Chiclayo, 02 de Abril
del 2014.
Sr.
Edgardo de Noriega M.
Director de
Miscelánea
Lima.
Me dirijo a usted para saludarlo
cordialmente y manifestarle lo siguiente:
El rol del ejercicio profesional
del periodismo y el de los medios de comunicación social son importantes para
la consolidación de las instituciones y del propio régimen democrático; claro
está, cuando ellos se realizan con responsabilidad y dentro del respeto de la
dignidad de la persona humana (artículo 1° de la Constitución Política del
Perú), de sus derechos fundamentales y de valores democráticos como la
tolerancia y el pluralismo. Su papel es especialmente relevante porque su
ejercicio democrático incide en la posibilidad de que los ciudadanos estén
convenientemente informados sobre los temas que son de interés público.
Sin embargo, el ejercicio del
derecho de la información no es irrestricto; por el contrario, está sujeto a
ciertos condicionamientos que deben ser respetados dentro de un Estado
democrático y social de derecho. Sólo así, con los límites que se den encontrar
en la propia Constitución, el derecho a la información podrá convertirse en la
piedra angular de la democracia.
Es importante que en el
ordenamiento internacional se haya determinado la existencia de límites a los
derechos comunicativos. En tal sentido, tanto el acápite “a” del inciso 3 del
artículo 19° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, como el
acápite “a” del inciso 3 del artículo 13° de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, precisan que el ejercicio del derecho a la información
“extraña deberes y responsabilidades especiales”, por lo que está sujeto a una
restricción como es la de “asegurar(…) el respeto a los derechos o a la
reputación de los demás”.
Bajo este contexto, “las
publicaciones periodísticas” que se plasmen en un medio escrito o a través de
un espacio virtual o digital, deben efectuarse obedeciendo principalmente un
límite interno, esto es, el de la veracidad y uno externo, el respeto de los derechos fundamentales y en
especial el derecho a la propia imagen, al honor y a la intimidad; no obstante,
usted ha infringido abiertamente dichos limites al redactar y publicar un
artículo denominado “Justicia por la pata de los caballos en su blog
periodístico virtual, uno que asegura haber sido “hecho a la medida” del
lector.
En el citado artículo usted
expresa textualmente lo siguiente: “(…) a vista y paciencia de todo el mundo,
dos jueces totalmente venales que al parecer
son comprados con dinero par emitir fallos ilegales por su cuatro costados.
(…) Tal es el caso de(…) y la doctora
Carla Yolanda Paredes Ciccia, Titular del Primer Juzgado de Paz Letrado
Civil”; refiriendo así a la suscrita. Y enseguida anota: “La solicitud
(denuncia ante la ODECMA) ha sido hecha por uno de los agraviados, teniendo en
cuenta las tremendas irregularidades cometidas en un juicio por desalojo de un
inmueble comercial (…)”, dicho ello, usted procede a aseverar que “lo que está
completamente comprobado es que la doctora Paredes Ciccia, habiendo sentencia
de por medio, admitió indebidos escritos de la parte demandada por dilatar por
completo, precisamente, el desalojo. Con sus actos enteramente ilegales, la
magistrada adicionalmente vulneró las acciones judiciales. Atentando
evidentemente en contra de un principio elemental del Derecho como es la cosa
juzgada. Comentarios y afirmaciones que no tienen ningún respaldo probatorio,
sino solo contenido falso o imprudente, pues conforme usted lo señaló, la denuncia
formulada en mi contra por la parte supuestamente “agraviada”, fue recibida por
Odecma, organismo que dispuso mediante resolución N° 1 su fecha 15 de Enero del
2015 “NO HABER MERITO para iniciar procedimientos
disciplinarios contra la magistrada Carla Yolanda Paredes Cicccia, en su
actuación como Juez del 1° Juzgado de Paz Letrado Civil de Chiclayo. Resolución
que fue apelada ante la Oficina de Control de la Magistratura del Poder
Judicial (OCMA), quien resolvió el recurso confirmando la resolución N° 1 emitida por la ODECMA de la Corte Superior de
Justicia de Lambayeque, en el extremo que resuelve “No haber mérito para abrir
procedimiento disciplinario contra la magistrada Carla Yolanda Paredes Ciccia,
en su actuación como Juez del Primer Juzgado de Paz Letrado Civil de Chiclayo
por los cargos descritos en la resolución apelada”.
