martes, 14 de febrero de 2017

CANTO, COMPROMISO, CALIDAD ENTERA

A todo dar era la expresión de la melodía popular, con una tonada de compromiso y una sensación de eminente calidad, que salía por todos los poros de su cuerpo y de su expresión verbal acompasada. Profunda y sensible, una  mujer que cantó con fuerza para Chile su país, para la América total y para el mundo entero. Referente de la música popular, con varios matices que la hizo completa: artista de radio, compositora, recopiladora folklórica y cantautora.  Una veta intelectual tan cargada de primerísima línea. Qué más se puede pedir. Por favor, díganme, qué más se puede pedir…
Violeta Parra, con su  condición indiscutible de celadora  comprometida con el cambio, fue hija de una familia tradicional del sur de Chile. Vivió con fuerza indiscutible su infancia en distintas localidades de la zona de Chillán, sector en el que efectivamente tuvo sus primeras experiencias artísticas. Su nombre completo: Violeta del Carmen Parra Sandoval.  A propósito, le decían de cariño: “Viola”.
Tempranamente se inició en el canto. Ello le permitió en forma precoz, a los l7 años, cantar en distintos restaurantes acompañada de su hermana Hilda. Luego de su traslado a Santiago, en aquel mismo ambiente conoció al ferroviario Luis Cereceda, con quien contrajo matrimonio en 1938 y formó una familia.

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Violeta Parra: incomparable en el canto de América.

DESILUCION
Su matrimonio terminó diez años después. La desilusión dejada por este amor marcó gran parte de la  vida y obra de la artista. En lo que se refiere a su existencia en sí, ésta estuvo marcada por los constantes viajes tanto dentro de Chile como hacia el extranjero.
Todas las experiencias obtenidas de este constante ir y venir le otorgaron un notable bagaje cultural y el conocimiento tanto de la realidad chilena, como del acontecer universal, constituyéndose en una especie de  testimonio de identidad de Chile hacia el mundo.
Una gran parte del movimiento musical de ese país, generado desde la época de 1950, tuvo en Violeta Parra y su familia con sus hijos Angel e Isabel, un punto de partida fundamental. Con estrechos lazos con el movimiento conocido como Nueva Canción Chilena.
Una de sus grandes canciones, “Gracias a la Vida”: Gracias a la vida que me ha dado tanto/Me dio dos luceros que cuando los abro,/perfecto distingo lo negro del blanco,/y en el alto cielo su fondo estrellado/y en las multitudes el hombre que yo amo/Gracias a la vida que me ha dado tanto/Me ha dado el oído, que, en todo su ancho,/graba noche y día grillos y canarios;/martillos, turbinas, ladridos, chubascos,/ y la voz tan tierna de mi bien amado.
ESPACIOS
Gracias a la vida que me ha dado tanto/Me ha dado el sonido y el abecedario,/con el las palabras que  pienso y declaro: madre, amigo, hermano y luz alumbrando/ la ruta del alma del que estoy amando/Gracias a la vida que me ha dado tanto/Me ha dado la marcha de mis pies cansados/con ellos anduve ciudades y charcos/playas, desiertos, montañas y llanos/y la casa tuya, tu calle y tu patio/Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco/cuando miro el fruto del cerebro humano;/cuando miro el bueno tan lejos del malo/cuando miro el fondo de tus ojos claros/ Gracias a la vida que me ha dado tanto/Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. Así yo distingo dicha de quebranto/ los dos materiales que forman mi canto, /y el canto de ustedes que es el mismo canto/y el canto de todos, que es mi propio canto. /Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Violeta también reflejó la evolución del canto popular a través de los distintos espacios en que la artista tuvo que desenvolverse. Sus composiciones y recopilaciones, además, fueron un punto de referencia para el posterior  desarrollo de la música chilena. Aquí lo cierto es que se transformó en la principal figura del folklore de ese país.
Pero toda esa sensibilidad que plasmó en su obra tuvo un triste desenlace en su vida. Su intensidad hasta en las cosas más sencillas, sus fracasos amorosos y sus dificultades económicas generaron en ella una gran depresión que la condujo al suicido el 5 de Febrero de 1967. Es decir, hace exactamente 50 años.


Esta es la casa de San Carlos: ¿Nació o no allí?

