CLARO...CLARISIMO

Impecable y con la oratoria deslumbrante de siempre, Alan Garcia Pérez, oficializó su candidatura a la Presidencia de la República, incluyendo una estrategia comunicativa amplia y con las condiciones innatas- lo reconocemos con entera objetividad e imparcialidad- de ser un magnifico candidato presidencial. Pero que tiene fallas, claro que las tiene y garrafales.

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 Concurrido mitin, continuadas e impactantes declaraciones a la prensa y un espacio de televisión donde se transmitió enteramente su discurso. Evidentemente, son actos de inicio de campaña que se desarrollan a partir de ello, con la meta primordial de ganar nuevos adeptos y subir, consistentemente, en las encuestas.

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Allí en las últimas estadísticas, correspondientes al mes de octubre, está en el tercer puesto muy bajo: con el 9%, frente al 35% en que se sitúa la candidata del primer lugar inobjetable, Keiko Fujimori Higuchi.  La segunda ocupación es de Pedro Pablo Kuczyinski, que suma 14%.

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 Nadie le puede quitar la oportunidad de mejorar y para ello es muy ducho y preparado. Como sagaz político, de todas maneras, está en la punta y es superior a todos. Nadie lo gana evidentemente.  Sin embargo, el problema estriba en que comete  errores que saltan fácilmente a la vista.

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Ahora bien,  García parte del principio que es el candidato de todos los peruanos, a quienes les pide colaboración. Precisamente, para no aparecer como sectario, bufalón ni menos fanático, de los que en su partido existen y en grandes cantidades.

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En esta oportunidad, reconoce las virtudes de sus adversarios y no se cansa en ensalzar, por ejemplo, al que fue Presidente del Perú, Fernando Belaunde Terry. Los detractores saltan hasta el techo y afirman: "Pura pose y nadie le cree". Pero en fin, esa es su estrategia. Ojalá le resulte.

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Por eso mismo y desarrollando sus objetivos trazados, en actitud cinicona, forzada  totalmente, saluda a  todos los candidatos presidenciales. Desde Keiko, PPK, Alejandro Toledo, Verónica Mendoza y otros. 

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Entonces quienes no piensan así, sus enemigos, sostienen que a "nadie excluye cuando él, por naturaleza, es excluyente". No solo eso, sino que, un poco, imita aquí a Belaunde. La diferencia estriba en que el líder de Acción Popular lo hacía de forma franca.

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.Lo que  persigue  Alan es que determinados segmentos del electorado  le crean  y que ello genere prestigio de líder, estadista y ganador. Eso es lo que desea conseguir, a como de lugar. Arma de doble filo, obviamente, porque no hay base de verdad consolidada para ello, en los actos que desarrolla y pone en la mesa de la discusión política.

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 Sus detractores, con cierta razón, también afirman que Alan por su ego desenfrenado y su forma de ser tan peculiar solo cree, primero en él, segundo en él y tercero en él. Lo otro, la amplitud y apertura que trata de demostrar, son- según sus adversarios-, un conjunto de pamplinas estudiadas y falsas para impresionar con cualidades que, precisamente, no las  tiene.

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Para algunos sectores de la ciudadanía, desde el punto de vista físico, su pinta y presencia personal  deja mucho que desear. Recuerdan que el líder aprista sigue obeso, con infinidad de kilos que le sobran y lo deforman por completo.

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 Por estos tiempos, y se nota a las claras, varias fallas garrafales  se convierten en características negativas que, antes de sumar, está probado, restan. Por una sencillísima razón: quien finge no gana.

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 Evidentemente, hay que tomar en cuenta estas características de presencia que, de ninguna manera, son frívolas porque tienen asidero de importancia para captar votos, tanto en hombres como en mujeres de toda edad y condición. Que presumido el mozallón que no acepta los signos vitales de ser un sesentón. La sencillez gana adeptos a raudales.

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 Alan Garcia ya se acerca a los 67 años rumbo a la base 7. Le faltan poquísimos años. Tan sólo 3. Le caería mejor someterse a una dieta estricta, afirma mucha gente. Si no le da resultado esto último, entonces que recurra a la banda gástrica quirúrgica, como una necesidad inmediata y salvadora.  Hay que escuchar a los que tienen razón

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El  hombre de la labia convincente, según se ha podido notar a las claras, se  pinta con  tinte el pelo y deja, cual la antigua vedete y bailarina Tongolele de las pasarelas frívolas, unos mechoncitos blancos cerca a la frente que, de acuerdo a la opinión experta femenina, le caen mal y el hecho en sí es chocante. Este es su nuevo look, discutido y controvertido.

