Hay preciso tacto periodístico desarrollado e impecablemente
explotado. Aún más, profundo conocimiento de causa especializada en el deporte
con amplia y variada información que tiene el mérito de haber retratado, de
cuerpo entero, a un ídolo del futbol de todos los tiempos y de la talla
primigenia de Teodoro “Lolo” Fernández
Meyzán. El libro de Justo Linares y Roberto Salinas que
hace poco acaba de aparecer, en
impecable edición de 170 páginas, es todo un suceso editorial de tal tipo que
merece darse a conocer y destacarse por entera obligación imprescindible de
comunicación impecable.
En ese sentido, la dupla Linares-Salinas
volvió a dar en el clavo con esta publicación cuyo título exacto es “El Siglo de Lolo”. Como hace más de un
año cuando publicaron “Ultima Hora La Revolución
del Periodismo en el Perú”, el diario que precisamente los formó y donde
vivieron sus mejores vivencias reporteriles.
El libro es una realidad formando parte del recuerdo de que el 20 de Mayo del 2013 se
cumplió, por un lado, el primer centenario del nacimiento del cañonero
y, por otro el 30 de agosto último, el
sexagésimo aniversario de su retiro de las canchas deportivas.
“En Grecia antigua se denomina
siglo de Pericles a la época de mayor esplendor de la cuna de civilización. La
vida de Lolo, que trasciende los siglos, es la de mayor esplendor del futbol
peruano”, dicen los autores en el volumen que ha salido con infinidad de fotografías
incluso inéditas, full color y fino papel couché. En buena cuenta, impecable.
Teodoro "Lolo" Fernández al final de su vida.
Teodoro "Lolo" Fernández al final de su vida.
VARIEDAD
En la investigación que salió a
luz hay de todo como característica de variedad y de profundidad. Lo que
permite notar que se ha realizado un sesudo estudio, consultando a profundidad
archivos y bibliotecas. Llegando donde las personas claves y precisas con
habilidad reporteril, quienes dieron efectivos aportes. De por sí, lo
conseguido ya es un mérito que debe subrayarse. Sobre todo si se quiere ser
justos y consecuentes con lo que uno asimila en la lectura.
Encontramos, cuando leemos las
páginas de la publicación, a Lolo con toda su familia en la hacienda Hualcará
de Cañete, cuyo propietario muchos años fue Mariano Ramos Dammert. Lo que eran
sus padres, sus hermanos. Casi todos futbolistas. El recuerdo a su profesora
Lastenia, quien le enseñó las primeras letras.
Asimismo los partidos de futbol
en el patio del colegio con una pelota de futbol de esas antiguas de cuero,
pichina y pasador. Los autores consignan las famosas frases del jugador para
explicar el poderío de sus certeros disparos: “Nunca faltaron los frejoles ni el camote en mis comidas. De niño aprendí a patear fuerte debido a que por
temor a las represalias de mi padre, jugaba descalzo para no dañar mis
zapatos”.
LLEGA A LA U
De acuerdo a lo consignado por
los periodistas, la pierna derecha del futbolista se le encorvó dificultando en
algo su desplazamiento. Eso fue producto de los fouls sufridos por el crack de
parte de sus adversarios. Para ellos, única forma como podían marcarlo.
Su hermano Arturo Fernández, “El
Manco”, lo lleva al club de sus amores Universitario
de Deportes y esa es la única camiseta que defendería permanentemente a lo
largo de su vida deportiva, conjuntamente con la casaquilla nacional de la
Selección Peruana de Futbol. Nada más, pero tampoco nada menos.
Antes lo había hecho, en Cañete,
por el Club Huracán Hualcará. Allí debutó en 1925, jugando frente al Alianza
San Vicente, marcando el primer gol de lo que más tarde sería una gloriosa carrera futbolística.
Su ingreso a la reserva de Universitario ocurrió en Marzo de 1930 como
puntero derecho. Resultó el goleador del torneo, aunque al principio no se
desempeñó bien. Ni con soltura. Incluso pensó en retirarse del futbol para
dedicarse al básquet.
La gente comenzó a verlo con respeto
cuando una tarde, jugando contra Alianza Lima, marcó un golazo venciendo a
“Mondongo” Castro. Fue un taponazo impresionante. Esa conquista le valió ser
promovido al primer equipo.
Cuentan los autores que Lolo
afirmaba que la famosa garra de la U no era otra cosa que la excelente
preparación física que permitía revertir los partidos con más “quaker” que los demás equipos.
