Le dijimos a Julio Guzmán, con
claridad y sin tapujos, que nunca más alce hacia arriba los puños cerrados en señal de triunfo y convencimiento
porque se parecía, tremendamente, a uno de los peores dictadores de la Historia
del Perú: el general Juan Velasco Alvarado quien, efectivamente, hacia lo mismo
para colmo de males.
Nada original la actitud del candidato. Ni menos
democrática. Tampoco espectacular. Lo que había pasado es que el joven, que quería hacer política de la seria y cambiante, realizaba actos similares a los de este militar de marras al que se
le recuerda, mayoritariamente, con rechazo total. El autor y causante de
grandes males, de todo tipo: sociales, políticos y económicos en contra del país. Hasta
ahora los arrastramos. Más cierto que la existencia de la luz y la pureza del
agua.
Ni lo sabía el postulante que llegó de cero a más del 20% de las preferencias en las encuestas y fue sacado de un plumazo por las autoridades electorales. Ellos sostuvieron que incumplió los requisitos legales vigentes y por allí se condujo la tacha que, más temprano que tarde, tuvo efecto total. Y el ciudadano ay seguía, irresponsablemente, levantando los puños….
Ni lo sabía el postulante que llegó de cero a más del 20% de las preferencias en las encuestas y fue sacado de un plumazo por las autoridades electorales. Ellos sostuvieron que incumplió los requisitos legales vigentes y por allí se condujo la tacha que, más temprano que tarde, tuvo efecto total. Y el ciudadano ay seguía, irresponsablemente, levantando los puños….
El hombre quedó por completo
fijado en la campaña electoral, con el
apetito desbocado y el empecinamiento fervoroso de María Teresa Guzmán,
una burócrata a quien le
permitieron ingresar a la política sin conocer, ni siquiera, el ABC del alfabeto. Era tan sólo la hermana,
la hermanísima del candidato. Nada más.
Pero tampoco nada menos.
Allí está orondo Julio Guzmán, con los puños hacia arriba.
Allí está orondo Julio Guzmán, con los puños hacia arriba.
LA CAUSANTE
Ella fue, para tirios y troyanos,
la causante del descalabro de una candidatura que prometía porque tomó las
riendas, a su particular manera, de una parte de la organización política medular. Así
adiestró a un grupo de personas de
narices largas y tamaños seculares, conjuntamente con un sinnúmero de improvisados
que se vestían mal con polos deformados, shorts a la rodilla y sayonaras en
los pies de diez soles, con pezuña repugnante de por medio. En sus cuerpos reinaban los tatuajes. Como los delincuentes.
Ellos, irresponsablemente, actuaban
como robots y para absolutamente nada sirvieron.
A todas luces metieron, por completo, la pata en la inscripción que se requería y no pudieron pasar
el examen frente a unas leyes endebles,
detallistas, malas de por sí. Y Julio Guzmán bien gracias.
Nadie, de lo del tema de Velasco, se lo había
comunicado. El con sus 45 años, de un curriculum vitae de profesionalidad, prestada
por poco tiempo al gobierno de Humala como Vice-Ministro y Secretario General del Premierato, lo
ignoraba por completo y lo hacía así, inocentemente, para conectarse con el
pueblo. Aunque el político, por obligación, tiene que conocer de historia. Pero éste ducho, de ninguna manera, era. Lo estaba demostrando a cada rato.
LAS DECISIONES
Lo decimos, además, porque ni una palabra nos contestó aquella noche, la última de la unión partidaria, cuyos pormenores los revelamos en calidad de primicia. Tan sólo, para disimular, puso buena cara en un acto
que nos despedíamos para siempre, de forma cordial y civilizada. Ya no era apropiado hablar de lo ocurrido.
El se despedía de la militancia del Partido Todos por el Perú que lo cobijó de la mejor forma y nosotros, el Comité Ejecutivo Nacional y la Comisión Política de cuyas estructuras formábamos parte, lo acogíamos fraternalmente. Lo cortés no quitaba, de ningún modo, la discrepancia.
En efecto, a dichos organismos, durante su corto reinado, jamás les hizo caso. Ni siquiera le interesó saber lo que sus miembros pensaban. Para nada. Obviamente, el respeto a la democracia interna no existió tampoco, a lo largo de la campaña. Que quede señalado, con exactitud meridiana
El se despedía de la militancia del Partido Todos por el Perú que lo cobijó de la mejor forma y nosotros, el Comité Ejecutivo Nacional y la Comisión Política de cuyas estructuras formábamos parte, lo acogíamos fraternalmente. Lo cortés no quitaba, de ningún modo, la discrepancia.
