La poesía lo atrajo poco a poco.
Si bien era un escritor y admirador de la prosa, los versos al principio no
eran, precisamente, de su predilección. Había, definitivamente, otras
inclinaciones intelectuales. El llegar a leer al vate incomparable nicaraguense,
Rubén Darío, lo transformó por completo y lo llevó a la iluminación y a lo que
para él fue un descubrimiento superior.
Luego vino la gran conversión y la
lectura de otros genios como Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. El paso
siguiente, consagratorio, cuando comenzó a escribir copiosamente línea tras
línea. Inspirado totalmente. Con la genialidad que salió a borbotones. La
vocación despertó inexorablemente.
Con el paso del tiempo y el desarrollo de
experiencias se convirtió, evidentemente, en un poeta excepcional y universal del siglo XX. Tan es así que
incluso ganó, con el beneplácito de la intelectualidad mundial, lo que consagra
por completo a los creadores que valen de
a verdad: el Premio Nobel de Literatura.
Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre
Merlo, más conocido a secas como Vicente Aleixandre, ha cumplido, el último 13 de Diciembre que
pasó, 30 años de fallecido y, por eso mismo, vale la pena recordarlo a
plenitud. Los críticos lo sitúan como uno de los más connotados miembros de la
denominada generación española del 27. Ejecutor impecable de una poesía pura,
en sus inicios, después enteramente surrealista. Pero también hay otra etapa
marcada a profundidad que es
antropocéntrica y social.
Aleixandre: el poeta del surrealismo.
Aleixandre: el poeta del surrealismo.
POEMA
Leamos uno de sus poemas. Agua
del Mar: Agua del mar, ¿quién la
siente?/¿Quién la ha visto, quién la sabe?/Quién descifrará la clave de la sal,
clarividente?/Nunca espuma o labio ardientes/ Amarga sombra, sin sueño./ Tenaz,
derrotado empeño/de una sangre trastornada,/ Vertida sangre estrellada,/ loca y
triste de su dueño.
Su primer libro fue “Ambito” que salió a
luz en 1928. Pero antes participó en el
homenaje a Góngora. Luego escribió una serie de poemas que se publicaron bajo el título de” Pasión de la Tierra”.
Hacia 1931, definió la poesía como
clarividente fusión del hombre con lo creado y como aspiración a la unidad.
Publicó “Espada como Labios” y al
poco tiempo le otorgaron el Premio Nacional de Literatura por “La Destrucción o el Amor”. En el
Jurado estaban Manuel Machado y los catedráticos Gerardo Diego y Dámaso Alonso.
La guerra civil española de 1936
discurrió violenta y sangrienta y, desafortunadamente, ocurrió el vil asesinato
de su amigo Federico García Lorca. Completamente acongojado escribió una
semblanza elegíaca en prosa sobre tan genial poeta.
Colaboró en algunas publicaciones
republicanas. Miguel Hernández, que lo
trató mucho, le dedicó su “Viento del
Pueblo”. Al acabar la guerra, Aleixandre fue uno de los pocos miembros del
grupo poético del 27 que se quedó viviendo en España.
DOLOR
Como si se hubiera alejado con sus compañeros
expatriados escribió hermosos y tristes poemas, cantando a una tierra pérdida total. Por aquella
época, desgraciadamente, se le murieron también sus padres.
La burguesa casa, de dos plantas
que adquirieron sus progenitores en los
altos de la Moncloa, la reconstruyó y en el jardín plantó con sus propias manos un esbelto
cedro, con su verdor sin fatiga que siempre amo. Aquí escribió la mayoría de
sus libros.
Murió en la cárcel enfermo y
exhausto, Miguel Hernández, el fiel y jovial amigo que en los duros tiempos de
la guerra en Madrid, le llenó su cama de naranjas y su alma de risas. Tantas
muertes anegaron de dolor y acallaron al poeta.
