domingo, 23 de agosto de 2015

FELIPE PINGLO O LA INMORTALIDAD

Allá a finales del siglo XIX ya se escuchaba la música criolla por los barrios de la gran Lima inspirada, evidentemente, en las danzas europeas que se bailaban en los elegantes salones del viejo continente. Había también cierto influjo de ritmos españoles, como la zarzuela y la jota aragonesa.  Raudos y precisos, aparecieron los primeros compositores de este género que, por  fín, consiguió rasgos propios y determinados. Así surgió lo que se conoció como la  guardia vieja. El tiempo transcurrió inexorable y hacia 1917 para adelante, un hombre humilde de fino e intenso oído comienza a componer infinidad de valses y polkas, con hondo contenido social y de profunda interpretación singular en sus letras. Era todo un cambio notable, con connotación eminente de amplio arraigo popular. Nunca se habían presentado melodías de este tipo tan agradables, tan acompasadas,  tan originales.
Tal fue el éxito de Felipe Pingo Alva que lo llamaron con propiedad y con justicia, desde un principio y para siempre, “el bardo inmortal”, poseedor de un estilo de calidad que enriqueció el acervo musical peruano. El compositor marcó, definitivamente,  el  principal hito histórico en el desarrollo de este género musical de multitudes, durante la centuria del XX.
Nació, el 18 de Julio de 1899 en la calle del  Prado de la actual cuadra 14 del Jirón Junín, ubicado en los Barrios Altos de Lima. Hijo del normalista de ascendencia china Felipe Pinglo y de Maria Florinda Alva, que lo trajo al mundo y murió días después. El bebe quedó huérfano de madre. La pobreza en que vivió.  las enseñanzas de su padre y sus tías, lo formaron como un niño instruido con eminente sentimiento social.


Resultado de imagen para felipe pinglo alva
Felipe Pinglo: compositor criollo de polendas.

ESTUDIOS
Estudió en la Escuela Fiscal de los Naranjos de Lima regentada por su tío Alejandro Pinglo y, posteriormente, cursó la secundaria en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Desde muy pequeño, aficionado a la música y por eso, con sus propinas, compró un rondín, aprendiendo  a tocar intuitivamente el instrumento. Le salieron, musicalmente, las marchas militares propias de las retretas que se desarrollaban  en las plazas públicas, ubicadas en su tradicional barrio.
A los 17 años comenzó a trabajar en la imprenta “El Gráfico”. Luego en una compañía de gas y en la Dirección General de Tiro del entonces Ministerio de Guerra, donde fue Secretario del  Ministro de este sector, General Salmón, quien le tenía gran afecto. Palomilla de la Pampa de Barbones. También fue futbolista, defendiendo los colores de los clubes “El Naranjo” y “Alfonso Ugarte”. Llegó a ser comentarista deportivo en algunas revistas limeñas.
Delgado, casi siempre melancólico con cara larga y angustiada. Era, no obstante, amante de las fiestas con guitarra y con cajón. Sentimental como pocos y empedernido romántico. Armador del bullicio de las jaranas que se armaban a punta de voz y  pecho, con guitarras y música criolla. Sencillo, amiguero y bohemio. Un hombre mestizo que nació para las siete notas del pentagrama. 
REUNIONES
Cuando  empezó a componer y frecuentar a los criollos de entonces hizo de la calle Mercedarias, en el actual Jirón Ancash de Lima, su lugar de concentración e inspiración. Allí solía reunirse para hacer música con Samuel Joya Neri, Obdulio Menacho, José y Eugenio Diaz, Guillermo D’Acosta, Paco Vilela, Juan Ríos, Pedro Espinel, Jorge Gonzáles, Ernesto “Chino” Soto y muchos otros de los criollos de la época, a quienes se les conoce como la “Generación Pinglo”.
Tocó la guitarra a la inversa porque era zurdo. No cambiaba la encordadura del instrumento, razón que algunos entendidos consideraron  importante en el descubrimiento de nuevas tonalidades logradas por él y apreciables nítidamente, en su abundante producción musical.
Con los primeros entusiasmos sentimentales de sus años mozos, desarrolló su espontánea habilidad para el canto y la composición. Pronto conquistó simpatía y apreció en las reuniones de barrio que se hacían con tal ritmo.
Afinando así su inspiración brotó su primera composición “Amelia”, aparecida en 1917. Desde allí al compas de su guitarra salieron impecables unas aproximadamente 300 canciones. Muchas de contenido autobiográfico, impregnadas del acento melancólico, sugeridas por el ambiente bohemio, las angustias debido a los males físicos y las canciones que son protesta por las injusticias sociales.

