Aunque tenían todas las razones
para sospechar que los nazis las incluirían en sus planes de conquista-pues los
planes militares habían caído en sus manos- Bélgica y Holanda se aferraban a la
esperanza que de algún modo su neutralidad las protegería de lo inevitable.
Pero la geografía las había colocado precisamente en el camino de la Wehrmacht.
Avanzando a través de las fronteras septentrionales, un Grupo de Ejércitos
alemán paralizó a los Ejércitos holandés y belga y atrajo hacia sí a los
franceses e ingleses, mientras que por el Sur los “Panzer” de otro grupo
desencadenaron su ataque, lanzándose a una larga e incontenible carrera hacia
el mar.
A principios de 1940 Alemania se
hallaba en una situación verdaderamente ventajosa. Hitler intuyó entonces que
Francia estaba madura para la invasión: la guerra era impopular en todo el país
galo y, gracias a la eficacia de la propaganda alemana (a la que se unía la
rusa). La moral del Ejército francés era baja.
Además Italia había asegurado su
apoyo activo a Alemania, si bien esta circunstancia no podía tener una
influencia muy directa en el desarrollo de las operaciones. Finalmente Hitler
había tomado una de sus “decisiones irrevocables”: la de ignorar la neutralidad
de los países bajos.
El bombardeo se ha desatado.
El bombardeo se ha desatado.
DOBLEZ
La tranquilizadora declaración de
amistad hacía Bélgica y Holanda, pronunciada por el Führer el 6 de Octubre de
1939, fue una verdadera obra maestra de doblez. En efecto, sólo tres días más
tarde su directiva secreta N° 6 ordenaba a los jefes de Estado Mayor la
ofensiva en Occidente.
El 19 de Octubre de 1939 el Alto
Mando alemán redactó la primera versión de su ambicioso “Plan Amarillo”. En el
transcurso de los meses, dicho plan experimentó numerosas modificaciones hasta
que la versión definitiva-puesta a punto por Manstein, y que preveía un
gigantesco movimiento de guadaña realizado por una potente masa acorazada que
avanzaría desde la línea Yvoir-Sedán hasta la Costa- se tradujo finalmente en
ordenes de operaciones el 27 de Febrero.
El ataque principal debería
efectuarse en las Ardenas, donde el grueso de las fuerzas acorazadas rompería
la línea del Mosa. A esta ruptura le seguiría un rápido avance hacia el Norte.
Como se había previsto que las tropas francesas e inglesas avanzarían hacia las
zonas centrales de Bélgica, el avance los carros alemanes las aislarían en
seguida del resto de Francia.
Se daba gran importancia a la
rapidez elemento esencial de la guerra relámpago. Bélgica y Holanda serían
atacadas directamente, sin declaración formal de guerra. A la primera, por
encontrarse en el eje de la penetración enemiga, y a la segunda porque sus
puertos eran fundamentales para un ataque a Inglaterra.
MULETA DEL TORERO
De este modo los ejércitos
aliados del sector septentrional quedarían inmovilizados y luego cercados por el sur. Según las
famosas palabras del Capitán Liddell Hart, el objetivo era “agitar la muleta del torero ante los ejércitos
aliados del norte” para distraer su atención y atacar después de flanco, a
través de las Ardenas, con las fuerzas acorazadas. No se atacaría la línea
Maginot, que, como su gemela la Sigfrido, se extendía a lo largo de la frontera
oriental de Francia.
Después de destruir los ejércitos
aliados en el norte, la Wehrmacht debía realizar, lo más rápidamente posible,
la segunda fase. O sea la destrucción de las fuerzas enemigas que se
encontraban al sur del Somme y detrás de la línea Maginot.
En 1914 la estrategia francesa
estaba dominada por las doctrinas ofensivas propugnadas por el Mariscal Foch.
En 1939, el mando francés que había asimilado mal las lecciones de la Primera
Guerra Mundial, sostenía las teorías defensivas, que tenían su expresión más
concreta en la línea Maginot.
