Cuando el hombre primitivo,
frotando entre dos trozos de madera seca, obtuvo por primera vez pequeñas y
amarillentas llamas, hizo el gran descubrimiento que habría de gravitar por los
siglos de los siglos en la historia de la humanidad. Instintivamente realizó la
primera liberación de energía: la fuerza química acumulada por el sol en forma de luz y calor
y echó las bases de la civilización. Desde entonces, el progreso del hombre ha
dependido de su habilidad para desentrañar y superar los secretos de la
naturaleza.
Pero el hombre jamás se declara
satisfecho de sus conquistas. Lo desconocido constituye en todo momento para él
un desafío permanente que lo apasiona y estimula. Una ambición suya hondamente
sentida fue y sigue siendo descifrar la incógnita de lo misterioso. Y nada más
misterioso que la materia.
Los filósofos de la antigüedad
forjaron sobre ésta definiciones diferentes. Demócrito de Abdera (470-380 a de
JC) afirmó que se componía de átomos, partículas diminutas, inalterables e
indivisibles y Dalton (1802), fundador de la teoría atómica, sostuvo muchos
siglos después lo mismo.
A partir de entonces, el átomo se convirtió en la atracción de una
legión de investigadores, pero fue Rutheford quien, en 1911, reveló su
enigmática arquitectura. La materia se compone de moléculas cuyo diámetro es de diez millonésimas de
milímetros y átomos tan increíblemente pequeños que diez millones de ellos
podrían colocarse en fila dentro del
punto con que termina esta oración.
Una planta de este tipo para bien de la humanidad.
Una planta de este tipo para bien de la humanidad.
ULTRA MINUSCULO
Durante muchos siglos se creyó
que el átomo era el constituyente único e indivisible de la materia. Más ahora
se sabe que semeja a un sistema solar ultra
minúsculo y que se compone de un núcleo, correspondiente al sol, y de
electrones que giran alrededor del núcleo como planetas.
Este que no es sólido o macizo ni
uniforme está formado por “protones”, partículas cargadas de electricidad
positiva. “Electrones” particulares de electricidad negativa que giran como un
torbellino, en torno al protón y “neutrones que carecen de carga eléctrica.
Hay tantos átomos en una gota de
agua que si todos los habitantes del mundo se pusieran a contarlos rápidamente
y lo hicieran día y noche sin interrupción, necesitarían 10 mil años para
terminar la cuenta.
Todos los átomos poseen una misma
estructura general, misteriosamente conservada por ciertas fuerzas internas,
pues los potrones que están en el núcleo, cargados de electricidad
positiva, deberían repelerse unos a otros violentamente y no lo hacen. Prueba
de que existe alguna otra energía aún desconocida que los mantiene unidos,
dando estabilidad al núcleo.
EINSTEIN
Los principios relacionados con
la misma fueron intuidos por algunos estudiosos de la antigüedad, que
contemplando ciertos fenómenos no pudieron
explicarlos de otra manera que por la acción de esas fuerzas misteriosas.
Se lanzaron algunos de ellos en
su búsqueda pero, sin los elementos que la técnica incorporó siglos después a
la acción de la ciencia, sólo lograron
entrever lo que sería privilegio de los científicos modernos: el llegar a
descubrir y luego darle aplicación.
La historia de la energía nuclear
consta de etapas, al frente de cada uno de los cuales, figuran entre otros,
estos nombres: Rutherford, los Curie, Becquerol, Soddu, Geiger, Moseley,
Chadwick, Aston, Thomson Bothe, Becker, Anderson, Blachett, Fermi, los Joliot-Curie,
Urey, Murphy, Coekorofot, Walton, Lawrrence, Kapitza, Otto Hahn, Lise Meitner,
Frisch, Otto Hahn, Lise Meitner,, Niels Bohr, Szilard, Tronstad, Wigner, Compton,
Wheeler, Allison, Oppenheimer, Dunning, Smyth, Oliphant.
Y como denominador común de
tanto esfuerzo, Albert Einstein, profeta
y matemático genial “E= mc2”, la más célebre ecuación científica. La energía es
igual a la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz. Ello revolucionó
la concepción corriente sobre el universo y suministró algo más que la base
teórica para la desintegración del átomo.
