Alrededor de cincuenta empresarios fueron secuestrados por el MRTA en diferentes años de terror. Los más afortunados tuvieron que pagar millonarias sumas de dinero, a cambio de su libertad. Pero muchos, desafortunadamente, murieron a manos de sus captores en condiciones infrahumanas de persistene dolor al igual que los otros, luego de un durísimo cautiverio en estrechos habitáculos que los terroristas bautizaron, irresponsablemente, como cárceles del pueblo.
Un primer ejemplo doloroso. Era un próspero empresario minero de 60 años, no muy conocido que digamos ni siquiera como poseedor de una fortuna millonaria impresionante. El había nacido en Apurímac, de contextura gruesa y sonrisa constante.
Se llamaba David Ballón propietario de la mina Santander ubicada en la provincia limeña de Canta, presidía el Instituto de Ingeniería de Minas del Perú y era su representante ante el Banco Minero.
Ese día, la capital lucía, al menos, tranquila, con un inusitado sol de invierno que aclaraba algo el cielo panza de burro de todos los días. Ballón, como era su costumbre, se levantó muy temprano, a las 6 de la mañana, tomó desayuno con su esposa y sus hijos.
David Ballón Vera; una víctima del terrorismo asesino.
Les preguntó, con tranquilidad, sus actividades. Dándoles experiencias y consejos. Como hacía cotidianamente. Era un esposo y padre responsable, un ciudadano emprendedor.
Al terminar la taza de café con leche presagió: “este será un día arduo y complicado, de fuerte trabajo. Nos vemos en la noche”. Fueron sus últimas palabras. Pero no intuía, bajo ningún punto de vista, lo que el destino le deparaba. Menos,evidentemente, lo inesperado y cruel.
Comenzó sus actividades cotidianas en la oficina. Consultas, dictados de documentos, llamadas telefónicas, reuniones y otras actividades. Hasta que se decidió a salir. No iba a una cita de trabajo, sino a una reunión temeraria e injusta que, meses después, se convirtió en su muerte inexplicable, injusta.
A la altura de la cuadra 5 de la avenida Tomás Marsano, el carro de Ballón manejado por su chofer fue interceptado por una ambulancia robada y dos falsos patrulleros que escondían a l5 terroristas, completamente armados.
Los criminales a balazos redujeron al conductor, obligaron a Ballón a bajar del vehículo y lo metieron a otro de marca Toyota robado. Era la tarde del 11 de setiembre de 1992, un día antes de la detención de Abimael Guzmán.
Mientras tanto, la crueldad aumentó considerablemente. Ballón, realmente, no sabía lo que pasaba. Ni siquiera se había dado cuenta de que lo habían herido de un balazo al capturarlo Tenía un proyectil incrustado en una de sus piernas.
Ello no impidió que de frente, vendado de los ojos y con inicios leves del dolor que, posteriormente, se hiciese tremendamente intenso, lo llevasen a un estrecho e inhumano cubículo de una casa que hasta ahora no se sabe donde estaba ubicada. Así entraba el empresario a una cárcel del pueblo. ¡Qué barbaridad1
Luego empezó la negociación con sus familiares y cinco meses después no se había llegado a ningún acuerdo, sobre el monto a pagar por su rescate. La madrugada del 23 de febrero de 1993, el cuerpo del empresario fue ubicado por la policía en una calle del distrito de San Miguel con dos balazos en la cabeza y tenía muestras de haber sido torturado. Pesaba 40 kilos menos.
El cadáver de Ballón: lo dejaron en una calle de San Miguel.
Lo que hacía presumir con razón que le resumieron, al máximo, los alimentos y que había sufrido, por entero, cada día de su cautiverio. No hay derecho. Eso, definitivamente no es justo. Ni siquiera por este mundo desigual al que Ballón no tenía la culpa y contribuía con su trabajo. ¿Por qué tuvo que pagar? Lo evidente es que el MRTA mostraba sus métodos, en toda su crueldad.
Según lo que se supo, el chileno Jaime Castillo Petruzzi, hoy felizmente preso en una de las cárceles del Perú, fue el que lo remató de un balazo en la cabeza a Ballón. Este desalmado asesinó, además, a un miembro del comando que secuestró al empresario Miyasato, porque se compadeció de los reclamos de su víctima.
