante de la Confederación, cargo que
ejerció de 1837 a 1838.
Luis José de Orbegoso.
Luis José de Orbegoso.
PERGAMINOS
Quiso, cuando se arrepintió de su primera
decisión, expulsar tanto a los bolivianos confederados como a los chilenos
restauradores. Sin embargo, el líder fue
derrotado en el Combate de Portada de Guías. Este episodio cruento marcó el fin
de su carrera política.
Tenía, eso sí antes, pergaminos
de luchador infatigable y convencido
totalmente se pasó de las milicias coloniales al bando libertador de don José
de San Martín, participando con valentía desenfrenada y actuando decidido por
la Independencia del Perú
Nació el 25 de Agosto de 1795 en la hacienda
Chuquisongo, ubicada en el distrito de Usquil de la provincia liberteña de Otuzco. Su padre, Justo Pastor de
Orbegoso de Isasi Burutarán Gamarra Cortés, Alcalde de Trujillo y su madre, Francisca
Josefa Moncada Galindo Morales. La
Condesa de Olmos, título que su bisabuelo obtuvo del Rey español Carlos II en el siglo XVII. La
familia residía en la ciudad de Trujillo.
Estudió en el seminario
trujillano de San Carlos y San Marcelo, bajo la dirección de don Modesto de la
Vega, quien después se convirtió en su gran amigo y apoderado. Lo hizo también
en el Real Convictorio de San Carlos de Lima donde curso Filosofía, Matemáticas y Física.
MATRIMONIO
Concluyó su bachillerato en Artes
y tuvo que retornar a Trujillo por una grave enfermedad de su padre. Como no
tenía inclinación por el sacerdocio ni tampoco por las letras, asumió la
administración del patrimonio familiar y de la producción agropecuaria de su
hacienda. Su padre murió en 1814.
Contrajo matrimonio con María
Josefa Martínez de Pinillos Cacho, su sobrina en quinto grado, hija de
Juan José Martínez de Pinillos Larios y de
Josefa Cacho Lavalle. De la unión amorosa nacieron, en
total, trece hijos: Pedro José,
Trinidad, Manuela, Gregoria, Manuel, Jose Cleto, Emilia, Serapio, Matilde,
Nemesio, Juan Guillermo Eloy, Isabel y Josefina
Formó parte del regimiento de milicias
de Trujillo como cadete de caballería y, posteriormente, secundó la
proclamación de la independencia realizada por el Marqués de Torre Tagle. Llegó en carrera ascendente al grado de Coronel
rápidamente.
Comisionado para formar un
escuadrón, lo dotó de armas y víveres de su propio peculio. Respaldó por
completo al Presidente Riva Agüero
cuando se refugió en Trujillo tras ser destituido por el Congreso, en vísperas
del arribo del Libertador Simón Bolívar.
Imponente fachada de la Casa en Trujillo del ex-Presidente.
Imponente fachada de la Casa en Trujillo del ex-Presidente.
LICENCIA
Riva Agüero lo comisionó al puerto
sureño de Ilo y apoyó la Segunda Campaña de Intermedios contra los españoles que
permanecían fuertes en esta parte del país. Este ejército fue completamente
derrotado y dispersado.
Luego de retornar a Trujillo, lo
sorprendió la noticia de que Riva Agüero había sido apresado por sus propios
subordinados, con el objeto de centralizar el mando del país en manos de
Bolívar. Descontento por este hecho, el militar solicitó un año de licencia.
Sin embargo, ofreció su fortuna y
sus haciendas, ricas sobre todo en ganadería,
para atender las necesidades del ejército patriota y sólo pidió que al
terminar la guerra se le devolviese lo que de ellas quedase para intentar, de
esa manera, su rehabilitación.
La contribución a la causa patriota
resultó fundamental porque reforzó, definitivamente, a la victoria de los peruanos en su justa lucha
de liberación e independencia total fuera de todo yugo español.
Lo nombraron Subprefecto de Lambayeque
y luego Prefecto de La Libertad. Como
primera autoridad política, consiguió recursos económicos para la feliz
culminación de la campaña emancipadora. Por tal admirable actitud, el Congreso
Constituyente le otorgó la medalla cívica acuñada con el busto de
Bolívar, a manera de agradecimiento en 1825.