Resultado de imagen para felipe pinglo alva
Uno de sus exitosos discos.

AMELIA
Amelia: En medio del bosque su base levanta/una linda choza al pie de un arroyo,/ahí vive mi Amelia, mi anhelo, mi anhelo, mi amada/todita mi dicha y todo mi tesoro./Ella nunca quiso ni idolatrar a nadie,/su alma casta y pura, no manchó el amor,/y una tarde al verme, llorando en el bosque/sintió mucha pena y mi amor ofreció./Bendita tú seas hada de los bosques,/diosa del martirio, bello ángel de amor:/hoy que tú me amas, tu nombre tan puro,/grabaré yo Amelia, en  mi corazón
Cabe subrayar que Pinglo, de acuerdo a la opinión de los músicos y entendidos, fusionó el estilo previo del vals limeño con armonías provenientes de otros géneros como el tango argentino y otros ritmos internacionales.
Su figura se tornó familiar y popular en el Rímac, Monserrate y La Victoria. Era la época en que sorprende a sus amigos con su deslumbrante inspiración, capaz de crear un tema en contados minutos. Entre 1921 y 1923, Felipe se ausentó de los Barrios Altos para irse a vivir a La Victoria. A los 24 años de edad, ya era un compositor celebrado.
Su inspiración fluía inagotable y se concretaba en valses y polkas de rápido éxito. Una tras otra llenaba las páginas de gruesos cuadernos con versos. Muchos de los cuales quedaron sin música. Sus composiciones gozaron del apoyo popular y tenían publicación preferente en los cancioneros de la época.
OTRAS PRODUCCIONES
Entre sus producciones más afamadas estuvieron:  "El Huerto de mi Amada", "Mendicidad", "La Oración del Labriego", "Sueños de Opio", "El Canillita", "Pobre Obrerita", "Pasión y Odio", "Rosa Luz", "El Espejo de mi Vida",  "Bouquet", "Hermelinda", "Evangelina", "Amelia", "El Tísico"; "Bouquet", "Amor Traidor", "Melodías del Corazón", "Celos",
Conoció a Hermelinda Rivera Urrutia cuando tenía 17 años y con ella se casó el 11 de Mayo de 1926, en la Iglesia de San Francisco de Lima. Poco tiempo después, nacieron sus hijos:  Carmen y Felipe.
Las facetas creativas que presentó son, realmente, múltiples. Por ejemplo, el compositor dedicó bellísimos versos a las flores en temas como “Decepción”,” Celos”, “Llegó el Invierno”, “Bouquet”, entre otros.
Bouquet: Las flores que he cogido en el jardín/las hecho un bouquet para mi amor,/tienen jazmín del cabo y tulipán,/también claveles rojos  de ilusión/Pensamientos limitan su confín/ y blancas azucenas coloqué/pero también llevo en mi corazón/a una mujer/Tus ojos ternura reflejan/me mata tu lindo mirar/mi nena, me robas la calma y el alma,/mi vida tuya será/Los rayos de la aurora al penetrar/la coqueta ventana del balcón/hallaron marchitado mi bouquet/y todo en completa desolación/Aguaitaron más tarde su boudoir/y la vieron tan bella como ayer/besando las violetas que ofréndole otro querer/y celos tengo la brisa mañanera/que besa y besa lo que besar no puedo.