La nacionalidad de cada uno de estos
hombres importa poco, pues la ciencia, para quien las fronteras no existen, es
evolucionista y depende de la interasociación de las ideas. La genealogía de
los grandes descubrimientos científicos muestra que cada hombre de ciencia
hereda un tanto de sus predecesores, al margen de la latitud geográfica en que
naciera.
El diagrama correspondiente de funcionamiento
El diagrama correspondiente de funcionamiento
LA POLVORA
Fue a mediados del siglo XIII
cuando aprendió el hombre a transformar la energía liberada de las reacciones
químicas en energía mecánica de movimiento: inventó la pólvora. Y resulta
irónico que ello tuviera más bien propósitos destructivos que constructivos.
Hacia fines del siglo XVII
descubrió la manera de aprovechar la energía de combustión para realizar
trabajos mecánicos, transformando agua en vapor y tuvieron que transcurrir
otros dos siglos antes de que supiera que la energía liberada de la combustión
podía utilizarse directamente sin los intermediarios de agua y vapor,
encendiendo una mezcla de aire y combustible pulverizado en los cilindros del
motor conocido, actualmente, como de combustión interna.
Este último hallazgo trajo otros muchos
tras de sí, el más importante de todos: la liberación de la energía nuclear,
energía casi inimaginable en la cual radica el secreto del calor solar. Lo
indivisible fue dividido y lo imposible fue hecho realidad.
OBJETIVOS
Es con la creación del mundo, el
acontecimiento más extraordinario, porque se descubrió la fórmula para
perfeccionarlo y destruirlo. La liberación de la energía nuclear persigue cinco
objetivos esenciales:
1) Trasmutar unos en otros casi todos los cuerpos simples
realizando así el sueño de los alquimistas medioevales. 2) dar a la medicina nuevas
y poderosas armas para combatir las enfermedades más rebeldes. 3)
suministrar nuevos procedimientos de investigación que han conducido a grandes
progresos en la fisiología de las plantas y animales, incluso del hombre. 4)
crear muchas substancias nuevas y producir artificialmente casi todas las materias
que se encuentran en la naturaleza. 5) utilizar la energía almacenada en el
átomo para usos prácticos de la especie
humana.
Cuando Rutherford “astilló” el
átomo por primera vez en 1919, pudo decirse que ponía la primera piedra de la
bomba atómica. El 6 de Agosto de 1945, la ciudad japonesa de Hiroshima sirvió a
la demostración de los efectos de este artefacto infernal: 90 mil personas
murieron con una sola bomba. Tres días después se repitió la siniestra
experiencia sobre Nagasaki, donde las muertes de civiles alcanzaron a 40 mil.
A pesar de que ambas bombas
estallaron a mucha altura sobre cada ciudad y el polvo radioactivo se extendió
hacia arriba en forma de hongo, otras miles de personas murieron a consecuencia
de los rayos mortales, efecto de la bomba, semanas más tarde.
El átomo y sus componentes.
El átomo y sus componentes.
EFECTOS LETALES
Los rayos “gamma” habían
destruido la médula de sus huesos, productora de los corpúsculos de la sangre y
padecieron de anemia. Murieron también de infecciones sin importancia, porque
las células blancas de la sangre que suministran al cuerpo la manera de
resistir a las infecciones, habían sido aniquiladas.
Los niños expiraban antes de
nacer. Hombres y mujeres quedaban esterilizados. Transcurridos 5 años de la
bomba atómica, aún fallecía gente en Hiroshima y Nagasaki que había escapado
ilesa aparentemente y que iba quedándose ciega. Pero pasado este ramalazo de
locura, el átomo se puso a trabajar en beneficio de la humanidad sin influencia
ni distinción de razas, credos, ni banderas.
Tres son las ramas en que
la energía nuclear dio ya resultados maravillosos: la medicina, la agricultura,
y el mundo industrial. Su forma de utilización más común es el radioisótopo.
Los radioisótopos son cuerpos simples, como el carbono, el cobalto, el hierro
etc., colocados en el seno de la pila atómica y exponiéndolos así al bombardeo
intenso de los neutrones durante una semana, un mes o más tiempo se truecan en
sustancias radioactivas.
YODO
El yodo radiactivo es el agente terapéutico
más eficiente para el tratamiento del cáncer, pues, además de atacarlo en su
lugar de origen, hace lo que ningún cirujano puede hacer: busca las cédulas
metástasicas, las sigue en su curso por el organismo humano y las destruye.