DIPUTADO
También se desempeñó como
Diputado en el Congreso Nacional y en tal condición presidió la comisión
enviada ante Bolívar, a quien se le solicitó su permanencia en el país. Lo
ascendieron a General de Brigada y reasumió la prefectura de su región natal.
Viajó a Guayaquil para comunicar al Mariscal José de la Mar su elección como
Presidente de la República.
Participó en la Guerra contra la
Gran Colombia desarrollada entre 1828 y 1829. Allí fue Jefe de la Segunda División
de Caballería, bajo las órdenes del General Mariano Necochea. Peleó en la
batalla del Portete de Tarqui y se convirtió en uno de los representantes
peruanos en las negociaciones del Convenio de Girón, las mismas que acordaron la suspensión de las hostilidades.
Expresó su disconformidad por el
golpe de estado protagonizado por Agustín Gamarra contra La Mar que resultó depuesto y
se retiró, desilusionado, a su hacienda de Chuquisongo. No obstante, al poco
tiempo, retornó a la actividad política.
Lo eligieron Diputado por
Huamachuco y ostentado el grado de General de División se incorporó a la Convención
Nacional instalada en Lima. En cuanto a grados militares consiguió el más alto
de ellos, el de Mariscal por sus hazañas militares logradas a pulso.
La misión de esa asamblea
era reformar la Constitución de 1828. Simultáneamente
se convocaron a los colegios electorales para las elecciones del Congreso y del
Presidente de la República que reemplace a Gamarra.
Dichos colegios sólo se reunieron
parcialmente y los comicios se frustraron. Entonces, la Convención Nacional se
arrogó la potestad de elegir a un presidente provisorio. Los conservadores
apoyaron la candidatura del General Pedro Bermúdez y los liberales la de Orbegoso.
Placa que recuerda la independencia de Trujillo.
Placa que recuerda la independencia de Trujillo.
JURAMENTO
El ganador fue Orbegoso con 47
votos, sobrepasando los 37 que obtuvo su rival. Al día siguiente concurrió a la
Convención Nacional, prestó el juramento prescrito por la ley y asumió el mando
de la primera magistratura de la nación.
Orbegoso se sintió prisionero en
Palacio de Gobierno porque era notoria la influencia directa que Gamarra
ejercía sobre las Fuerzas Armadas, en su condición de general en jefe del
Ejército. Hostigado por los
conservadores y temiendo un golpe de estado, el liberteño decidió refugiarse en la fortaleza
del Real Felipe, ubicada en el Callao. Ahí instaló la sede de su gobierno y
comenzó a relevar a los gamarristas de los altos mandos del Ejército.
En respuesta a esta acción, la
guarnición de Lima se sublevó y proclamó Jefe Supremo al General Pedro
Bermúdez. Sus tropas sitiaron la
fortaleza del Callao. Lo que se alegaba es que la presidencia de Orbegoso era ilegal, en vista de que no le
correspondía a la Convención elegir al Presidente.
OVACION
A nivel nacional, la autoridad de
Bermúdez fue acatada por algunas guarniciones. Pero, en Lima, la civilidad se
mostró contraria al golpe y se alzó en armas. Los bandos se enfrentaron en las
calles de la capital. En vista de la derrota sufrida, Bermúdez y sus partidarios
se retiraron rumbo a la sierra.
Por su parte, Orbegoso ingresó
triunfalmente a Lima y la población lo ovacionó por completo. Entonces, la
Convención Nacional aprobó una ley que autorizaba al Gobierno a pedir la
cooperación del gobierno de Bolivia. Al mando de sus tropas, el Presidente
marchó a la sierra en busca de Bermúdez. Pero fue vencido en la batalla de
Huaylachuco, cerca de Huancavelica.
El encuentro definitivo estaba
previsto en Jauja. Sin embargo y
felizmente, la guerra acabó cuando ambos mandos se amistaron en el denominado “Abrazo de Maquinhuayo”, ocurrido el 24 de Octubre de
1834. Los rebeldes reconocieron la autoridad gubernamental elegida, aunque sus
caudillos, Gamarra y su esposa Francisca Zubiaga La Mariscala, huyeron del
país.
El Presidente ingresó
triunfalmente a Lima y el pueblo lo aclamó, por segunda vez, de manera
contundente. Incluso se le sacó del coche y lo llevaron en hombros a Palacio de
Gobierno, donde llegó en olor a multitud.
