Muchos de sus más enconados adversarios afirman enfáticos que de los cimientos de la Cancillería emana pus a borbotones. Así se parafrasea la famosa y contundente frase del radical pensador peruano, Manuel González Prada, cuando criticaba, con esa misma palabra infecta. lo mal que estaba el país lleno de corrupción hace más de un siglo.
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La definición, tan extrema y de
por si causante de mal olor, ha sido propuesta, por los antagonistas, en vista
de los últimos acontecimientos ocurridos en Relaciones Exteriores cuyos principales protagonistas son
diplomáticos del más alto nivel que han
perjudicado por completo a otros de sus colegas, por ejercer el poder de mala forma con visos de corrupción y de abuso
total.
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El primero de los casos es el relacionado
con el que fue Embajador del Perú en Israel, Fortunato Quesada Seminario, que, con un escándalo sin precedentes, lo expulsaron del servicio
diplomático hace dos años, tras la
difusión de unos audios que revelaban supuestos abusos y maltratos de su
parte, contra los trabajadores de la delegación diplomática de ese país.
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Quesada, de impecable trayectoria
profesional, se fue a su casa acusado de una falta de respeto hacia los demás
total y de un tris se quedó en la calle
vejado y vilipendiado. Lo que se sabe y se ha comprobado a través de las
investigaciones realizadas, es que a
este diplomático le prepararon una coartada para hacerlo aparecer como
culpable total.
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Cuando-precisamente- no lo era ni
nunca lo había sido. Había cometido un
error y nada más: haber proferido palabras soeces, hecho por el cual pidió
las disculpas correspondientes. De eso, sus
enemigos se aprovecharon cobarde y hasta parece ser delictualmente
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Resulta que el jefe de la
delegación, allá en Tel Aviv, tenía a su
peor enemigo en casa sin darse cuenta. Era el segundo en el escalafón
diplomático: el Ministro Consejero,
Pedro Rubín Heraud, quien, en combinación con el personal de la
representación, fue el artífice de las
grabaciones de las conversaciones de Quesada con el personal de la sede peruana.
Lo hecho hasta aquí, es para muchos
penalistas, un delito por sus cuatro costados y debe ser denunciado en su
momento.
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Sin embargo, allí no queda la
maldad y la felonía. Rubín actuaba, de
tal forma, porque era alentado por sus jefes que estaban en Lima. Para
colmo de males, ellos eran: el Canciller de aquel entonces Nestor Popolizio, hoy Embajador en la Organización de Naciones
Unidas, el Embajador, Hugo de Zela
Martínez, cuando ocurrieron los hechos Vice Ministro de RREE, hoy Embajador
de Estados Unidos y el Jefe del Gabinete de Asesores del Despacho Ministerial, José Boza Orozco, hoy designado
Embajador del Perú en Bolivia. Todos con poder, por si acaso. Hasta ahora no lo pierden.
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Las declaraciones en contra de la alta jerarquía de RREE
ha sido hecha por el propio Rubín
que fue denunciado, ante la Cancillería, por Quesada. A raíz de ello, a inicios
de este año, el Ministro Consejero fue
sancionado con seis meses de suspensión, por no haber informado a sus
superiores de la existencia de los audios ilegales.
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Le cayó la quincha y entonces el diplomático comenzó a cantar, acusando a sus jefes
porque, según su parecer, se portaron mal con él. Le habían ofrecido resguardo total. Pero nada de eso ocurrió. Lenguaje y actitud de traidor.
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Nadie tenía previsto que el empleado de la Embajada, Jesús Alvarado,
quien fue el que hizo las grabaciones correspondientes, iba a buscar a Quesada, después de su destitución, para darle audios de sus conversaciones
con Rubín. La trama se iluminó y la traición salió retratada por completo. Tarde
o temprano la verdad se impone.
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Los audios que se consiguieron con la voz de Quesada fueron
enviados a un programa periodístico de televisión dominical y el escándalo fue consumado por completo.
Luego de las entrevistas al personal involucrado. El artífice fue otra vez Rubín que hizo las coordinaciones, con los
periodistas que se involucraron en el caso.
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El Ministro Consejero también da
a conocer que quien más lo presionó a él
para que haga estas últimas coordinaciones fue el Embajador Boza. Era el que hablaba de la necesidad de la difusión
para aniquilar, definitivamente, a Quesada. Y así fue
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Luego de saberse estos hechos, el
Embajador Boza se presentó ante la
televisión con una cara de espanto tremenda, muy nervioso y tratando de
escabullirse lo más rápido posible, a como dé lugar. En buena cuenta, lo que hacía era demostrar su culpabilidad
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Eso sí alcanzó a decir que “todos fuimos sorprendidos”. Luego
añadió, de forma incoherente, lo siguiente: “Esto no era una cosa que se
esperaba y que se tenía previsto que se supiera, ni nada por el estilo. El
proceso sigue su curso. Esperemos que se decrete. Una forma de hablar pobrísima
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Repetía a cada rato que “las
autoridades del Ministerio se dan con la sorpresa de esta situación. O sea,
cuando envían las grabaciones de Israel.”… Boza,
definitivamente, es una versión actual del actor cómico Mario Moreno
“Cantinflas”, especialista en dar discursos inexplicables.