“Buscamos y ubicamos el objetivo en un punto determinado. A partir de entonces, estudiamos sus horarios, sus rutas, su constancia, su seguridad y, evidentemente, su personalidad. Al máximo nos interesa sus distracciones, su vida íntima, las mujeres. La oficial, las amantes, vicios, etc.etc.”
Estos extractos forman parte del manual de seguimiento y observación incautado por la policía en la captura del cabecilla Peter Cárdenas Schulte en 1993, hijo del publicista y creativo Luis “Luchín” Cárdenas. Pobre padre.
Peter Cárdenas Schulte: un desalmado total
El primero de los secuestros fue el que sufrió el empresario José Antonio Onrubia, emparentado y ligado directamente a la familia Romero, quien es propietaria del Banco de Crédito del Perú. A él lo tuvieron, por largo tiempo, en un contenedor de exportación. La liberación ocurrió, según se comenta, tras el pago correspondiente de rescate, cuya cantidad se desconoce.
El MRTA aparece oficialmente en 1982 con algunos atentados menores como detonación de explosivos a agencias bancarias ubicadas en Lima. En ese entonces, el siniestro Castillo Petruzzi enrumba a El Salvador y se incorpora al Frente Farabundo Martí. Allí se conoce con María Pincheira de la misma nacionalidad. Luego de 24 meses, los dos deciden ir a Nicaragua a apoyar la revolución sandinista. Habian hecho frecuentes viajes a Cuba.
Polay mandó a llamar a Castillo Petruzzi de Nicaragua para que se integre al MRTA y por supuesto que quiere explotar al máximo sus atrocidades. Aquí con la Pincheira se pone a diseñar la nueva línea militar emerretista. Los ayudaban Lautaro Mellado y Alejandro Astorga, también chilenos.
Fue precisamente que con la ayuda de estos delincuentes se concebían los secuestros a prominentes empresarios y las “cárceles del pueblo”, como una forma de obtener dinero para comprar armamento moderno y suficiente.
El General Enrique López Albujar Trint fue espada de honor de su promoción en la Escuela Militar de Chorrillos, el año 1953. Una foja de servicios castrenses impecable que le permitió llegar a la Comandancia General del Ejército. Con estudios permanentes, sacrificio y dedicación. Había nacido en Chiclayo el 2 de junio de 1930. Era miembro de una familia honorable. Su padre, Enrique López Albujar, había sido un destacado abogado que se desempeñó como juez en diferentes lugares del país. Entre ellos: Huánuco y Tacna. Una eminencia jurídica y sobre todo un excelente escritor con libros de éxito: "Cuentos Andinos", "Matalaché" y "Las Intimidades de la señora Tordoya". Una figura
eminente de la Literatura peruana.
Asi informaron los diarios sobre el asesinato
En la época del primer gobierno aprista de Alan García, este distinguido militar desempeñó el cargo de Ministro del Interior entre 1987 y 1989. Lo hizo con el beneplácito del gobierno, sus compañeros de armas y de la población. No tenia de que retractarse. Ni menos de que avergonzarse. Un profesional que cumplió sus funciones a cabalidad.
En el distrito de Los Molinos en Jauja (Junín), los militares interceptaron a más de medio centenar de terroristas, dispararon-como debe ser- porque, realmente, éstos eran los criminales y atacaban a discreción. Allí perdieron la vida muchos de ellos que estaban directamente relacionados con la subversión. Eso, los del MRTA, nunca lo perdonaron.
Entonces se cobraron la revancha. López Albujar sin seguridad ni nada que se le parezca, subíó a su automóvil en el Centro Comercial Todos de San Isidro. Fue abatido a tiros el ilustre militar por el hecho de haber sido el Ministro de Defensa en la época de estos disturbios terroristas en el departamento de Junín.
Le atribuían la barbaridad, nunca probada, de haber ordenado el “repase” de heridos y el asesinato de emerretistas heridos, según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Por otro lado, el más espectacular de los secuestros ocurrió, el 11de octubre de 1989, cuando el empresario televisivo, Héctor Delgado Parker, cayó en manos del MRTA. Aquí los terroristas efectuaron tres meses de reglaje diario. Incluyendo detalles, movimientos y toda clase de referencias.