En efecto, a dichos organismos, durante su corto reinado, jamás les hizo caso. Ni siquiera le interesó saber lo que sus miembros pensaban. Para nada. Obviamente, el respeto a la democracia interna no existió tampoco, a lo largo de la campaña. Que quede señalado, con exactitud meridiana
Lo que se impusieron fueron influencias
y sacaron a la mala, de su cargo, a la Secretaria General y experta en asuntos
electorales, Raquel Lozada. El suscrito fue pulverizado de la Secretaria Nacional
de Prensa y la capacidad habilidosa del Presidente, Aureo Zegarra, impidió, conmigo, la desaparición de mis funciones como integrante de los dos cuerpos vitales del partido.
Fue así que me cambiaron a otra secretaría de la
cual, dicho sea de paso, ni siquiera me acuerdo de su nombre. Allí estuve vigente, felizmente. Gajes del oficio. La direccionalidad y conducción eficiente de prensa
jamás se dio, a pesar de que lo advertí, insistí, insistí, insistí con
argumentos técnicos y profesionales de un lado y otro. Pero nunca se consiguió.
Más pudo la improvisación.
Mucho menos sabían esto y lo otro
que se venía en asuntos electorales, los áulicos seguidores de su entera confianza. Tampoco el jefe de la campaña electoral que designó personalmente, un improvisado que vino del Africa, asesor de una
de esas dictaduras, de dos por medio, que quería y quiso pontificar de eficiencia. El bienaventurado,según se aseguraba, trabajaba unas 15 horas diarias. Muy poco dormía. Kagame, que tal nombrecito si le pones la c, había sido su líder, de quien
recibía órdenes. Allá en ese peliagudo y controversial continente.
Nunca pudo tener buenas relaciones con los medios.
Nunca pudo tener buenas relaciones con los medios.
INCAPAZ
Pero lo único que creó fue la discordia. Este incapaz, con el
omnipotente cargo, no cobraba un centavo por honorarios. Después lo iba a hacer
a raudales, cuando llegasen al poder. Lo había anunciado con todas sus letras. Nunca
lo conquistaron. Felizmente y para bien de todos los peruanos. Cómo habría sido
ello. De la que nos salvamos.
El hombre se quedó perplejo, mirándome fijamente. Luego y de inmediato, expresó una sonrisa, Qué le quedaba. Lo cierto es que recién descubría
lo que pasó en la vida política del país, allá entre 1968 y 1975. Si el dictador levantaba las manos así cuando salía a las calles, en busca del apoyo
popular y nunca lo consiguió.
Kagame, perdón el jefe del accionar político, había actuado, en la campaña, a todo dar excesivamente y con el apoyo efectivo otorgado por el que iba a ser Presidente de la República del Perú. Sin limites. Ni parámetros. Todo le permitían. Era el intocable y el que más poder tenia, después de Julio. Que tal improvisado y audaz. Así de esas formas se desempeñó. Nació en Huancayo, se fue a
Inglaterra. De ahí al continente negro y retornó al país, donde conoció a su
muñeco presidencial
Mientras tanto, hagamos historia para que los ignorantes aprendan. En aquellos tiempos de más de 40
años, los mastines velasquistas dijeron,
en calles y plazas a todo pulmón: “Fuerza Armadas y Pueblo Unidos” o algo parecido. “Contigo chino (Velasco)
hasta la muerte”.
CONSTITUYENTE
No era cierto. El militar cayó y dejó el poder,
sin pena ni gloria. Otro de ellos, el General Francisco Morales Bermúdez, lo
remplazó por la vía del golpe de estado, ocurrido en la heroica ciudad de Tacna.
Luego continuaron cinco años de dictadura, en medio de una turbulencia popular
feroz que marcaba pautas para la libertad.
