Mientras la mayoría del pueblo
español dormía en la madrugada del
jueves 20 de Noviembre de 1975-no había programas de televisión y las radios
transmitían música ligera-los teletipos madrileños informaban a todo el mundo
sobre la muerte de Francisco Franco Bahamonde, ocurrida a las 4.40 en la
clínica de la Paz donde estaba internado hacía 14 días desde que sufriera la
tercera operación abdominal y donde transcurrieran los momentos más penosos de
su agonía, estado doloroso que se prolongó durante 34 días.
Por espacio de casi 40 años en
que fue Jefe de Estado, la figura de Franco ocupó el primer plano de la
actualidad española, en medio de la aprobación entusiasta de sus partidarios y
la hostilidad pertinaz de sus adversarios.
Es que la personalidad del
gobernante desaparecido provocó siempre polémicas y discusiones aunque-paradójicamente-
su ascenso al más alto destino político de España significó el fin de las
polémicas y el cese de las discusiones.
De allí en adelante, el país
peninsular entraría en el sendero del orden. El traumático temor de la anarquía
y el caos al concluir una de las más sangrientas guerras civiles-con un millón
de muertos- hizo que ese orden se impusiera sin matices, sin la influencia
moderadora de la libertad.
El carácter autoritario de Franco
y su acendrado amor por su tierra combinados, no le permitieron tentar otro
camino en su designio de “despertar” a España, como lo querían los autores del
lema falangista.
El Rey Juan Carlos y Franco
El Rey Juan Carlos y Franco
NACIMIENTO
Franco había nacido 82 años
atrás-en 1893- en el Ferrol, provincia de la Coruña, hijo de un oficial de la
Marina y de una ferviente católica perteneciente a la vieja aristocracia española.
A los 14 años, ingresó a la Academia de Infantería de Toledo. En 1914 era
capitán comandante. En 1916, teniente coronel. En 1925, General de Brigada.
Cuando sólo tenía 36 años era el
general más joven de España y de toda Europa. Llegó a general de división promovido
por el gobierno de la República que luego habría de derrocar. Su prestigio como
militar le valió el nombramiento de Jefe de Estado.
Mayor General del Ejército de
donde pasó a ocupar el Ministerio de Guerra. Sin embargo, su ascendiente no fue
bien visto por las autoridades del gobierno republicano, circunstancias por las
que fue relegado a las Islas Canarias con el fin de aislarlo del escenario
político madrileño.
La medida fue contraproducente ya
que no sólo aumento su prestigio, sino que en un puesto de relativa calma se le
facilitó la tarea de conspirar y de encabezar la sublevación que, luego de tres
años de guerra civil, lo llevaría al gobierno con absolutos poderes.
El Rey ya en el poder, firmando documentos de estado
El Rey ya en el poder, firmando documentos de estado
RECIO
Como comandante en jefe de las
fuerzas armadas españolas, fue un soldado recio que exigía absoluta obediencia.
Como gobernante un político astuto,
precavido y paciente con voluntad de hierro, que exigió de su pueblo un
estricto e indiscutido orden
La guardia civil y el ejército
español que lo apoyaron sin reservas durante su gobierno, fueron el principal
sostén de su poder. Franco reorganizó la situación interna de España, restauró
las Cortes (Parlamento) y la Monarquía.
Esto último con una ley de
sucesión que convirtió a Juan Carlos de Borbón en un rey sin corona hasta su
fallecimiento. Renovación gubernamental que fue demorándose, respetuosamente, a
la espera de la muerte de quien fue
“caudillo de España por la gracia de Dios”
En su testamento político, Franco
exhortó a la unidad del pueblo español y solicitó apoyo para su sucesor Juan
Carlos quien, dos días más tarde, en el Palacio de las Cortes de Madrid juraba
ante el Presidente del Consejo de Regencia como Rey de España. El poder le duró
hasta el 19 de Junio del 2014, fecha de
su abdicación y del acceso a la jefatura del estado de su hijo Felipe VI
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