Si se considera lo amarga que fue la derrota que
les infringieron los rusos en la “guerra de invierno” de 1939-40, no sorprende
que los finlandeses se alinearon junto a Alemania en la Operación Barbarroja”.
Pero este ataque finlandés no se llevó a cabo con el mismo espíritu que animó
la “guerra de invierno”: dificultada por una decidida defensa soviética y
debilitada por la actitud apática de sus jefes, la ofensiva desplegada por los
finlandeses en Rusia noroccidental se detuvo en el invierno de 1941.
A pesar del tratado de paz
firmado en Moscú en 1940, al final de la guerra de invierno, los jefes
militares finlandeses estaban convencidos de que Rusia, más pronto o más tarde,
atacaría de nuevo, a fin de acabar con la independencia de su país
La política de presión y
perturbación ejercida por la URSS respecto a Finlandia no hizo sino afirmar su
seguridad. Por esto, cuando en agosto de 1940, Alemania pidió en secreto a
Finlandia que permitiera el pase de sus tropas
situadas en el norte de Noruega y al mismo tiempo propuso venderle
armas, los finlandeses se apresuraron a aceptar ambas cosas. Aprovechando el
acuerdo de tránsito, las fuerzas germanas establecieron un sistema de bases en
Finlandia septentrional.
Hitler obró así impulsado por dos
buenos motivos: situar sus tropas de manera que pudieran apoderarse en
brevísimo tiempo de los importantes yacimientos de níquel enclavados en el
norte de Finlandia, cuando esto fuera
necesario (Operación “Reno”) y preparar las bases para un posible ataque alemán
contra Murmansk y su línea ferroviaria (Operación “Zorro plateado”).
Los tanques firmes en la destrucción.
Los tanques firmes en la destrucción.
PLAN
El plan definitivo de los
alemanes para las operaciones en aquella zona preveía el envío de tropas a Finlandia septentrional poco antes de que
comenzara la “Operación Barbarroja”. Por su parte, los finlandeses-avisados con
anticipación- cooperarían al desarrollo de la operación “Zorro plateado” y
amenazarían Leningrado desde el Norte.
Las tropas alemanas empezaron a
llegar a Finlandia el 8 de Junio de 1941 y la movilización general finlandesa
se inició el 16 del mismo mes. Como el 22 de Junio aún no había concluido la
concentración de las tropas, al principio el gobierno finés adoptó, respecto al
plan de invasión de Rusia, una actitud ambigua. Sin embargo, las actividades
germanas en el país provocaron, el día 2 del citado mes, una serie de
incursiones aéreas rusas sobre territorio finlandés y esto proporcionó a la
pequeña nación el pretexto para entrar en la guerra.
A partir de Marzo de 1940, las
Fuerzas Armadas Finlandesas habían sido reorganizadas. Un año más tarde, el
Ejército comprendía 16 divisiones de infantería, con tres brigadas de tropas escogidas: la brigada
de caballería y dos brigadas Jäger (Tropas escogidas de cazadores que
pertenecían a la infantería ligera).
ARTILLERIA
La artillería de campaña fue
notablemente reforzada y dotada de las necesarias municiones. Se crearon varias
unidades de carros de combate con material capturado a los rusos durante la
“guerra de invierno” y además se adoptaron los aparatos de radio para las
transmisiones. La Aviación fue también reforzada y modernizada, aunque en
proporción modesta.
Sin embargo, el grueso del
Ejército seguía dependiendo de los caballos para el transporte de la
artillería, de los abastecimientos de los teléfonos de campaña y de las
estafetas para el enlace. Contaba con
poca artillería pesada y no disponía de ningún bombardero pesado, factores
éstos que limitaban su capacidad ofensiva. Para la campaña de 1941, Finlandia
movilizó más de 400 mil hombres.
Al comienzo de las hostilidades,
finales de Junio de 1941, el frente germano-finlandés estaba dividido en dos
partes por una línea que iba de Oulo al Este. Al norte de dicha línea, dirigía
las operaciones el AOK (Armeeoberkommando, Mando Supremo del Ejército) noruego
bajo las órdenes del General von Falkenhorst. A orillas del océano Glacial
Artico frente a Murmansk, estaba desplegado el Gebirgshorps (Cuerpo de Ejército
de montaña) de Dietl, con dos divisiones de montaña.
