Allá a finales del siglo XIX ya
se escuchaba la música criolla por los barrios de la gran Lima inspirada,
evidentemente, en las danzas europeas que se bailaban en los elegantes salones
del viejo continente. Había también cierto influjo de ritmos españoles, como la
zarzuela y la jota aragonesa. Raudos y
precisos, aparecieron los primeros compositores de este género que, por fín, consiguió rasgos propios y determinados. Así
surgió lo que se conoció como la guardia
vieja. El tiempo transcurrió inexorable y hacia 1917 para adelante, un hombre
humilde de fino e intenso oído comienza a componer infinidad de valses y polkas,
con hondo contenido social y de profunda interpretación singular en sus letras.
Era todo un cambio notable, con connotación eminente de amplio arraigo popular.
Nunca se habían presentado melodías de este tipo tan agradables, tan
acompasadas, tan originales.
Tal fue el éxito de Felipe Pingo Alva que lo llamaron con
propiedad y con justicia, desde un principio y para siempre, “el bardo inmortal”, poseedor de un
estilo de calidad que enriqueció el acervo musical peruano. El compositor marcó,
definitivamente, el principal hito histórico en el desarrollo de
este género musical de multitudes, durante la centuria del XX.
Nació, el 18 de Julio de 1899 en
la calle del Prado de la actual cuadra
14 del Jirón Junín, ubicado en los Barrios Altos de Lima. Hijo del normalista
de ascendencia china Felipe Pinglo y de Maria Florinda Alva, que lo trajo al
mundo y murió días después. El bebe quedó huérfano de madre. La pobreza en que vivió. las enseñanzas de su padre y sus tías, lo
formaron como un niño instruido con eminente sentimiento social.
Felipe Pinglo: compositor criollo de polendas.
Felipe Pinglo: compositor criollo de polendas.
ESTUDIOS
Estudió en la Escuela Fiscal de
los Naranjos de Lima regentada por su tío Alejandro Pinglo y, posteriormente,
cursó la secundaria en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Desde
muy pequeño, aficionado a la música y por eso, con sus propinas, compró un
rondín, aprendiendo a tocar
intuitivamente el instrumento. Le salieron, musicalmente, las marchas militares
propias de las retretas que se desarrollaban
en las plazas públicas, ubicadas en su tradicional barrio.
A los 17 años comenzó a trabajar
en la imprenta “El Gráfico”. Luego en una compañía de gas y en la Dirección
General de Tiro del entonces Ministerio de Guerra, donde fue Secretario
del Ministro de este sector, General
Salmón, quien le tenía gran afecto. Palomilla de la Pampa de Barbones. También
fue futbolista, defendiendo los colores de los clubes “El Naranjo” y “Alfonso
Ugarte”. Llegó a ser comentarista deportivo en algunas revistas limeñas.
Delgado, casi siempre melancólico
con cara larga y angustiada. Era, no obstante, amante de las fiestas con
guitarra y con cajón. Sentimental como pocos y empedernido romántico. Armador
del bullicio de las jaranas que se armaban a punta de voz y pecho, con guitarras y música criolla.
Sencillo, amiguero y bohemio. Un hombre mestizo que nació para las siete notas
del pentagrama.
REUNIONES
Cuando empezó a componer y frecuentar a los criollos
de entonces hizo de la calle Mercedarias, en el actual Jirón Ancash de Lima, su
lugar de concentración e inspiración. Allí solía reunirse para hacer música con
Samuel Joya Neri, Obdulio Menacho, José y Eugenio Diaz, Guillermo D’Acosta,
Paco Vilela, Juan Ríos, Pedro Espinel, Jorge Gonzáles, Ernesto “Chino” Soto y
muchos otros de los criollos de la época, a quienes se les conoce como la “Generación
Pinglo”.
Tocó la guitarra a la inversa
porque era zurdo. No cambiaba la encordadura del instrumento, razón que algunos
entendidos consideraron importante en el
descubrimiento de nuevas tonalidades logradas por él y apreciables nítidamente,
en su abundante producción musical.
Con los primeros entusiasmos
sentimentales de sus años mozos, desarrolló su espontánea habilidad para el
canto y la composición. Pronto conquistó simpatía y apreció en las reuniones de
barrio que se hacían con tal ritmo.
