Hasta que por fin se dio el fallo
de la Haya en el diferendo marítimo entre Chile y el Perú. Evidentemente que se
puede decir, con precisión, un acertijo final de la controversia que es fundamental: la decisión de tan
prestigiado organismo internacional de Naciones Unidas fue proporcional, justa y salomónica.
Nadie perdió y todos ganaron.
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La sentencia que es inapelable y
vigente desde el mismo día de su conocimiento, en este caso el 28 de enero del
año en curso, le ha dado la razón a
ambas naciones. Como expresión de justicia y confianza que, de todas maneras, se cumpla.
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El Perú anunció con claridad que acatará el
fallo y se espera que los mapochinos hagan lo mismo, sin demorarse en implementarlo,
dejando de lado lo que hicieron en el pasado que fue efectivamente un fiasco, en la solución de los problemas
contraídos tras la conflagración. Años
de años de desconocimiento criticable e inaudito.
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Por tiempo larguísimo, y como ejemplo, la
solución del diferendo tanto de Tacna como de Arica. Las demoras que afectan a los pueblos de ambos países no deben ocurrir
más, como ejemplo de superación total. Que así sea.
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Ahora felizmente son tiempos
nuevos y de, ninguna manera, deben
registrarse problemas de ningún tipo, ni
bajo alguna circunstancia. La necesidad eminente de paz y desarrollo de
ambos pueblos deben caminar unidos
por una América del Sur que busca nuevos horizontes, en todo orden de cosas.
Desde las económicas, hasta las de integración plena.
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No vivamos de las controversias tan dolorosas
del pasado en el marco de la infausta Guerra del Pacífico que hace tantísimos
años ocurrió, sino del presente
alentador propio de un siglo próspero como es el XXI. Con miras a tener un futuro efectivamente prometedor. Eso es lo
que, efectivamente, debemos buscar tanto peruanos como chilenos en esta hora
promisoria.
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Hay un hecho concreto que favorece
enteramente al Perú y consiste en la nueva soberanía peruana contante,
sonante y efectiva de más 50 mil kilómetros cuadrados de mar, sin olvidar
que la resolución reconoce a favor de Chile la línea paralela a lo largo de 80
millas. Una por otra. Ahora bien, el triangulo interno es, tras la decisión de
La Haya, de 21 mil 928 kilómetros cuadrados.
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Tal situación lograda le permitirá a los
pescadores artesanales de Arica continuar sus faenas productivas, conforme lo
vienen haciendo y frustra por completo las
pretensiones de los de Moquegua y Tacna que, desafortunadamente, nada nuevo han
conseguido. Todo sigue igual para ellos.
Pero tampoco nada han perdido. El
Gobierno tiene la obligación de resolverles sus problemas.
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Evitemos cualquier atisbo de
peligroso patrioterismo o de xenofobia desenfrenada que a nada bueno conducen.
Por eso mismo, de ninguna manera,
podemos señalar a ganadores o triunfadores.
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Mucho es lo que nos une con Chile y poco lo que nos separa. Hemos podido superar, en
buena lid, nuestras diferencias que, efectivamente, ya pertenecen al pasado que
está completamente pisado y superado.
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El paso siguiente a dar es fortalecer la agenda de lo que tenemos en conjunto
como son las inversiones en ambos países que ha permitido un movimiento
económico consolidado, formando un bloque sólido de progreso para ambos países.
Los enconos del pasado ya están superados. Hay cifras que, efectivamente,
demuestran prosperidad y contundencia.
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Durante el 2012, el intercambio
comercial entre nuestras naciones llegó a US $
3.500 millones. Hay inversiones en el país del sur por US$ 1,000
millones, incluidos más de 200 restaurantes de comida peruana.
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Más de 650 proyectos vienen siendo ejecutados
por capitales chilenos en el Perú. Alrededor de 100 mil inmigrantes peruanos viven en la nación vecina. Paralelamente, desde el 2010, el mayor flujo migratorio a nuestro territorio proviene de Chile
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Muchas veces hemos sido muy críticos con los políticos de todo
pelaje. Ahora toca reconocer aciertos y
tenemos la obligación de expresarle al actual
gobierno de Humala por haberse desempeñado a la altura de las circunstancias, propiciando
efectivamente la unidad nacional, como
meta necesaria para conseguir resultados efectivos.
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Lo mismo hay que decirle a la
oposición y a los ex presidentes
democráticos del Perú como son: Alan
Garcia y Alejandro Toledo,
quienes también estuvieron acertados en sus decisiones de apoyar
desinteresadamente la causa peruana.
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La clase política ha cumplido con creces su cometido, dejando de
lado las provocaciones y en ningún momento tratando de captar, como es
costumbre criticable, agua para los molinos de su conveniencia. Vale
reconocerlo.