Hasta que eligieron a los representantes
de la Asamblea Constituyente que sirvió para dar, de forma completa, la Constitución de 1979. Así se inició, a
partir del 28 de Julio de 1980, el segundo gobierno democrático y apacible de Fernando Belaunde
Terry, apoyado por el Partido Popular Cristiano, que desempeñó dos carteras en
el gabinete ministerial. Uno de los ministros era Pedro Pablo Kukzynski, el
actual candidato presidencial, en el
despacho de Energía y Minas
Tampoco fue positivo lo que proyectó Guzmán
cuando quiso volver al escenario de la política nacional. Creía que con sus
advertencias podía parar las elecciones
del 2016. Habló inclusive, irresponsablemente, que existía el fraude
electoral. No digería ni aceptaba que había sido excluido del proceso. Lo que
es peor nunca supo perder y decir que revocado
estaba.
Un iluso de tomo y lomo que recurrió a los
organismos internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA) y
la Corte Interamericana de Justicia con sede en San José (Costa Rica), con el
único objeto de desprestigiar al Perú. Nadie estaba de acuerdo con ello, pero él
se mandó con todo. Otra discrepancia con nosotros de manera total.
Un solo puño. y al lado sus seguidores.
Un solo puño. y al lado sus seguidores.
AUSENTES
Lo del saludo de Velasco y la
increpancia fueron testigos los miembros del Comité Ejecutivo Nacional y la Comisión
Política de Todos por el Perú. Allí
estaban presentes: Aureo Zegarra Pinedo
(Presidente), Raquel Lozada (Secretaria General), Manuel Gallastegui, José Antonio Aspíllaga, Manuel Villalva, July Valencia, Mercedes Mendoza, César Ortiz, el suscrito y otros dirigentes.
Los ausentes, por una u otra
razón, fueron otros fundadores del partido: Drago Kisic Wagner, candidato, el 2001, a la
Primera Vicepresidencia de la República en la fórmula de Lourdes Flores Nano de
Unidad Nacional, Raúl Salazar, el famoso tecnócrata que iba a ser Ministro de Economía
de un posible gobierno del Frente Democrático (FREDEMO) de Mario Vargas Llosa, Gonzalo
Aguirre (ex Presidente y ex Regidor por Lima) y el economista de Macroconsult,
Elmer Cuba, el mismo que terminó renunciando al partido por razones personales
y fue el que trajo a Guzmán, a las entrañas
de la agrupación.
La misma que lo lanzó a la candidatura de la Presidencia
de la República. No fue, de ninguna manera, Todos por el Perú vientre de alquiler.
El candidato se había inscrito en nuestras filas el año 2014.
CONTRADICCIONES
Guzmán llegó un poco tarde a la
reunión para decir-y lo hizo- que renunciaba al partido. El dirigente se iba a buscar, por
su cuenta, porvenir político. Lo tuvimos allí vestido de pantalón blujean y camisa
larga remangada. Con su cara de payasito malcriado y su expresión fácil. Evidentemente que con recovecos escondidos por aquí
y por allá para decirse y
contradecirse, como es su costumbre y será siempre.
Lo hizo en las principales
entrevistas que dio a los medios de comunicación. Al mismísimo diario “El Comercio”
y señalaba, luego de haber fracasado por completo en el acto
de comunicar, que eso fue una emboscada y celada total. ¿De quién?
No había nada de ello. Lo mismo
pasó, cuando trató con la prensa extranjera, la situación del pueblo judío, Igual
ocurrió con otros temas de actualidad. El hombre siempre afirmaba y cambiaba.
Era su costumbre y su modo de ser conspicuo. Contradictorio total
De eso y de todo lo afirmado aquí y allá, la
dirigencia principal de Todos por el Perú no estaba de acuerdo. Sus organismos legítimos
discrepaban por completo. El candidato seguía para adelante
hasta que le vino la guillotina electoral que se la buscaron y le sacaron filo,
la inoperancia de los irresponsables que estuvieron a cargo de ello. La hermanísima a la cabeza y en primer lugar. Antes del descalabro,
se lo dijimos y advertimos a Guzmán. Como si no le entraran las balas. Menos los
consejos
El postulante, solemne e iracundo, decía donde podía que “no tomaba en cuenta, ni vivía
del pasado”. Cataplum lo tumbaron y ni siquiera lo pudieron defender, con efectividad, los
carlomagnos y los justinianos que por allí aparecieron. Sin capacidades de ningún tipo .
Preocupado por lo que se le venia..
Preocupado por lo que se le venia..
AGIGANTADO
Allí siguió el buen Guzmán
agigantado, impresionado, como siempre, expresando convicciones. A la hora de
la hora enteramente falsas. Lo que hacía y decía eran pamplinas. Al poco tiempo se contradecía.
