La costa peruana debió parecerle,
al recién llegado Charles W. Sutton,
un monumento al vacío. Largas, larguísimas extensiones de arena apenas rotas
por un sorpresivo valle de fertilidad aquí y otro allá, ese es el paisaje que a
sus ojos se ofreció cuando contactó con esta tierra seca y candente. Los desiertos, debió pensar, son un reto que
nos pone la naturaleza. Están allí para que el hombre, a base de ingenio,
demuestre de qué cosa es capaz sobre la tierra. Hombre de firme voluntad y de
incalculables recursos. Sutton se propuso conquistar para la agricultura mucho
de aquella fabulosa infinitud amarilla. Y vaya si lo hizo.
Natural de Delaware, boscosa
región de Estados Unidos y graduado de Ingeniero en la Universidad de Washington,
Charles Sutton llegó al Perú para incorporarse al equipo de especialistas y
técnicos recién constituido por el Estado peruano, con vistas a la expansión
agrícola. Sutton recorrió de arriba abajo la Costa Peruana y visitó también las
lagunas que, desde el Ande, dejan caer sus aguas hasta ella. Un viaje de
inspección que le permitió proyectar, con imaginación de profeta, sistemas de
irrigación para hacer productivo lo que sólo era arena.
Por entonces la Costa peruana se
estaba moviendo hacia la modernización de sus estructuras agrícolas. Enormes
campos destinados al pastoreo intensivo fueron destinados al cultivo y la
siembra, se sustituyeron por tractores los antiguos bueyes de tiro, se abrieron drenajes y se nivelaron sistemáticamente
los terrenos. La recuperación de campos eriazos cumplió aquí un papel de gran
importancia y el gringo Sutton, como afectuosamente se le llamaba, le tocó ser
uno de sus principales promotores y
ejecutores.
Charles W. Sutton.
Charles W. Sutton.
ADAMS
Ya un ingeniero norteamericano,
Irving Adams, había hecho un importante mapa hidrológico del Perú, punto de partida
para un mejor aprovechamiento de las aguas existentes. Sutton fue, desde
principios del siglo, su asiduo colaborador. De él aprendió los primeros
secretos de la geografía peruana, que también se ocultaban a las miradas desatentas.
Regresado Adams a su país de origen, fue Sutton quien continuó ejemplarmente su
obra, publicando desde 1907 numerosos estudios y monografías sobre la estructura
y las posibilidades hidrológicas de la Costa peruana.
Fue poco más tarde, durante el
gobierno de Augusto B Leguía, que Sutton llevó a cabo sus más importantes
obras. Dos son las más destacadas: del estudio previo a la irrigación adecuada
del hoy rico valle de Cañete (Imperial) y la irrigación de las famosas pampas
de Olmos. Cabe señalar, igualmente, sus trabajos en los valles de Chao, Virú y
Moche, en La Libertad, así como los de
Majes, Sihuas y La Joya en Arequipa.
Los estudios de factibilidad y
las obras posteriores en Imperial, uno de los logros mayores del gringo Sutton,
han permitido el aprovechamiento agrícola de cinco mil hectáreas de terreno
antes eriazo. Así, la labor de Sutton no
se redujo solamente al desarrollo de los valles costeños, sino que contribuyó a
la formación y capacitación de nuestros especialistas en un área de vital
importancia económica.
OLMOS
Terminadas, en 1924, las obras de
Imperial, Sutton y su equipo viajaron a Lambayeque. El objetivo era promover y
hacer efectiva la urgente irrigación de Olmos y sus pampas, para convertirlas
en un nuevo milagro agrícola. Los estudios previos ya habían sido efectuados y
era cosa de poner manos a la obra.
El proyecto de Sutton consistía
en levantar dos grandes reservorios, uno en Sallique (río Huancabamba) y otro
en Carhuaquero (río Lambayeque), más un gran sistema de túneles con recorrido
de 16 kilómetros, canales de derivación y todo un plan de vaciado sistemático
para fertilizar las tierras de Olmos, Salas, Lambayeque y Mórrope.
Aquellas obras fueron construidas en gran parte con la misma
técnica que Sutton había implantado en Imperial. Sin embargo, el sistema nunca
funcionó. Las aguas permanecieron en su lugar
y los aparatosos sistemas de Sutton fueron cubriéndose de polvo y de olvido,
por indiferencia de sucesivos gobiernos que hasta el día de hoy no han
concluido la labor del gringo. En total, el proyecto Olmos hubiera incorporado
ya hace 60 años, 135 mil nuevas hectáreas
a la vida productiva del país.
La Atarjea actualmente.
La Atarjea actualmente.
LA ATARJEA
La labor de Charles Sutton no se limitó
a lo antes dicho. El año de 1913, el Gobierno había expropiado la empresa de
Agua Potable de Lima que tenía los derechos exclusivos sobre el abastecimiento
del líquido elemento en la capital.
Sutton quedó entonces encargado de proyectar mejoras sustantivas en el
servicio, en atención a su capacidad
técnica y en atención asimismo al rápido crecimiento de la ciudad. El
gringo estableció un acueducto en La Atarjea para la conducción de agua desde los
estanques recolectores reemplazando así con un sistema funcional hasta el día
de hoy, al anticuado sistema de la zanja a tajo abierto.
El Ing. Gustavo Lama Arrigoni que
trabajó al lado del norteamericano, relata que era este un tenaz hombre de
empresa adornado por las virtudes de la generosidad y la entrega, con gran
dedicación a su trabajo y un espíritu de aventura que le hacía preferir la vida
del campamento a las comodidades urbanas. Casi siempre vestía Sutton, afirma
Luna, en ropa de faena y era capaz de andar a pie enormes distancias, por
terrenos muy accidentados.
Para este país que antaño
conquistó grandes extensiones en base a inventiva, con canales que son asombro
de la ingeniería moderna, con acueductos proyectados al milímetro, con sistemas
de riego nunca superados, la presencia de Charles Sutton constituyó una vuelta
al camino. El mismo fue, siempre, un fervoroso admirador de nuestra técnica prehispánica
a la que dedicó muy elogiosas palabras.
Sutton murió en 1951 de un ataque cardiaco fulminante.
Sus restos reposan hoy, en una sencilla tumba de mármol, pero su recuerdo
perdura, con insistencia, en cada gota de agua que posibilita el florecimiento
de los valles de la Costa peruana, cuya prosperidad espera y necesita hombres
de empeño, inventiva y sapiencia como él. (Jorge
Donayre Belaúnde)
No hay comentarios:
Publicar un comentario