En esta edición hemos preparado un informe especial sobre las atrocidades terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), a propósito de la controvertida y discutida libertad de la subversiva Lori Berenson Mejía. El hecho, definitivamente, ha originado la crítica contundente de toda la sociedad peruana.
Hay una convicción determinante: bajo ningún punto de vista, se puede de dejar de denunciar a estos insanos que quisieron debilitar a la democracia para propiciar todo lo contrario. Es decir, la violencia persistente, el asesinato salvaje y la destrucción del país. De eso, nadie tiene ninguna duda y-afortunadamente- persiste el rechazo general.
Este grupo insano tan audaz y sanguinario como Sendero Luminoso, aunque con algunos matices mínimos diferentes, actuó a partir de 1982 en diferentes puntos del país, con una constante de salvajismo y sin piedad alguna.
Sus víctimas fueron personas de toda clase y condición. Muchos empresarios y profesionales que, día a día, contribuían al desarrollo y progreso del país. Políticos con convicciones y trayectorias plenas. Insignes militares y policías que se sacrificaron por dar lo mejor de sí, por la patria atacada y en peligro. Pero también existieron, como víctimas, otro gran número de integrantes del conglomerado social peruano.
Entre estos últimos, vale recordar- con idéntico rechazo- a los débiles y pocos protegidos de la sociedad. Allí están muchos campesinos, muchos hombres que nadie los conocía, muchos soldados anónimos, quienes tuvieron la desgracia de toparse con estos insanos. Ellos perdieron lo más preciado que tenían como es la vida. Fueron heridos y, en cantidades mayores, para siempre. Es decir, todas las capas del conglomerado peruano fueron vulneradas y atacadas a mansalva.
Hasta hoy no hay cifras precisas sobre las víctimas del terrorismo. No obstante de que la Comisión de la Verdad y Reconciliación dio una de ellas que asciende a más de 60 mil personas. Este número sirvió, indebidamente, para la discusión estéril y para poner en tela de juicio su veracidad.
Hecho que, evidentemente, no debió ocurrir. Que hubo desgracias y victimas en cantidades sorprendentes, nadie, absolutamente nadie lo puede dudar. Con la discusión a favor o en contra, le hacíamos un gran favor a los que precisamente iniciaron y desarrollaron la violencia en el país.
La horda de desalmados del MRTA afirmaba por calles y plazas que tenían ideología y que defendían a los pobres y lo más necesitados. Eso nunca fue así. Ni pensamiento. Ni nada que se le parezca. Solo una banda de descastados y sectarios que con su fanatismo desenfrenado hicieron mucho daño.
Lo mismo que con sus métodos tan cobardes donde se caminaba por la senda de la sorpresa para herir y matar en la que se había perdido cualquier atisbo de decencia, aprovechándose, indebidamente, de los problemas y las desigualdades existentes en el país.
En este blog de la semana ustedes pueden encontrar un recuento de cómo apareció este grupo terrorista cuyo principal artífice fue Víctor Polay Campos, hoy preso por 35 años en la Base Naval del Callao.
Se ha incluido, detalladamente, los actos cobardes de los subversivos que en actos de demencia mataron a empresarios y raptaron a mucho de ellos, a quienes los metieron en las inconcebibles cárceles del pueblo, cubículos estrechos del horror donde pasaban sufriendo días de días, meses de meses, en forma tan salvaje.
También hemos escrito sobre la historia truculenta y violenta de Lori Berenson al lado de otro desalmado como Miguel Rincón Rincón. Ambos con sus cinismos, insolencias criminalidades y truculencias.
Sin dejar de relatar la toma de la Embajada del Japón donde, injunstamente, también se cobraron vidas lamentables, aunque por cierto mínimas. La de un ilustre magistrado y dos valerosos militares. Los heridos también fueron una realidad.
Aquí se puso en jaque permanente de nervios y depresión a peruanos ilustres durante largos cuatro meses, con sus días y sus noches, desde el l7 de diciembre de 1996 hasta el 22 de abril del año siguiente. Todos estos temas los recordamos con la convicción de que nunca más vuelvan a pasar.
Sirva esta oportunidad para pregonar, con seguridad y sin vacilaciones, de que el mejor antídoto contra el terror es la democracia y la unión entre todos los peruanos. Todos a una dígámosle No al Terrorismo. Por supuesto no bajemos la guardia para que jamás vuelvan a aparecer estos descastados, como solución a algún problema político o social.
El terror hay que repudiarlo y los peruanos tenemos que unirnos. No entiendo, por ejemplo tanta contemplación con la delincuente Berenson. Ella debe irse del país. Ya nos hizo mucho daño. Carmen Rosa Burga.
ResponderEliminarConoci al señor David Ballón. Trabajé con él. Una persona de primera. Cuanto lo extrañamos. No mereció ese fin.
ResponderEliminarQue terrible todas estas cosas que hicieron estos delincuentes. Lo de Miyasato ya es el colmo. Se defendió hasta el final por vivir. Y tenía derecho. Esos chilenos merecen lo peor. Estoy impresionada de recordar estos actos inhumanos. Perla García
ResponderEliminarQue tales bestias
ResponderEliminarEl Señor Delgado Parker tenia una faceta de empresario y otra de politico. Dicen que por la última y por su relación con Garcia actuó mal en la compra de los Mirage. Pero ni siquiera por eso estos delincuentes tenían derechos de hacer lo que hicieron. Se,además, que por lo que sufrió durante el cautiverio murió. Eso es inconcebible
ResponderEliminarTanta víctima por gusto. Los problemas politicos y sociales no se arreglan así. Que tal bestialidad. No se puede permitir. Evitémolos como sea
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