La lucha de Malta por la
supervivencia comenzó cuando los aviones italianos lanzaron la primera carga de
bombas sobre las defensas de la isla, pocas horas después de haber entrado en
guerra. Desde entonces, durante los tres años que siguieron, la llave de los
enlaces ingleses en el Mediterráneo tuvo que sufrir los ataques tanto de la
aviación alemana como de la italiana. Esta es la primera fase de su dura
prueba.
Una visión retrospectiva pone de
manifiesto que el no haber dotado a Malta de medios adecuados de defensa y de
ataque puede considerarse como una de las omisiones más graves de la política
defensiva británica de la anteguerra. La isla, con sus magníficos puertos y
astilleros, era una base inamovible y con su excelente posición estratégica en
el centro del Mediterráneo, constituía un enlace vital entre las dos bases
británicas, Gibraltar y Alejandría, distantes entre sí unas mil millas.
Dada su proximidad a Sicilia y a
la península italiana, Malta se encontraría muy expuesta a los ataques aéreos y
a un bloqueo naval en el caso de guerra con Italia. Entonces, corriendo la
defensa a cargo de cazas guiados por radar, a la sazón todavía en estado
embrionario, parecía haber pocas posibilidades de rechazar eficazmente un
ataque concentrado por parte de las unidades aéreas de Mussolini, tan
ensalzadas y superiores numéricamente. Por ello, los planes de rearme ingleses
intensificados después de la crisis de Múnich, no consideraban con verdadero
interés la defensa de la isla.
Malta en plena guerra.
Malta en plena guerra.
NEUTRAL
El 3 de Septiembre de 1939, las
fuerzas navales de Malta consistían solamente en siete submarinos, doce
torpederos, con sus navíos de apoyo, y varios dragaminas. El grueso de la flota
había sido trasladado a Alejandría. En tierra, las defensas de la isla estaban constituidas
por unas pocas baterías antiaéreas ligeras y por las piezas de Grand Harbour.
Había también cuatro batallones ingleses, con
plantilla reducida y un batallón maltés de nueva formación. En los tres
indefensos aeropuertos no había ni sombra de aparatos: los únicos aviones
disponibles eran cuatro Gladiator desmontados y embalados, que pertenecían a la
reserva de un portaaviones que en aquella época se encontraba en aguas
territoriales inglesas.
Como durante las primeras semanas
de guerra Italia permaneció claramente neutral, el Almirante Cunningham accedió
a la propuesta del Almirantazgo al emplear sus acorazados y cruceros en zonas
de mayor interés.
Pero en Mayo de 1940 acabó la llamada “guerra
extraña” y con ello la tranquilidad que hasta entonces había gozado Malta.
Cunningham, de regreso a Alejandría, izó su pabellón en el Warspite, que con
otros tres acorazados, cinco cruceros, un portaaviones y cierto número de destructores y submarinos
formaba la reconstituida Mediterranean Fleet. La noche del 10 de Junio Italia
entró a la guerra y pocas horas después varios aviones que partieron de
Sicilia, lanzaron las primeras bombas sobre Malta.
INVITACION
El General de División sir William Dobbis, entonces gobernador y comandante
en jefe de Malta, esperaba esta acción italiana, por lo que había ordenado la
adopción de las medidas necesarias, invitando a la población a alejarse durante
las incursiones y a refugiarse en las grutas y al abrigo de las rocas.
De los cuatro cazas Gladiator que
habían sido montados a toda prisa, uno se estrelló y los tres restantes
constituyeron, de momento, la única defensa aérea de la isla. Fueron llamados a
las armas los malteses aptos para el servicio militar y se constituyó un
regimiento de infantería y otro de artillería.
El primer día de las
hostilidades, el 11 de Junio, ocho ataques aéreos a alta cota alcanzaron el
aeropuerto y el puerto militar, en el transcurso de doce horas: la artillería
antiaérea de dos barcos de guerra y la del puerto respondieron, abatiendo tres
aparatos enemigos. Las bombas, más pequeñas de lo previsto, ocasionaron la
muerte de 23 personas civiles y 7 militares.
Dos días después hubo 8 incursiones y al final
de la primera semana la alarma había sonado
ya 30 veces. Los malteses se adaptaron en seguida a este tipo de
bombardeo a alta cota, que había que durar muchas semanas. Poco antes de la
caída de Francia, el 24 de Junio, nueve Swordfish de la Aviación naval llegaron
a Malta
El 28 de Junio para llenar el
vacío provocado por la anulación de la Escuadra francesa-que tenia a su cargo
la defensa de la cuenca occidental del Mediterráneo-, se constituyó a toda
prisa, en Gibraltar, la fuerza, a las órdenes del Almirante sir James
Somerville.
