Caminó sinuosamente entre el
golpismo y la tiranía. Llegó a ser, por la fuerza y de facto, Presidente del Perú entre 1975 y
1980. Pero también, en años anteriores, Ministro de Hacienda, durante el primer
periodo legítimo de Acción Popular. Compartió políticamente los tremendos
errores del régimen nefasto del septenato, tras desempeñar altos cargos tanto
en el Ejecutivo como en la propia estructura del Ejército. Sin embargo, el militar libró efectivamente al
Perú de las garras malignas del dictador de marras, el sátrapa General Juan
Velasco Alvarado, cuyo nefasto gobierno afectó por completo al país con su
política semicomunistona de reformas sociales, las mismas que fueron todas de
fracaso en fracaso total. Convocó a una asamblea constituyente primero y a elecciones
generales después. Completamente desgastado y presionado por las masas
populares, el Jefe de Estado entregó al poder a Fernando Belaunde Terry, el caudillo
amante de la ley que si fue elegido por el pueblo.
El Gobierno autoritario de Francisco
Morales Bermúdez Cerruti duró largamente y muchos de los historiadores lo
han calificado de abusivo, señalando y recordando que se registraron atentados
contra la libertad, deportaciones y otras medidas de fuerza como la clausura de
periódicos y revistas independientes. Ahora bien, cierto es que estas anomalías
se vivieron con más intensidad durante los siete años anteriores, en plena vigencia
del famoso septenato. Los peruanos
estuvieron dominados por la bota militar casi 12 largos años, sin saber lo que
es la democracia: del 3 de Octubre de 1968 al 28 de Julio de 1980.
Morales Bermúdez detentó el poder autoritariamente.
Morales Bermúdez detentó el poder autoritariamente.
EL TACNAZO
Como Comandante General del
Ejército, el 29 de Agosto de 1975, encabezó lo que se denominó “El Tacnazo”, un
incruento golpe de estado en contra de Velasco, desde la ciudad fronteriza de
Tacna, en el extremo sur del país. Lanzó un manifiesto respaldado por los jefes
de todas las regiones militares y por las Fuerzas Armadas en su conjunto.
Su propósito explícito era
“eliminar los personalismos y las desviaciones” que el proceso revolucionario
venía sufriendo. En la tarde de ese mismo día, Velasco, a quien antes le habían
amputado la pierna por un aneurisma que sufrió, abandonó Palacio de Gobierno y
se marchó, pacíficamente a su residencia campestre de Chaclacayo.
Ni una bala se registró y, felizmente, tampoco
ningún acto violento. Los áulicos civiles extremistas brillaron por su inoperancia
y ni siquiera salieron a las calles a protestar. Lo anecdótico e inaudito es
que muchos de ellos creyeron inocentemente, dicen algunos y por conveniencia,
sostienen otros, para no soltar la mamadera del poder, que el proceso
revolucionario continuaba y a profundidad total.
Lo que, evidentemente, fue una equivocación de
enfoque político y de análisis completo y garrafal. Ciertamente, la revolución
militar de la izquierda había terminado por completo y pasaba directamente a
posiciones de derecha evidentes.
EQUIVOCACION
Inicialmente el nuevo gobierno
proclamó que su intención era continuar y profundizar el proceso revolucionario.
Pero ello se quedó en puras promesas que se las llevó el viento. Eso se lo
creyeron, a pie juntillas, los caviarones de aquella época. ¡Qué tal
equivocación!
Obviamente que, de un momento a
otro y tras prometer más revolución, Morales Bermúdez
dio a conocer su propósito de corregir los excesos de su predecesor y en los
extremos responsabilizó a la izquierda radical, cuya influencia se propuso
desterrar.
Fue desactivado el Sistema
Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS), uno de los organismos más
detestados por la ciudadanía en su mayoría por su manipulación y manejo
político deliberado y a presión constante de las bases populares. Unos tras
otros, los generales más ligados a Velasco fueron pasados al retiro y los
políticos velasquistas acérrimos
defenestrados de las funciones públicas.