Afinando así su inspiración brotó
su primera composición “Amelia”,
aparecida en 1917. Desde allí al compas de su guitarra salieron impecables unas
aproximadamente 300 canciones. Muchas de contenido autobiográfico, impregnadas
del acento melancólico, sugeridas por el ambiente bohemio, las angustias debido
a los males físicos y las canciones que son protesta por las injusticias
sociales.
Uno de sus exitosos discos.
Uno de sus exitosos discos.
AMELIA
Amelia: En medio del bosque su base levanta/una linda choza al pie de un
arroyo,/ahí vive mi Amelia, mi anhelo, mi anhelo, mi amada/todita mi dicha y
todo mi tesoro./Ella nunca quiso ni idolatrar a nadie,/su alma casta y pura, no
manchó el amor,/y una tarde al verme, llorando en el bosque/sintió mucha pena y
mi amor ofreció./Bendita tú seas hada de los bosques,/diosa del martirio, bello
ángel de amor:/hoy que tú me amas, tu nombre tan puro,/grabaré yo Amelia,
en mi corazón
Cabe subrayar que Pinglo, de
acuerdo a la opinión de los músicos y entendidos, fusionó el estilo previo del
vals limeño con armonías provenientes de otros géneros como el tango argentino
y otros ritmos internacionales.
Su figura se tornó familiar y
popular en el Rímac, Monserrate y La Victoria. Era la época en que sorprende a
sus amigos con su deslumbrante inspiración, capaz de crear un tema en contados
minutos. Entre 1921 y 1923, Felipe se ausentó de los Barrios Altos para irse a
vivir a La Victoria. A los 24 años de edad, ya era un compositor celebrado.
Su inspiración fluía inagotable y
se concretaba en valses y polkas de rápido éxito. Una tras otra llenaba las
páginas de gruesos cuadernos con versos. Muchos de los cuales quedaron sin
música. Sus composiciones gozaron del apoyo popular y tenían publicación
preferente en los cancioneros de la época.
OTRAS PRODUCCIONES
Entre sus producciones
más afamadas estuvieron: "El
Huerto de mi Amada", "Mendicidad", "La Oración del
Labriego", "Sueños de Opio", "El Canillita",
"Pobre Obrerita", "Pasión y Odio", "Rosa Luz",
"El Espejo de mi Vida", "Bouquet",
"Hermelinda", "Evangelina", "Amelia", "El
Tísico"; "Bouquet", "Amor Traidor", "Melodías del
Corazón", "Celos",
Conoció a Hermelinda
Rivera Urrutia cuando tenía 17 años y con ella se casó el 11 de Mayo de 1926,
en la Iglesia de San Francisco de Lima. Poco tiempo después, nacieron sus hijos: Carmen y Felipe.
Las facetas creativas
que presentó son, realmente, múltiples. Por ejemplo, el compositor dedicó
bellísimos versos a las flores en temas como “Decepción”,” Celos”, “Llegó el Invierno”, “Bouquet”, entre otros.
Bouquet: Las flores que he cogido en el jardín/las
hecho un bouquet para mi amor,/tienen jazmín del cabo y tulipán,/también
claveles rojos de ilusión/Pensamientos
limitan su confín/ y blancas azucenas coloqué/pero también llevo en mi
corazón/a una mujer/Tus ojos ternura reflejan/me mata tu lindo mirar/mi nena,
me robas la calma y el alma,/mi vida tuya será/Los rayos de la aurora al
penetrar/la coqueta ventana del balcón/hallaron marchitado mi bouquet/y todo en
completa desolación/Aguaitaron más tarde su boudoir/y la vieron tan bella como
ayer/besando las violetas que ofréndole otro querer/y celos tengo la brisa
mañanera/que besa y besa lo que besar no puedo.
Sus amigos llevan su cadáver en el ataúd rumbo al cementerio
Sus amigos llevan su cadáver en el ataúd rumbo al cementerio
IMPRESIONADO
La proliferación de fábricas
textiles con fuertes inversiones nacionales y extranjeras agitó el ambiente de
las calles de Lima. Los barrios populares aumentaron sus poblaciones y los
artesanos de antes comenzaron a formar parte de la clase obrera. Había
diferencias y confrontaciones sociales. Ello impresionó totalmente a Pinglo
quien en sus composiciones denunció lo que ocurría, poniéndose al lado de los
pobres.