No obstante, lo más criticable no era la línea
en sí misma, sino la “mentalidad Maginot”. La confianza francesa en la
invulnerabilidad del “muro” era tanta que muy pocos previeron la inminente
ofensiva alemana.
En lo que concierne a Gran
Bretaña, aún teniendo en cuenta todas las circunstancias, debe advertirse que
no había conseguido situar sus tropas en el continente con la misma rapidez con
que lo hizo en 1914.
Los cvombatientes de la causa belica.
Los cvombatientes de la causa belica.
SITUACION REAL
El 10 de Mayo, el Cuerpo
Expedicionario británico no superaba las 10 divisiones ni los 300 carros de
combate (casi todos ligeros), y no alcanzaría la totalidad de sus efectivos
antes de Septiembre, en que Gran Bretaña debería tener en campaña 32
divisiones.
También en Holanda, a pesar de
las repetidas advertencias de la reina Guillermina, eran muy reacios a gastar
dinero en necesidades militares. No obstante, entre 1938 y 1940, ante el
creciente peligro nazi, el Gobierno autorizó considerables gastos para equipar
mejor las Fuerzas Armadas.
El 10 de Mayo el Ejército
holandés contaba con un total de 10 divisiones. Esta fuerza se emplearía para
guarnecer un amplio sistema de defensas naturales (constituido por los canales
navegables y zonas inundadas), con una línea defensiva avanzada a lo largo del
Ijssel y el Mosa, una línea de cobertura apoyada en los pantanos del Peel y en
el curso del Grebbe y otra línea defensiva principal, que protegía la llamada
“fortaleza Holanda”, con las ciudades de Rotterdam, La Haya y Amsterdam.
En Mayo de 1940 Bélgica movilizó
un ejército de 600 mil hombres. Lo cual
si se tiene en cuenta que se trata de un pequeño país de 8 millones de
habitantes, demuestra lo aguda que era la conciencia del peligro y lo
excepcional del esfuerzo bélico sostenido.
DEBILIDAD
Ya en 1936 el tiempo de servicio
en filas se había aumentado a doce meses en lugar de ocho y los gastos para la
defensa ascendieron hasta alcanzar casi el 15% del presupuesto total. En 1939,
al decretarse la movilización, se pasó de las ocho divisiones que constituían
la fuerza del Ejército en tiempo de paz a 22 grandes unidades, entre ellas dos
divisiones de cazadores de Las Ardenas y dos divisiones de caballería.
Por este rápido y fragmentario
reforzamiento fue, en gran parte, la causa de la debilidad del Ejército belga.
Las unidades de reserva no estaban convenientemente encuadradas por oficiales,
y muchas veces, la acción de mando era insuficiente. El equipo era mediocre y
la infantería, con sus grandes efectivos, maniobraba con dificultad y estaba
sobrecargada de personal.
Una de las dos divisiones de
cazadores de las Ardenas así como las dos divisiones de caballería eran
motorizadas, pero en cambio no tenían carros de combate: los belgas
consideraban que las fuerzas acorazadas eran un instrumento bélico totalmente
ofensivo y fundándose en ello y teniendo
en cuenta la neutralidad de su país las había rechazado.
La aviación era anticuada, no
sólo por falta de dinero para nuevas adquisiciones, sino también porque las
naciones beligerantes no disponían de aviones sobrantes para dárselos a Bélgica
y, desde luego, el país no estaba en situación de construirlos por cuenta
propia. Cuando, a fuerza de mucho insistir, consiguió que le cedieran 24 Hurrricanes y 24 Fairey Battle , la mayor parte de los 200 aviones que
constituían su aviación ya eran casi prácticamente inservibles.
El horror de la destruccion total
El horror de la destruccion total
CANAL ALBERTO
El 10 de Mayo el Ejército belga
se había desplegado, aprovechando las características físicas del país, en las
posiciones que defendían los dos grandes ríos paralelos, Escalda y Mosa y el
canal Alberto, proyectado y concebido para ser utilizado también con fines
militares.