Los aviones en tierra listos para atacar.
Los aviones en tierra listos para atacar.
DEFENSAS
La constituían el crucero de
batalla Hood, los acorazados Resolution y Valiant, el portaaviones Ark Royal, 2
cruceros y 11 destructores. La Fuerza H era de una importancia vital para
Malta, que ahora dependía totalmente de abastecimientos procedentes de bases
lejanas y que llegaban a través de aguas que se suponían dominadas por el
enemigo.
Puesto que los cazas asignados a
la defensa de las Islas Británicas se hallaban duramente comprometidos en hacer
frente a los ataques de la Luftwaffe y a la amenaza de una invasión, los jefes
de Estado Mayor se dieron cuenta de que era necesario reforzar inmediatamente
las defensas aéreas de Malta. Se trataba de una medida insistentemente
solicitada por Cunningham. Pero los refuerzos enviados fueron insuficientes.
A
principios de Agosto llegó desde Inglaterra el Argus, un viejo portaaviones que
se usaba para adiestramiento, con 12 Hurricane a bordo, que despegaron de un punto
al sudoeste de Cerdeña y aterrizaron en Malta sin novedad. Este era el único
modo de enviar cazas a la isla y se repitió, muchas veces, incluso en
condiciones mucho más peligrosas.
REFUERZO
Un mes después cuando el nuevo
portaaviones Illustriuos, el acorazado Valliant y dos cruceros antiaéreos
atravesaron el Mediterráneo para reforzar la escuadra de Alejandría, se
aprovechó la ocasión para enviar a Malta diversos abastecimientos y pertrechos.
En Octubre y Noviembre llegaron más abastecimientos desde Alejandría.
El eficaz reconocimiento fotográfico
de Tarwento, realizado por un Glem Martin que había despegado de Malta fue de
importancia vital para el ataque de aquella base, que se efectuó el 11 de Noviembre
y durante el cual los aviones torpederos ingleses infringieron graves pérdidas
a la escuadra italiana.
El otro convoy llegó a Malta
desde Alejandría antes de acabar el año, cuando Cunningham, que como de costumbre
estaba en el mar con sus fuerzas de escolta, aprovechó la ocasión para visitar
la isla. Aunque observó cierta mejora en las defensas respecto a la visita que
realizó ocho meses antes, no quedó nada satisfecho.
Los primeros seis meses de
hostilidades habían demostrado que Malta era más importante que nunca como base
de operaciones de fuerzas ligeras de superficie, submarinas y aéreas, contra
los abastecimientos italianos que se dirigían a Libia.
No obstante, la isla no estaba todavía
bastante segura que los cruceros y destructores pudieran utilizar regularmente
su puerto y, por otra parte, los antiguos submarinos que continuaban utilizando la base eran demasiado grandes
para operar contra los convoyes enemigos en aquellas aguas. Gradualmente fueron
sustituidos por submarinos más pequeños, del tipo Unity y Triton.
INADECUADO
Los cazas encargados de la
defensa de la isla y las fuerzas aéreas de ataque eran, en cambio, totalmente
inadecuados. A fines de 1940 consistían solamente en 15 Hurricane, 12 aviones
torpederos Swordfish, 16 Wellington de la RAF, 4 hidroaviones Sunderland y 4
Glen Martin de reconocimiento.
Los efectivos en aviones de caza quedaban, por
lo tanto, muy por debajo de los escuadrones programados, mientras que los
aviones de reconocimiento eran insuficientes para mantener bajo vigilancia los
movimientos de los barcos mercantes italianos.
No sorprende, pues, sólo se
hubiesen hundido el 2 o 3% de las 690 mil toneladas de barcos que los italianos
habían enviado a Libia entre Junio y Diciembre de 1940 y que 47 mil hombres
hubieran podido desembarcar allí sin sufrir bajas.
Por otra parte, la situación
general en el Mediterráneo no era del todo crítica en 1940. En el desierto
occidental, el General Wavell había atacado el ejército italiano, que se
encontraba en plena retirada.
VIGILANCIA
Al mismo tiempo la posesión de Creta y la
posibilidad de usar la bahía de Suda como base avanzada permitió al Almirante
Cunningham vigilar mejor el Mediterráneo oriental. Además, habiendo conseguido
la supremacía sobre la Escuadra italiana, podía desplazar sus navíos cuando
quisiera a la cuenca central para proteger los convoyes más importantes. Así, durante
el mes de Diciembre, fueron escoltados sin incidentes, a través del canal de
Sicilia, 55 barcos.
Pero en este momento se dio uno
de aquellos imprevisibles y fatales giros de fortuna propios de la guerra: la
súbita aparición en el Mediterráneo de potentes fuerzas aéreas y terrestres
alamanas. Era el primer indicio de la insatisfacción de Hitler por la actuación
italiana en la guerra contra Grecia y en Africa del Norte.