Le cantó infinidad de
veces al amor y dedicó pasajes de sus letras al cabaret, el ferrocarril, los
automóviles. Musicalmente se nutrió con la influencia de ritmos norteamericanos
de moda como el fox trot y el one step. Su imaginación era inagotable. Cantó
sobre lugares, personas o determinados situaciones. Asi salieron “Bello Hawai”, “Zacatecas” y otras canciones.
Su composición más
celebrada fue, definitivamente,”El
Plebeyo” que goza de la mayor popularidad. Fue estrenada en el Teatro
Alfonso XIII del puerto del Callao por su amigo el compositor y cantante,
Alcides Carreño. La canción planteó un drama social porque Luis Enrique, “El
Plebeyo", amaba una aristócrata, pero su amor es condenado por la sociedad.
PERSONALIDAD
El Plebeyo: La noche cubre ya con su negro crespón/de
la ciudad las calles que cruza la gente
con pausada acción/la luz artificial con débil proyección/propicia la
penumbra que esconde en su sombra venganza y traición/Después de laborar, vuelve
a su humilde hogar/Luis Enrique ,el plebeyo, el hijo del pueblo/el hombre que
supo amar/Y que sufriendo está esta infamante ley/de amar a una aristócrata siendo plebeyo él/Trémulo de
emoción dice así en su canción/El amor siendo humano tiene algo de divino/ amar
no es un delito porque hasta Dios amó/Y si el cariño es puro/ y el deseo
es sincero ¿Por qué robarnos quieren la
fe del corazón/ Mi sangre aunque plebeya también tiñe de rojo/el alma en que se
anida mi incomparable amor/ Ella de noble cuna y yo un humilde plebeyo/no es
distinta la sangre ni es otro el corazón/ ¡Señor por qué los seres no son de
igual valor.
Con Pinglo el vals
adquiere definitiva personalidad, dejando de lado lo superficial y fácil. Lo que logró es
intencionalidad en los versos, profundidad en la melodía y una connotada y
contagiante emoción social.
Cayó enfermo con fuertes
dolores en la rodilla izquierda, debido a una lesión contraída en el ejercicio del deporte y
agudos espasmos por una bronquitis mal curada. Sin embargo, otros dicen que
sufría de tuberculosis.
Otra de sus brillantes creaciones musicales.
Otra de sus brillantes creaciones musicales.
HERMELINDA
Tres días antes de
fallecer, el autor terminó de escribir
su última canción que lleva por título “Hermelinda”, en honor a su
esposa, que dice así: Escucha amada
mía/la voz de mis cantares/que brotan de mi lira/ cual desolado son/Arrebola tu
ausencia,/teniendo mil azahares,/enferma tengo el alma,/y herido el corazón/ Ya
para mi las aves/no cantan sus amores/ni vierte su perfume/la aurora matinal/Y
el tímido arroyuelo/que bulle entre las flores/tú rostro peregrino/refleja en
su cristal/¡Qué triste amada mía/los días amanecen!/Que lentas son las
horas/que estoy lejos de ti/Para calmar la duda/que tormentosa crece/acuérdate
Hermelinda/ acuérdate de mi/Seré tu fiel amante/que solitario llore,/al
recordar las horas,/de dicha y de placer/ Bañada con mis lagrimas/tu frente
encantadora/tus ojos dos luceros/fijados hacia mí.
A las 5 de la mañana del
13 de Mayo de 1936, a los 36 años, el bardo murió con los ojos fijos en la
imagen de la Virgen del Carmen, la patrona del criollismo. Al día siguiente,
sus restos mortales fueron acompañados por muchas personas hasta el
Cementerio Presbítero Maestro, donde fue sepultado.
El busto que corona el Mausoleo le pertenece
al escultor Artemio Ocoña. Las guardillas de la tumba, en forma de notas
musicales, fueron diseñadas y forjadas por el decimista Nicomedes Santa Cruz. Son
las primeras notas de “El Plebeyo”.
PELICULAS
Tras su fallecimiento y
en su homenaje, le dedicaron una serie de canciones como los valses “Murió el Maestro” de Pedro Espinel, Ave de Paso” de Samuel Joya y “Mi Primera Elegía” de Eduardo Márquez
Talledo.
