Los dados están quietos sobre la
mesa y esperan, definitivamente, la realización de la segunda vuelta que se
cumplirá el domingo 5 de Junio del presente año. Pedro Pablo Kukzynski es una
posibilidad, enarbolando ciertos visos
de decencia con un programa tecnócrata de economía de mercado, de acuerdo a
la opinión de sus seguidores. Keiko Fujimor Higuchi es la otra alternativa como representante, según sus enemigos, de
la corrupción nefasta.
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La candidata de Fuerza Popular trata a como de lugar, de apartarse de ciertas
ideas y métodos criminales de su padre. Pero, en el fondo, ella es lo mismo de lo que fue su progenitor. Pamplinas de
estrategia y nada más, dicen los
antagonistas. Acabada la campaña y
triunfa, finalizado su disfraz. Eso es lo que, de a verdad, piensa parte de
la ciudadanía.
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Su estratagema del alejamiento,
como plan secular, parece irse al fracaso inexorablemente. Los
antifujimoristas recuerdan que aquí lo que se juega, en estas elecciones, son
estos extremos de cualidades, de una parte. Las
connotaciones y deméritos, de la otra, para gobernar el Perú. No les falta razón.
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Mientras tanto, las mayores condiciones,
de acuerdo al veredicto de la encuesta de Ipsos-Apoyo, las tiene PPK que mantiene una ligera
ventaja de cuatro puntos porcentuales sobre su rival, en la intención de
voto para el ballotage.
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Los entendidos denominan a
ello empate técnico. Sin embargo, si se analizan otros datos de la muestra,
el candidato de Peruanos por el Kambio
cuenta, actualmente, con mayores
posibilidades de triunfo.
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No muchas pero allí estarían los votos que
tendría, con el 44% de las adhesiones. Ya Keiko
no está punteando las preferencias, como toda la primera parte de la
campaña. Las urnas confirmaron tal
posición el último 10 de abril. Ahora
está en el segundo y último lugar, reflejando el 41% de las posibilidades. Lo que significa que podría perder.
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En el camino saltan las garras del fujimorismo y marcan terreno. La
congresista elegida con el número 1, Cecilia
Chacón De Vertori, dice, monda y lironda, que se revise la sentencia de 25
años del delincuente, Alberto Kenya Fujimori Fujimori. No vale, para nada, una
de las sentencias más justas que se haya dado en el Poder Judicial. Ni que ocurrió, con su ida a la cárcel, un duro golpe a la corrupción.
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Si por haber salido en el primer
lugar de las elecciones de primera vuelta afirman ello, cómo será cuando
lleguen al poder. El colmo de la fuerza
autoritaria y del abuso. Los vientos van
para eso lado. Al menos eso es lo que remarcan aquellos que rechazan por
completo al fujimorismo.
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Por su parte, el congresista más
votado de las elecciones, Kenji
Fujimori Higuchi, hermano menor de
la candidata e hijo del dictador que
arrasó con el dinero público, ayudado por el otro cleptómano Montesinos, se llena de soberbia y sigue hablando estupidez tras estupidez, con ambición
desenfrenada de ser Presidente de la República. Que tal paranoia
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Lo
podemos tener, eso sí pronto, de Presidente del Congreso de la República. El
entuerto es complejo. Mucho peor que el
que existe ahora en el Poder Legislativo con la roba cable, el come oro, el
come pollo y los galifardos representantes de la peor de las ignorancias.
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Si eso predomina en el Parlamento desde hace
mucho tiempo. A partir del 28 de Julio, la situación sería un verdadero
caos de intolerancia, de acuerdo al vaticinio de muchos analistas
acertados. Los de Fuerza Popular tienen aseguradas más de 70 curules.
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Vayamos a los antivotos que significan,
evidentemente, resultados posteriores y definitivos. El de la candidata fujimorista
asciende a 45%. Esto quiere decir que un significativo número de peruanos, de
ninguna manera, votará por ella.
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El de Kuczynski suma 37%. Si se añade, en ambos casos, los que
dicen que probablemente no votarían por cada candidato, el rechazo a Keiko aumenta a 52%, mientras que el del otro postulante es del 44%. El mayor rechazo a
Fujimori explica porque una mayoría lo hará por PPK como “el mal menor”.
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El voto de Kuczynski está concentrado en los sectores A,B,y C del electorado,
mientras que Keiko lidera los
grandes bolsones electorales, el D y E.
El primero es favorito entre los grupos masculinos. La segunda entre las
mujeres. PPK cuenta con más respaldo
en Lima, el Centro y el Sur. La Fujimori en el Norte y el Oriente.
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La percepción de la mayoría es
que Keiko Fujimori está preparada
para enfrentar la inseguridad ciudadana y desarrollar programas sociales. A su
vez, PPK sería mejor para la
economía, la democracia, la salud y la educación. Ello implica que aquí, precisamente aquí, se dará la batalla definitiva para ganar las elecciones., de una vez por todas.
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La ciudadanía se inclina por la
mejora de la educación (59%), que se combata la delincuencia con más eficacia
(55%), lo mismo que la corrupción (48%) y que se transforme la salud (38%). Eso es
lo que les interesa. Mucho más que el modelo económico donde, según los
veredictos, deben haber cambios moderados.
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Con muchas menores porcentajes
aparecen, en la referida encuesta, los planteamientos como el control de
precios o la estatización de empresas privadas que demandan, claramente, un
cambio de modelo radical. Eso, en la
práctica, no le interesa a la gente. Qué dirán y cómo se defenderán los
izquierdistas que en el Parlamento tendrán voz y apoyan tales planteamientos.