DIVISIONES
En el centro se hallaba el Cuerpo de Ejército
XXXVI con la División 169, la Panzerdivision “SS” y la División 6 finlandesa,
la cual se apoyaba sobre Rovaniemi. El ala derecha se hallaba cubierta por el
Cuerpo de Ejército III finlandés, con una sola división. Al sur de la
mencionada línea, el Mariscal Mannerheim mandaba 13 divisiones y tres brigadas,
a las que se unió casi inmediatamente la División 163 alemana. El grueso de
estas fuerzas se hallaba en el sector de frontera del sudeste.
Los rusos cubrían las vías de
acceso a Leningrado con el Ejército 234, al mando el General Gerasimov. El
Ejército 7 a las órdenes del General Meretzkov, cubría la frontera desde el
lago Ladoga a Utja, con tres divisiones en primera línea y dos en reserva. En
el Norte el Ejército 14 protegía los accesos a Murmansk y al mar Blanco, con
cuatro divisiones y una división acorazada de reserva. Además, en la base rusa de Hanko, en Finlandia
occidental, había una guarnición de 27 mil hombres, que fijó a una división finlandesa entera
Como las operaciones se iniciaron
después del 22 de Junio, no hubo
sorpresa y los rusos pudieron ocupar las posiciones defensivas previstas.
En el sector del General Falkenhorst, las operaciones se veían con
dificultades a causa de ciertos
problemas relacionados con los abastecimientos y con las vías de comunicación.
Tres eran las líneas de acceso a través de la frontera por el litoral del
océano Glaciar Artico, por medio del ferrocarril Kemijärvi- Kandalaksha, cuyo trazada estaba
aún incompleto, y por las carreteras, apenas utilizables, que comunicaban Louji
con Kem. Estas tres vías de acceso estaban separadas entre sí por
inmensas extensiones de terrenos salvajes e impenetrables.
Los oficiales esperan ansiosos noticias de sus tropas.
Los oficiales esperan ansiosos noticias de sus tropas.
SUPERIORIDAD
Por el lado finlandés de la
frontera, las comunicaciones transversales eran pésimas. En cambio los rusos
tenían la ventaja de que a sus espaldas se hallaba la línea ferroviaria de
Murmansk con ramificaciones y carreteras que conducían al frente.
Además, la naturaleza del terreno favorecía la
defensa. Con una superioridad de tres a dos tan sólo, los atacantes debían
repartir sus fuerzas entre tres sectores separados y que muy difícilmente
podían ayudarse entre sí.
A lo soviéticos gracias a su
mejor sistema de comunicaciones, les era posible concentrar sus fuerzas en los
puntos vitales con mayor rapidez. El resultado fue que los ataques lanzados por
los finlandeses y los alemanes, después de un avance inicial, a la larga acababan siendo detenidos.
A partir del 29 de Junio, las
fuerzas de Dietl lanzaron tres ataques sucesivos hacia Murmansk. Pero no
consiguieron apoderarse de la península de los Pescadores, situada a sus
espaldas, y a causa también del total dominio del mar por parte de los rusos,
en Septiembre se detuvieron y se atrincheraron a orilla del río Litsa.
El Cuerpo del Ejército XXXVI
atacando a lo largo de la línea ferroviaria que procedía del de Kemijärvi logró arrojar a los rusos del sector de
Salla. Pero luego también fue detenido. A la derecha del despliegue, el Cuerpo
de Ejército III finlandés se encontró inmovilizado a comienzos de Septiembre,
poco antes de llegar a Ujta, que era el primero de los objetivos importantes.
CONSIDERACIONES
Su segundo ataque apoyado por
unidades alemanas se detuvo en Noviembre cerca de Kestenga. Los estrategas
germanos y sus consejeros finlandeses habían subestimado las dificultades
naturales y la fuerza del enemigo, por lo que no lograron alcanzar ningún
objetivo.