La línea defensiva avanzada
corría a lo largo de la frontera, desde Amberres hasta Arlon. La línea
defensiva del Canal Alberto, con obras de cemento, carreteras y puentes
preparados para su interrupción y demolición, se apoyaba en la plaza fuerte de
Lieja, modernizada y reforzada con cuatro fuertes, entre ellos el de Ebern-Emael,
considerado como el mejor sistema fortificado belga.
El canal Alberto servía de línea
de cobertura, detrás de la cual el Mando Supremo situó el grueso de las fuerzas,
con la esperanza de poder contener en aquella zona cualquier ataque hasta la
llegada de las tropas aliadas.
La línea defensiva principal, que
se encontraba en una posición todavía más retrasada, atravesaba el país por la
mitad, partiendo desde Amberes y dirigiéndose al sur, hasta la plaza fuerte de
Namur.
ABERTURA
Esta línea conocida como KW, se
apoyaba en el Dyle, formando un obstáculo contra carros continúo desde Amberes
a Wavre. Pero el 10 de Mayo de 1940 los trabajos para completarla no habían terminado
aún en el sector Wavre-Namur, lo que dejaba abierto un paso a los alemanes.
El 10 de Marzo de 1940 se produjo
un incidente que tuvo profundas consecuencias. Aquel día, un avión alemán que
llevaba a bordo a dos oficiales, tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia
en Malinas, después de haber perdido su ruta sobre territorio belga. Uno de los
oficiales llevaba consigo una cartera que contenía las órdenes de operaciones
destinadas al Grupo de Ejércitos B y que no consiguió destruir totalmente antes
de ser detenido.
Los documentos se estudiaron inmediatamente y ya no hubo dudas
sobre su autenticidad: dichos documentos revelaban que Bélgica se encontraría
en el centro de la dirección de penetración enemiga. Además, los alemanes tenían
previsto el empleo de tropas aerotransportadas, y cuando estallasen las
hostilidades tampoco Holanda salvaría su neutralidad, como había sucedido en
1914.
De un modo más bien
apresurado-sin consultar siquiera al Gobierno- el Jefe de Estado Mayor General
Vandenbergen, dispuso la inutilización de las defensas de la frontera francesa,
considerando que los ejércitos aliados avanzarían rápidamente por territorio
belga, puesto que en seguida se había informado a París y Londres de los
documentos capturados y de la probabilidad de un ataque inminente. Pero en
aquellos momentos, Francia e Inglaterra prefirieron no intervenir, esperando
que Bélgica tratase el asunto con Alemania por vía diplomática.
CENSURA
Después de una atenta
consideración, y porque el ataque previsto no se había realizado, el Gobierno
belga censuró la inutilización de las instalaciones defensivas en la frontera
francesa. El 15 de Enero se volvieron a poner en servicio, se reprobó el
comportamiento del General Vandenbergen y se le destituyó.
Si bien los intentos de enlazar
el sistema belga con el de la provincia holandesa de Brabante fracasaron, los
Aliados consiguieron al fin poner a punto un plan general denominado “Plan
Dyle. La finalidad de este plan era sustituir la línea de frontera por una
línea defensiva más corta y más adecuada para la defensa y que atravesaba, de
un modo casi rectilíneo, el centro del país.
Naturalmente el éxito del “Plan
Dyle dependía de que el Ejército belga consiguiese defender el Canal Alberto
durante cinco días por lo menos, tiempo que el General Gamelin consideraba
suficiente para que llegasen los refuerzos necesarios.
El 9 de Abril, mientras estos
planes estaban todavía en una fase de preparación, Alemania invadió Dinamarca y
Noruega. Francia y Gran Bretaña
solicitaron que se permitiese la entrada de sus tropas en Bélgica. El momento
parecía propicio.
Todo esta consumado.
Todo esta consumado.
ULTIMATUM
Sin embargo, el gobierno belga
rechazó las proposiciones aliadas. La situación parecía momentáneamente más
tranquila. Se supo que Alemania
preparaba un ultimátum a Bélgica. Los holandeses suspendieron los permisos a
sus soldados.