FIGURA
Su prematura desaparición, sin embargo, dio vida a una figura mítica, cuyas composiciones continúan siendo recreadas tanto por músicos populares como doctos e inspirando las creaciones de nuevas generaciones de artistas.
La irreverencia de su discurso y su apasionada defensa de los derechos de los sectores más postergados la han convertido en un referente para diversos movimientos sociales y su vida ha inspirado varios libros biográficos e incluso una película denominada “Violeta se fue a los Cielos” realizada y filmada el 2011, bajo la dirección de Andrés Wood.
Hija del profesor de música Nicanor Parra Parra y de la campesina Clarisa Sandoval Navarrete. Ella tuvo cinco hermanos  y dos medios hermanos. Uno de los primeros es el poeta  con el mismo nombre del padre de ambos, actualmente con más de 100 años a cuestas.
Hay una controversia total sobre el lugar de su nacimiento. La Municipalidad de San Carlos afirma, en su sitio oficial y un cartel a la entrada de la ciudad, ser la cuna de Violeta y por ello la casa correspondiente ubicada en la calle El Roble 531-535 ha sido declarada monumento histórico en 1992, porque supuestamente allí nació la cantante. 
INFANCIA
Este dato, de ninguna manera, es ratificado por la familia Parra y ellos afirman que la folklorista  dio a luz  en San Fabián de Alico, localidad ubicada al interior del otro lugar. Sin embargo, la hija de la famosa artista, Isabel Parra, Presidenta de la institución en honor a su madre, apoyo a la vivienda de San Carlos al afirmar que ésta será una sucursal en el sur de la entidad que dirige.
La infancia de Violeta transcurrió, principalmente, en el campo. Entre 1919 y 1921, la familia residió en Santiago. Pero regresó ese mismo año al sur, a Lautaro. Después se trasladó a Chillán y, finalmente, se instaló en Villa Alegre.
Su madre se afanaba sobre la máquina de coser. Así cooperaba  con la mantención de la numerosa familia que conformaba el hogar.  La posterior cantante, nacida el 4 de Octubre de 1917, sufría continuamente de enfermedades. Incluyendo un ataque de viruela a los tres años. Mientras mejoraba, se divertía junto a sus hermanos en las aguas del vecino río Ñuble y en los aserraderos y barracas del sector.

La Escuela Normal donde fue a estudiar.

Otra de sus creaciones. Volver a los 17 después de vivir un siglo/es como descifrar signos sin ser cambio competente/volver a ser derrepente tan frágil como un segundo/volver a sentir profundo como un niño frente a Dios/eso es lo que siento yo en este instante fecundo/Se va enredando enredando, como en el muro la hiedra/y va brotando, brotando como el musguito en la piedra/como el musguito en la piedra, ay si, si, si./ Mi paso retrocedido, cuando el de ustedes avanza/el arco de las alianzas ha penetrado en mi nido/con todo su colorido se ha paseado por mis venas/y hasta la dura cadena con que nos ata el destino/es como un día bendecido que alumbra mi alma serena
Se va enredando, enredando, como el muro en la hiedra/y va brotando, brotando como el musguito en la piedra, como el musguito en la piedra, ay si, si, si. Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber/ni el más claro proceder/ni el más ancho pensamiento/todo lo cambia el momento colmado condescendiente/nos aleja dulcemente de rencores y violencias/sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes. Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra/y va brotando, brotando como el musguito en la piedra, como el musguito en la piedra, ay si, si,  si.
De par en par la ventana se abrió como por encanto/entro el amor con su manto como una tibia mañana/y al son de su bella diana hizo brotar el jazmín, volando cual serafín al cielo le puso a retes y mis años en 17 los convirtió el querubín. Se va enredando, enredando, como en el muro la hiedra y va brotando, brotando como el musguito en la piedra, como el musguito en la piedra ay si, si,  si
Los niños revelaron precozmente su inclinación al espectáculo luego de imitar a los artistas de los circos que se instalaban en las proximidades de la casa donde vivían. Ellos se disforzaban con atuendos de papel. 
EN LA NORMAL
Violeta y su hermano Lalo cantaban a dúo y montaron varias representaciones por las que cobraban entradas a los niños. Ella empezó a tocar la guitarra a los 9 años, mientras que a los 12 compuso sus primeras canciones.
Realizó los cursos primarios y estuvo un año en la Escuela Normal, centro que abandonó para trabajar en el campo y ayudar a su familia debido a que su padre enfermó gravemente. Los hijos lucharon por sobrevivir saliendo a cantar en restaurantes, posadas, circos, trenes, campos, pueblos, calles e incluso burdeles.
Los problemas económicos se agravaron cuando el padre falleció en 1931 y, al año siguiente, Violeta se fue a vivir a Santiago invitada por su hermano Nicanor que estudiaba en la capital. Retomó los estudios de la Escuela Normal de Mujeres, donde no se dio a gusto porque era el canto lo que le interesaba.
Por eso dejó dicha escuela y  volvió al arte. Comenzó a cantar en bares, quintas de recreo y pequeñas salas de bario. Lo hacía con su hermana Hilda en un dúo de música folklórica llamado “Las Hermanas Parra”.
Su madre conjuntamente con sus otros hermanos se instalaron en  Santiago, viviendo en la Quinta Normal. Violeta, por  el año 1937, continuó su carrera artística  en el Restaurante El Popular de la Avenida Matucana 1080, cantando boleros, corridos, cuecas, rancheras y tonadas, junto con sus hermanos Eduardo, Roberto, Clara e Hilda.


