Cuando la burocracia se junta con los intereses particulares ilegítimos salen engendros inconcebibles que de todas maneras se deben combatir para acabarlos por completo porque el daño, si se consuma definitivamente, es inimaginable. Tal hecho, de rechazo total en sí, ha ocurrido en contra de varios diplomáticos, a quienes el Ministerio de Relaciones Exteriores-con torpeza increíble y sin ninguna explicación coherente- incumple con abonarles su compensación por tiempo de servicios que por ley indiscutible les corresponde.
Entre los agraviados figuran los embajadores en situación de retiro Guillermo Russo Checa, José Luis Pérez Sánchez Cerro, Santiago Marckovich Monasi y el Ministro Consejero en idéntica situación Oscar Barrenechea Núñez del Arco, quienes trabajaron alrededor de 40 años en el servicio diplomático.
Ellos, ejerciendo su derecho que es legítimo y
coherente, le han enviado una carta al Presidente de la República, Martín
Vizcarra Cornejo, dándole a conocer las contradicciones de la decisión tomada
sin ningún asidero de índole legal ni menos congruente.
También se han dirigido a los Presidentes de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Constitución del Congreso de la República y a la Defensoría del Pueblo. Esta última organización, dirigida por Walter Gutiérrez Camacho, les ha dado la razón en sus reclamos.
Russo explica la crisis de la Cancillería.
CESADOS
Hacia el año 1992, estos
eficientes profesionales fueron arbitrariamente cesados por la dictadura
fujimorista conjuntamente con otros 113 diplomáticos, quienes sufrieron los
vejámenes propios de dicha dictadura corrupta que asoló al Perú durante una
década de abusos y oprobios.
Muchos piensan con razón que el
cese, sin expresión de causa probada, no solo significó un daño material que
alteró proyectos de vida, sino que afectó la buena dignidad de estos
funcionarios que sirvieron y representaron al Perú en el extranjero.
Cabe destacar que lo injusto de
la negativa, que proviene de autoridades y funcionarios de la mismísima
Cancillería, representa un mal trato y un desconocimiento a los derechos de sus
propios colegas. Hay evidentemente una indolencia de ciertos burócratas,
respecto a los reclamos de los demás. El hecho debe acabar si, efectivamente,
queremos progresar. El Ministerio de Relaciones Exteriores está en la
obligación de arreglar este asunto que jamás debió consumarse.
Los demandantes, en el oficio, le
recuerdan al Presidente Vizcarra que, de acuerdo a la Resolución Suprema
557-2000-RE, se declaró nulo todos los actos derivados de la Resolución Suprema
453-RE-92 por lo cual se separó de sus funciones ilegalmente al personal
diplomático y, por lo tanto, no puedo tener ningún efecto en la anulación del
pago de los CTS correspondiente al referido periodo.
“Recortar los CTS por los años
dejados de trabajar violan, por completo los derechos legales y lo tomamos como
una venganza política contra los diplomáticos que defendieron la democracia.
Este es un precedente de represalia laboral que no vamos a aceptar y vamos a
defenderlo en las instancias judiciales nacionales e internacionales”, afirmó
desde Canadá Guillermo Russo Checa.
La Cancillería requiere una reingeniería total
Luego añadió: “Lo que nos están
aplicando es un segundo cese discriminatorio que atenta lamentablemente contra
el debido proceso. Vemos este tema como una violación de nuestros derechos,
como una afrenta. Estamos hablando de más de 20 años y todavía impera en la
Cancillería el abuso del Derecho”.
En febrero pasado, la Defensoría
del Pueblo envió un oficio a la Oficina de Recursos Humanos del Ministerio de
Relaciones Exteriores, respondiendo a su pedido de opinión técnica legal sobre
el cálculo de la Compensación de la Compensación por Tiempo de Servicio (CTS).
Le responde que la reincorporación ante un despido nulo no crea una nueva
relación laboral, sino que restituye el vínculo interrumpido irregularmente.
De acuerdo a esta opinión
especializada, el cálculo de la CTS debe realizarse en base de la duración
total de la relación laboral. Asimismo se recomienda al Gobierno una salida
concertada que respete los derechos constitucionales de los afectados y que
evite un gasto mayor al erario público.
