Conspirador obstinado y aristócrata
colonial de origen ancestral. Así con estos elementos enteramente marcados en
su controvertida personalidad representó, constantemente, las tendencias
autoritarias de la patria peruana en pleno siglo XIX convulsionado. Tan pero
tan déspota natural que incluso persiguió a las esposas de sus rivales
políticos. Adicionalmente fue expresión
de cierto monarquismo nostálgico, durante las primeras décadas de la Independencia
nacional. Tenaz rival del Libertador Ramón Castilla, el militar y político
controvertido, como parte de sus defectos, careció del sentido práctico de los
actos de vida y de la audacia necesaria para la realización de sus planes. Por eso, precisamente, innumerables
veces, lo desplazaron otros caudillos. No obstante, llegó al poder y se
desempeñó como Presidente de este país con un estrambótico
título, que lo retrataba de cuerpo entero, Supremo Director de la República del
Perú, durante un año y tres meses: entre
el 7 de Abril de 1843 y el 17 de Junio de 1844.
Manuel Ignacio de Vivanco vivió entre guerras y revoluciones. No
obstante sus vínculos realistas, estuvo impecablemente al servicio de la causa
patriótica, durante el enfrentamiento tenaz contra los españoles Luchó
implacablemente contra la Confederación Perú Boliviana. Sufrió el pan duro del
destierro e intervino en otras conflagraciones sangrientas de la época. A su
movimiento político lo llamó regenerador y, para variar, era un hombre
realmente ilustrado que incluso llegó a desempeñarse como miembro de la Real
Academia de la Lengua Española. Todo
esto forma parte, evidentemente, de su valor intrínseco frente a la historia.
Vivanco: autocracia y directorio.
Vivanco: autocracia y directorio.
NACIDO EN LIMA
Hijo de Bonifacio Antonio de Vivanco
Cañedo y de Marcela de Iturralde Gorostizaga. Había nacido en Lima el 31 de Enero
de 1806 y murió en Valparaíso Chile 67 años
después, el 16 de Septiembre de 1873. Estudió como alumno aprovechado y
destacado en el Real Convictorio de San Carlos.
Luego de proclamada la
Independencia, el peruano decidido se incorporó a las filas patriotas. Lo
destinaron como guardiamarina en una expedición que logró bloquear los puertos
intermedios ubicados en el sur.
Hizo un desembarco sorpresivo en
Arica, realizó una campaña de hostigamiento contra la escuadra española y
protegió la travesía de los transportes militares en los cuales regresaron las
fuerzas vencedoras de Pichincha. De vuelta a Lima, solicitó pasar al Ejército.
Participó en la Segunda Campaña
de Intermedios de 1823 que bajo las órdenes de Agustín Gamarra penetró en el
Alto Peru (Bolivia). Luego participó en los sucesos del norte contra el
Presidente José de la Riva Agüero, se sumó al Ejercito Libertador de Bolívar y
peleó valientemente en las batallas de Junín y Ayacucho.
Lo incorporaron al Estado Mayor
de la División del Norte en la Guerra contra Colombia. Combatió en la batalla
del Portete de Tarqui y posteriormente destacado a las fuerzas de ocupación
peruana en Guayaquil.
EDECAN
En dicha ciudad contribuyó a la
edición de “El Atleta de la Libertad”, periódico destinado a combatir el
desenvolvimiento de la guerra y la conducta de Gamarra. Su actitud y
pensamiento no le gustó al poder de turno y se ordenó su prisión con cárcel de
por medio.
Aunque al final no perdió la
libertad, tal situación de emergencia hizo que se traslade precipitadamente a
Lima donde solicitó su retiro de la carrera militar al ser derrocado el
Presidente José de la Mar. No se aceptó su petición y pasó a ser Edecán del
General Antonio Gutiérrez de la Fuente.
Posteriormente se desempeñó como
secretario de la Misión Peruana en Bolivia encabezada por el Ministro Pedro
Antonio de la Torre Luna Pizarro, hecho en sí que dio origen a los tratados
suscritos en Arequipa durante el año 1831.
Le confiaron la dirección del
Colegio Militar establecido en Lima y el Presidente Luis José de Orbegoso le dio
el mando del Batallón Cusco. Desde tal posición apoyó el pronunciamiento del
General Pedro Pablo Bermúdez y pasó a asumir la Prefectura de Lima. La situación
era de enfrentamiento y conflictiva. Por esta razón tuvo que abandonar la
capital, debido a la hostilidad popular.
Cabalgando al lado de la esposa
de Gamarra, doña Francisca Zubiaga, la famosa Mariscala, fue herido de un muslo,
durante el desarrollo de una revolución que protagonizaron ambos. A renglón
seguido se dirigió a Bolivia.