Así se inició en el Perú un
periodo liberal con Orbegoso a la cabeza y la Convención Nacional como poder
legislativo donde dominaban, con sus ideas, los sacerdotes Francisco Javier de
Luna Pizarro y Francisco de Paula González Vigil.
La Convención Nacional, el 10 de
Julio de 1834, promulgó una nueva Constitución: la cuarta que se redactaba en
once años y la tercera de tipo liberal. Esta carta magna fue una fórmula de
transición para la federación con Bolivia y un intento para poner barreras al
autoritarismo militar.
Andrés de Santa Cruz
Andrés de Santa Cruz
SALAVERRY
El liberteño, en su gobierno, tuvo que atender las
dificultades derivadas de la guerra civil. Apeló a reforzar el comercio
internacional con un porcentaje sobre el valor de las mercancías, levantó
la prohibición de importación sobre
algunos productos y benefició al tesoro con la recaudación de los derechos
aduaneros. Favoreció la exportación del oro y la plata con franquicias, dando
alienta a la industria minera.
Creó e instituyó la Sociedad de Beneficencia
de Lima, compuesta por 40 vecinos prestigiosos. Así se continuó la tradición
colonial de ayuda a los enfermos y desvalidos. Asimismo, los juzgados de aguas
distribuyeron el liquido elemento en forma equitativa entre la población.
El mandatario emprendió una gira
por el sur del país y dejó en Lima en el gobierno a Manuel Salazar y Baquijano.
Como Inspector del Ejército al General
Felipe Santiago Salaverry, quien aprovechó la oportunidad para proclamarse como
Jefe Supremo de la República, el 22 de Febrero de 1835, bajo el pretexto de que
el Perú se hallaba acéfalo sin cabeza de mando.
PLANES
El norte y el centro del país
apoyaron a Salaverry. Más no el sur donde se hallaba Orbegoso instalado en
Arequipa. Desde allí envió una misión al mando del General Francisco Valle
Riestra que desembarcó en Pisco.
Pero no pudo continuar porque sus
propios hombres lo apresaron y lo entregaron al insurrecto que lo mandó a
fusilar. Otra expedición organizada en el norte por el General Domingo Nieto
también fue sometida. Salaverry unificó, en sus manos, el mando del país. La
excepción era Arequipa.
Mientras tanto, en Bolivia, el
Presidente Andrés de Santa Cruz y
Agustín Gamarra hacían planes para unir ambos países, en una república federal. Entonces Gamarra sin
consultar a nadie ni menos a su aliado se adelantó, cruzó la frontera en
Desaguadero e ingresó al Perú, ocupando Puno y Cusco. Ante tal sorprendente
situación, el mandatario del altiplano negó estar confabulado con Gamarra.
Orbegoso, desde Arequipa,
solicitó el auxilio de las fuerzas bolivianas. No estaba enterado, bajo ninguna
forma, de los acuerdos de Gamarra y Santa Cruz. El convenio con Bolivia lo firmó y se acordó que este último pasaría al Perú
con sus fuerzas, como acto preparatorio de la Confederación Perú-Boliviana. Inmediatamente
ingresaron al territorio 5 mil soldados de ese país.
El mandatario peruano, con una
inocencia total digna de ingenuidad, le
entregó prácticamente el poder a Santa Cruz. Por su parte, Gamarra se enfureció
con estas decisiones y se alió con Salaverry. Le hizo frente a la invasión boliviana, siendo
derrotado en la batalla de Yanacocha. Lo tomaron preso y a renglón seguido
lo deprotaron.
Simbolos de la Confederacion Perú-Boliviana.
lo deprotaron.
Simbolos de la Confederacion Perú-Boliviana.
ESTRATEGIA
Santa Cruz y Orbegoso abordaron
una estrategia a seguir. El primero marcharía contra Salaverry que avanzaba
hacia Arequipa y el segundo se dirigiría
hacia Lima. Como en efecto lo hizo e
ingresó triunfante por tercera vez. Volvió a ejercer el poder momentáneamente.
Hasta se dio el lujo de hacer campañas de pacificación en el norte y el centro
del país.