Después de que las demandas de
los diplomáticos no han sido atendidas, ellos han presentado ante la propia
Defensoría del Pueblo una queja contra el Ministerio de Relaciones Exteriores
para que restablezcan sus derechos. Es justo.
De acuerdo a la opinión de Russo
Checa, la Cancillería y el Servicio Diplomático enfrentan una grave crisis que
se manifiesta en una mala conducción de la institución en los últimos tiempos.
“Se ha vulnerado derechos sociales de sus miembros reconocidos por la
Constitución y un reciente caso de espionaje con grabaciones ilícitas (el del
Embajador Quesada) revelan una línea contraria a la tradición republicana y
democrática trazada por personalidades de la talla de Raúl Porras Barrenechea,
Carlos García Bedoya y Javier Pérez de Cuellar”,
José Luis Perez Sanchez Cerro: otro de los agraviados
VINCULOS
Los diplomáticos que actualmente
detentan el poder, dice Russo, como Ricardo Luna, Nestor Popolizio, Hugo de Zela entre otros tuvieron
vínculos directos con el régimen dictatorial fujimorista de 1992 al 2000.
Señaló que este conglomerado de embajadores ha formulado una estrategia de
política exterior que ha fracasado con el Grupo de Lima, la migración venezolana,
la fallida candidatura del Perú a la OEA, el papelón de la visita a España y
otros hechos determinados.
Entre ellos: la indefinición de
posiciones sobre la elección del Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) y la falta de orientación en el debate nacional sobre el Tratado de Escazú.
Todo esto no tiene precedentes en la política exterior peruana.
Russo dijo lo siguiente; “Hay
responsabilidades de las violaciones a los derechos sociales de los Embajadores,
posibles delitos en el caso de Fortunato Quesada y la crisis de la política
exterior del Perú que ameritan una severa investigación por el Congreso de la
República y su Comisión de Relaciones Exteriores.
Agregó que el actual Viceministro
de RREE, Manuel Talavera, debe ser cesado en el cargo por ser el causante,
cuando fue Secretario General de Torre Tagle, de la medida arbitraria contra
varios embajadores entre ellos él, perjudicando por completo a la institución.
Dos miembros de la "gran argolla": Popolizio y Luna
RETORNO
Subrayó que, en el caso de los representantes
en UNESCO, Bolivia, Naciones Unidas, y Washington, deben volver a Lima,
mientras se investiga su responsabilidad penal, política, profesional, en la
crisis de Torre Tagle.
Russo Checa saludó la posición
del actual Canciller, Mario López Chávarri, “quien no pertenece a este grupo de
denunciados por un subalterno, en el complot contra el Embajador Quesada. López
ha procedido a ordenar la investigación, incluyendo a ya los citados
diplomáticos, con fecha 2 de septiembre, antes que la denuncia fuera pública.
Además, el Canciller se ha comprometido a buscar una solución legal y justa al
recorte de derechos de los embajadores cesados el 92.
Hizo hincapié en que hay una
correlación entre la salud institucional de la Cancillería y la fortaleza o
debilidad de la proyección internacional del Perú. “Estamos ante una
institución diplomática que ha sido fundamental en la consolidación de la
República desde nuestra independencia en 1821 y que tanto prestigio
internacional ha ganado por su profesionalismo, no debe deteriorarse al haber
sido tomada por una argolla de oportunistas, quienes manipulan a su antojo
ascensos, asignaciones de puestos, premios y castigos, puntualizó.
En Panamá, Russo fue condecorado por el gobierno de ese país.
Hizo un llamado a la clase
política a “no dejar a la buena de Dios la institucionalidad de Torre Tagle,
pues al pueblo y a todos los poderes del Estado les concierne tener una diplomacia
regida por el patriotismo, la ética y el profesionalismo, como instrumento
fundamental para proyectar de manera eficaz al Perú en el sistema
internacional”.
Russo sirvió al país eficientemente y acumuló significativos años de servicios en el exterior, habiendo ocupado diversos puestos como Embajador en Canadá, Panamá y Hungría. Asi como haber presidido diferentes misiones diplomáticas en el extranjero.
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