Hasta que se supo que Alemania habia
dado la orden de atacar. Los alemanes ya estaban haciendo movimientos de
tropas. Bélgica decidió proclamar el
estado de alarma y la noticia se transmitió a Londres y París.
En Francia había estallado una
crisis política que casi provocó la dimisión del General Gamelin. Muy pronto
llegaron noticias de que los aviones enemigos volaban sobre el país y se conocieron
asuntos relacionados con bombardeos. Ya se había violado la frontera y
atacado el fuerte de Eben.Emael.
La alarma aérea y las explosiones
fueron una realidad en la capital. Recién allí los belgas recurrieron a
Inglaterra y Francia. En cuanto recibió el aviso, el Comandante en Jefe francés,
desde Vincennes, comenzó a poner en práctica, como estaba establecido, el Plan
Dyle y las tropas aliadas entraron en
Bélgica: la “guerra extraña” había terminado.
MISION
De las 137 divisiones que
Alemania tenía en Occidente, empleó 72 en la ofensiva inicial, excluyendo las reservas,
que habrían podido llegar al frente en un tiempo mínimo. La misión era destruir
el Ejército holandés, asegurarse el dominio del Canal Alberto y detener
los Ejércitos aliados en el Norte.
La resistencia holandesa cesó
rápidamente y el Ejército depuso las armas. Las unidades de la Marina holandesa,
juntamente con la Reina Guillermina y su Gobierno, cruzaron el Canal de la
Mancha para continuar la lucha en Inglaterra.
Los alemanes destruyeron en
tierra 53 de los 179 aviones belgas y todos los centros de comunicaciones
importantes habían sido bombardeados. Reinaba el caos. La población era presa
del pánico. Los fugitivos se desparramaban por las carreteras. Tropas aerotransportadas
alemanas estaban tomando tierra dentro del fuerte de Eben-Emael. Ellos
dominaban la orilla izquierda del Canal Alberto, no obstante la resistencia
holandesa.
Hitler difundió un comunicado
anunciando la caída del canal Alberto y del fuerte. El anuncio tuvo muy graves
repercusiones en la moral de las tropas y en la opinión pública belga. Parecía
que los alemanes eran invencibles.
AMENAZAS
Los aliados seguían avanzando y
alcanzaban sus posiciones al norte del Mosa. La línea defensiva se extendió por
completo. Esta maniobra se realizó con dificultad ya que las unidades Panzer
alcanzaron Tingres, amenazando a los belgas por la retaguardia.
Afortunadamente, los alemanes no aprovecharon a fondo su ventajosa situación y
las unidades belgas pudieron retirarse detrás del Gette
La Luftwaffe bombardeaba
sistemáticamente las vías de comunicación, pero los puestos franceses
consiguieron contener a algunas unidades avanzadas del Panzerkorps, en tanto
que en otros sectores sólo algunas unidades de exploración alemanas consiguieron
tomar contacto con la línea defensiva
En Casteau, cerca e Mons, tuvo
lugar una entrevista entre el Rey Leopoldo, Daladier, los generales Georges y
Billotte y el Jefe de Estado Mayor del Cuerpo Expedicionario británico, sir Henry
Pownall.
Se nombró coordinador a Billotte, pero estas labores
nunca las hizo con efectividad. No había directivas para nadie y enlace alguno.
Por eso mismo murieron muchos soldados en medio de la batalla que desataron los
alemanes. Los franceses comenzaron a retirarse
El Cuerpo de la Caballería Belga
se retiro a la línea KW, mientras la infantería se alineaba dispuesta a
combatir apoyadas por tres divisiones
francesas. Los ingleses cubrían de Lovaina a Wavre. De Wavre a Namur
desplegaban seis divisiones del Ejército francés.
ATAQUE
Los Panzer división, con
numerosas divisiones de infantería, atacaron al Ejército francés. En conjunto las
posiciones francesas resistieron el ataque, pero todas las reservas escasas por
cierto, tuvieron que desplegarse en abanico para protegerse por el Sur.