Hay un tiempo de silencio y
después, paradójicamente, uno de sus libros más radiantes: “Sombras del Paraíso”, de melancólica soledad que se autoexilia a
un paraíso de la niñez, a Málaga. A un paraíso sí, pero perdido.
La censura cayó sobre Aleixandre
de forma indirecta. En efecto, se prohibió mencionar su nombre en los medios de
comunicación. Algunos burlaron a los censores y hablaron del “autor de la
destrucción o el amor” Simplemente se le ninguneó a cada rato.
LOS JOVENES
Uno de sus poemas bellos es Amante: Lo que yo no quiero/es darte
palabras de ensueño/ni propagar imagen con mis labios/ en tu frente, ni con mi
beso./ La punta de mi dedo,/con tu uña rosa para mi gesto/ tomo, y en al aire
hecho,/ te la devuelvo. / De tu almohada, la gracia y el hueco./ Y el calor de
tus ojos, ajenos./ Y la luz de tus
pechos/secretos./ Como la luna en primavera/ una ventana/ nos da amarilla
lumbre. Y un estrecho/latir/ parece que
refluye a ti de mi./ No es eso. No será. Tu sentido verdadero/ me lo ha dado ya
el resto/el bonito secreto,/ el gracioso hoyuelo/ la linda comisura/ y el
mañanero desperezo
A su casa llegaron nuevos poetas,
escritores jóvenes como: José Luis Cano, Morales, Gaos, Bousoño, Nora, Otero,
Valverde, Hierro, Carmen Conde, Concha Zardoya, García Nieto, Leopoldo de Luis,
Crémer y Celaya. La joven poesía española encontró su maestro en Aleixandre,
acogedor y sencillo.
Las nuevas revistas como
“Garcilaso” de García Nieto, “Escorial” de Dionisio Ridruejo,” Españada”,
publicaron sus poemas. Así pues, a pesar de todo, su prestigio se impuso y en
1949 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española.
Su incorporación correspondiente
ocurrió el 22 de Enero de 1950. En esta
oportunidad, pronunció un discurso sobre la vida del poeta, el amor y la
poesía. Su amigo Dámaso Alonso habló como contestación que se estila y dándole
la bienvenida.
Uno de los libros que lo estudio a profundidad.
Uno de los libros que lo estudio a profundidad.
1951
El autor difícil a veces hasta
hermético, el poeta surrealista con sus metáforas visionarias cósmicas o con
sus amplias descripciones, alejado con todo ello del clásico o tópico
academicismo, fue reconocido por la Academia
en un clima de fervor.
Otro de sus poemas. El
Olvido: No es tu final como una copa
vana/que hay que apurar/ Arroja el casco y muere/ Por eso lentamente levantas en tu mano/ un brillo o su mención y
arden tus dedos/ como una nieva súbita/ Está y no estuvo, pero estuvo y calla/
El frío quema y en tus ojos nace/ su memoria/ Recordar es obsceno/ peor: es
triste. Olvidar es morir.
En 1951 se encargó de preparar un
gran volumen: “Obra Escogida”,
compuesto por originales y borradores de Miguel
Hernández. Durante esta década del 50 al 60, poco es lo que escribió.
Pero mantuvo bastante actividad dictando conferencias, leyendo sus poemas o
dando a conocer “Los Encuentros”, prosas
que relatan sus distintas amistades que se publicaron en una bella edición para
bibliófilos. De estos años dató su “Historia
del Corazón” y las primeras composiciones de “En Un Vasto Dominio”.
Viajó por casi toda España e hizo
breves incursiones por Europa en Londres, el París de las vanguardias,
Marruecos e Hispanoamérica. Sin embargo, su vida fue siempre sedentaria. Eso sí, su casa estuvo abierta a
la Literatura y a los periodistas de las prestigiados diarios y revistas que
buscaban su opinión y magisterio, su colaboración.
Correspondió a todos y a todos estimuló. Los
medios españoles publicaron las
respuestas de Aleixandre como avales de estimación. Su afable acogida, su
poderoso aliento fue puntual y
proverbial.