El 8 de Enero ya se encontraban en los
aeropuertos sicilianos 96 bombarderos y 25 cazas bimotores del X Fliegerkorps, una
unidad elegida de la Luftwaffe, que constaba de 120 bombarderos, 150
bombarderos en picado, 40 cazas y 20 aviones de reconocimiento y que había
desempeñado un papel muy importante en las operaciones en el mar, durante la
campaña de Noruega.
Los soldados descienden de la embarcación para luchar.
Los soldados descienden de la embarcación para luchar.
NEUTRALIZACION
En el nuevo teatro de operaciones
se dio prioridad a la neutralización de Malta como base aeronaval británica, a
fin de proteger los convoyes que se dirigían a Libia. Las otras misiones del X
Fliegerkorps consistían en impedir los abastecimientos británicos a Egipto y en
apoyar lss fuerzas del Eje en el norte de Africa.
Puesto que los italianos tenían
ya en Sicilia unos 45 bombarderos 75 cazas y muchos aviones más en Cerdeña, era
evidente que los barcos de guerra y mercantes británicos que atravesaran el
Mediterráneo central chocarían con una dura oposición.
En efecto si exceptuamos los pocos aparatos
que tenían su base en los portaaviones ocasionalmente disponibles, los únicos
cazas para la defensa aérea con bases terrestres eran los ya citados 15
Hurricane de la RAF en Malta y otros 18 que habían llegado durante la posterior
fase de la “operación convoyes”.
La amplia operación convoy llamada
“Excess” empleó todas las fuerzas navales disponibles entre los dos extremos
del Mediterráneo y consiguió disminuir un poco la presión ejercida sobre la
isla. El 8 de Enero de 1941, Malta recibió de Alejandría el refuerzo de 500
hombres del Ejército y la Aviación que llegaron a bordo de los cruceros
Gloucester y Siuthhampton. Al mismo tiempo uno de los barcos mercantes de la
Operación Excess, el Essex, desembarcó 4 mil toneladas de municiones, 3 mil
toneladas de patatas y una carga en cubierta de 15 Hurricane.
ATAQUES
La noche del 12 de Enero varios
Wellington, que salieron de Malta, atacaron el aeropuerto de Catania, uno de
los que usaba el X Fliegerkorps.
Mientras tanto, había llegado al puerto de La Valleta una unidad que podía
constituir para la Luftwaffe un excelente blanco: el portaaviones Illustrious,
gravemente dañado por bombarderos en picado alemanes y que el 10 de enero se
refugió en el puerto de la isla para las reparaciones necesarias.
A los pocos días fue localizado.
Entonces unos 80 Stuka, con base en Sicilia, atacaron el puerto en oleadas
sucesivas, teniendo como objetivo el Ilustrious y el arsenal. A pesar de la
audacia de los atacantes, que volaban a baja altura, el portaaviones fue
alcanzado una sola vez, pero las instalaciones portuarias resultaron muy
dañadas.
Las tres superpobladas
localidades de Senglea, Victoriosa y Cospicua, cuyos habitantes se habían
habituado un poco a la relativa ineficacia de las incursiones italianas,
pagaron ahora caro su optimismo. En efecto, casi 100 personas, entre hombres,
mujeres y niños, resultaron muertas durante esta incursión alemana, la primera
de una serie que los habitantes de la isla todavía recuerdan como el “Blitz del
Illustrious”
El 17 de Enero los alemanes se
limitaron a una actividad de reconocimiento. El 18 dirigieron sus ataques
principalmente sobre los aeropuertos de Luqa y Hal Far, destruyendo 6 aparatos
que estaban en tierra y dañando otros muchos. El ataque más duro de la serie se
produjo al día siguiente, cuando los Stuka se lanzaron de nuevo contra el
Illustrious, que fue alcanzado una vez más. Afortunadamente, la población civil
se dio cuenta de que era necesario entrar en los refugios y las víctimas fueron
escasas.
La destreza de la tropa en el enfrentamiento.
La destreza de la tropa en el enfrentamiento.
REPARACIONES
Las reparaciones del portaaviones
continuaron rápida y diligentemente, a fin de alejarlo de la isla lo antes
posible y, en efecto, la noche del 23 estuvo dispuesto para zarpar rumbo a
Alejandría.
Los daños ocasionados por la
aviación enemiga a los navíos que participaron en la Operación “Excess”
convencieron al Almirante Cunningman de que era necesario suspender el tránsito
por el Mediterráneo mientras los cazas no pudieran ofrecer el mínimo de
protección, en la que él siempre había insistido.