Su tumba en el Cementerio de Santiago.

CERECEDA
A continuación otra de sus composiciones. Arauco tiene una pena/que no la puedo callar/son injusticias de siglos/que todos ven aplicar/nadie le ha puesto remedio/pudiéndolo remediar/levántate Huenchullán/ Un día llega de lejos huescufe conquistador/buscando montañas de oro/que el indio nunca buscó/al indio le basta el oro/que le relumbra  del sol/ levántate Curimón /Entonces corre la sangre/no sabe el indio que hacer/le van a quitar su tierra/la tiene que defender/el indio se cae muerto/y el afuerino de pié/levántate Manquilef
A donde se fue Lautaro/perdido en el cielo azul/y en el alma de Galvarino se la llevó el viento sur/por eso pasan llorando/los cueros de su cultrón/levantate, pues, Callfull/Del año mil cuatrocientos/que el indio afligido está/ a la sombra de su ruca/lo pueden ver lloriquear/totora de 5 siglos/nunca se  secará/levántate  Pailahuán/Ya rugen las votaciones/se escuchan por no dejar/pero el quejido del indio/ porqué no se escuchará/ aunque resuene en la tumba/ la voz de Caupolicán/levantatéHuenchullán/levántateCurimón/levántateManquilef/levántata,pues, Califull/levántate Callupán/levántate Pailahuán/levántate. (“Arauco tiene una pena”)
Fue a otro Restaurante “El Tordo Azul”. Por allí conoció a Cereceda, empleado ferroviario de la estación Yungay con quien se casó un año después y tuvo sus hijos  Angel e Isabel, quienes se convirtieron en destacados músicos y adoptaron el apellido materno en el ambiente artístico.
SEPARACION
El matrimonio no tardó en presentar inconveniente, dado el carácter inquieto y lleno de distracciones  de Violeta. Ella cantaba en diferentes lugares, se presentaba en radios y se había unido a un grupo de teatro.
 No se acomodaba al ideal de una esposa convencional. Entonces, la pareja se separó en 1948. Pero antes Cereceda, que militaba en el Partido Comunista de Chile, inicio a Violeta en la contienda política y ambos participaron en esas actividades, ayudando en la campaña presidencial de Gabriel González Videla.
En 1949 nació su hija  Carmen Luisa Arce Parra y ese mismo año contrajo matrimonio con el padre de la niña, Luis Arce, de oficio carpintero. Nació su otra hija Rosita Clara que falleció a los dos años de edad.
 Por esa época, editó sus primeros discos, junto con su hermana Hilda, para el sello RCA Victor. Se trataba de grabaciones con canciones populares chilenas como “El Caleuche”, La Cueca del Payaso” y “La Viudita. El dúo funcionó, de manera constante, hasta 1953.
A principios de la década de 1950, comenzó su extensa labor de recopilación de tradiciones musicales en diversos barrios de Santiago y al interior de  ese país. En estas circunstancias, conoció a diversos poetas. Entre ellos a Pablo Neruda y Pablo de Rokha.

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Uno de sus exitosos discos que la retrata de cuerpo entero.