CANTATA
En 1959, el poeta del más
encendido realismo social, Gabriel Celaya, publicó su “Cantata en Aleixandre”, poema dramático a modo de interpretación
dialéctica de su obra. En efecto, la evolución constante de Aleixandre le
acercó a la temática de la comunicación y renovó la atención de las
generaciones jóvenes, sin excluir a nadie.
Posteriormente se publicaron las “Poesías Completas” del autor y se
tradujeron sus poemarios al italiano,
alemán y francés. Recibió
homenajes de placas conmemorativas. Terminó
“Retratos sin Nombre”, Poemas de la Consumación de significativo título como poesía honda y
serena, desde que se ve a la juventud como la única vida. Pero también la
muerte, como el segundo y definitivo nacimiento.
Poema de puño y letra.
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Poema de puño y letra.
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FALLECIMIENTO
Otro de sus poemas. Adolescencia: Vinieras y te fueras dulcemente/ de otro camino/a otro camino. Verte, /
Y ya otra vez no verte/ Pasar por un puente a otro puente./ El pie breve/la luz
vencida alegre./ Muchacho que sería yo mirando/ aguas abajo la corriente,/ y en el espejo tu pasaje/ fluir, desvanecerse
Con motivo de sus 70 años se le
rindió un homenaje singular: un volumen de 84 poetas, con composiciones
referidas a él y su obra. En 1969 se le concedió el Premio de la Crítica. Llevó
el poeta una existencia realmente activa, basada en un estricto plan de
alimentación y de reposo.
Sólo seis o siete horas está
levantado. Desde 1970 trabajó en su último gran libro: Diálogos del Conocimiento que apareció en 1974. Siguieron los
homenajes como el de la Asociación de Mujeres Universitarias.
Tras unos años de vejez
tranquila, realizando entrevistas sumamente clarificadoras sobre su obra y en
particular sobre el complejo tema de la escritura surrealista, se apagó para
siempre la vida del poeta. Había sufrido una hemorragia intestinal y tuvo que
ser internado en una clínica, donde falleció. Lo enterraron en el Mausoleo
familiar del Cementerio de la Almudena
Pasó la vida y soñó poemas enteros. Soñó que no podía recordarlos al despertar. Por más que hacía
esfuerzos de reiteración y memorización, sin lograr la autentica creación
onírica tan buscado por este mítico movimiento del surrealismo de vanguardia,
el mismo que tanto revolucionó la Literatura
Póstumamente, en 1985, se publicó
una actualización de su obra. “Los
Encuentros sobre los Amigos”, a quines fue tratando desde 1958. La mayoría
de ellos escritores. Y en 1991 se publicó un último libro de poemas inéditos
titulado, “En Gran Noche”.
SEVILLANO
Como la mar, los besos: No
importan los emblemas/ ni las vanas palabras que son un soplo sólo./ Importa el
eco de lo que oí y escucho./Tu voz que muerta vive, como yo que al pasar/aquí
aún te hablo/ Eras más consistente,/más duradera, no porque te besase/ ni
porque a ti asiera firme a la existencia/ Sino porque como la mar/después que
arena invade temerosa se ahonda./ En verdes o en espumas la mar, se aleja./Como
ella fue y volvió tu nunca vuelves/ Quizá porque rodada/ sobre playa sin fin,
no pude hallarte./La huella de tu espuma,/ cuando el agua se va, queda en los
bordes/Sólo bordes encuentro/Sólo el filo de la voz que/ en mi quedara/ Como un
alga tus besos./Mágicos en la luz, pues muertos tornan
Nació en Sevilla, capital de
Andalucía, el 26 de Abril de 1898. Su
padre Cirilo Aleixandre era Ingeniero de Ferrocarriles y un hombre hábil para
los negocios y las inversiones. La madre,
Elvira Merlo, educada refinadamente en el seno de una familia de la alta
burguesía.