Más al Norte, los alemanes consiguieron
penetrar en Lovaina en el sector de la División 3 inglesa mandada por
Montgomery, pero después fueron rechazados por un vigoroso contraataque,
apoyado por artillería. Por lo demás, ningún otro sector del frente estaba
amenazado
El General Billote tomó una
decisión de suma gravedad: era preciso que las
fuerzas aliadas en Bélgica se retiraran a la línea del Escalda y a las
antiguas posiciones de frontera. Esto significaba el abandono del Plan Dyle.
Nada de esto se comunicó a los belgas y los ingleses. La rendición fue una realidad.
Sin embargo, el enemigo no estaba
todavía en condiciones de organizar un ataque sistemático contra las fuerzas
que se replegaban. La retirada de las tropas belgas e inglesas se realizó
normalmente y fue cubierta por las fuerzas de retaguardia.
Los camiones con los soldados a bordo
Los camiones con los soldados a bordo
PROTECCION
Fue también necesario proteger el
flanco septentrional de la retirada. Las tropas francesas en error tras error se dispersaron. Su jefe el General Giraud fue capturado por una patrulla alemana.
El 20 de Mayo el Ejército belga
sostenía el frente desde Terneuzen hasta Oudenaarde con 11 divisiones en
primera línea y siete de reserva. Las fuerzas inglesas estaban desplegadas en
el Escalda con siete divisiones y una de reserva
Lord Gort decidió asegurar su
sector por cuenta propia. Situó algunas de sus unidades en el rio Scarpe, cerca
de Arrás y a lo largo del Canal de La Bassée, asegurándose de este modo cierta
protección en todas las direcciones.
La preocupación del mando británico
era muy comprensible, dada la atmósfera que reinaba por aquellos días en el
Alto Mando francés, donde, al parecer, nadie se daba perfecta cuenta de la
magnitud del desastre.
Mientras tanto en Francia el
General Gamelin fue destituido de su cargo precisamente en el momento que
estaba ordenando una contraofensiva contra el flanco de las formaciones
acorazadas que habían efectuado la irrupción
en sus líneas
El anciano General Weygbond sustituyó
a Gamelin. Lo primero que hizo fue anular la orden de contraofensiva y luego
tomó la decisión de acudir al frente para comprobar el estado de las tropas.
OPERACION
Los ingleses iniciaron solos
acciones contra los alemanes al mando del General Martel que consiguió
organizar una punta ofensiva con tres batallones de infantería y 74 carros de
combate, 58 de ellos ligeros.
La operación realizada con
energía fue un verdadero golpe para las unidades avanzadas de la división del
General Rommel y para la unidad Totenkopft.
La agrupación inglesa avanzó 16 kilómetros y destruyó gran número de
carros de combate antes de ser detenidos. Lo que efectivamente sucedió. Martel
se vio obligado a retirar sus fuerzas
de inmediato.
Pero este contraataque en Arrás
causó a los alemanes un deprimente estado psicológico: la sorpresa había sido
tan grande que inéditamente Rommel se
asustó e informó al comando de alemán que hizo retroceder a las Panzerdivision.
A partir de aquel momento los alemanes
demostraron cierto nerviosismo en la dirección de las operaciones
La situación para los aliados
empeoró con la muerte del General Billotte, víctima de un accidente de
carretera cuando regresaba a su puesto de mando. Durante el resto de la
campaña, por la desorganización, cada ejército se vio obligado a actuar por
cuenta propia.
OPERACION
Los carros de combate alemanes
habían cubierto los 380 kilómetros que separan Bastogne de la costa en unos
diez días aproximadamente. La operación “guadaña” con gran habilidad había puesto
en fuga a todas las fuerzas que habían tratado
de detenerla. Sin embargo, a pesar de este empuje, las fuerzas alemanas necesitaron
otros 16 días para cubrir los 50 kilómetros que separaban Abbeville de
Dunkerque.
Hitler divagó, detuvo las
unidades acorazadas y ordenó además que esta detención sea permanente en lugar
de temporal. Mientras tanto, el Ejército
belga estaba desplegado y en contacto con el enemigo en un arco de 95 kilómetros que se extendía desde Menin hasta
el mar.