Lo acertado es que se autorizó el
retorno de los exiliados, incluido el ex Presidente Belaunde y se indultó a
otros líderes accciopopulistas, hasta entonces perseguidos por supuestos
delitos que nunca existieron.
También se dispuso la reaparición
de las revistas clausuradas, más no se devolvió a sus dueños los diarios
confiscados bajo Velasco. En general, las restricciones a las libertades públicas
se mantuvieron, Ahora era Morales Bermúdez a la cabeza y no Velasco. Sólo
cuestión de personas y apellidos distintos, hermanados por el atropello y las
responsabilidades de un lado y del otro.
Con sus ministros en Palacio de Gobierno.
Con sus ministros en Palacio de Gobierno.
CRISIS
En el plano económico, continuó
la tremenda crisis financiera, caracterizada por las continuas devaluaciones de
la moneda. El Gobierno buscó promover la inversión privada, tratando de
recuperar la confianza de los inversionistas extranjeros y se disminuyeron los
subsidios.
No obstante, a mediados de 1976,
se produjo una fuerte devaluación monetaria que obligó a suspender las
garantías constitucionales y a imponerse el llamado “toque de queda”. Durante
varios meses, los habitantes de Lima debían recogerse a sus domicilios antes de
las 12 de la noche.
Un paro nacional ocurrió el 19 de
Julio de 1977, impulsado por la Central General de Trabajadores del Peru (CGTP)
de orientación comunista, que reclamó un aumento general de sueldos y salarios,
de acuerdo con el alza del costo de vida.
La medida de fuerza contó con el apoyo masivo
de la población, indistintamente se simpatizara o no con las fuerzas
convocantes, significando en sí el repudio unánime hacia el régimen militar.
Lima quedó paralizada durante 24 horas, de un modo nunca antes visto. Luego
vinieron diversas movilizaciones nacionales.
CONSTITUYENTE
Ante el malestar social, el
Gobierno convocó a elecciones generales para la conformación de una Asamblea Constituyente
no sólo por la presión de las marchas y huelgas de la población, sino porque ya
tenía planeado poner un límite de tiempo al llamado “gobierno revolucionario” y
entregar el poder, tal como lo contemplaba el Plan Túpac Amaru elaborado por el
mismo, en reemplazo del anterior titulado “Plan Inca”.
Las elecciones contaron con la
participación de las fuerzas políticas del país, a excepción de Acción Popular
de Belaunde que exigió el retorno inmediato de la democracia, sin necesidad de
cambio de Constitución.
Los representantes electos en la
Asamblea Constituyente se reunieron el 28 de Julio de 1978 y eligieron
presidente del organismo emanado del voto popular al líder aprista, Víctor Raúl
Haya de la Torre, partido que tuvo la mayor cantidad de representantes con
1’241,194 votos para su líder principal, 36 escaños. Seguidos por los
pepecistas de Bedoya Reyes, con 835,294 adhesiones, acumulando 27
constituyentes . La izquierda, desperdigada en varias agrupaciones, también
alcanzó significativo número de constituyentes, con 28 de ellos.
Siguiendo el plan de retorno a la
democracia y de acuerdo a la nueva carta magna, se convocaron a elecciones
generales para elegir democráticamente por el voto popular al Presidente de la
República y a los representantes al
Congreso Nacional.
BELAUNDE
Los comicios se realizaron el 18 de Mayo de
1980. El escrutinio dio por vencedor a Fernando Belaunde Terry, el mismo que
había sido defenestrado por el golpe de estado de Velasco y así recuperaba la
presidencia que la asumió el 28 de Julio de 1980
Después de entregar el gobierno a
los civiles, Morales Bermúdez organizó su propio partido al que llamó Frente
Democrático de Unidad Nacional, el mismo que postuló su candidatura
presidencial en las elecciones generales de 1985, donde obtuvo una votación ínfima.