Mural en su honor en el estadio que lleva su nombre
Mural en su honor en el estadio que lleva su nombre
EL DESCUBRIDOR
Relatan que el descubridor del eminente
jugador fue el entrenador uruguayo Julio Borelli. Lo hizo debutar en Lima en el
estadio del Circolo Sportivo Italiano contra Lawn Tennis. Insistió con él y lo
puso en un partido contra Magallanes de Chile. El cañonero hizo el único gol
del partido con el que ganaron.
Señalan con precisión que, el 4 de Julio de
1932, Universitario se enfrentó al Circolo . La U dominó plenamente las
acciones y venció por 8-0, con seis anotaciones del cañonero. Desde entonces,
el cañetano se adueñó de la casaquilla
número 9. La de centro delantero. En 1932 y 1933 fue el goleador del
campeonato.
También recuerdan que formó parte del
Combinado del Pacífico, equipo que tenía como base a la U y que empezó una gira
por el norte del continente para luego pasar a Europa, jugando un total de 39
partidos.
Vistiendo la camiseta de sus amores: la de la U.
Vistiendo la camiseta de sus amores: la de la U.
GOLEADOR
Los refuerzos del cuadro fueron:
Alejandro “Manguera” Villanueva y Juan Valdivieso de Alianza Lima. Antonio
Maquilón del Circolo y Alfonso Saldarriaga de Atlético Chalaco. Asimismo cuatro
jugadores del Colo Colo de Santiago de Chile: Juan Montero, Antonio Luco,
Guillermo Subirabe y Eduardo Schenenberger.
Más adelante recuerdan que de la
U, además de Lolo, estuvieron en a la gira: Arturo Fernández, Juan Criado,
César del Río, Alberto Denegri, Placido Galindo, Eduardo Astengo, Vicente Arce,
Mario Pacheco, Alfredo Alegre, Julio Landa, Carlos Tovar y Luis Souza Ferreyra.
Asimismo que de los 39 partidos,
el Combinado del Pacificó gano 13. Otros
13 empataron y los perdidos sumaron el
mismo número. Pero lo más trascendental e importante es que el goleador
indiscutible fue Lolo con 49 anotaciones. Jugaron en Panamá, Curazao, Irlanda,
Belfast, Escocia, Inglaterra Holanda, Checoslovaquia, Alemania, Francia y
muchos otros países. Efectivo roce internacional.
Subrayan que en los famosos y accidentados
Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, Perú goleó 7 a 3 a Finlandia con cinco
golazos de Lolo y 4-2 a Austria con otro tanto del cañonero. Fernández brilló
en los campeonatos de futbol nacionales hasta la década de los 50. En 1945 y
1946 se clasificó como goleador indiscutible En más de cinco oportunidades, con
el ariete, la U consiguió el campeonato.
En otros capítulos anotan que destacó también
en los campeonatos sudamericanos. La friolera de doce años estuvo en la
Selección Nacional de Futbol. Su debut
con la casaquilla nacional ocurrió en 1935. En dicho lapso convirtió 24 goles,
el segundo mejor anotador en la historia del futbol peruano después de Teófilo
Cubillas con 26 tantos.
Lolo al centro con otros ídolos del fútbol.
Lolo al centro con otros ídolos del fútbol.
CHILE
Cuentan que entre el 17 de
Diciembre de 1935 y el 28 de Diciembre de dicho año, Alianza Lima reforzado con
cinco jugadores de la U, entre ellos el cañonero, efectuó una gira triunfal a
Chile en cuya capital jugó siete partidos, de los cuales ganó seis y empató el
restante. La derrota no se conoció.
El segundo mejor score de las
olimpiadas de Berlín. El goleador de los bolivarianos de Bogotá donde
participaron Ecuador, Bolivia, Panamá, Perú, Venezuela y Colombia, en 1938. Anotador
de goles principal de la Copa América al año siguiente.
Linares y Salinas aseguran con
precisión que nunca quiso aceptar ofertas de otro club. La dirigencia del Colo
Colo de Chile le colocó un cheque en blanco, pero lo rechazó. También olvidó la
oferta de San Lorenzo y Racing de Buenos Aires, Peñarol de Montevideo e incluso
de un equipo de París, Francia.
DESPEDIDA
En el libro se recuerda que el 20
de Julio de 1952, la directiva de Universitario presidida por Carlos Cilloniz,
inauguró el flamante estadio con el nombre de Lolo Fernández. El recinto lucía
las tribunas de madera del viejo Estadio
Nacional de José Díaz, en remodelación desde un año antes. Cuando se inauguró
el Estadio Nacional de Lima le entregaron los laureles deportivos. Lo mismo que
al nadador Daniel Carpio y al campeón olímpico de tiro, Edwin Vásquez.