EL CAMBIO
Su hermano Nicanor la estimulo a asumir con personalidad propia la defensa de la auténtica música chilena, en contra de los estereotipos que hasta ese momento se manejaban. Su repertorio conformado por boleros, cantos españoles, corridos mexicanos y valses peruanos desaparece para dar primacía a las canciones más tradicionales del campo chileno que le permiten descubrir los valores de la identidad nacional.
La labor de recopilación fue plasmada en más de tres mil canciones reunidas en el libro “Cantos Históricos Chilenos”. Fue entonces que grabó los exitosos y sencillos: “Casamiento de Negros” y “Que Pena Siente el Alma”, convertidas en dos de sus canciones más conocidas.
Al año siguiente, mantuvo en la Radio Chilena el programa  “Canta Violeta Parra” y ganó el premio Caupolicán como la folklorista del año. Lo que le valió una invitación para presentarse en un festival  juvenil de Varsovia (Polonia).
Aprovechó este viaje para recorrer la Unión Soviética y otras partes de Europa. Fue particularmente positiva  su estadía en París. Allí grabo varios discos y una serie de canciones que se editarían en diversas compilaciones posteriormente.
Regreso a Chile en 1967 y en Noviembre se fue, con sus hijos Carmen Luisa y Angel, a Concepción contratada por la Universidad de esa ciudad. Allí fundó, al año siguiente, el Museo Nacional de Arte Folklórico y posteriormente regresó a Santiago.


Su hijo Angel Parra: gran artista.

DISCOS
Cuatro discos suyos aparecieron en ese periodo: “Canto y Guitarra” (1957), “Acompañada de Guitarra” (1958), “La Tonada” y “La Cueca”. Comienza a aparecer la cantante preocupada en temas sociales. Los discos se grabaron y fueron un éxito.
Con el “Albertio”, la cantautora cosechó triunfos :  Yo no se porque mi Dios/le regala con largueza/sombrero con tanta cinta/a quien no tiene cabeza/A dónde va el buey que no are/responde con prontitud/si no tenéis la contesta/preparate el ataúd/Vale más en este mundo/ ser impío de sentimientos/muchas van con ropa blanca/Y Dios me libre por dentro/Y te di mi corazón,/devuélvemelo enseguida/a tiempo me he dado cuenta/que vos no lo merecías/Hay que medir el silencio/hay que medir las palabras/sin quedarse ni pasarse/medio a medio de la raya
Su actividad artística se diversificó con trabajos en cerámicas, pinturas al oleo y arpilleras. Estas últimas telas de yute, muy gruesas y ásperas  apropiadas, las mismas que pueden ser utilizadas como una especie de tapices. Ella  laboró un tiempo en un museo de arte popular y luego viajo casi por todo Chile, ofreciendo cursos de folklore y recitales.
Viajó a la Argentina y estuvo un tiempo viviendo con sus hijos  Angel, Isabel y su nieta Tita. De allí se fue a Finlandia donde participó en el VIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Después recorrió la Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia.
EL AMOR
 Ahí en París cantó en el Barrio Latino y dio recitales en el Teatro de la Unesco. También actuó en radio y televisión junto con sus hijos, bordo arpilleras e hizo esculturas de alhambre, de una forma admirable.
Logró una marca al convertirse en la primera latinoamericana en exponer individualmente una serie de sus arpilleras en el Museo del Louvre. También escribió el libro “Poesía Popular de los Andes” y la televisión suiza filmó el documental sobre su existencia.
En este periodo forjó una firme relación con el antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, el gran amor de su vida, con el que vivió en Ginebra. Este hombre, 18 años menor que ella, fue el destinatario de sus más importantes canciones de amor y desamor. “Corazón Maldito”, “El Gavilán, Gavilán”, Que he Sacado con Quererte”, entre muchas otras.
Surgieron sus textos más combativos: piezas  como “Miren como Sonríen”, “Que dirá el Santo Padre”, Arauco tiene una Pena” y “Según el Favor del Viento. Esta es  la corriente conocida como la nueva canción chilena.