Resultado de imagen para felipe pinglo alva
Sus amigos llevan su cadáver en el ataúd rumbo al cementerio

IMPRESIONADO
La proliferación de fábricas textiles con fuertes inversiones nacionales y extranjeras agitó el ambiente de las calles de Lima. Los barrios populares aumentaron sus poblaciones y los artesanos de antes comenzaron a formar parte de la clase obrera. Había diferencias y confrontaciones sociales. Ello impresionó totalmente a Pinglo quien en sus composiciones denunció lo que ocurría, poniéndose al lado de los pobres.
Le cantó infinidad de veces al amor y dedicó pasajes de sus letras al cabaret, el ferrocarril, los automóviles. Musicalmente se nutrió con la influencia de ritmos norteamericanos de moda como el fox trot y el one step. Su imaginación era inagotable. Cantó sobre lugares, personas o determinados situaciones. Asi salieron “Bello Hawai”, “Zacatecas” y otras canciones.
Su composición más celebrada fue, definitivamente,”El Plebeyo” que goza de la mayor popularidad. Fue estrenada en el Teatro Alfonso XIII del puerto del Callao por su amigo el compositor y cantante, Alcides Carreño. La canción planteó un drama social porque Luis Enrique, “El Plebeyo", amaba una aristócrata, pero su amor es condenado por la sociedad. 
PERSONALIDAD
El Plebeyo: La noche cubre ya con su negro crespón/de la ciudad las calles que cruza la gente  con pausada acción/la luz artificial con débil proyección/propicia la penumbra que esconde en su sombra venganza y traición/Después de laborar, vuelve a su humilde hogar/Luis Enrique ,el plebeyo, el hijo del pueblo/el hombre que supo amar/Y que sufriendo está esta infamante ley/de amar a una  aristócrata siendo plebeyo él/Trémulo de emoción dice así en su canción/El amor siendo humano tiene algo de divino/ amar no es un delito porque hasta Dios amó/Y si el cariño es puro/ y el deseo es  sincero ¿Por qué robarnos quieren la fe del corazón/ Mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo/el alma en que se anida mi incomparable amor/ Ella de noble cuna y yo un humilde plebeyo/no es distinta la sangre ni es otro el corazón/ ¡Señor por qué los seres no son de igual valor.
Con Pinglo el vals adquiere definitiva personalidad, dejando de lado lo  superficial y fácil. Lo que logró es intencionalidad en los versos, profundidad en la melodía y una connotada y contagiante emoción social.
Cayó enfermo con fuertes dolores en la rodilla izquierda, debido a una lesión  contraída en el ejercicio del deporte y agudos espasmos por una bronquitis mal curada. Sin embargo, otros dicen que sufría de tuberculosis.

Resultado de imagen para felipe pinglo alva
Otra de sus brillantes creaciones musicales.

HERMELINDA
Tres días antes de fallecer, el autor terminó de escribir  su última canción que lleva por título “Hermelinda”, en honor a su esposa, que dice así: Escucha amada mía/la voz de mis cantares/que brotan de mi lira/ cual desolado son/Arrebola tu ausencia,/teniendo mil azahares,/enferma tengo el alma,/y herido el corazón/ Ya para mi las aves/no cantan sus amores/ni vierte su perfume/la aurora matinal/Y el tímido arroyuelo/que bulle entre las flores/tú rostro peregrino/refleja en su cristal/¡Qué triste amada mía/los días amanecen!/Que lentas son las horas/que estoy lejos de ti/Para calmar la duda/que tormentosa crece/acuérdate Hermelinda/ acuérdate de mi/Seré tu fiel amante/que solitario llore,/al recordar las horas,/de dicha y de placer/ Bañada con mis lagrimas/tu frente encantadora/tus ojos dos luceros/fijados hacia mí.
A las 5 de la mañana del 13 de Mayo de 1936, a los 36 años, el bardo murió con los ojos fijos en la imagen de la Virgen del Carmen, la patrona del criollismo. Al día siguiente, sus restos mortales fueron acompañados por muchas personas hasta el Cementerio Presbítero Maestro, donde fue sepultado.
 El busto que corona el Mausoleo le pertenece al escultor Artemio Ocoña. Las guardillas de la tumba, en forma de notas musicales, fueron diseñadas y forjadas por el decimista Nicomedes Santa Cruz. Son las primeras notas de “El Plebeyo”. 
PELICULAS
Tras su fallecimiento y en su homenaje, le dedicaron una serie de canciones como los valses “Murió el Maestro” de Pedro Espinel, Ave de Paso” de Samuel Joya y “Mi Primera Elegía” de Eduardo Márquez Talledo.
En 1939, en la película nacional “Gallo de mi Galpón”, la cantante Jesús Vásquez y  “Las Peruanitas”, las hermanas Loayza, cantaron sus canciones. El argumento de “El Plebeyo" fue llevado al cine. Los mexicanos produjeron, en los años 60, un filme con el mismo tema estelarizado por Pedro Infante.
Sacó adelante la música criolla y la puso en lugar trascendental. Colocó al folklore en el lugar que le corresponde, con carta de ciudadanía peruana bien definida. Sus innovaciones consistieron en ampliar y diversificar el universo armónico, aumentando las variaciones dela tonalidad con orden, duración y estructura
Asimismo la incorporación de géneros y giros melódicos desconocidos. Llegándose, en algunos casos, a grados de complejidad nunca usados, en la música popular limeña. Algunas de estas novedades se pueden encontrar en los valses más elaborados como “El Canillita”,, “La Oración del Labriego”, “Jacobo el Leñador”, “Tu Nombre y el Mío” y “Sueños de Opio”.