Esa fue una regla. Esa fue, definitivamente, una constante. Porque este hombre
cambia, cambia a cada rato. No por convicción, si por conveniencia.
El manotazo de ahogado lo dio
días antes de irse. Exigió ocupar la presidencia del partido y un cupo de 50
por ciento con cargos en el CEN y la Comisión Política. El pedido, audaz y
desenfrenado, fue rechazado, por unanimidad, por los fundadores de Todos por
el Perú. No quedó acta de ello. La inutilizaron deliberadamente retirando firmas, a pesar de que el acuerdo era cierto. Ciertísimo
Agradeció, agradeció y agradeció
en la reunión que relatamos, cumplida en el primer piso de un moderno edificio
ubicado en la Calle Enrique Palacios de Miraflores. Sus vigilantes y matones se
quedaron al lado de la puerta, sin ingresar al recinto.
Si este señor necesita
protección. Le pueden hacer algo o
matar. Tiene razón necesita que lo resguarden. Su jefe de campaña, que parecía
alto dirigente y vocero de primera línea, también. Lo buscan a la mala por invertido, porque ha sido amenazado con desaparecerlo de este mundo.
LA GENTITA
Kagame debió estar entre
bambalinas, sin mostrarse con un perfil bajo total, durante el desempeño de la jefatura de campaña generada por el capricho del candidato. Ello era lo adecuado y lo que se estila en estos casos. Pero
allí estaba con todo su cuerpo y su cara de pánfilo, en el local del Jurado
Electoral. También en el Jurado Nacional de Elecciones. Emitiendo declaraciones y pontificando. Al lado del postulante presidencial, que no lo soltaba nunca. Si bien pegado a Julio Guzmán. Un dúo de polendas.
El hombre, que se convirtió en
político, dijo muy solemne a los miembros del CEN y la Comisión Política que
había estado de luto, por lo que pasó en la campaña y lo pulverizaron. La etapa
de emergencia y de dolor había terminado. Tenía que seguir y nos necesitaba.
Todos lo miraban. A nadie convencía. Pero allí
estaba el mismísimo postulante que no llegó a terminar su campaña tan pero tan
improvisada, manejada por unos cuantos que fueron, realmente, ineptos.
Un candidato presidencial que
llegó al partido para ello. Se inscribió y trajo a sus seguidores, su gente.
Que tal conglomerado. Que tal gentita. Muy
pero muy especial. De toda clase y condición. Jóvenes, medianos y
adultos. Con un denominador común: sirvientes totales. Que suerte perra tuvimos.
Uno como Manuel del Aguila, ex trabajador del corrupto
Ministerio del Interior en tiempos de este gobierno, no se le encuentra con
facilidad. Este galifardo sacó las garras e hizo lo que quiso con las listas parlamentarias,
las mismas que fueron otro fracaso: la mayoría
rechazadas por las autoridades electorales.
Nada se hacía bien. El águila si que actuó a mansalva en contra de nosotros. Si insultaba diciendo a diestra y siniestra, “felones”, sin ningún
fundamento de por medio. Aguila eres, aguila serás y carroñera de la peor
especie.
Las huestes moradas que creyeron en Guzmán.
Las huestes moradas que creyeron en Guzmán.
LADRON
Si, por donde se le vea, los
colaboradores eran y son áulicos. Unas piezas de ajedrez de tercer orden. Y lo que
es peor, agachados hacia el supuesto
líder. Lo consideraban una especie de semidios y hasta hubo uno, en el
peor de los defectos, de compararlo con Napoleón, no por chiquito. Si como el
genio de la guerra y la política. Guzmán igual a Napoleón
A este improvisado, que hasta soltó
su cargo burocrático porque pensaba que de todas maneras llegaba a
parlamentario, lo impusieron como Secretario General de Todos por el Perú. Se
apellida López con un adicional extranjero, aunque él es mestizo, impresentable y el ojo
volteado. El tuerto López. No, sólo Napoleón. Así se le bautizó por sus
payasadas y su desfachatez.
Era una cosa tremebunda y
rechazable de por sí. El jefe, el futuro presidente mandaba y había que
aceptar. Todos sus seguidores con una percepción mesiánica. Los de allá y los de aquí. Infinidad de reverencias. Infinidad de actitudes propias de caudillos, caudillejos y superhombres, superados por la historia. Uno
de los servidores se llamaba Ladrón y
estaba a cargo de las Finanzas. Nunca trajo un centavo para beneficio del
partido. Si, al de la plata y las donaciones, se le conocía como Ladrón y algo más... Apellido compuesto tenía el hombrecito, de esos que suenan y truenan.
Y ALLI VA
Y ALLI VA
Bueno Guzmán ahora va por su
cuenta, rumbo a las elecciones del 2021. Quiere ser Presidente de todas
maneras y en esas está desde ahora. Pero antes tendrá que formar su partido.
Aproximadamente necesita un millón de firmas.
La tarea muy difícil, pero
posible. Le deseamos éxitos y, sobre todo, que se rodee de lo mejor. Los sirvientes no sirven para nada. Renunció, que
bueno que renunció y lo primero que hizo es ir a las redes sociales con su
fotito, con los dirigentes de Todos por
el Perú. Allí salió todo con una versión a su manera. Guzmán, Guzmán, cambiarás
algún día. Ojalá y por el bien del Perú
(Edgardo de Noriega)
Mi estimado amigo no comparto en nada todo lo manifestado por usted, para ser preciso que quería que el candidato hiciera campaña con los brazos amarrados? Es usted ciego, el amigo Guzmán tiene un carisma que ningún candidato actual lo tiene y usted cree que que algún militante actual de TODOS POR EL PERÚ lo tiene, no mi amigo no respire por la herida le hace daño a su orgullo y lo racista que es con gente como usted y la que queda TODOS POR EL PERÚ esta condenada a desaparecer, puede que tenga razón en parte porque nadie es dueño de la verdad, pero esto mi querido amigo es política y para eso existe los debates internos y posiciones de mayoría y minoría, eso se prima y se respeta, si ahora el amigo Julio Guzmán a decidido partir y formar su propio partido en hora buena y se vera si tiene o no liderazgo, no creo que lo que estén con él sean unos sirvientes, le exijo más respeto a la gente del pueblo y también quiero manifestarle que el que escribe es un dirigente de un amplio sector poblacional y político y no de los malos, bueno esperemos el tiempo dirá quien tiene la razón, mientras tanto le hago una sugerencia cambie usted por el bien de TODOS POR EL PERÚ.
ResponderEliminarATENTAMENTE: Enrique Amaya Purizaca
Una posición discrepante que se publica. Bienvenido Sr. Enrique Amaya Purizaca. Aquí hay faltas de ortografía. Pero, en fin, el cibernauta no fue bueno en el curso de Castellano. Todavía hay tiempo para aprender. Le puedo conseguir un profesor cuando lo desee. Nunca es tarde para mejorar. Yo soy amigo de mis amigos. Pero a este señor no lo conozco. Ni en pelea de perros ¡Cómo puedo ser su pata!. Repite constantemente ello. Que falta de imaginación. O es que presume de lo que, precisamente, no es y ni siquiera practica ese vínculo tan fraterno. Todo es posible en la dimensión de este mundo. Hay tantas interpretaciones. En la política con más razón. Los cargos contra Guzmán no han sido levantados por Amaya. Un demócrata puede imitar a un dictador. He aquí la clave del asunto. Jamás puede hacerlo. Pero peor es ignorarlo. No saber que Velasco hacía ello. Y para qué están los asesores, los jefes de campaña. Hay que tener razones primordiales de principios. O no los hay. Solo ambición desenfrenada. Semidioses del poder, de ninguna manera. Brazos amarrados. Nadie los quiere. Conductor político si, con discurso homogéneo también. Sin cambios garrafales, sin contradicciones. Con un equipo de hombres adecuados, presentables, intachables que estén decididos a jugársela por la patria. El todo por el todo. Eso es lo que necesitamos. Eso es lo que queremos para Guzmán. Si conseguimos su transformación, claro que lo apoyaremos. Pero nada de caudillos, cuadillejos, ni superhombres. Ni gentes repugnantes que están con el conductor en esas condiciones, rindiéndole solo pleitesía. Eso no, de ninguna manera. El “amigo” es brujo y vaticina futuros. No todos tienen esas cualidades. Ahora ya quiere desaparecer a Todos por el Perú. Ladran Sancho, señal de que avanzamos. Estamos en la palestra política con convicciones al centro del espectro político. Tenemos nuestro “Plan Fe”, la ideología que la queremos aplicar para el desarrollo del Perú. Tenemos un equipo que está en condiciones de trabajar por entero. Quizás con el mejor de carácter técnico que hay en el país. Tenemos, señor Amaya, no se olvide, doctrina, cuadros, juventudes y muchas ganas de transformar el Perú, cuando el pueblo lo decida. Nuestra convicción es grande. Como lo es el Perú. Celebramos que Guzmán siga en política. Pero advertimos lo que ello implica, por el bien de todos los peruanos. No cambiamos realidades. Ni desconocemos certezas comprobadas. Que siempre se imponen y cuyo contenido se llega a saber, tarde o temprano. Hemos contribuido a ello, dando a conocer lo que efectivamente pasó en el momento atinado. Sin cambiar realidades. Ni vulnerando principios y lealtades. A propósito y finalmente, somos respetuosos por naturaleza propia y convicción. Lejos de los racismos repugnantes. Muy de la mano con la verdad. Ayer, hoy y siempre.