Lo mismo pasa con su otra hija Isabel Parra: de primera
LA CARPA
Otra canción que caló entre sus seguidores: Me gustan los estudiantes: Que vivan los estudiantes/jardín de nuestra alegría/Son aves que no se asustan/De animal y policía/ Y no le asustan las balas/NI el ladrar de la jauría/Caramba y sambalacosa/¿Qué viva la astgronomía/Me gustan los estudiantes/que rugen como los vientos/Cuando le meten al oído/Sotanas y regimientos/Pajarillos libertarios/Igual que los elementos/Caramba y sambalacosa/¡Que viva lo experimento!
/Me gustan los estudiantes/Porque levantan el pecho/Cuando le dicen harina/Sabiéndose que es afrecho/Y no hacen el sordomudo/Cuando se presenta el hecho/ Caramba y sambalacosa/El código del Derecho/Me gustan los estudiantes/Porque son la levadura/Del pan que saldrá del horno/Con toda su sabrosura/ Para la boca del pobre/Que come con amargura/Caramba y sambalacosa/¡Viva la Literatura! Me gustan los estudiantes/Que con muy clara elocuencia/A la bolsas negra sacra/Le bajo las indulgencias./Porque hasta cuando nos dura/Señores la penitencia/ Caramba y sambalacosa/¿Qué viva toda la ciencia!/¡Que viva toda la ciencia!
Retornó a Chile en 1965. A fines de ese año, en la esquina de la avenida La Cañada con Toro Zambrano en la comuna de La Reina, instaló una gran carpa con el plan de convertirla en un importante centro de cultura folklórica, juntos con sus hijos Angel  e Isabel, los folkloristas Rolando Alarcón, Víctor Jara y Patricio Manns,  entre otros. La respuesta del público fue negativa  y  no se pudo continuar por falta de apoyo.
INDIFERENCIA
La indiferencia fue uno de los factores que desencadenó su trágica muerte. El final de su relación con Gilbert Favre quien se marchó para Bolivia y, después, ella lo encontró casado. La situación originó una de sus canciones más conocidas “Run Run se fue para el Norte” y la dejó en un estado de ánimo muy vulnerable.
Un mito urbano atribuyó la depresión de Violeta a un amor no correspondido por el cantante Pedro Messone. Algo que el mismo ha desmentido, haciendo notar la gran diferencia de edad entre ambos. Esta relación entre los dos habría sido hecha pública por la misma cantautora al declarar que había tenido un hermoso idilio con él, durante una gira al sur. Sin embargo, habría sido el músico uruguayo Alberto Zapicán y no Messone su última pasión.
Lanzado en 1966 y grabado junto con sus hijos y Zapicán, el disco “Las Ultimas Composiciones”. Alli se incluye sus himnos humanitarios: “Gracias a la Vida,, Volver a los 17”, El rin del angelito”, Pupila  de Águila “Cantores que Reflexionan” y “El Albertío”

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Célebre por sus amoríos.

SUICIDIO
.Con esto cosechó éxitos. La Carta: Me mandaron una carta/Por el correo temprano/y en esa carta me dicen/que cayo preso mi  hermano/y sin lñastima con grillos/por la calle lño arrastraron,sí/La carta dice el motivo/ que ha cometido Roberto/haber apoyado el paro/que ya se había resuelto/si acaso esto es un motivo/presa también voy sargento, si/yo que me encuentro tan lejos/esperando una noticia/me viene a decir la carta/que en mi patria no hay justicia/los hambrientos piden pan/plomo le da la milicia, si/Deesta manera pomposa/quieren conservar su asiento/los de abanicos y de frac/sin tener merecimiento/van y vienen de la iglesia/ y olvidan los mandamientos,si/
Abrase visto insolencia/barbarie y alevosía/de presentar el trabuco/y matar a sangre fría/a quien defensa no tiene/con las dos manos vacías, si/La carta que he recibido me pide contestación/yo pido que se propague/por toda la población/que el león es un sanguiinario/en toda generación, si/Por suerte tengo guitarra/para llorar mi dolor/también tengo nueve hermanos/fuera del que se engrilló/los nueve son comunistas/con el favor de mi Dios, si
Tras intentos fallidos, Violeta se suicidó, a los 49 años de edad, en su carpa de La Reina a las 17.40 del 5 de Febrero de 1967. Una capilla ardiente se levantó en su carpa y su funeral se llevó a cabo dos días más tarde. La enterraron en un nicho del Cementerio General de Santiago. Una perdida para el país chileno. Una perdida para el arte universal.. Realmente valiosa. (Edgardo de Noriega)

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