Hijo del General Remigio Morales
Bermúdez Sánchez que murió asesinado por sus rivales políticos en la ciudad de
Trujillo y de Nila Cerruti Gonzáles. Mucho se comentó que los apristas habrían
causado esa muerte, pero ello nunca se probó.
Nieto del General Remigio Morales Bermúdez,
Presidente del Perú entre 1890 y 1894.
En sus primeros años, vivió en Barrios Altos y recibió educación como alumno
libre en su vivienda, durante la primaria.
Había nacido en Lima el 4 de Octubre de 1921.
Acompañado del General Videla de Argentina: ¿tal para cual?
Acompañado del General Videla de Argentina: ¿tal para cual?
HISTORIAL CASTRENSE
Estudió la secundaria en el
Colegio de la Inmaculada regentado por los sacerdotes jesuitas, donde consiguió
el premio de excelencia. Ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos cuando tenía
18 años y egresó con el grado de Subteniente de Ingeniería. En esta
oportunidad, recibió la Espada de Honor por su alto rendimiento. Era el año
1943.
Obtuvo la Divisa de Honor por
ocupar el primer lugar de las calificaciones, tras diplomarse de Oficial del
Estado Mayor de la Escuela Superior de Guerra del Perú. También se preparó
académicamente en la Argentina. Profesor de la Escuela Militar de Chorrillos,
la Escuela de Aplicación de Ingeniería y la Escuela Superior de Guerra del
Ejército.
Asistió al Centro de Altos
Estudios Militares (CAEM), donde se graduó con una calificación sobresaliente.
Para luego ir a prepararse al National War College de Estados Unidos. Al final
de su carrera, ostentó el grado de
General de División.
Su historial castrense incluye la
puesta en marcha del Departamento de Investigación y Desarrollo del Estado
Mayor del Ejército y la Jefatura del Estado Mayor de la Primera División Ligera
de Tumbes. Director Adjunto de Organización Económica del Ministerio de Guerra
y tomó parte de los trabajos de reorganización del sistema electoral en 1962.
MATRIMONIO
Contrajo matrimonio con Rosa
Pedraglio Oddone con quien tuvo cinco hijos y de quien enviudó. Su hijo mayor
Remigio fue Ministro de Agricultura, durante el primer gobierno aprista de Alan
Garcia. A finales de 1999 se casó, en segundas nupcias, con la abogada Alicia
Saffer Michaelsen. Los otros vástagos son: Maria Rosa, Francisco, Humberto y
Santiago Morales Bermúdez Pedraglio.
Durante el primer gobierno de
Fernando Belaunde Terry, asumió el Ministerio de Hacienda y Comercio, Luego del golpe de estado de 1968, bajo el mando de Velasco, fue nombrado
Jefe del Estado Mayor del Ejército.
El 1 de Marzo de 1969, también
durante el septenato, lo nombraron Ministro de Hacienda y Comercio.
Reestructuró dicho despacho, sentando las bases del Ministerio de Economía y
Finanzas. Introdujo importantes reformas en el régimen tributario, fortaleció
la posición cambiaria y refinanció la deuda externa.
Fue Presidente del
Consejo de Ministros durante el gobierno de Velasco y a la par ocupó el
Ministerio de Guerra y la Comandancia General del Ejército. Es decir,
responsable también de las barbaridades de la revolución. Nunca se pudo quitar
de encima tamaños errores, so pretexto de la reforma de las estructuras
sociales que nos llevaron a una de las mayores crisis de nuestra historia
contemporánea.
DEPORTACIONES
En su gobierno, Morales Bermúdez
estableció la ciudadanía a los 18 años cuando antes era a los 21, creó el
departamento de Ucayali con su capital Pucallpa, el l8 de Junio de 1980. En las
elecciones de este año votaron por primera vez los analfabetos y se presentaron
a los comicios 15 partidos políticos.
