Nadie lo hablaba abiertamente
pero si lo chismeaban y se registraban susurros a cada rato, poniendo al Congreso de la República, otra
vez por la pata de los caballos y el desprestigio total. Resulta que una
asesora de este poder del estado denunció un
espionaje telefónico y el allanamiento
ilegal de su despacho.
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Pero además- lo que llamó por
entero la atención- la cambiaron de puesto y, según su denuncia, hasta ahora la
acosan a cada rato. Ella se llama Patricia
Robinson. Y es atractiva, muy guapa. Nadie sabe de dónde vino la orden. Misterio total. Pero hay amores que matan…
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La mujer hermosa en cuestión, que
habría sido agraviada y vejada con supuestas injusticias de apasionamientos y celos,
es la
asesora dizque del Congresista Victor Isla: un romeo enamorador, de
tomo y lomo.
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Capaz de conquistar por completo a las féminas, Si son varias mejor, con una
desmesura y prestancia efectivamente pocas veces vista. La característica que
tiene, desde sus años mozos, es llevar relaciones íntimas y prohibidas a profundidad,
según la versión de sus íntimos quienes lo conocen enteramente.
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Lo que se comenta y dice, en los
pasillos y distintos lugares de este poder del estado, es lo siguiente: “Que tal charapa para bandido. Si las
charapas son así. Los charapas también”
Isla es oriundo de esos lares y lo acompaña esta creencia popular que, en
ningún momento, trata de desprestigiar a los nacidos en la selva. Solo
recordamos la fama innegable y nada más.
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La consultora preferida le recomendó, muy
segura de sí misma y con groserías inaceptables y vulgares de por medio, lo
siguiente: hablar coherentemente sobre
su relación con el prófugo Martín Belaunde Lossio. Tenía que ser claro en lo que decía y, de
ninguna manera, caer en contradicciones.
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En buena cuenta, lo que
recomendaba crear una versión que lo
favorezca, sin tomar incluso la verdad
de por medio. Todo esto sazonado con ajos y cebollas Que tal decisión y precisión de la asesora.
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El Congresista cumplió al pie de la letra los
consejos. Le tiene ley a Robinson.
El engaño comenzó ante la opinión pública. Ya
habían otros guardados bajo siete llaves y listos para su difusión . Se quería
tapar el sol con un solo dedo.
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Es decir, alejar por completo a
los nacionalistas y al propio Isla de
las andanzas oscuras e ilícitas de Belaunde Lossio. Así se trató de engañar, de la forma más cínica, en asuntos turbios con dinero habido y mal habido de por medio.
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Por supuesto que Isla hizo el ridículo y, con sus intervenciones, lo único que quedó
en claro es lo que precisamente se quería tapar: el ha tenido y tiene una
relación directa con el prófugo chiclayano que lo compromete. Pero hay otro
tipo de relaciones que también desprestigian.
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Mientras tanto, la Presidenta del
Congreso, Ana Maria Solórzano,
arequipeña de nacimiento y físicamente una morena que da la hora de la
atracción bella, no dijo nada al respecto. Caminaba por la sombra tratando, sigilosamente, de estar lejos de
la Robinson y de su colega de bancada. Habia razones muy poderosas para
ello. Claro que las tenía hasta en el
corazón.
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Para despistar y ante la
situación de la denuncia presentada, Solórzano
cambio de parecer posteriormente y, muy oronda, ella salió a solidarizarse con
la empleada del parlamento que tiene
boquita de caramelo y un carácter fuerte, implacable. Los celos algunas veces hacen daño.
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Por eso mismo, Patricia no tomó en cuenta la adhesión
de la Presidenta y, sin dudar en ningún momento, lanzó la primera bomba al señalar, sin dar su nombre, pero si con insinuaciones que la
autora intelectual del espionaje y las otras acciones que la afectan, sería la
señora Solórzano, “una persona que
definitivamente está obsesionada con mi intimidad”. Son nada más y nada menos
que sus propias palabras.
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Así comenzó
la trama. El chisme saltó a los
cuatro costados. Ahora si se habla directamente y se dice,con seguridad, que el
origen de todo lo que ocurre en el Parlamento se debe a que el buen Isla habría tenido relaciones
amorosas y de intimidad tanto con Solórzano
como con Robinson. Y por eso precisamente,
todo el bolondrón.
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Una sola pregunta cabe: ¿en qué clase de Congreso estamos? Ahora
los amoríos lícitos o ilícitos sirven para tomar decisiones políticas que traen
consecuencias para el desenvolvimiento del país. Qué tristeza realmente,
que mediocridad, que barbaridad. Hemos caído en el peor de los fangos. El
pueblo peruano, evidentemente, no se merece tal situación.
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Cabe precisar que, hace pocos días,
la propia Robinson reconoció la relación sentimental como un “hecho
erróneo del pasado” y solicitó a la prensa que no se le vincule más con el
congresista, luego de formalizar su denuncia ante la Dinincri, por
interceptación a sus comunicaciones.