Resultado de imagen para felipe pinglo alva
Cancionero de homenaje por su gran obra.

JACOBO EL LEÑADOR
“Jacobo el Leñador”: Rendido por el infortunio/al pueblo avanza el leñatero,/el peso del añoso leño/ aumenta su sufrir tan cruento/Su frente con profundos surcos/color de plata sus cabellos/todo denota en el  hondo martirio,/a su paso me descubro/respetuoso ante el dolor/Sus amigos no son los que ayer fueron/y explotaron ese noble corazón/los que entonces disfrutaron de larguezas/no conocen a  Jacobo el leñador/Solamente la vieja hacha/le es fiel a su mudo amor/hoy ni el palo que consume sus fogones,/permiten que se lo compren a Jacobo el leñador/Solamente la vieja hacha/le es fiel a su mudo amor/hoy ni el palo que consume sus fogones/permiten que se lo compre a Jacobo el leñador.
Como mestizo, el autor vio la constatación de la vida y el universo social de su tiempo que fueron plasmados en su obra, dejando de lado la Lima  mitológica de famas virreinales y la tradición pecrricholesca. As{ la música criolla adquirió jerarquía total. (Noé)

3 comentarios:

  1. El Vals Hermelinda "Escucha amada moa" no le pertenece a Felipe Pinglo Alva, le fue atribuido a Alberto Condemarin

    ResponderEliminar
  2. Aclaremos: Según los biógrafos de Pinglo, el autor conoció a Hermelinda Rivera Urrutia cuando tenía 17 años. Ella anteriormente y de acuerdo a la misma fuente, había sido enamorada del también compositor Alberto Condemarín. Efectivamente, a este último se le atribuye haber compuesto el vals “Hermelinda” que, rápidamente, se hizo popular y actualmente es uno de los clásicos de la música criolla. Esta es la verdad monda y lironda y aceptamos el error. Cuentan que Pinglo herido en su amor propio, por la hermosa composición de Condemarín, deseaba escribirle a su esposa un vals que fuera también popular. Se dice que inclusive, en muchas ocasiones, empezó a delinear los primeros versos y acordes de su canción para la esposa pero, inmediatamente, los borraba. Dicha prosa mantuvo preocupado al maestro hasta el final de sus días. Otros afirman que si existió la canción de Pinglo, pero era tan pero tan mala que se ocultó para siempre.

    ResponderEliminar
  3. Añado algo más: Lo que han leído son varias versiones. Hay otras que sostienen todo lo contrario e incluso señalan que la pareja Pinglo-Rivera se llevaba mal. En cuanto a la canción “Hermelinda”, un experto como Eduardo Mazzini, en su libro “En Nombre de Dios Comienzo”, remarca que la letra de este vals está elaborada en perfectos versos alejandrinos de catorce sílabas. Este especialista duda de la autoría de Hermelinda al menos en lo que a la letra se refiere. Ello porque “Condemarín no era un poeta especialista cultivado. Incapaz de crear una letra tan perfecta métrica alejandrina”. Lo más probable, según Mazzini, es que el compositor tomara un poema que por allí circulaba y lo musicalizara. Lo cual era usual en esos tiempos en que se tomaba letras de jotas, zarzuelas, operetas, poemarios, etc. Así son los hechos de la vida y los pongo a la disposición de los lectores para que saquen sus propias conclusiones. Ahora, bien, que erré, si es cierto. Mil disculpas

    ResponderEliminar