También, en actitud de fuerza, expulsó
a una prisión militar de la Argentina
durante la dictadura de Videla, a 10 candidatos izquierdistas a la Asamblea
Constituyente, el periodista derechista Alfonso Baella Tuesta y a los marinos retirados,
Vicealmirantes José Arce Larco y Guillermo Faura Gaig, quienes eran militantes
del Partido Socialista Revolucionario (PSR), liderado por el General Leónidas
Rodríguez Figueroa, perseguido conjuntamente con otros dirigentes, como
el General Arturo Valdez Palacio, por su inclinación velasquista.
Entre los deportados a ese país
estuvieron los políticos Javier Diez Canseco, Ricardo Napurí Schiapiro, Ricardo
Letts Colmenares, Genaro Ledesma Izquieta, Hugo Blanco, Humberto Damonte,
Ricardo Diaz Chávez y José Luis Alvarado Bravo. Asimismo Justiniano Apaza
Ordoñez y Valentín Pacho Quispe, Secretario General de la Federación de
Choferes del Sur y dirigente máximo de la Federación de Trabajadores de
Arequipa, respectivamente. Ello ocurrió el 25 de Mayo de 1978.
Los peruanos llegaron a a la ciudad argentina de
Jujuy, en un avión Hércules de la Fuerza Aérea del Perú. Allí fueron encarcelados en el Regimiento de Infantería de Montaña 20. Les dijeron que eran “prisioneros de guerra”.
En el Perú nadie conocía su paradero. Después de varios días, a los deportados prisioneros
los llevaron a Buenos Aires y muchos de ellos recluidos en los sótanos de la Policía
Federal.
En una actuación castrense con Fidel Castro
En una actuación castrense con Fidel Castro
ENCARCELADOS
Fueron encarcelados en una celda
de dos metros por un metro y medio con una plancha metálica como puerta, un
camastro y una bomba de luz que siempre estaba prendida para que se pierda la
noción del tiempo. Recibían una comida al día y estaban incomunicados, según la
denuncia correspondiente que hizo Diez Canseco
La detención en la Argentina se conoció porque un diario
de Jujuy publicó una foto de la llegada de un avión militar peruano con los
detenidos. La publicación, evidentemente, revelaba el hecho en sí. Ya no se
podía negar lo que había ocurrido.
Conocido el paradero de los secuestrados,
comenzaron las gestiones para conseguir su liberación. La que se obtuvo cerca
de un mes después. Una vez en libertad, los peruanos viajaron a diferentes
países y posteriormente retornaron al suelo patrio.
Morales Bermúdez, en todo momento
y sin desparpajo alguno, justificó las deportaciones. Eso sí negó la
participación de su gobierno en lo que se denominó el Plan Cóndor. Sin embargo,
hay hechos que, de acuerdo a muchas opiniones de izquierda comprometerían a
este personaje, incluso con la supuesta coordinación represiva de las
dictaduras del Cono Sur.
Recibiendo saludos en la calle
Recibiendo saludos en la calle
DESAPARICIONES
En efecto, el
15 de abril de 1977, el argentino Carlos Maguid, refugiado en Perú, donde
trabajaba como profesor de Sociología en la Universidad Católica de Lima, habría
resultado secuestrado en una calle de Lima y desaparecido.
Maguid, casado con Nélida Arrostito, hermana
de Norma Esther Arrostito, dirigente montonera asesinada por la dictadura de
Videla, fue acusado de participar en el
operativo de secuestro del dictador Pedro Aramburu.
En junio de 1980, un mes
antes que la dictadura entregue el poder a los civiles, habrían sido
secuestrados, en Lima, los argentinos Noemí Gianotti de Molfino, María Inés
Reverta y Julio César Ramírez. Lo cierto y comprobado es que Gianotti de
Molfino apareció muerta, en un hotel de Madrid.
De los otros dos hasta ahora no se sabe nada.