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Nada de eso ocurrió y eso, definitivamente,
causa beneplácito entre la ciudadanía. Sin embargo, no cayó bien el discurso de
Humala ante la portátil congregada
en el patio de Palacio de Gobierno y los movimientos desesperados de Garcia para ser el primero en hablar
sobre el tema. El ego tan desenfrenado que tiene volvió a relucir a borbotones
y nadie lo pudo contener. Ay, don Alan.
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La delegación ante La Haya,
presidida por el Embajador Allan Wagner Tizón,
merece definitivamente la admiración y el aplauso por la impecable tarea
desplegada. Hubo aporte, hubo aciertos.
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Ellos sus integrantes, como los ex cancilleres José Antonio Garcia Belaúnde, Eduardo Ferrero,
Manuel Rodríguez Cuadros, los abogados Roberto Mac Lean Ugarteche y Vicente
Ugarte del Pino, Embajador Jorge Soto y
la Ministra Consejera Marisol Agüero
(Coordinadora) entre otros, cumplieron cabalmente con el Perú. El beneplácito
para tan digna delegación.
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La reacción apesumbrada de Chile saltó inmediatamente
cuando todos desde varios voceros, hasta
el Presidente Salvador Piñera, los
agentes en la Haya, el Canciller chileno,
Alfredo Moreno y la propia mandataria electa, Michelle Bachelet, lamentaron
por completo, la pérdida de soberanía en
el mar.
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Les ha dolido hasta los huesos y el alma, de cada uno de ellos. Que aprendan
porque cuando hay razón de carácter limítrofe y con apoyo total de fundamentos,
ésta, tarde o temprano, se impone por efecto de la justicia internacional plena.
Eso es precisamente lo que se dieron
cuenta, sin titubeos, los jueces de la Haya. La paciencia y entereza peruana
dieron sus frutos.
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Los chilenos están adoloridos y
la causa consecuente, a pesar del
embate, es continuar con la vía del entendimiento y la solución limítrofe con el Perú. Tras muchos años de indefiniciones, por fin, nos dieron la razón. Como
el agua es clara, como dos y son dos son cuatro. Aquí si, efectivamente, hay
beneplácito.
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Este abogado, William
Castillo, que se ha conseguido Fujimori
resulta que es un caso atípico de vaguedades. Hace poco se mandó cambiar a
Chile y presentó, ante la Corte Suprema de ese país, un recurso mediante el cual
solicita información que, en su peculiar opinión, será clave para pedir la
revisión de la sentencia que condenó a su cliente a 25 años de prisión. Habrase
visto que tal aberración.
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Ello, de acuerdo a su singular
lógica, que sólo se autorizó la extradición por los delitos de homicidio
calificado, lesiones graves y secuestros. Sin embargo la sala penal
correspondiente, presidida por el juez César
San Martín, condenó a Fujimori
por esos delitos y por lesa humanidad. La premisa de Castillo jalada por
completo de los pelos es que no debió hacerlo por esto último.
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Felizmente ya le salieron al
frente a Castillo abogados probos y
capaces que le han contestado en sus narices que lo pretendido es completamente ilegal. De tal parecer
claro son el ex Fiscal Avelino Guillén y Carlos
Gamarra del IDL. El primero sostiene que no hay sustento alguno. Mientras
que el segundo es firme al sostener que tal posición es totalmente errónea.
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Los padres de los 29 muchachos
que lamentablemente perdieron la vida en el incendio de la discoteca Utopía
siguen en la brega y la titánica labor de conseguir justicia. Ahora están tras
los pasos de Alan Azizollahoff y Edgar
Paz, dueños del establecimiento siniestrado, quienes dilatan el juicio
penal en su contra alegando problemas de salud inexistentes. El caso judicial podría volver
a la fase oral.
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Azizollahoff, de nacionalidad sudafricana y residente en Miami,
tuvo una relación amorosa con Eliane
Karp, la esposa del ex Presidente
Toledo cuando ella estaba separada del cholo sano y sagrado quien por ese
tiempo, a su vez, tenía compromisos de relación afectiva con la piurana Lucrecia “Quecha” Orozco, la madre de
su hija Zaraí.
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Muchos aseguraron que Karp, amistada con el ex mandatario y
ejerciendo el poder éste desde Palacio de Gobierno, apoyó por entero al
sudafricano cuando ocurrió lo de Utopía. Incluso se aseguró que lo ayudó a
salir del país para evadir a la justicia. Ello ocurrió hace diez años, en Julio
del 2004. Azizollahoff desde
entonces no ha dado la cara. Sinvergüenza
total. Que tal consecuencia la de
Eliane… (Noé)
GRACIAS, Edgardo.
ResponderEliminarComo siempre, muy acertados comentarios y puntos de vista sobre la realidad nacional, en especial el fallo de la Corte de La Haya.
Hay mucho para leer con calma.
Saludos.
Roberto