A pesar de las graves pérdidas
sufridas en hombres y en material, la moral de algunas unidades belgas seguía siendo excelente, pero en otras se había infiltrado cierto
derrotismo. La artillería alemana sometió a un intenso fuego las defensas
aliadas situadas entre Courtrai y Menin, mientras los Stuka extendían el ataque
a la retaguardia. Arrollaron con todo,
Los alemanes rompieron el frente
de los aliados y formaron una nueva cabeza de puente todavía más al Norte, Las
horas del ejército belga estaban contadas. En efecto, los alemanes atacaron con
violencia en el Oeste, en una línea comprendida entre Geluwe e Izegem. Además
forzaron el paso del canal derivado Deynze Heist.
Como reserva sólo quedaban los
restos de tres divisiones, pero se trataba de tropas que habían soportado días
de durísimos combates. La situación del ejercito belga era grave. Se había
llegado al límite de toda resistencia.
RENDICION
En estas trágicas circunstancias
se inicio el último dí de lucha del Ejército belga. El mayor peso del ataque
alemán se concentraba en el sector del frente en dirección a Tielt, donde en
las ultimas horas de la mañana se abrió una brecha de más de 8 kilómetros. Y
como no se disponía de medios adecuados para taponarla, los alemanes
encontraron abierto el camino hacia Brujas.
El Rey Leopoldo de Bélgica
recibió un mensaje del Rey de Inglaterra en el que se le rogaba que abandonase
el país para continuar dirigiendo la resistencia belga desde Inglaterra. Peros
decidió permanecer en Bélgica, conjuntamente con su madre. Entonces Keyes telefoneó
a Churchill para comunicarle la decisión del soberano e informarle de que el
Ejército belga no estaba en condiciones de continuar la resistencia ni siquiera
un día mas
Una delegación belga dispuso solicitar
el cese de las hostilidades. El General Derousseaux se dirigió a las líneas alemanas
tras un viaje largo y dificultoso. Hasta que llegó al puesto de mando de un General
de Cuerpo del Ejército quien transmitió directamente su mensaje al Mando supremo
alemán. La respuesta fue clara y concisa: el Fuhrer pedía la rendición
incondicional.
Escenas de la destruccion guerrera.
Escenas de la destruccion guerrera.
CESE DEL FUEGO
El Rey Leopoldo dispuso el cese
de fuego a las cuatro del día 28 de Mayo. Mientras tanto la División 60
francesa, todavía bajo el mando belga, atravesó el Yser y abandonó el alto
mando belga, trasladándose a La Panne.
Una nueva invitación de Churchill
llegó para el Rey Leopoldo a fin de que
se dirigiese a Inglaterra. Pero el Rey lo rechazó de nuevo. La misión militar
inglesa en Bélgica se retiro de ese territorio.
A las 10.30 el Mando belga recibió
un mensaje del Alto Mando Alemán que pedía a los belgas que dejasen pasar
libremente algunas columnas alemanas que
se encaminaban hacia el mar. Una copia de este mensaje se envió inmediatamente
a la misión francesa de La Panne con un ciclista porta ordenes, pues habían
sido cortadas las comunicaciones telefónicas.
Pero el documento tuvo que ser devuelto porque
el General Champon ya había abandonado Bélgica. Las columnas alemanas estaban en camino de
Dixmude y Ostende.
A
partir de entonces la única resistencia a las fuerzas de Bock, en el
sector de Nieuport a Comines, la ofrecía el Cuerpo del Ejército II del General
Alan Brocke, reforzado por las Divisiones 3 y 4, por la Artillería del Cuerpo
del Ejército I inglés y de la División 60 de Inglaterra.
Y en este lugar donde yacían los
restos de millares de soldados ingleses caídos en la Primea Guerra Mundial, fue
donde comenzó la defensa del recinto de Dunkerque. (Editado, resumido y condensado de la Revista
“Así fue la Segunda Guerra Mundial”).
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