Por este caso, existe desde el año 2007, un pedido de extradición contra
Morales Bermúdez de la Justicia de Italia. Gianotti de Molfino también tenía
ciudadanía italiana, la misma que el ex presidente Alan García rechazó.
En su libro “Muerte en el Pentagonito”,
publicado el 2004, el periodista Ricardo Uceda citó el testimonio del agente
de Inteligencia peruana, Arnaldo
Alvarado, quien sostuvo que los tres argentinos fueron secuestrados en un
operativo conjunto de los ejércitos de Perú y Argentina y torturados en
instalaciones del ejército peruano. Un informe desclasificado de la CIA señala
que la dictadura de Morales Bermúdez formó parte del Plan Cóndor.
Velasco y Morales Bermúdez cuando detentaban el poder.
Velasco y Morales Bermúdez cuando detentaban el poder.
POLITICA REPRESIVA
Hay muchas cosas por las
que Morales Bermúdez debe responder, pero, ha quedado libre de hacerlo gracias
a un fallo favorable emitido por la
Corte Suprema del Perú y el apoyo de diversos sectores de poder.
La política represiva
comenzó tras la caída de Salvador Allende en Chile. Una vez instalado el
régimen de Augusto Pinochet, altos
mandos de la Dina (la policía secreta chilena) se reunieron en Noviembre de 1975 con integrantes del
Servicio de Inteligencia de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Aquí se
acordó realizar acciones de “prevención” contra elementos subversivos.
Según los entendidos en Derechos Humanos, los
gobiernos a los que después se sumó Brasil, crearon una red de información,
seguimiento, detención y aniquilación de sus opositores políticos refugiados en
estos países.
Bajo los acuerdos del Plan
Cóndor, los regímenes dejaron ingresar a su territorio a fuerzas extranjeras
que tenían como misión eliminar a los políticos exiliados o que habían
conseguido asilo. Tal fue el caso del General chileno Carlos Prats y su esposa
que murieron en medio de la explosión de un coche bomba en Buenos Aires. La
Dina es sindicada por este crimen.
LA CONCIENCIA
Otros casos fueron el
secuestro de una pareja de uruguayos en Porto Alegre (Brasil) y la revelación
de los denominados “archivos del terror” en Paraguay. Los documentos develaron
diversas operaciones clandestinas montadas por el gobierno del dictador guaraní
Alfredo Stroessner.
Sobre la vinculación de la
Operación Cóndor con el régimen de Morales Bermúdez, los expertos recuerdan que
existe un informe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA)
que establece que el Perú y Ecuador se habrían sumado a esta política de
terrorismo de Estado.
Hay una serie de
documentos que demuestran que existieron coordinaciones. Por ejemplo, un
documento que señala las acciones, en 1977, de un comando argentino ingresando
a territorio peruano. Ahí detuvo a un político refugiado que previamente había
sido identificado por el Sistema de Inteligencia peruano.
Lo comprobado es que el
Gobierno de Morales Bermúdez transcurrió en permanente convulsión. Sin embargo,
la situación de por si grave también sirvió para el retorno de la
democracia. Incluso a pesar de los
excesos cometidos en contra de la ciudadanía.
“Habría sido un loco si me
hubiese plegado al Plan Cóndor, ha declarado varias veces el militar al tratar
este punto. También ha dicho: “Yo fui un pan con pescado. Para la derecha no
desmonte lo que hizo el General Velasco y para la izquierda representé la
contrareforma”. Gobierno criticado, gobierno controvertido con muchos defectos
de raíz y con actos que hasta ahora siguen en debate. Tanto en los tribunales nacionales
e internacionales. Como en la propia conciencia del pueblo. (Noé)
RECUERDEN QUE EN 1979, SU HIJO CAYO, EN MAIMI CON COCAINA Y TUVO QUE IR, EN PERSONA,. A NEGOCIAR CON LA DEA SU LIBERTAD A CAMBIO DE QUE LE DIERON LA LIBERTAD NEGOCIARON
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