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El Ministro Consejero de la
Embajada del Perú en Israel se defiende afirmando que la entonces superioridad
de la Cancillería, tanto Popolizio, de Zela y Boza, siempre estuvieron al tanto de todo, las grabaciones y de su filtración a la prensa. Nada más
y nada menos. ¡Qué tal podredumbre!
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Por su parte, Popolizio indicó
por escrito que rechazaba enfáticamente que la filmación de los audios haya obedecido a una orden de la alta
dirección de su gestión y que, más bien, él le expresó al Jefe de Gabinete
del Despacho Ministerial, Jose Boza, tenía que denunciar a Quesada de manera
formal y por los canales correspondientes. El
hombre que ahora está en Naciones Unidas salió por la tangente. Ya es
tiempo que reconozca sus errores.
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De Zela, desde Washington, se lavó las manos de inmediato y dijo
que las afirmaciones de Rubín son falsas
y las rechaza enérgicamente porque no tienen ningún fundamento. Este
diplomático fracasó por completo
como candidato a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos
(OEA), poniendo en entredicho al Perú. Ya es tiempo que renuncie a la Embajada
de Estados Unidos, por lo que ha pasado
con Quesada y por la famosa postulación vergonzosa.
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Lo mismo deben hacer Popolizio en Naciones Unidas y Boza en la Embajada
de Bolivia. Ellos tienen
responsabilidades determinadas que deben ser sancionadas de todas maneras. Aquellos
que actúan mal y vergonzosamente, de ninguna manera. pueden representar al
Perú.
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Ahora lo más importante es
disponer, incluso de inmediato, la
reposición del Embajador Quesada que se ha convertido en un profesional
vejado por las malas acciones de un
grupo de diplomáticos que, bajo todo punto de vista, son descarriados.
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La razón por la cual se
desquitaron con Quesada se remonta, al año 2016, cuando asumió la Presidencia de la República, Pedro Pablo Kuczynski,
quien tenía una magnífica relación con Fortunato, a quien nombró Director
de Protocolo y, en su momento, lo ascendió al máximo rango de Embajador. Contra
viento y marea y contra los propios directivos de Relaciones Exteriores
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NI lo uno ni lo otro lo compartía el Canciller de aquel entonces, Ricardo Luna, quien casi siempre le expresaba su rechazo a Quesada. Pero tenía que quedarse tranquilo porque, de por medio, estaba el Presidente de la República. Luna en aquel entonces era el jefe de Popolizio, de Zela y los otros galifardos que tramaron la venganza total en contra de Quesada.
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Los críticos de Torre Tagle
aseguran que Luna, Representante
Permanente del Perù ante la Unesco con sede en París Francia con 79 años de
edad y que ya debe estar jubilado, es el
jefe de la “argolla ´principal” que detenta el poder en Torre Tagle donde,
de acuerdo a esta versión, priman los
intereses particulares, el amiguismo y las malas acciones. A esa mafia
pertenecen los protagonistas del caso Quesada.
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El segundo de los casos de la
Cancillería tiene que ver con la pésima
actuación administrativa que ha tenido en
contra de varios de sus diplomáticos, a quienes de manera completamente irregular
le han quitado sus beneficios sociales,
luego de que pasaron al retiro. Los agraviados son los Embajadores: Guillermo Russo Checa, José Luis Pérez
Sánchez Cerro, Santiago Marckovich Monasí y el Ministro Consejero en
idéntica situación, Oscar Barrenechea
Núñez del Arco.
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Los pormenores de este asunto pueden verlo, en
esta misma edición, donde hemos incluido un
informe especial sobre este tema que oscurece
por completo la actuación del Ministerio de Relaciones Exteriores. Urge una
reingeniería total a este sector que de por si es trascendental e importante. La plata de los CTS debe devolverse a
quienes corresponden.
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Lo que se ha presentado con el coronavirus
es alentador. Hay una disminución en la secuela de muerte. Pero hay que tener
mucho cuidado sobre este punto que de forma directa tiene que ver con la mejoría de
toda la población que está amenazada con el mal, proveniente de China desde
hace varios meses.
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El hecho en sí ha sido comprobado
en el sentido de que el número total de decesos en el Perú decreció durante el
mes de agosto del año en curso. Las cifras lo dicen claramente. En efecto, hubo
en el mes pasado 26 mil 250 muertes por toda causa habida y por haber- Fue
exactamente 6.1% menos que en julio, de acuerdo al sistema informático de
defunciones.
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Sin embargo, de acuerdo a la
opinión de los médicos, en este momento que vivimos es muy pronto para definir
si es una tendencia y hay que seguir de todas maneras con las medidas
sanitarias de prevención que se recomiendan. (Noé)