En 1939, en la película
nacional “Gallo de mi Galpón”, la cantante Jesús Vásquez y “Las Peruanitas”, las hermanas Loayza,
cantaron sus canciones. El argumento de “El Plebeyo" fue llevado al cine. Los
mexicanos produjeron, en los años 60, un filme con el mismo tema estelarizado por
Pedro Infante.
Sacó adelante la música
criolla y la puso en lugar trascendental. Colocó al folklore en el lugar que le
corresponde, con carta de ciudadanía peruana bien definida. Sus innovaciones
consistieron en ampliar y diversificar el universo armónico, aumentando las variaciones
dela tonalidad con orden, duración y estructura
Asimismo la
incorporación de géneros y giros melódicos desconocidos. Llegándose, en algunos
casos, a grados de complejidad nunca usados, en la música popular limeña.
Algunas de estas novedades se pueden encontrar en los valses más elaborados
como “El Canillita”,, “La Oración del
Labriego”, “Jacobo el Leñador”, “Tu Nombre y el Mío” y “Sueños de Opio”.
Cancionero de homenaje por su gran obra.
Cancionero de homenaje por su gran obra.
JACOBO EL LEÑADOR
“Jacobo el Leñador”: Rendido por el infortunio/al pueblo avanza
el leñatero,/el peso del añoso leño/ aumenta su sufrir tan cruento/Su frente
con profundos surcos/color de plata sus cabellos/todo denota en el hondo martirio,/a su paso me descubro/respetuoso
ante el dolor/Sus amigos no son los que ayer fueron/y explotaron ese noble
corazón/los que entonces disfrutaron de larguezas/no conocen a Jacobo el leñador/Solamente la vieja hacha/le
es fiel a su mudo amor/hoy ni el palo que consume sus fogones,/permiten que se
lo compren a Jacobo el leñador/Solamente la vieja hacha/le es fiel a su mudo
amor/hoy ni el palo que consume sus fogones/permiten que se lo compre a Jacobo
el leñador.
Como mestizo, el autor
vio la constatación de la vida y el universo social de su tiempo que fueron
plasmados en su obra, dejando de lado la Lima
mitológica de famas virreinales y la tradición pecrricholesca. As{ la
música criolla adquirió jerarquía total. (Noé)
El Vals Hermelinda "Escucha amada moa" no le pertenece a Felipe Pinglo Alva, le fue atribuido a Alberto Condemarin
ResponderEliminarAclaremos: Según los biógrafos de Pinglo, el autor conoció a Hermelinda Rivera Urrutia cuando tenía 17 años. Ella anteriormente y de acuerdo a la misma fuente, había sido enamorada del también compositor Alberto Condemarín. Efectivamente, a este último se le atribuye haber compuesto el vals “Hermelinda” que, rápidamente, se hizo popular y actualmente es uno de los clásicos de la música criolla. Esta es la verdad monda y lironda y aceptamos el error. Cuentan que Pinglo herido en su amor propio, por la hermosa composición de Condemarín, deseaba escribirle a su esposa un vals que fuera también popular. Se dice que inclusive, en muchas ocasiones, empezó a delinear los primeros versos y acordes de su canción para la esposa pero, inmediatamente, los borraba. Dicha prosa mantuvo preocupado al maestro hasta el final de sus días. Otros afirman que si existió la canción de Pinglo, pero era tan pero tan mala que se ocultó para siempre.
ResponderEliminarAñado algo más: Lo que han leído son varias versiones. Hay otras que sostienen todo lo contrario e incluso señalan que la pareja Pinglo-Rivera se llevaba mal. En cuanto a la canción “Hermelinda”, un experto como Eduardo Mazzini, en su libro “En Nombre de Dios Comienzo”, remarca que la letra de este vals está elaborada en perfectos versos alejandrinos de catorce sílabas. Este especialista duda de la autoría de Hermelinda al menos en lo que a la letra se refiere. Ello porque “Condemarín no era un poeta especialista cultivado. Incapaz de crear una letra tan perfecta métrica alejandrina”. Lo más probable, según Mazzini, es que el compositor tomara un poema que por allí circulaba y lo musicalizara. Lo cual era usual en esos tiempos en que se tomaba letras de jotas, zarzuelas, operetas, poemarios, etc. Así son los hechos de la vida y los pongo a la disposición de los lectores para que saquen sus propias conclusiones. Ahora, bien, que erré, si es cierto. Mil disculpas
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