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Con sus insólitas y singulares
declaraciones, la asesora confirmó por completo lo que precisamente se susurraba
y hablaba. Lo que es peor: el desliz verbal corroboraba, a las claras, que el entripado tuvo y tiene un origen
sentimental y amoroso, digno de Corín Tellado.
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Mientras tanto, la señora Solórzano permaneció cauta y sólo se
limitó a señalar que “el asunto está en manos de la policía”. Nada habló de triángulos amorosos. Sin
embargo, ello se da por descontado, conforme se han presentado los hechos. Que
tal culebrón.
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Todo esto es, efectivamente,
parte de la vida privada de las personas que tienen derecho a ella y que debe
ser respetada. El problema está en que
en este caso hay una excepción evidente porque se trata de un asunto de interés público, con la majestad del Parlamento de por
medio. Y la corrupción al lado, andando monda y lironda: Belaunde Lossio a la cabeza e Isla de operador.
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Entonces, no queda otra que denunciar para curar y acabar con tanta porquería de
todo tipo Ello merece, de todas maneras, investigación por el bien del país
y, desafortunadamente, trasciende las esferas de la intimidad.
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Que
caigan los responsables. Mientras tanto aseguran que, Isla canta: dos amores tengo en la vida, que me enternecen, me enternecen y no sé qué hacer…
Que tal bodrio de esos que hay que desaparecer por el bien de todos. Los
peruanos merecemos más atención. No es
moralina cucufatona, sólo respeto total que debe ser protector y ejemplarizador.
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Cierto es que al Presidente Humala se le pasó la mano al
referirse como cloaca al origen del
fujimorismo. Etimológicamente, según el diccionario de la Real Academia de
la Lengua, tal palabra significa el lugar por donde van las aguas sucias o las inmundicias.
Se trata de un término sinónimo a lo mugriento y asqueroso.
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Muchos se han escandalizado de tal expresión.
Mientras que los seguidores del japonés,
a quienes les falta memoria a gritos y evidentemente moralidad y
consecuencia, se han sentido ofendidísimos. Como si se tratase de la peor de las afrentas.
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Una cosa aceptada es que le faltó
diplomacia y protocolo al mandatario que personifica a la nación y todos los
peruanos. Pero lo que hay que decir si
somos consecuentes con la realidad, es que el
Jefe de Estado, en ningún momento, atentó contra la verdad.
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En efecto, nadie puede negar que
la dictadura de Fujimori fue de la peor especie durante diez largos años, de
1990 al 2000. Con reelección tras reelección, convirtiéndose en el régimen más
corrompido de la Historia del Perú donde, probadamente, se robaron cantidades
ingentes de dinero. La plata de todos
los peruanos, por si acaso. Que conste que no nos referimos a otras
atrocidades de lesa humanidad.
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En aquella época, un delincuente,
como Vladimiro Montesinos Torres, se convirtió en figura
principal del régimen y un potentado millonario a nivel internacional. Nada más
y nada menos como el narcotraficante Pablo
Escobar de Colombia con quien incluso, de acuerdo a varias versiones
fidedignas, tuvo relaciones comerciales.
(Ver las andanzas de este hampón en el
archivo del blog bajo el titulo”Que parecidos son Montesinos y Rasputín,
de fecha 29 de Marzo del 2010)
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Tampoco es apropiado que un fujimorista, como el congresista, Juan José Díaz Dios, presida la
comisión de investigación del parlamento a un individuo convicto y confeso
fujimontesinista, como es Oscar López
Meneses.
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Los representantes de los corruptos,
precisamente, no pueden investigar a sus propios operadores. No hay lo que se
llama y necesita a gritos, por decir lo menos: autoridad moral. Si conflicto de intereses
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El problema es controvertido
porque, a pesar de las andanzas insanas de Fujimori, esta corriente política
representa hoy en día a un tercio de los
peruanos que apoyan a su hija Keiko en sus pretensiones de llegar a la
Presidencia de la República, según las últimas encuestas realizadas.
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El
fujimorismo se ha convertido en el Apra de cuando vivía Haya de la Torre que mantuvo esa proporción de adhesión durante
muchos años y resultó una fuerza política respetable, contante y sonante de
votos.
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La misión de los demócratas, con
convicción, es luchar en contra de todo
lo que signifique corrupción. Sobre todo para que ese famoso y nefasto dicho popular “roba pero hace”, atribuido a malos gobernantes como Odría y el propio Fujimori, de ninguna manera tenga vigencia. Eso que no es
badana es lo que hay que impedir, a como de lugar, para un Perú más digno y decente.
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Ahora bien, tan necesario es
librarnos del fujimorismo como que el
nacionalismo, con Humala a la cabeza, esclarezca por completo si tuvo
relaciones directas con López Meneses.
Hasta se dice que este operador estuvo metido en la campaña electoral de la
agrupación oficialista. ¿Cloacas por
todo sitio? No puede ser. (Noé)