El oro radioactivo ofrece posibilidades
para el tratamiento del cáncer al pulmón, de la próstata y de la cavidad
abdominal. El fósforo radiactivo es para la leucemia y la policitemía, cáncer
del sistema sanguíneo, lo que es la insulina para la diabetes.
Gracias a los isótopos pueden los
bioquímicos estudiar como los huesos utilizan el fósforo, como la tiroides
absorbe el yodo, la sangre, el hierro, etc. Merced al sodio radioactivo se
investiga la hidropesía y merced al ácido nucleíco radiactivo se exploró la
incógnita del núcleo de la cédula viviente.
Han sido obtenidas las versiones de todos los 92 elementos
naturales y se producen más de 300 variedades radio isótopos en los
establecimientos de Oak Ridge Hamford, Broohaven y Harwel, principalmente.
Uno de ellos el Cobalto 60 que
remplaza al radio con gran economía, pues mientras un gramo de éste cuesta 200
mil dólares, el costo de su equivalencia
de Cobalto-60 no pasa de los 300 dólares. Esta diferencia explica la
incorporación a la economía de un factor que tiene primordial importancia.
Las instalaciones.
Las instalaciones.
FUNCIONES
Aplicados a la agricultura, los radioisótopos
desarrollan tres funciones fundamentales: mejorar las semillas, esterilizar las
plagas y estudiar el crecimiento de las plantas y sus relaciones químicas. Con
Carbono- 14 se estudió la fotosíntesis, proceso por el cual la energía del sol
se almacena en los hidratos de carbono
(azucares y almidones) para proveer el alimento a los animales y a
nosotros mismos.
La utilización de la energía
nuclear para usos industriales es una realidad. Gracias a ella es posible
aprovechar los muchos elementos útiles que atesora el agua de mar tales como
bismuto, bromo, magnesio, sodio, etc.
Purificada esa agua de las sales
que contiene y bombeada a tierra firme, posibilita la rehabilitación de los
desiertos. Los 50.000.000 de hectáreas
de tierra productiva que necesita Estados Unidos para mantener sus actuales
niveles dietéticos saldrán de la rehabilitación de los desiertos del Oeste, gracias
a la energía nuclear.
Son ya múltiples las aplicaciones
industriales de radioisótopos que permiten comprobar defectos de fundición.
Medir el espesor de los metales. Verificar el desgaste de los motores, según
los sistemas de lubricación. Estudiar la producción de la nafta sintética de la
hulla. Investigar el proceso de la corrosión y la manera de evitarla.
Determinar la calidad de las pinturas, etc.
La sede principal del Instituto Peruano de Energía Nuclear.
La sede principal del Instituto Peruano de Energía Nuclear.
EL IPEN
En ciertas operaciones de los
pozos de petróleo y minas de carbón se emplean ya elementos radioactivos. En
química los isótopos ayudan continuamente a la aparición de nuevos plásticos y
a los meteorólogos para emitir pronósticos más seguros, revelándoles datos
nuevos sobre las corrientes de aire y la composición de la atmósfera. Tarea
noble y ponderable necesaria para el desarrollo y progreso de los pueblos.
El 04 de Febrero de 1975, se creó el Instituto
Peruano de Energía Nuclear (IPEN) en Lima, Perú. El objetivo primordial estudiar este tipo de materias
y promover las ventajas que brinda el conocimiento a profundidad del átomo no solo en Medicina, sino en
aplicaciones agrícolas, ambientales e hidrológicas.
El IPEN se constituyó en cuatro
centros de investigación y desarrollo: Centro de Medicina Nuclear (CMN), Centro
de Estudios Nucleares de San Borja, sede central del IPEN, Centro Nuclear Oscar
Miró Quesada de la Guerra (RACSO) y la Planta de Irradiación Multiuso
El primer reactor nuclear en el Perú se inauguró
el 20 de Julio de 1978, cuyo uso actualmente está destinado al entrenamiento de
personal y otros de carácter experimentales. El centro RACSO, ubicado a lo
largo de 125 hectáreas en Huarangal,
tiene un reactor con una potencia de 10 MW, donde se producen radioisótopos con
el Yodo-131 y con distintas aplicaciones donde destaca la medicina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario