sábado, 14 de mayo de 2016

EXITO Y FRACASO DE SAENZ PEÑA

El doctor Luis Sáenz Peña asume el gobierno el 12 de Octubre de 1892. Es un hombre de 76 años alejado de las luchas electorales y aspira a gobernar sin partido Y sustraído a sus imposiciones. Tiene en virtud de esta  aspiración, frecuentes discrepancias con sus ministros, pero no se molesta en pedirles la renuncia, cuando juzga necesario su separación. Se limita a enviarles una carta al domicilio particular, informándoles que han dejado de pertenecer al gabinete. Estas cartas se hacen famosas con el nombre de cedulones. Las crisis de gabinete son frecuentes y alarmantes. Los acuerdistas abren fuego contra el Presidente de la República.
Mientras tanto, los radicales conspiran en la sombra. Hay ruido de armas en la provincia de Buenos Aires. El Presidente lo percibe  y concibe el plan de neutralizar a la Unión Cívica Radical, llamando a uno de sus dirigentes más calificados, el doctor Aristóbulo del Valle para que forme el gabinete.
Del Valle consulta con las principales figuras del partido, la actitud que debe asumir, y a tal efecto se reúne el comité nacional. Hipólito Irigoyen en su seno asume una actitud de de absoluta intransigencia, expresando claramente al que se le ofreció el cargo que el radicalismo no debe colaborar a ningún precio con la oligarquía.
El comité nacional hace suya la intransigencia de Irigoyen, pero la seducción del poder puede más que el consejo de sus correligionarios.  Aritóbulo del  Valle acepta la misión que se la había confiado hábilmente Sáenz Peña.

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Luis Saenz Peña quiso gobernar sin partido.

DEMARIA
Entra el gabinete llevando a la cartera de Hacienda a su amigo y correligionario el doctor Demaría, e inmediatamente se propone desarrollar un plan en virtud del cual en poco tiempo el radicalismo podría tener el control político en todo el país.
Es la revolución desde arriba a la que oponía Hipólito Irigoyen sosteniendo que debía hacerse desde abajo. La gestión política del flamante ministro despierta recelos en el presidente, sobre todo cuando el doctor Demaría, en su carácter de titular de la cartera de Hacienda, dispone una investigación de todos los actos administrativos de los gobiernos anteriores.
La alarma  cunde en el oficialismo, que denuncia fines meramente políticos y no de moral administrativa en la solicitud del doctor Demaría. Pellegrini, que se encuentra en Mar del Plata, toma el tren con urgencia para Buenos Aires y al despedirse de sus amigos en el andén de la estación les dice: “Voy a echar de un puntapié a ese zonzo.
Conversa con el Presidente y no le resulta muy difícil convencerlo de que  debía terminar la aventura de los radicales. Cae el gabinete de Aristóbulo del Valle y lo reorganiza, en su reemplazo, Manuel Quintana. 
REVUELTAS
Hipólito Irigoyen tenía razón.  A la Unión Cívica Radical no le quedaba otro remedio que la revolución desde abajo. El plan revolucionario había sido pacientemente preparado. A fines de Julio estallan revueltas en distintos puntos del país, caracterizándose el levantamiento de los santafecinos que deponen al gobernador asumiendo el poder el doctor Mariano R. Candiotti con un grupo de correligionarios, entre los que se encuentra el doctor Lisandro de la Torre.
Pero el principal núcleo rebelde está en la provincia de Buenos Aires, donde Irigoyen había organizado el golpe hasta en sus menores detalles y con la participación activa del pueblo a fin de que  la revolución del 93 no constituyera una asonada más, de las que tan triste memoria tenía el país.
El día 30 de Julio, a las 4 de la mañana, estalla la revolución  simultáneamente en 88 localidades distintas de la provincia de Buenos Aires.  Irigoyen encabeza la acción en las Rosas, Alvear en Temperley  y otros dirigentes cumplen con su misión en los restantes y numerosos distritos, todos bajo el comando del Coronel Martín Irigoyen, que es el jefe militar designado para asumir el control de las tropas sublevadas en distintas unidades.
Las fuerzas rebeldes triunfan rápidamente en todas las provincias menos en La Plata, donde se hace fuerte el gobierno, a pesar de lo cual se ven en la necesidad de presentar sus renuncias el gobernador Costa y el vice del Carril.

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Los revolucionarios de aquella época

INSURRECTOS
Los insurrectos congregan cerca de 8 mil hombres en Témperley,  junto al doctor Marcelo T. Alvear y deciden convocar la convención del partido en Lomas de Zamora. Se reúne la convención y elige gobernador provisorio a Irigoyen, pero como éste renuncia en forma indeclinable, debe designarse en su remplazo a Juan Carlos Belgrano, quien se rodea  con hombres como José de Apellániz y Marcelo T. de Alvear.
El Presidente Sáenz Peña y sus amigos no encuentran medios adecuados para sofocar la revolución en la provincia de Buenos Aires, hasta que Pellegrini, a quien los revolucionarios habían tomado prisionero, poniéndolo luego en libertad  por orden de Irigoyen, llega con el recurso salvador. Irigoyen tuvo motivo más tarde para arrepentirse de su arrebato de hidalguía.


El radical  Aristóbulo del Valle.

El Presidente Sáenz Peña resuelve abandonar la lucha entregando el gobierno a las autoridades elegidas por la convención radical de Lomas de Zamora. El día 8 cesan, de este modo, las hostilidades. El 9, las tropas sublevadas para acompañar la revolución radical hacen su entrada triunfal en La Plata., junto con el gobierno provisorio que se instala en la Casa de Gobierno, ordenando al día siguiente el desarme de todas las fuerzas para encausar la situación por las vías de la normalidad. 
SANCION
Pero de inmediato el Congreso Nacional, controlado por el oficialismo, sanciona la intervención a la provincia que se hace cargo del gobierno, sin lucha, al frente de las tropas de línea. La revolución había fracasado en la provincia de Buenos Aires.
Y aunque quedaban todavía algunos núcleos rebeldes de cierta importancia, en el interior del país, que tenía  reservado al General Roca una tarea represiva digna de consideración, se cerraba con el fracaso de la revolución en Buenos Aires, un nuevo capítulo de la lucha del radicalismo por la conquista del poder

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