LECTOR
A los dos años, la familia se
trasladó a la ciudad de Málaga donde transcurrió casi toda su infancia. Allí
rondaba el aire del mar Mediterráneo, el
mismo que grabó en su alma resonancias y luminosas sensaciones de belleza.
Hasta que en 1909 se traslado á a
Madrid, la capital de España, donde vivirá en adelante. Estudió el bachillerato
en el Colegio Salesiano que era seglar, aunque todos los años se examinó en el
Instituto San Isidro de la calle Toledo. Adelantó, por la libre, algunas asignaturas
y por eso mismo fue todo un bachiller a la temprana edad de 15 años.
Cursó simultáneamente las
carreras de Derecho y de Comercio, brillantemente. Lector empedernido y por eso
asiduo concurrente en la Biblioteca Nacional. Conocía a los novelistas del realismo,
el teatro clásico, los dramas románticos. A Unamuno, Azorin, Baroja. Amante de
la música, los cuplés y las habaneras.
A los 19 años estuvo con el
renombrado intelectual, Dámaso Alonso, quien al comprobar que no leía poesía le
prestó un libro de Rubén Darío, publicación que despertó su vocación poética. “Una revolución en mi espíritu, la poesía
me fue revelada”, declaró en una oportunidad.
Acrecentó su lectura de este tipo
con Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez que lo deslumbraron e influyeron tajantemente
en su poesía inicial, sobre todo el poeta de Moguer. Siguió revisando otros
libros de Lautrémount, Rimbaud, Apollinaire, Guillermo de Torre, Triztan Tzara
y varias revistas literarias.
Libro de su autoría.
Libro de su autoría.
ENFERMO
Empezó a trabajar como profesor
ayudante en la Escuela de Comercio
y en las oficinas madrileñas de los
Ferrocarriles Andaluces. Después pasó a la Compañía de Caminos de Hierro del
Norte de España y se le encargó un estudio sobre jubilación del personal.
Una crisis religiosa fue decisiva
para constituir en sus interiores una visión del mundo en su obra poética, como
materia espiritualizada. Acaso como panteísmo de una sola forma y una sola
sustancia conformada por el amor.
En 1925, cayó gravemente enfermo
con altas fiebres que minaban su cuerpo. El bacilo de la tuberculosis se alojó en muy mal sitio: el riñón y originó
una nefritis crónica. Mantuvo, de por vida, una salud muy precaria que lo alejó
de toda actividad profesional.
Atravesó una etapa de crisis y de soledad, de cambio
radical en el curso de su existencia que
se centró, definitivamente, en la Literatura. En escribir con fe y necesidad.
Contó con el apoyo familiar de sus
padres y de su hermana, quienes buscaron residencias muy sanas para
cuidar al enfermo. Sus amigos acudieron
prestos a acompañarlo. Como García Lorca que, para alegrar al camarada, le
tocaba el piano.
AMIGOS
Diosa. Dormida sobre el tigre,/ su leve trenza yace/Mirad su bulto. Alienta/
sobre la piel hermosa/tranquila, soberana./¿Quién puede osar, quién sólo/sus
labios hoy pondría/sobre la luz dichosa/ que, humana apenas, sueña?/Miradla
allí. ¡Cuán sóla!/ ¡Cuál intacta!/¿Tangible?/ Casi divina, leve/ el seno se
alza, cesa,/se yergue, abate; gime/ como el amor. Y un tigre/ soberbio la
sostiene/como la mar hircana/donde flotase extensa/feliz, nunca ofrecida,/ ¡Ah
mortales. No, nunca/ desnuda, nunca vuestra/ Sobre la piel hoy ígnea/ miradla
exenta: es diosa.
Cada vez conoce más y mejor a los
intelectuales y poetas de su tiempo. Amistad con Jorge Guillén, Atolaguirre,
Moreno Villa, Bergamín, Juan Chavás, Fernández Almagro, André Malraux, Vicente
Huidobro, Rafael Alberti, Cernuda. Se le acercaron también los más jóvenes:
Rosales, Panero, Vivanco.