La encuesta está revelando de
refilón y a las claras que el voto de Veronika
Mendoza, que quedó en tercer lugar con el 18.78% durante la primera vuelta,
de ninguna manera es ideológico. La
novedad fue lo que acarreo adhesiones. El famoso “Si se puede” de la candidata,
efectivamente, deja de tener sustento. No
se pudo ni se podrá hasta el 2021, si el pueblo la elige. Alli estará, evidentemente, Julio Guzmán que continua con la obstinación de ser Presidente del Perú
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Lo que el electorado quiere, en
definitiva y a como de lugar, es servicios públicos óptimos y de calidad total.. El candidato, que gane la segunda vuelta, puede
ser el que genere menos desconfianza y temor, pero al mismo
tiempo el que persuada a los electores de que cuenta con las mejores ideas y el
equipo efectivo para organizar el Estado.
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Fuerza Popular obtuvo la mayoría absoluta en el Poder Legislativo
con apenas 25%de los votos emitidos. Cabe recordar que el 43% votó por otros
partidos y el 32% en blanco y viciado.
La cifra repartidora originó esta desproporción total y notable por sus cuatro
costados.
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El problema para el fujimorismo
es que esta amplia mayoría genera inquietud entre quienes no votaron por ellos
y así cuando se les pregunta si se
prefiere que la Presidencia de la República y el Congreso estén en manos de diferentes
partidos o que el Ejecutivo o el Legislativo sean representados por el mismo
partido, la idea del contrapeso
gana 61 a 33%.
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Si Keiko se impone, el fuijimorismo tendría copado el Ejecutivo y el
Congreso. Por su parte para PPK, en posición triuinfadora y en el
poder, sería un reto tremendo. El ex
Ministro tendría, para gobernar con efectividad, que buscar y hacer
alianzas parlamentarias. No es fácil la
cosa.
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En tal condición con la ayuda de
algunos otros congresistas en coaliciones mínimas, los de Fuerza Popular podrían nombrar al Defensor del Pueblo, los
magistrados del Tribunal Costitucional y al Contralor de la República. Entre
otros cargos públicos de importancia. Kuczynski
y sus seguidores no podría
hacerlo con tal facilidad.
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El riesgo a caer en la corrupción
total, el autoritarismo desenfrenado se va para el lado de Keiko Fujimori. Ello por
los antecedentes familiares que arrastra y por ella misma que si tiene
responsabilidad política, en los garrafales errores que cometió su padre en el
gobierno. Por si acaso, la candidata fue la Primera Dama de la Nación durante varios
años, de los 10 que gobernó su
progenitor.
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PPK representa, evidentemente, la normalidad porque tiene
determinadas connotaciones democráticas mostradas cuando estuvo en el poder
tanto en el Gobierno de Belaunde y en el de Toledo. Alli
dejo huella y no, precisamente, mala. La debe extender al electorado. Si quiere que le llegue la hora del triunfo.
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La polémica entre los dos
candidatos vendrá de todas maneras y servirá
para que el ganador incline más
votos en las urnas. Este es uno de los
grandes episodios por ocurrir y, de todas maneras, influirá posteriormente en
las urnas.
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Recordemos que, en el debate, Alberto Fujimori le hizo pasar las
horcas caudinas a Mario Vargas Llosa. La voz
como campanilla en un confuso lenguaje que le decía “Señor Vargas”, quitándole el Llosa se impuso frente al escritor
que se sentía apabullado cuando le mostraba periódicos, como el diario "Ojo", que
cambiaba realidades y le daba el triunfo
al intelectual que nunca vino y que nunca ocurrió.
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El
chino ganó la elección por esto y, evidentemente,
por otras estrategias que resultaron, con el apoyo del gobierno de
García y de la izquierda que siempre se acomoda. Lo niegen o
no, en la segunda vuelta, los zurdos votarán por PPK. No les queda otra. Si votan blanco o viciado favorecen automáticamente a la Fujimori Convenidos han sido y son desde tiempos inmemoriales.
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Ellos se plegaron al conservador
gobierno de Prado en 1939, a quien llamaron el “Stalin peruano”. Pasaron
por el Frente Democrático de 1945 sin pena ni gloria. Apoyaron a la dictadura
de Odria, sacando inclusive
parlamentarios.
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Medraron con el chino Fujimori al tener a su cargo
los ministerios de Educación, Agricultura y Energia y Minas, asumidos por Gloria Helfer, Carlos Amat y León y
Fernando Sánchez Albabera. Posteriormente, los zurdos se subieron al carro
triunfador de Humala y, al poco
tiempo, fueron bajados a patadas. Su oportunismo y acomodo es histórico.
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Vale la pena reconocer que Keiko Fujimori se desempeña con capacidad, frente a la opinión pública. Lo
hace con pasmosa tranquilidad que, evidentemente, le da seguridad. Sus pasos son bien planeados
y proyectados a plenitud y así no comete errores. Ni menos contradicciones.
Tampoco mete la pata.
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PPK si se descontroló y hasta tuvo que pedir disculpas cuando, por
ejemplo, insultó a mansalva a la candidata de la izquierda, Veronika Mendoza, a quien le dijo que
era “media roja y que no había hecho
nada en su perra vida”. De eso se tiene que cuidar y no volver a repetir
tales barbaridades.
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Lo que debe hacer adicionalmente Kukzynski, si efectivamente quiere
ganar, es reforzar su trayectoria democrática que la tiene y convencer a los
electores que, efectivamente, puede gobernar el país con acierto y sin
torpezas. Lo acompaña su pasado. Si lo
acompaña.
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La señora Fujimori
no es una rival fácil. Ni nada que se le parezca. Obviamente, ella puede ganar.
En esta campaña por finalizar, los
candidatos no tienen asegurado el triunfo.
Todo está por desarrollarse el 5 de Junio. Ni un día más. Ni un día menos (Noé)