jueves, 12 de noviembre de 2015

DEPONEN A ONGANIA

Luego de 3 años y  57 días de ejercer la presidencia de la república en la Argentina, el Teniente General Juan Carlos Onganía era depuesto por la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas ante las discrepancias surgidas “en cuanto a la forma de encarar las medidas necesarias para el futuro desarrollo del proceso político nacional”.
Los desprevenidos argentinos que transitaban por las cercanías de la Plaza de Mayo en la mañana del lunes 8 de Junio de 1970 advirtieron un movimiento inusual en la Casa Rosada sin suponer que horas más tarde, se iniciaba un proceso que desembocaría 10 días después, con la designación del General Roberto Marcelo Levingston para desempeñar la titularidad de Poder Ejecutivo.
Mientras el Teniente General Onganía asistía ese mañana al acto inaugural del Panel Internacional de Expertos en Recursos Hídricos, los comandantes en jefe del Ejército, Teniente General  Alejandro Agustín Lanusse; de la Armada, Almirante Pedro Gnavi, y del a Fuerza Aérea, Brigadier General Carlos Rey, se reunían en el Ministerio de Defensa con el titular de esa artera, doctor Cáceres Monié, para analizar la situación nacional.
Hacía 10 días el país había sido sacudido por el secuestro, en su domicilio de Montevideo 1053, del ex presidente provisional de la nación, Teniente General (r) Pedro Eugenio Aramburu, hecho que inauguraba por parte de grupos subversivos una ola de violencia y de terror que conmovería luego al país.

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Al Presidente Ongania lo sacaron otros militares.

COMUNICADOS
Entre las 11 y 14.55 de ese lunes una serie de comunicados difundidos por la Presidencia de la Nación y por los comandos en jefe de las tres fuerzas armadas alertan al pueblo-que ya comenzaba a congregarse curioso frente al palacio gubernamental-sobre los acontecimientos que vive la República.
Las divergencias entre Onganía y la Junta de Comandantes hacen crisis. A las 14.10 el Presidente de la Nación da a publicidad el decreto 2632 por el cual releva al Teniente General Lanusse como comandante en jefe del Ejército, decreto que es contestado-45 minutos más tarde- por un comunicado de la Junta de Comandantes en el que anuncia  que el organismo “resolvió reasumir de inmediato el poder político de la República” y en el que invita a Onganía “a presentar su renuncia al cargo que hasta la fecha ha desempeñado”
Al día siguiente en una ceremonia realizada a las 16.15 en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, la Junta de Comandantes asume del poder político del país, oportunidad en que el Almirante Gnavi-al dar lectura a un mensaje- explica que las divergencias entre las fuerzas armadas y Onganía habían surgido en “cuanto a la forma de encarar las medidas necesarias para el futuro desarrollo del proceso político nacional.

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Porotestas masivas por las calles contra el régimen.

PELIGRO
El enfoque esbozado por Onganía-agregaba Gnavi- creaba el peligro de desembocar en una representatividad  segmentada que no canalizara adecuadamente las corrientes de opinión ciudadana, de acuerdo con la tradición democrática argentina y, al mismo tiempo, engendraba un concepto de Estado que podría haber llevado a deformar nuestra esencia  republicana”
La Junta de Comandantes anunciaba también su intención de “retornar al sistema democrático y representativo de gobierno” y de “nombrar nuevo presidente de la nación dentro de los próximos 10 días”
Efectivamente el domingo 14 de Junio el Almirante Gnavi en su carácter de presidente de la Junta de Gobernantes, anunciaba al país que el jueves siguiente-día 18- asumiría la primera magistratura el General de brigada Roberto Marcelo Levingstone, quien venía desempeñándose como Agregado Militar den la embajada argentina de Estados Unidos y como presidente de la delegación nacional ante la Junta Interamericana de Defensa.
El jueves 18, a las 11, en una breve ceremonia, el General Levingston- de 50 años de edad- prestaba juramento ante los integrantes de la Junta de Comandantes como el nuevo presidente de la nación. Se cerraba un ciclo en la historia de la Argentina.

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