EliminarQue tal hombre para ambicioso e insano. Purifiquemos la política por el bien del país y no reclutemos a caudillos de pacotilla. Lo ocurrido en Todos por el Perú lamentable. ¡Afuera los sirvientes de la política! Andres Guerra
ResponderEliminarAquí lo preocupante es la forma de ser del candidato y sus características mesiánicas. Eso de creerse superman y semidios, por donde se le vea, es malo. Ellos llegan al poder y el acabose. Entonces, este tipo de gente, de ninguna manera, pasará. Que lo tenga presente el pueblo. Le hace mucho daño al pais entero. Pedro Guerra
ResponderEliminarJulio Guzmán y sus seguidores siguen pontificando en las redes sociales. Le ha pedido a sus seguidores que le ponga nombre a su nuevo partido. Demagogia, pura demagogia. Que haga una reingenieria entre su gente y comience a trabajar con aquellos que valen. Los otros a la basura. Julio Argandoña
ResponderEliminarCon todos estos atributos tan bien descritos, cómo se puede gobernar el Perú. Efectivamente que nos salvamos. Si no hay seriedad, si no hay palabra, nada se puede hacer. Una cosa es errar y otra no tener condiciones de estadista. Guzmán fracasó porque se la buscó. Tenía de todo para ganar. Pero veo que el 2021, lo tendremos de candidato. Que cambie y aprenda. José Luis Salazar
ResponderEliminarDegradaron el Partido él y su gente, él por dejar y su gente por no saber nada...si hicieron con el Partido que iban hacer con el Perú?....en fin...allí estamos levantando las bases de nuestro Partido, nunca más volveremos hacer VIENTRE DE ALQUILER DE NADIE!!!
ResponderEliminarCoincido con las apreciaciones de Teresita Salazar. Salvo con lo del vientre alquiler. Todos por el Perú nunca fue ello. Guzmán ingresó al partido el 2014 y posteriormente fue lanzado a la Presidencia de la República, con el apoyo de la agrupación. Que fue un pésimo aliado. Eso es otra cosa. Si lo fue y eso es, precisamente, lo que hemos denunciado en la presente nota. Sin cambiar nada, dando a conocer la verdad. Una experiencia letal para nosotros. Un aviso a la ciudadanía para exigirle a este hombre que cambie por el bien del Perú.
ResponderEliminarEdgardo, yo conozco a Francisco Sagasti, uno de los colaboradores, al parecer cercanos, de Julio Guzmán y me parece una persona de primer nivel. No solo a mí me lo parece, es un profesional reconocido, con amplia trayectoria en el campo de las finanzas. Y era la primera vez que intervenía en política, porque siempre quiso mantenerse apartado de un mundo que le parecía que no iba con sus convicciones.
ResponderEliminar¿Como es posible que un hombre tan inteligente, de accionar tan limpio como yo tengo entendido es el de él, con tanto prestigio internacional, se una a un ser tan despreciable como el que tu pintas en tu crónica?
Ahora, no dudo que dentro de los partidos, la lucha por sacar la cabeza, por sobresalir para ver que agarran debe ser una lucha a muerte. Pero me da pena que todo haya sido tan deplorable y que Fran haya estado metido en un ambiente tan turbio y tan poco amigable.
Ya me contarás la historia personalmente, cuando tengamos oportunidad de reunirnos. Creo, si puedes confírmamelo, que el cumpleaños de Justo es el 6 de Junio y con ese motivo le querria hacer un almuercito en mi casa.
Saludos,
Celinda Barreto