AGRICULTOR
Retornó al Perú y de inmediato
inició trabajos agrícolas en el valle arequipeño de Majes. Con ocasión de la
rebelión boliviana, el caudillo se reincorporó
al servicio militar. Colaboró con Gamarra a quien acompañó en la batalla de Yanacocha. Apoyó a Felipe Santiago Salaverry
que lo incorporó a su estado mayor.
En la campaña de Arequipa,
terminó como prisionero tras el combate del Gramadal donde fue derrotado,
consiguiendo su liberación luego de ser canjeado por dos oficiales bolivianos.
Emigró a Chile y se unió allí a los conspiradores contra la Confederación Perú
Boliviana, participando en las expediciones restauradoras.
Aquí mantuvo una posición
personalista y se rodeó de un grupo de personas adictas, a las cuales se les
dio el apelativo criollo de “la argolla”. Cuando los restauradores marcharon a
luchar contra Orbegoso, Presidente del
Estado Nor Peruano, Vivanco se negó a combatir, aduciendo que sólo había venido
a enfrentarse a Santa Cruz.
EN AREQUIPA
No obstante, tuvo que cumplir
eventuales comisiones de servicio y fue nombrado Prefecto de Arequipa, bajo el
segundo gobierno de Gamarra. Como muchos jefes militares tuvo ambición de poder
e inició en la blanca ciudad un movimiento regenerador, el 4 de Enero de 1841,
tomando el título de Jefe Supremo.
Gamarra, para combatirlo envió a
su Ministro de Guerra, General Ramón Castilla, quien sufrió un revés en
Cachamarca para luego triunfar en Cuevillas, obligando a Vivanco a emigrar a Bolivia.
Después de la batalla de Ingavi donde falleció Gamarra, Vivanco retornó al Perú
al frente de una columna de prisioneros y entregó el mando al Coronel Manuel de
Mendiburu, Prefecto de Tacna, pasando a establecerse en Arequipa.
Allí secundó el pronunciamiento
de Juan Francisco de Vidal, quien lo nombró Ministro de Guerra. En lugar de
trasladarse a la capital formó fuerzas en el sur y se sublevó en contra del
mismo Vidal, proclamándose Supremo Director de la República. Envió al General
Juan Antonio Pezet a ocupar Lima en su nombre
Instaló su gobierno el 7 de Abril
de 1843 y pretendiendo consolidar su autoridad, poco a poco, le fue imprimiendo
un tinte excesivamente personalista, llegando a extremos tales como: la
imposición a civiles y militares de un juramento de fidelidad a su persona, la
creación de una tarjeta de plata, cuyos poseedores eran los únicos que tenían
acceso al despacho presidencial, la suscripción de numerosas órdenes de
destierro y de decretos amenazantes.
Luciendo la banda presidencial.
Luciendo la banda presidencial.
RECHAZO
El autoritarismo era contundente
y evidentemente se originaron las reacciones con tintes de libertad. En Tacna y
Moquegua brotó un movimiento constitucionalista, encabezado por Domingo Nieto y
Ramón Castilla. El Director Supremo se dirigió de Lima al sur a combatirlo y
fue derrotado en la batalla de Carmen del Alto desarrollada en el pueblo del
mismo nombre, cerca a la ciudad de Arequipa.
Vivanco aceptó la derrota y
declaró: “La cumplo como el soldado de
honor que en buena guerra ha sido vencido”. Casi en la indigencia marchó al
exilio, rechazando una pensión alimenticia que le confirió Castilla.
Radicó muchos años en Manabí,
Ecuador, dedicándose a labrar la tierra y otras actividades relacionadas con la
agricultura. Aprovechó una ley de amnistía y retornó al Perú. Un grupo de
ciudadanos en un comunicado le expresó su apoyo y homenaje, mientras que
numerosos ciudadanos de Arequipa auspiciaron su candidatura a la Presidencia de
la República.
En las elecciones
correspondientes de 1850 fue derrotado por José Rufino Echenique, quien se hizo
de la primera magistratura de la nación. Entonces se retiró a vivir a Chile.
Volvió otra vez al país cuando Castilla encabezó en Arequipa la Revolución Liberal, cuatro
años después.
GUERRA CIVIL
Vivanco, junto con el General
Trinidad Morán, atacaron dicha ciudad, cuyo pueblo se defendió valientemente,
tras las barricadas levantadas en las calles. Los arequipeños lograron vencer y
el caudillo resultó herido, mientras que Morán fue apresado y poco después
fusilado. El que se denominó pomposamente Director Supremo retorno a residir en
Chile.
Pero conspiró epistolarmente
contra el segundo gobierno de Castilla. Proclamado
Jefe Supremo por una revolución iniciada en Arequipa, el 1° de Noviembre de
1856, retornó y se puso al frente de la rebelión.
Era el inicio de una larga guerra
civil peruana. Apoyado por la Armada, Vivanco pretendió desembarcar en el
Callao pero fue rechazado. Siguió hacia el norte hacia Paita, viró
apresuradamente con rumbo al puerto de Lima para burlar la persecución del
Presidente Castilla.