La dirigencia del terror armada para el mal.
El asalto ocurrió en Santa Beatriz, a pocas cuadras del Canal 5 TV, luego de atravesar con lo que se pudo, la carrocería blindada del carro de marca Mercedes Benz de Delgado. El secuestro al empresario que fue herido, duró 6 meses y se especuló que la cifra, entregada a los terroristas, alcanzó los 400 mil soles.
“De pronto nos encontramos con un Datsun amarillo que iba adelante y se sobreparó. En el momento, una camioneta retrocedió y se paró detrás de nosotros. Del Datsun bajaron dos fulanos vestidos de policías, disparando con ametralladoras. Un sujeto rompía con una comba una de las ventanas del Mercedes. Otros con una ametralladora apuntaron a Delgado Parker y le exigieron entregarse.
“No me maten, no me maten, estoy herido”, contestó el broadcaster. La puerta la abrió. "Actuemos rápido, actuemos rápido" decían unos terroristas. Otros gritaban, “cárguenlo, cárguenlo”, según declaró a la CVR Luis Neyra Granados, personal de seguridad del hombre de televisión.
Aquí murió el chofer del vehículo del empresario, Fredy León Alayo. El rehen tuvo que ser operado, mientras estuvo en cautiverio. El MRTA presentó una serie de demandas como la difusión de un especial sobre la situación del departamento de San Martín, donde habían asesinado a varios homosexuales sin respetar sus derechos, dicho sea de paso.
El secuestrado.
Además, la transmisión de una entrevista a Víctor Polay Campos y una proclama de Cerpa Cartolini, la repartición de víveres en barrios populares y la entrega de dinero. Muchas de las exigencias se cumplieron y el empresario fue liberado el 2 de abril de 1990, a las 7.30 de la noche en una calle de Miraflores.
Durante el cautiverio, Delgado Parker fue sometido a un juicio popular, acusado de la compra de aviones Mirage por parte del Gobierno y por ser el autor de una supuesta guerra psicosocial contra el MRTA.
El empresario vidriero Pedro Miyasato fue secuestrado el 22 de abril de 1993, luego de llegar a la puerta lateral de su centro de trabajo ubicado en el distrito limeño de La Victoria, en compañía de su hijo y de su nuera. Allí lo encañonaron y lo obligaron a subir a un automóvil, tras disparar una ráfaga de tiros,
Durante el trayecto, el empresario opuso resistencia por lo que fue torturado con un cuchillo, resultando herido en varias partes del cuerpo. Sin embargo, Miyasato trató de escapar y sacó el cuerpo por una de las ventanas del vehículo, pidiendo auxilio. La respuesta vino contundente con disparos de los terroristas, para luego abandonar su cuerpo en la acera. El empresario falleció, tras ser auxiliado, cuando ingresaba en una clínica.
Alrededor de las 8.30 de la noche del 9 de julio de 1993, Raúl Hiraoka Torres, hijo del propietario de la cadena de tiendas del mismo apellido, sufrió un tremendo susto cuando la camioneta que iba a bordo por una calle de San Isidro, chocó fuertemente contra otro vehículo.
De este último carro descendieron de inmediato dos personas disparando a diestra y siniestra, resultando heridos el empresario y un miembro de seguridad que murió posteriormente. El miedo se acrecentó al máximo.
Raul Hiraoka estuvo secuestrado varios meses
Los terroristas obligaron a descender a Hiraoka para llevarlo a otro automóvil estacionado, a pocos metros del lugar. Antes de partir, los subversivos prendieron fuego a la camioneta en que llegaron.
En el trayecto, los secuestradores fueron interceptados por la policía que intentó, sin éxito, detenerlos. Aquí murió un policía por la balacera desatada que atormentó, completamente, a los vecinos del lugar.
Casi cuatro meses buscó la policía a Hiraoka hasta que fue encontrado en una casa de la sétima cuadra del jirón Vesalio, en el distrito limeño de San Borja. Hiraoka estaba atado a una silla con esposas en las muñecas y los tobillos.