Y que la despedida del futbol de
Lolo ocurrió, el 30 de Agosto de 1953 durante un partido contra su eterno
rival, Alianza Lima. Formó la delantera al centro con Osorio, Juan Castro,
Alberto Terry y Dante Rovay. Los grones tenían un gran equipo, destacando el
arquero Heraclio Paredes, el back centro Guillermo Delgado y el volante
Cornelio “Chocolatín” Heredia. La U ganó
por 4 goles a dos, tres de ellos del artillero. Magnifico adiós de consagración
definitiva, total. Hasta el final marcando anotaciones. No podía con su genio.
La salud comenzó a fallarle y fue
operado siete veces del fémur y la cadera, falla anatómica que le impedía
caminar. Lo operaron incluso en un Hospital de Miami en Estados Unidos con
fondos recaudados en un partido de futbol, dinero que se le entregó y utilizó
para su recuperación.
Al poco tiempo otros males
acecharon al deportista como fuertes dolores de cabeza y presión alta. Lo
volvieron a internar en una clínica. Desafortunadamente, ya tenía demencia
senil. Era un cuadro clínico de cuidado. Hasta que murió el 17 de Setiembre de
1996.
A propósito de la salida de la
publicación, Salinas cuenta que desde 1965 en que llegó al diario “Ultima Hora”
y se encontró con Justo Linares hubo química, no solo en lo amical, sino
también en lo profesional.
A pesar que Linares se desempeñaba como
redactor político y, entonces, su mayor fuente de información estaba en el
Congreso de la República. Pero como también le gustaba el deporte y conocido por los otros redactores deportivos,
muy frecuente resultó su relación con esa sección.
La estatua como homenaje al ídolo.
La estatua como homenaje al ídolo.
DIDI
Con Roberto se intensifica la
vinculación a raíz del nombramiento del brasileño Waldyr Pereyra Didí, como
entrenador de la selección de fútbol en 1968, para las eliminatorias del año
siguiente en el Mundial México 70. Justo
cubre con singular dedicación las actividades de este seleccionado,
especialmente cuando sus acciones eran fuera de Lima.
En la década del 70,
específicamente en 1973, dos hechos motivan que el dúo intensifique su
vinculación laboral. Salinas es llamado para ser Director de la revista
“Hincha” y condiciona su aceptación a tener como Jefe de Redacción a Justo
Linares.
Con Pele.
Con Pele.
HISTORIA DE LA TV
Y ese mismo año el cronista deportivo pasa de
canal 5 a la competencia, o sea América TV Canal 4, donde con Luis Angel
Pinasco dirige el nuevo programa deportivo “Exclusivas Deportivas”. Aquí
Linares se encarga de los guiones o libretos del programa, así como efectiviza
la convocatoria a invitados especiales.
Salinas llega a tener
vinculación con doña Dominguita, madre
de Linares, quien le brinda su hogar
para celebrar su cumpleaños, con los amigos que desease y cocinando lo que él
quisiera. Y cada cumpleaños de Roberto, los amigos saben que lo celebra, hasta
ahora, en la casa de Justo en Surquillo.
Hasta que llega la época del
reposo, en que, reconocidos como acuciosos investigadores bibliotecarios, son
convocados para escribir la historia de la televisión en el Perú, en homenaje a
los 50 años de América TV, el 15 de diciembre de 2008. El libro fue un éxito
total y marcó el inicio de ambos por la materialización de más publicaciones.
En enero de 2012 cumplen un sueño
de muchos años, pues ambos reconocen que en”Última Hora” vivieron sus mejores momentos periodísticos. Entonces sacaron a la luz el libro “Ultima Hora, la
Revolución del Periodismo en el Perú”,
que mereció las mejores críticas de los entendidos.
Y el 30 de agosto último,
presentaron su más reciente producción, “El Siglo de Lolo”, en acto llevado a
cabo en el Salón VIP del nuevo Estadio Nacional, donde precisamente el ídolo
del fútbol peruano marcó su inolvidable retiro hace exactamente 60 años.
Fue el legendario Humberto
Martínez Morosini, el maestro de ceremonias, teniendo en la Mesa de Honor a
Linares, Salinas, el Ing. Francisco Boza, presidente del Instituto Peruano del
Deporte, quien presidió la ceremonia, el Dr. Fidel Ramírez Prado, Rector de la
Universidad Alas Peruanas, en cuya imprenta se trabajó el libro, y Jorge
Arriola, de RRPP de Backus, reconocido lolista.
Los autores en actitud
desprendida y de solidaridad profesional han insertado, en las páginas de su libro,
varios artículos y entrevistas sobre el personaje central que pertenecen a la
pluma de consagrados periodistas como Ricardo Miranda Tarrillo, hoy viviendo en
Canadá, Raúl Dreyfus y Littman Gallo “Gallito”. La publicación definitivamente,
vale la pena leerla. (EdeN)
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