En consecuencia, expreso mi sorpresa
e indignación al observar que un Blog como el que usted dirige haya realizado
dicha publicación, comunicando como “cierto y seguro” hechos que no han sido
verificados debida y previamente, peor aún si se atrevió a calificar mi actuar
de Magistrado como “venal e “ilegal”, sin tener ninguna justa razón ni prueba
para ello.
Si bien el ejercicio profesional
del periodismo y el rol de los medios de comunicación social son importantes
para la consolidación de las
instituciones y del propio régimen democrático, estos deben realizarse con
responsabilidad y respetando el principio de dignidad de la persona humana,
debiendo verificarse por tanto la información que se publica, máxime si se
trata de una persona que ocupa un cargo público o desempeña funciones socialmente
relevantes, pues aquella posee una consideración especial en la percepción de
la sociedad. Sin embargo, dichas reglas y/o limites no se advierten en esta
situación, pues en ningún momento me solicito información sobre el tema o
investigó adecuadamente, pero si publicó sin reparo alguno.
Así entonces, en salvaguarda de
mi honorabilidad y en uso de la facultad conferida por el inciso 6 del artículo
185 de la Ley Orgánica del Poder Judicial realizó la presente aclaración y solicito
que esta carta sea publicada en su blog conforme a los términos que se exponen,
sugiriéndole que en lo sucesivo tenga en cuenta que la libertad de expresión no
puede ser entendida como libertad a la difamación; de lo contrario haré uso de
los medios legales convenientes a fin de defender mis derechos
constitucionales.
Finalmente debe haber quedado
claro que su actuar resulta inadmisible y repudiable al deslizar por los medios
de comunicación argumentos falsos y sin sustento jurídico alguno, direccionados
a trasgredir la honorabilidad de una autoridad judicial, denotando con ello la
falta de ética profesional, más aún si
existen mecanismos legales apropiados para cuestionar las decisiones judiciales
de ser el caso.
Sin otro particular que el
presente, reciba mis sinceras expresiones de consideración.
Atentamente,
Carla Yolanda Paredes
Ciccia
Jueza Supernumeraria
Primer Juzgado de Paz
Letrado
Chiclayo
Comentarios:
La carta que ustedes
acaban de leer fue recibida por el suscrito el 16 de Abril del 2014 y comenta
un artículo publicado por nosotros hace más de un año. Para ser exactos, el 9
de Enero del 2013. No obstante el tiempo transcurrido, cumplimos con insertar la
comunicación porque somos respetuosos de las opiniones de los demás. Lo que si tenemos que rechazar son las expresiones vertidas por la jueza en contra del suscrito y de este blog. Reafirmamos que creemos, firmemente, en la
libertad de expresión. Eso sí, sin restricción alguna. La doctora Carla Yolanda
Paredes Ciccia ha tenido, en todo momento a su disposición, las páginas de Miscelánea. Prueba de ello es que, en
innumerables ocasiones, tratamos de comunicarnos con ella para que emita sus
descargos. Nunca fue posible. La abogada le corre a las entrevistas. No sólo con nosotros, sino con otros medios. Sus razones tendrá y las respetamos. Ahora bien, si se sintió ofendida, las disculpas del caso se extienden y se convierten en necesarias. Por esos
principios que ejercemos con convicción de justicia y proporcionalidad en un
periodismo libre, objetivo y veraz, a nadie le negamos la oportunidad de
defenderse. Queremos dejar claramente establecido, en
primer lugar, que para informar no se nos puede poner ningún tipo de
cortapisas. Ni tampoco amenazarnos. Menos amedrentarnos. La justicia, tan
venida a menos en el país, requiere a
gritos que cambie totalmente para, precisamente, servir a la sociedad con
eficiencia. No estamos conformes con su proceder tan pero tan inadecuado. La doctora
Paredes, ha sido atendida en sus requerimientos. Sirva esta oportunidad para solicitarle, una
vez más y formalmente por esta vía, una entrevista sobre diferentes temas y
problemas legales existentes en el distrito judicial de Chiclayo, del cual es una de las protagonistas como magistrada.
No podemos negar ni menos ocultar que el desprestigio la acompaña, según
testimonios recogidos por Miscelánea entre la población y los periodistas de
Chiclayo. De eso y mucho más, precisamente, queremos conversar. El público
quiere saber qué es lo que efectivamente pasa en el ámbito de sus influencias.
(EL DIRECTOR)
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