A no ser que la defensa aérea de Malta
aumentase lo suficiente, la isla estaba expuesta a ser atacada por la Luftwaffe,
con bombarderos horizontales y en picado que, con bombas más pesadas y puntería
de mayor precisión, eran mucho más peligrosos que los italianos.
Los ataques nocturnos y diurnos del X
Fliegerkorps-que continuaron todo Febrero y Marzo con intervalos de pocos días-
se dirigían principalmente contra las instalaciones portuarias, contra las
cercanas localidades de La Valletta y Senglea y contra los tres aeropuertos, en
los que ocasionaron grandes daños a los aviones que estaban en tierra.
INCURSIONES
Las incursiones consistían
habitualmente en ataques en picado de Ju-87 combinados con ataques a baja cota
de cazas bimotores Me-110 mientras que los bombarderos Ju88 y He111, escoltados
por los cazas dejaban caer bombas desde unos 2 mil metros de altura. El peso de
las bombas variaba de 50 a 500 kg e incluso llegaba a los 1,000.
El 21 de Enero de 1941, los Jefes
de Estado Mayor británicos ordenaron al comandante en jefe de la aviación en el
Mediterráneo que dotase a Malta de las fuerzas aéreas necesarias para su
defensa y que aprovechara cualquier ocasión a que se presentase para utilizar
la isla como base de ataque.
En efecto, los Wellington de la
RAF, siempre que les era posible, bombardeaban los aeropuertos de la isla de
Sicilia, mientras que los Swordfish de la Aviación atacaban los barcos
italianos de transporte.
El 20 de Enero, los Jefes de Estado
Mayor advirtieron que la presencia de la Luftwaffe en Sicilia había impedido la
realización del plan del Almirante sir Roger Keyes de ocupar, mediante una
acción de comandos, la pequeña isla de Pantelaria.
El islote situado en medio del canal de
Sicilia y a unas 120 millas al oeste de Malta, era utilizado por los italianos
como base de aviones y torpederos. Churchill había acogido el plan como “un
confortable ejemplo de espíritu guerrero y consideraba que la isla podría constituir, en manos de los
ingleses, un punto de apoyo para los refuerzos aéreos y una base secundaria
para los cazas.
Los nazis.
Los nazis.
LA REALIDAD
Pero en realidad los Jefes de Estado Mayor no
participaban de su entusiasmo y el Almirante Cunningham tampoco. Por consiguiente,
Malta siguió siendo la única fortaleza de Inglaterra en el Mediterráneo central
hasta Junio de 1943 cuando antes del desembarco en Sicilia, se ocupó
Pantelaria.
La conquista inglesa de la
Cirenaica y del avance del 8 de Febrero hasta El Agheila determinaron una
pequeña reducción en las fuerzas de la Luftwaffe en Sicilia, que se enviaron en
ayuda de las del Norte de Africa.
A fines de mes las incursiones sobre Malta
volvieron a ser casi diarias, siendo atacados los aeropuertos con potentes
bombardeos en picado. Marzo comenzó mal con un ataque de 10 aviones sobre Hal
Far, que ocasionó graves daños a los aparatos y a los edificios del aeropuerto.
Los pocos Wellington que quedaban tuvieron que ser enviados a bases más
seguras.
Mientras tanto, los habitantes de
la isla pasaban serias dificultades porque escaseaban, cada vez más, las
provisiones de productos de primera necesidad. Ningún abastecimiento llegó a Malta hasta el 23 de marzo, cuando un pequeño
convoy arribó desde Alejandría protegido por la Escuadra.
DAÑOS
Estaban todavía en el puerto dos de los barcos
del convoy que fueron gravemente dañados por la aviación enemiga: 30 aparatos
Ju-87, escoltados por 20 Me-109, los atacaron con decisión. Pero los 14
Hurricane que despegaron contra ellos destruyeron 7 bombarderos en picado y las
baterías antiaéreas abatieron otros cuatro.
Para concluir, se puede afirmar
que en los primeros tiempos de la guerra, esto es, hasta fines de Marzo de
1941-cuando Malta se encontró en primera línea en la batalla del Mediterráneo-,
la isla se había defendido encarnizadamente contra fuerzas muy superiores a las
suyas y había aprovechado también sus escasas reservas ofensivas cuando le fue
posible.
Es prácticamente cierto que en los primeros
meses, cuando la guarnición y las defensas terrestres eran insuficientes, un
enemigo más decidido y con más iniciativa habría podido conquistar la isla, con
gravísimas consecuencias para todo el desarrollo del conflicto.
Pero los italianos dejaron
escapar esta oportunidad y Malta consiguió sobrevivir y tener una parte muy
importante en la victoria final. (Editado, resumido y
condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)
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