En 1926, apareció su firma en la “Revista
de Occidente” que dirigió Ortega y Gasset y después en otras como “Carmen” de Gerardo Diego, “Verso y
Prosa” de Jorge Guillén y “Caballo Verde para la Poesía” de Pablo Neruda
En cuanto a salud, en 1931, las
fiebres se sumaron a las hemorragias. Un famoso médico desahució al enfermo,
creyendo afectados los dos riñones. Por esta época, Aleixandre definió a la
poesía como “clarividente fusión del
hombre con lo creado” Leía a los
poetas franceses, a Joice, a Freud. Lo que le permitió, por completo, cambiar
su sensibilidad.
Cuando hizo noticia con el Nobel.
Cuando hizo noticia con el Nobel.
AMORIO
Le extirparon un riñón, mientras
que el régimen de reposo y cuidados se endureció por completo. Cogió el hábito
de escribir en la cama. Pese a todo el sufrimiento, publicó
“Espadas como Labios” y al
año siguiente le otorgan el Premio Nacional de Literatura.
A lo largo de su vida ocultó su
homosexualidad. En los años 30, el poeta conoció a Andrés Acero y ambos iniciaron una relación
amorosa que fue interrumpida por el exilio en México del amado, tras haber finalizado la guerra
civil española.
En los primeros años de esta
conflagración que costó y sumó un millón de muertos, víctima de una
denuncia, estuvo preso. Los trámites de
liberación que fue conseguida los hizo
su amigo Pablo Neruda, a la sazón, Cónsul General de Chile en España.
Después de la guerra a pesar de
ser izquierdista permaneció en España y se convirtió en uno de los maestros de
los jóvenes poetas con los que se carteó abundantemente y a los que recibió,
sin escatimar tiempo, en su domicilio de Madrid. La calle donde quedaba ubicada
su casa, desde 1978, lleva su nombre.
PREMIO NOBEL
El poeta se acuerda de su vida: Perdonadme: he dormido/ Y dormir no es
vivir. Paz a los hombres/ Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos
vivan/ ¿Vivir en ellas? Las palabras mueren/ Bellas son al sonar más nunca
duran/ Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora/ o cuando el día cumplido
estira el rayo/ final, ya en tu rostro acaso. Con tu pincel de luz cierra tus
ojos/ Duerme./ La noche es larga, pero ya ha pasado.
Encabezó la firma de una carta al ministro franquista
Manuel Fraga Iribarne, solicitando una investigación sobre las agresiones y
torturas a los mineros asturianos y a sus esposas, durante la huelga ocurrida
en 1962. La misiva estuvo firmada por 120 intelectuales españoles. Por supuesto
y como era previsible, el gobierno negó por completo los hechos.
Desde 1973 se perfilaba como
candidato al Premio Nobel. Al año
siguiente apareció la versión sueca de una antología de su obra. Varios
profesores e intelectuales presentaron su candidatura. Y por fin, concedieron
la mítica distinción cuatro años después.
La academia sueca consideró que
su obra “es una creación poética innovadora que
ilustra la condición del hombre en el cosmos y en nuestra sociedad actual. A la
par que representa la gran renovación en la época de entre guerras, de las
tradiciones en las creaciones literarias españolas”.
Sin fe: Tienes ojos oscuros/ Brillos allí que oscuridad prometen/ Ah,
cuán cierta es tu noche/cuan incierta mi duda./Miro al fondo la luz y creo a solas./ solas pues que existes/ Existir es vivir con
ciencia a ciegas./ Pues oscura te acercas Y en mis ojos más luces/ siéntense
sin mirar que en ellos brillen./ No brillan, pues supieron/saber es alentar con
los ojos abiertos./ ¿Dudar…? Quien duda existe. Solo morir es ciencia. (Noé)
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