La población del puerto chalaco
le infirió una franca derrota a la intentona de llegar al poder que encabezó el
22 de Abril de 1857. Este suceso como actitud valiente le valió al Callao que
le confirieran el título de “Provincia Constitucional”.
El asalto de Arequipa.
El asalto de Arequipa.
El TRATADO
Vivanco optó por regresar a
Arequipa donde volvió a empuñar las armas, enfrentándose a las huestes
gobiernistas los días 6 y 7 de Marzo de 1856. En este episodio bélico murieron
miles de personajes y el caudillo, una vez más, salió desterrado a Chile.
Tras fallecer San Román
desempeñando la Presidencia de la República, accedió al poder Juan Antonio
Pezet, quien lo acreditó como Ministro
Plenipotenciario en Chile. Hallándose en Lima fue comisionado para intervenir
en el arreglo definitivo de la arbitraria ocupación de las islas de Chincha por
parte de la escuadra española, comandada por el Vicealmirante José Manuel
Pareja.
Así firmó representando al país el Tratado Vivanco (Peru)- Pareja (España) que
ponía fin al conflicto. Este acuerdo fue rechazado por completo por la
ciudadanía que consideró algunas cláusulas lesivas y ofensivas para el honor
patrio. Entonces, se levantó Mariano Ignacio Prado que logró llegar a la
primera magistratura de la nación. Vivanco se fue por enésima vez a Chile
Lo eligieron Senador por
Arequipa entre 1868 y 1872.
Adicionalmente, por encargo del Presidente Balta, supervisó la construcción
del Palacio de la Exposición y el
arreglo del parque circundante. Por motivos de salud viajó a Chile de donde
nunca más regresó porque murió en el puerto de Valparaíso.
GABINETE
Vivanco se casó en Lima, el 25 de Julio de 1835, con la dama arequipeña
Cipriana de la Torre. Ella era sobrina
del prócer Javier de Luna Pizarro y descendiente directa de Juan de la Torre,
uno de los conquistadores españoles que llegaron al Perú junto con Francisco
Pizarro. Con su esposa tuvo un solo hijo llamado Reynaldo, quien a su vez no
dejó descendencia.
Hombre bien amado por las mujeres, físicamente
de gran atractivo. Rubios y finos los cabellos, claros los ojos. Su rostro se acercó,
exactamente, a la hermosura masculina. Usó bigote y perilla, elementos que le
aumentaron la edad y lo convirtieron en maduro y agradable, con un lenguaje
impecable y castizo. Haciendo siempre gala de urbanidad, según lo describe el
historiador Basadre.
Sus enemigos le sacaron poesías y
cantos populares como los que a continuación detallamos: Toma este hermoso clavel Manuel; /Póntelo al moño despacio Ignacio; /Mientras
un lirio te arrancó, Vivanco/y luego un lacito blanco/que vaya a todos
diciendo: /Manuel Ignacio de Vivanco.
Formaron su gabinete ministerial,
durante el Directorio, hombres ilustres en la cultura peruana: el poeta e
intelectual Felipe Pardo y Aliaga (Relaciones Exteriores e Instrucción), Andrés
Martinez (Justicia, Policía y Obras Públicas), Pedro Antonio de la Torre
(Hacienda) y José Luis Gómez Sánchez (Gobierno, Culto y Beneficencia).
LAS ESPOSAS
Afrontó las intrigas
conspiradoras de las esposas de sus enemigos Nieto, Castilla y La Fuente. La
primer de ellas, María Solís de Nieto, que a la sazón estaba encinta fue condenada 45 días después del parto, a salir
del territorio peruano. Antes la recluyeron en un convento.
Por su parte, Francisca Diez
Canseco de Castilla, cónyuge del Libertador, que conspiró con un grupo de
gentes, que usaba como distinción sortijas negras en uno de los dedos de las
manos, resultó sancionada con 8 años de destierro y al principio quedó presa en su
casa, bajo guardia especial. Pero ella escapó disfrazada y se reunió con su
esposo.
De los conspiradores, dos de
ellos- el Teniente Coronel José María Lastres y el Capitán José Julián Verástegui- fueron condenados a muerte y
ejecutados espectacularmente en la Plaza de Armas de Lima el 23 de Septiembre
de 1843, a las 5.45 de la tarde.
Hombre de múltiples oficios.
Desde militar, político, hacendado, paladín de la agricultura. Culto, refinado,
educado. Aristócrata de cenáculo. Arrogante y exigente. Jactancioso y vano.
Falta de fe en postulados democráticos. Un despótico franco. Apreciaciones
precisas de nuestro gran historiador Basadre. Caudillo ególatra que forma parte, para bien o
para mal, de la variada Historia del Perú.
(Edgardo de Noriega)
como se llamo el boliviano que apoyo a vivanco
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