Mientras tanto, en el sur, Santa Cruz derrotó a Salaverry en la
Batalla de Socabaya, ocurrida el 7 de Febrero de 1836. Este último fue apresado
y fusilado en Arequipa. Comenzó así el poder de la Confederación Perú Boliviana,
con Santa Cruz a la cabeza.
Por su parte, Orbegoso, en la Asamblea
de Huaura fue investido como Presidente del Estado Nor Peuano recién creado que
conformaba, además, con el Estado Sud Peruano y Bolivia, la confederación bajo
el mando de Santa Cruz como supremo protector. El primero de los sectores
geográficos divididos incluía: Lima, Huaylas, Junín,. Amazonas y La Libertad.
VANDALISMO
A la Confederación la atacó el
Ejército Unido Restaurador, conformado por tropas peruanas y chilenas.
Paralelamente comenzaron las deserciones en el seno del Estado Nor Peruano. El
descontento contra Santa Cruz se generalizó por completo. Orbegoso no sabía qué
hacer. Peo sus generales, sin embargo, declararon la separación y la disolución.
El Ejército Restaurador
desembarcó en Ancón bajo el mando del General chileno Manuel Baquedano.
Orbegoso denunció el vandalismo que los sureños habían cometido en su avance
por el territorio peruano y, junto con los generales Domingo Nieto y Francisco
Vidal, quisieron expulsar tanto a los bolivianos como a los mapochinos,
Sin embargo, las fuerzas restauradoras
continuaron avanzando y se encontraron con los peruanos comandados por
Orbegoso, Nieto y Vidal en las afueras de Lima. La diferencia numérica entre
los ejércitos era abrumadora: unos 5 mil
contra unos 1,300 orbegosistas. Como era previsible, en el Combate de
Portada de Guías, ganaron los invasores.
Con la derrota encima, Orbegoso
permaneció ocultó en Lima hasta que se
dirigió disfrazado al Callao, donde lo reconocieron y lo atacaron a balazos. No obstante, logró ocultarse a
salvo en la orilla del mar. Allí lo envolvió una ola y estuvo a punto de morir
ahogado. Felizmente que, al día siguiente tras nadar acertadamente, halló
refugio en una casa del puerto. Luego se trasladó al Real Felipe.
Salaverry y su rúbrica.
Salaverry y su rúbrica.
EN GUAYAQUIL
Santa Cruz, haciendo gala de su
típica astucia, convenció a Orbegoso, con la promesa falsa de arrojar a los
invasores. Este último le creyó y anunció tal entendimiento. Por supuesto que
nada se cumplió.
Lo cierto es que el embustero quiso anularlo políticamente. A
tal punto que, de un momento a otro en actitud típicamente golpista, le dio dos
oportunidades: permanecer en el país sin ningún tipo de poder o dirigirse al
extranjero. Si aceptaba esto último, al expulsado se le proporcionaría un buque y se le pagaría su sueldo.
El liberteño, completamente
indignado y dándose cuenta del engaño,
se refugió en la fragata francesa Andromede. Desde allí amenazó con
publicar documentos comprometedores de su rival. Los caudillos incluso se
entrevistaron en dicha nave durante cuatro horas, pero no llegaron a ningún acuerdo.
Entonces, sin fuerza ni
posibilidades reales, el que había sido presidente del Perú se embarcó en una goleta
mercante y llegó a Guayaquil. Era el 4 de
Diciembre de 1838. Su carrera política había terminado por completo.
MUERTE
Muy poco tiempo después Santa
Cruz es derrotado por los restauradores en la Batalla de Yungay, terminando así
la guerra con la disolución de la Confederación. Por su parte, Orbegoso
permaneció en tierras ecuatorianos hasta 1844.
Luego retornó a Trujillo donde
pasó los últimos tiempos de su convulsionada vida hasta que murió el 5 de
Febrero de 1847, a los 51 años, en su solariega casa que hasta ahora
existe con pisos empedrados, infinidad
de cuartos y salones bellos, ubicada cerca a la Plaza de Armas de Trujillo.
La heredó tras el fallecimiento de sus padres
y ostenta sobre el pórtico el escudo de armas de los condes de Olmos cuyo último
representante histórico fue este controvertido militar, adalid de la independencia,
luchador infatigable, pusilánime algunas veces. Pero que llegó al poder, a
pesar de sus errores e incongruencias. (Noé)
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