Los planes de Mannerheim
obedecían a consideraciones: una política y otra militar. La nación deseaba que
reconquistara los territorios perdidos en 1940. Por su parte, él deseaba llegar
más lejos, a la Carelia soviética hasta alcanzar la línea río Svir-lago
Onega-lago Segozero, con el objeto de crear una zoan de soporte, con un frente
poco amplio y por lo tanto más difícil de defender.
Al militar se le había asegurado
que, una vez hubiera cercado Leningrado, los alemanes subirían desde el Sur
para unirse con sus tropas en el río
Svir. El frente de Mannerheim estaba prácticamente partido en dos por el lago
Ladoga y los recursos de que disponía no le permitían atacar en los dos
sectores a la vez.
Por lo tanto, de acuerdo con las
peticiones germanas y con su personal deseoso de no aproximarse a Leningrado
hasta que los alemanes hubieran avanzado mucho más, decidió iniciar las operaciones
al norte del lago, con este fin, el 28 de Junio creó el Ejército de Carelia, a
las órdenes del General Heinrichs.
Soldados caminando por caminos pedregosos para el enfrentamiento.
Soldados caminando por caminos pedregosos para el enfrentamiento.
ATAQUE
El plan preveía que las fuerzas
finlandesas descendieran hacia el Ladoga,
en dirección Norte Oeste, aprisionaran contra el lago a los defensores rusos y
después limpiasen el sector Norte hasta la frontera de 1939.
El ataque comenzó el 10 de Julio:
los finlandeses disponían de una superioridad numérica de dos a uno y los rusos
cometieron el error táctico de resistir obstinadamente a lo largo de las líneas
defensivas de la frontera, sin contar con reservas para hacer frente a un
eventual hundimiento. Las fuerzas finlandesas llegaron al Ladoga el 16 de
Julio, rompieron el frente ruso y luego avanzaron rápidamente hacia el Sudeste
por la orilla del lago, hasta la posición ocupada por Tuulus.
Al Sur del punto de ruptura, a
pesar de la encarnizada resistencia, el resto de las fuerzas soviéticas fue
empujado hacia la orilla del lago. A fines de Julio una división de refresco, procedente de Carelia, intentó
ayudarlas. Pero fracasó.
El 7 de Agosto varias unidades de
las dos divisiones rusas estaban
cercadas, siete días después, tres divisiones finlandesas trataron de aniquilarlas,
pero los soviéticos realizaron una hábil maniobra de repliegue y casi todos
consiguieron embarcar y ponerse a salvo. Habían embarcado bien a pesar de su
inferioridad y los finlandeses al
perseguirlos fueron lentos y torpes.
El flanco izquierdo del Ejército
de Carelia tampoco hizo mucho más. En aquel sector, la ofensiva en la cual la División
163 alemana desempeñó un importantísimo papel fue detenida a fines de Julio
cuando los atacantes se hallaban a menos de la mitad de camino de sus
objetivos.
ACCION
Los rusos realizaron, con
extraordinaria habilidad, una acción retardadora que continuó durante todo el
mes de agosto El 25 de este mes los finlandeses lanzaron el
último ataque gracias a un brillante avance por el flanco, a través de un
terreno casi impracticable, el 1° de Septiembre alcanzaron la línea donde
Mannerheim había dispuesto que sus tropas se detuvieran.
Los rusos demostraron la
importancia que concedían a aquel sector empleando por primera vez los carros
de combate T-34 contra los cuales los cañones finlandeses no podían hacer nada.
Al Ejército de Carelia le quedaban entonces muy pocos días para preparar la
segunda fase de su avance.
Los planes de Mannerheim para
reconquistar el istmo de Carelia preveían la aproximación indirecta. En una
primera fase, su ala izquierda ocuparía la zona norte del río Vuoksi rodearía
Viipurí y se dirigiría al golfo de Finlandia para interrumpir las líneas de
comunicación entre las fuerzas rusas y Leningrado.
CERCADOS
En la segunda fase, un ataque
contra Viipufrí inmovilizaría a los soviéticos hasta que la trampa se cerrase
por completo a su espalda. Este tipo de maniobra le permitiría emplear la
artillería pesada en ambos ataques, base de significativa importancia, pues los
rusos se encontraban fuertemente preparados para la defensa.
El 31 de Julio dos divisiones finlandesas
iniciaron el ataque con eficaz apoyo artillero. Al principio, los progresos fueron limitados, pero el 4 de
Agosto, cuando intervino una nueva división, la ofensa adquirió tal vigor que
muy pronto los rusos estuvieron completamente
cercados a orillas del lago Ladoga.
No obstante, una vez más, una
brillante acción de retaguardia permitió al mando ruso embarcar y evacuar a la
mayor parte de las fuerzas. Tras rechazar enérgicamente, el 11 de Agosto, un
contraataque ruso, los finlandeses avanzaron hacia el río Vuoksi, que
alcanzaron y atravesaron al día siguiente, y formaron una cabeza de puente en
Vuosalmi. El territorio al norte del río quedó limpio de enemigos el 23 de
Agosto.
La segunda fase debía iniciarse el 22 de aquel mes, pero antes los rusos
comenzaron a retirarse con la evidente intención de abandonar Viipuri para
escapar de la amenaza que desde Vuosalmi se cernía sobre la retaguardia.
Las bombas destruyeron todo.
Las bombas destruyeron todo.
PUENTE
Los finlandeses iniciaron el
ataque el 23 de Agosto e inmediatamente los rusos contraatacaron con dos
divisiones e interrumpieron la retirada de Viipuri. Y establecieron una cabeza de puente al sudeste
de la ciudad. El 27 de Agosto, la carretera principal y la línea ferroviaria a
Leningrado estaban interceptadas y tres divisiones soviéticas se encontraron
con que sólo disponían de una ruta de 7 kilómetros de anchura por la que
retirarse
En aquel momento Mannerheim dejó
escapar la ocasión favorable. En lugar de emplear las tres divisiones de que
disponía para cerrar y forzar el cerco, prefirió lanzarlas a un rápido avance
hacia la antigua frontera de 1939.
La consecuencia de este error fue
que el 29 de Agosto un contraataque ruso ensanchó la brecha y dos de las tres
divisiones en peligro pudieron huir. Al
mismo tiempo casi todos los hombres de la tercera división consiguieron retirarse de la isla de de
Koivisto. Sin embargo, lo cierto es que los rusos habían sufrido una grave
derrota.
Los finlandeses persiguieron al
enemigo hasta más allá de la frontera de 1939, sin encontrar resistencia organizada. Mannerheim ordenó
detenerse frente a las antiguas fortificaciones de Leningrado, en las cuales
los supervivientes buscaron refugio.
MOTIVOS
Por lo tanto el día 1° de
Septiembre las tropas finlandesas habían alcanzado todos sus objetivos. El 9 consiguieron
el resto. El día anterior, los alemanes habían logrado aislar Leningrado. Sólo
un cortísimo y alentador espacio los separaba de los victoriosos finlandeses
que se encontraban más al norte.
La operación siguiente parecía
obvia. En efecto el 22 de Agosto el OKW pidió a Mannerheim que tomara parte en
un ataque contra Leningrado avanzando hacia el Sur y a espaldas de la ciudad
uniéndose luego con los alemanes en el Nevá.
Mannerheim tardó cinco días en
dar una respuesta, al cabo de las cuales
comunicó que estaba dispuesto a efectuar tan sólo acciones demostrativas en el istmo
y que, en cambio, deseaba lanzar un nuevo ataque al norte de Ladoga a fin de
converger con las fuerzas germanas en el
Svir, según se acordó en el principio
Para explicar su actitud
Mannerheim adujo dos motivos: uno político (el gobierno y el pueblo finlandés
no deseaban tomar parte en un ataque contra Leningrado) y otro militar (sin
artillería pesada y sin bombarderos en picado no podría destruir las
fortificaciones rusas). El OKB no quedó satisfecho con aquellas explicaciones y
el 4 de Septiembre, Keitel y Jodl fueron
al puesto de mando de Mannerheim para convencerle. Pero el mariscal finlandés
mantuvo su negativa.
Tanques y explosivos a discreción.
Tanques y explosivos a discreción.
DECISION
No hay duda de que se trató de
una decisión política. Ciertamente que existía un cinturón de fortificaciones
de hormigón. Pero las defendían soldados rusos derrotados y desorganizados. Es
casi seguro que en la segunda semana de septiembre, un ataque por el frente
oriental, combinado con una enérgica presión germana, habría aislado Leningrado
del Lago Ladoga y marcado su suerte.
La decisión de Mannerheim fue,
por lo tanto, uno de los históricos
momentos críticos de la campaña oriental.
Los jefes militares finlandeses opinaron
que su pueblo no estaba interesado en Leningrado y que intervenir en su
ocupación significaría comprometerse demasiado.
El Ejército de Carelia descansado
y reorganizado estaba dispuesto para la segunda fase de la ofensiva con cinco
divisiones, tres brigadas selectas y la División alemana 163 de reserva. Frente
a él se encontraba el Ejército 7 ruso, articulado en un Cuerpo de Ejército
septentrional y otro meridional, cada uno formado por dos divisiones
aproximadamente.
Los finlandeses concentraron el fuego
de su artillería contra la orilla del Lago Ladoga, mientas una columna motorizada esperaba el
momento de entrar en combate. El ataque del 3 de Septiembre constituyó un
éxito. Las defensas rusas fueron destruidas.
CONQUISTAS
El 5 de dicho mes, las fuerzas
finesas iniciaron el avance, el 6 conquistaron Olonets, el 7 llegaron al Svir y
el 8 interrumpieron la línea ferroviaria de Murmansk a Lodeinoie Polie. Los finlandeses
se establecieron rápidamente a lo largo del río Svir y formaron algunas cabezas
de puente en la orilla meridional.
El 2 de Septiembre, el ala
izquierda del Ejército finlandés inició el ataque a lo largo de la principal
línea férrea hacia Petrozavodsk, capital de la Carelia soviética. El día 12 del
mismo mes, varias unidades del frente del Svir, que no eran necesarias en aquel
sector pudieron dirigirse al Norte y formar un frente común contra la ciudad.
Los rusos, que habían evacuado la
población y las fábricas con bastante
anticipación, combatieron con mucha habilidad y tenacidad, por lo que
hasta el día 1° de Octubre Petrozavodsk no cayó en poder de los atacantes.
Al comprender, después de aquella
dos batallas, que los ataques frontales eran con frecuencia tan sangrientos
como infructuosos, los finlandeses resolvieron el problema utilizando su
habilidad para moverse a través de bosques y pantanos: en efecto, enviando
columnas a lo largo de los flancos obligaban a los rusos- que disponían de
pocas reservas- a registrarse o a
dejarse cercar.
Camiones, muerte y destrucción en la nieve.
Camiones, muerte y destrucción en la nieve.
MORAL
No obstante, la moral de las
tropas soviéticas se mantenía alta. Su División 3, rodeada en las proximidades
de Olonets, rompió el cerco y con una eficaz maniobra retardadora, alcanzó la
zona del sur de Petrozavodsk. Allí fue cercada
de nuevo, pero también consiguió liberarse. Luego, a través de los bosques,
llegó hasta el río Svir y lo atravesó, poniéndose a salvo después de cinco
semanas de ininterrumpidos combates.
A comienzos de octubre, en
del ala izquierda, los finlandeses
habían recuperado por completo el dominio de la región al norte del Svir. Se
quería establecer una fuerte cabeza de puente en la parte oriental del curso
del río y para conseguirlo se libró una batalla que duró del 6 al 23 de Octubre,
después del cual el frente se estabilizó.
El desarrollo de aquellos
combates ofreció dos importantes características. En primer lugar, varias
unidades finlandesas se rebelaron y no quisieron atravesar el río. Y aunque se
consiguió convencerlas de que entraran de nuevo en acción, el episodio
constituyó una clara prueba de que los soldados finlandeses consideraban inútil
y absurdo todo avance ulterior.
En segundo lugar, tropas
finlandesas se encontraron con una nueva división siberiana la 114 y hubieron
de recurrir a todas sus energías para neutralizar los contraataques. Y esto fue
un inquietante presagio de lo que harían más tarde los siberianos ante Moscú.
INVIERNO
El Ejército de Carelia debía
entonces reforzar su flanco septentrional según la más breve línea defendible
entre Maselskaia y Medvezhegork, en el extremo norte del Lago Onega. La operación estuvo condicionada
por la desfavorable naturaleza del
terreno. Las adversas condiciones atmosféricas (había comenzado el invierno), el cansancio de
los soldados, las deficientes líneas de comunicación, así como una resistencia
que se iba haciendo más tenaz a medida que los soldados rusos se retiraban.
Los finlandeses enviaron a aquel
sector una sola división, procedente del istmo de Carelia. El General Heinrichs
decidió no detener la ofensiva, para reorganizar sus tropas, prefiriendo
aprovechar la fuerza impulsora del avance. Pero con ello los ataques resultaron
improvisados y con frecuencia poco coordinados. La decisión de Heinrichs fue
quizás un grave error. Un ataque bien preparado y llevado a cabo por tropas
frescas o descansadas tal vez hubiera alcanzado
más pronto el objetivo.
Durante las últimas semanas de
Octubre, los finlandeses continuaron avanzando fatigosamente por el Sur y por
el Oeste. Pero el 7 de de Noviembre fueron detenidos en todos los sectores. Y
cuando el 2 1del mencionado mes se pudo
reemprender el avance general, se produjeron graves incidentes: numerosas
unidades y hasta un batallón selecto Jäger, se negaron a cobatir o combatieron
sin ímpetu.
Diferentes facetas de la guerra.
Diferentes facetas de la guerra.
REAGRUPAMIENTO
No obstante, el avance persiguió y a fines de
Noviembre alcanzaron Maselskaia- sin conseguir conquistarla- y arrojaron a los
rusos de las vías de acceso a Medvezhegorsk. Pero la ofensiva se detuvo de
nuevo.
Por fin las tropas se
reagruparon, la artillería estuvo concentrada y los carros de combate
desplegados en primera línea. El 5 de Diciembre a 10 grados bajo cero, los finlandeses lanzaron
una ofensiva final, el frío eran tan intenso que las torretas de los carros de
combate estaban bloqueadas por el hielo.
Y a pesar de combatir en
condiciones tan desfavorables consiguieron derrumbar las defensas rusas. El 6
se apoderaron de Medvezhegorsk y avanzaron hacia Povenets, en el canal del Mar
Blanco, donde Mannerheim ordenó la suspensión de las operaciones. Dos
divisiones fueron cercadas al sur de Medvezhegorsk y aniquiladas pros completos.
Al parecer se trató, por parte de
los soviéticos, de un sacrificio
deliberado, cuyo fin era retardar un posible avance hacia Bielomorsk. El 12 de
Diciembre, terminadas las operaciones de limpieza de la zona, los finlandeses
se establecieron en la defensiva y así permanecieron durante todo el resto de
la guerra.
COSTO
Los objetivos que Mannerheim se
fijo al principio se habían alcanzado. Y por lo mismo comenzó a fortificar sus
líneas y a desmovilizar parte de las tropas. La campaña costó a Finlandia alrededor de 25 mil muertos y más
de 50 mil heridos. Las pérdidas soviéticas se desconocen. El número de rusos
prisioneros fue de 47 mil.
Mannerheim proyectó una ulterior
operación contra Bielomorsk para principios de 1942 y expuso el plan a los
alemanes. Como condición previa les exigió la devolución de las dos divisiones
finlandesas que en aquellos momentos se encontraban a disposición del
Falkenhorst, así como la de las tropas situadas en el istmo de Carelia,
cosas que los alemanes podrían cumplir
cuando se apoderasen de Leningrado.
El mando alemán deseaba aceptar
el plan. Pero cuando en Noviembre se examinaron
los detalles, Mannerheim advirtió
que sus condiciones no serían satisfechas y decidió valerse de este punto como pretexto para no
comprometerse en sucesivas acciones. Y en efecto, la participación activa de
Finlandia en la guerra cesó y no volvió a iniciar operaciones de cierta
importancia hasta Junio de 1944. (Editado, resumido y condensado de la
Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)
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