Uno de los secuestradores apuntó con su arma al empresario y empezó a gritar, amenazando con asesinarlo si no se retiraba la policía y no cesaban los disparos. Las autoridades policiales y judiciales tuvieron que negociar durante ocho horas, hasta que los miembros del MRTA no pudieron, se rindieron y, muy a su pesar, liberaron a Hiraoka.
Además de los casos descritos, la relación de secuestros del MRTA, según la CVR, incluyó a las siguientes personas: la periodista Vichy Peláez Ocampo, los empresarios Jorge Benavides de la Quintana, Julio Vera Gutiérrez, dueño del Canal 9 TV; Julio Rueda, César Fukuda, Carlos Ferreyros, Víctor de la Torre Romero, Gerente General de Cementos Lima.
Asimismo Demetrio Tafur (San Martín), Gonzalo López Quiroz, Arnaldo Acosta, Hory Chlimper, Jaime Dohlher Flores, Samuel Vergara Oyarce, Nelly Moncada Terrones, Juan Cabrera Díaz del Olmo (Arequipa), Glicerio Auris Rojas, Emilio Noriega (Amazonas), Antonio Furukawa, Alfonso Muños Ordóñez, Luis Salcedo Marsano, Ana María Méndez (Junín) Pedro Ramírez Parrona (Junín) y Samuel Doria (Bolivia)
Que barbaridad. Las cárceles del pueblo nunca mas se pueden aceptar
ResponderEliminarYo estuve de testigo cuando raptaron a Delgado Parker en Santa Beatriz. La acción de los teroristas era realmente bestial. Como sinónimos de bestias sin humanidad. Quede mucho tiempo impactado y angustiado. No podia concebir que se llegasen a tales extremos de inhumanidad
ResponderEliminarMi dolor con tanta violencia y muerte y la necesidad de decir que esto no se repita. Por el bien de los peruanos
ResponderEliminarRoguenos siemopre por los muertos y las victimas de la violencia.
ResponderEliminarCuando aprenderemos a resolver por la via pacifica nuestros problemas. Esta violencia desenfrenada y anormal nos hizo mucho daño
ResponderEliminarQue tal Cerpa Cartolini que nos hizo daño. Y Polay no se queda atrás. No es concebible tanta atrocidad. Salvo que haya anormalidad. Cuando lo de la Embajada de Japon, cuando a Cerpa lo vei como su pañuelo rojo tapadanse la cara me daba un miedo tremendo. Que nunca más pase estas cosas en el Perú. Carmen Rosa Butrón
ResponderEliminarConozco a Raúl Hiraoka Torres,sé de su generosidad,pero sobre todo, admiro su valor y valentía al haberse quedado en el Perú luego de haber pasado por una experiencia horrorosa en manos de los terroristas durante casi 4 meses, liberado asangre y fuego. Tiene sangre de un Samurai mezclado con la indómita raza Inka; hijo de padre honorable japonés, ( no como fujimori que tendrá de japonés pero no de honorable), y de madre peruana . Raúl Hiraoka Torres, nació en la Provincia de Huanta, a decir del sabio Raymondy, la siempre bella "Esmeralda de los Andes" y como reza en su escudo la que "jamás desfalleció"
ResponderEliminarUna joyita el tal peter
ResponderEliminar..pensar que los congresistas de Frente Amplio, pretenden que los terroristas liberados de las cárceles ingresen a participar en la política...terrible
ResponderEliminarEstos sujetos deben ser desterrados para siempre de la política, no entiendo que hace la Foronda en el congreso
ResponderEliminarCon los terroristas y sus apologistas como el MOVADEF debe haber cero tolerancia!! Terrorismo nunca mas.
ResponderEliminarPetruzi esta libre en Chile deberiamos cobrarsela
ResponderEliminarEs el colmo que un delincuente terrorista y psicópata como Castillo Petruzzi haya recibido una pena de solamente 23 años. Este delincuente subhumano cumplió su condena el 2016 y ahora está libre en Chile, gozando de libertad y de la vida que tan cobardemente arrebató a civiles inermes. Apenas tiene 65 años de edad y aún puede volver a matar.
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