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Hay quienes dicen que las canas le darían prestancia. Por si acaso, su padre las tenía. El era  Carlos García Ronceros, llamado cariñosamente “El Cartujo”, ´por su vida tan limpia y admirable, similar a esos monjes del mismo nombre: un señor de la humildad y la modestia comprobada de vida sacrificada entre destierros, cárceles y miles de pellejerías.  Un verdadero  patriarca que falleció, en 1994, a los 82 años.

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Lo que, sin lugar a dudas y efectivamente,  lo demostró.  Nunca medró, nunca robó, nunca desempeño ni  pidió un cargo  público. Sólo se sacrificó por el Apra en actitud admirable de fiel seguidor de Haya de la Torre. Un ejemplo de militante aprista experto en organización. Todo lo contrario a su hijo.

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En el campo económico y durante su discurso y presentaciones ante la prensa, el mozallón si que se fue de frentón al campo de la demagogia, las promesas fallidas y la ineptitud.  Muy suelto de huesos afirmó que “hay que bajar las tasas de interés de los créditos para los peruanos. Los jóvenes están empachados por las deudas”. Apuntando a los pulpines, cuya fuerza electoral es inobjetable. Allí, definitivamente, hay bolsones electorales decisivos.

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Lo afirmó con una seguridad persistente y apabullante. Sin embargo, tal ofrecimiento es imposible. Garcia lo sabe pero tiene el empacho de engañar. Ello no se puede hacer, desde el gobierno, porque sería irse contra el libre mercado y la  formación de precios inadecuada. Entonces, de ninguna manera, con lo que propone, se  armaría una eficiente política económica de desarrollo. Salvo que sea Mandrake.

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En su último gobierno,  que malo no fue dicho sea de paso, eso es lo que  defendió precisamente. Si se hace lo que ahora pregona, que es todo lo contrario, el armazón económico cae por los suelos y eso porque no le conviene, ni siquiera lo explica. Entonces, probado está con creces que lanza promesas que son contrarias a las que hizo como gobernante. Decídase señor Garcia y más seriedad.

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Habla, habla y habla. De contracciones en el sistema financiero y sus características. De la actuación de los bancos que se ajustan a las condiciones de la oferta y la demanda y de tantas pamplinas que lo único que está haciendo es crear malestar entre los dueños de las instituciones de este tipo.

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 Los Romero del Banco de Crédito y los Rodríguez Pastor del Grupo Interbank, entre muchísimos otros, deben estar asustados. Eso, evidentemente, no es bueno para nadie. Ni menos cuando subsiste la crisis económica actual a nivel mundial.  El Perú requiere confianza y tranquilidad.

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No es la primera vez que Garcia ofrece, en este campo, lo que no va cumplir. El 2006 aseguró que renegociaría el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, por considerarlo lesivo para los intereses del país. En el poder ni siquiera lo tocó y, por el contrario, firmó una decena más de estos acuerdos con diferentes naciones.

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Por esos años, también ofreció que terminaría con el oligopolio de los bancos. La realidad es que nada hizo y la situación siguió y sigue igual. Ahora apunta a la reforma de las AFP’S y hay que  alinear las ganancias con las de los afiliados, olvidando que la transformación actual contempla ello. Pura demagogia  del candidato aprista. Ya debe dejar de mentir a los peruanos. Si  no lo hace, le irá mejor. Ya es tiempo.

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Mientras tanto, el Partido Popular Cristiano (PPC) está en los esfuerzos desesperados de conseguir una alianza con el Apra para las elecciones y no perder representatividad. A eso  se dedica, concienzudamente, una de sus dirigentes más connotadas, Lourdes Flores Nano.

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 Pero antes se tiene que arreglar el problema, grave y tremendamente critico interno, en el que su presidente actual, Raúl Castro Stagnaro, quiere encaramarse en el poder a la mala y con anticuchos de engaño y malos manejos. Nada serios ni menos transparentes. Con reglamentos adulterados, para terminar siendo el candidato presidencial. Que falta de visión, perspectiva e incluso de decencia de parte de este sector. Si ello ocurre, esta agrupación se va de frente al fango. 

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Muy poco es lo que electoralmente significa  el PPC. Este, efectivamente,  es el peor momento de su historia en que dos grupos se enfrentan internamente para detentar el poder como enemigos totales y en medio de ataques, zancadillas y enfrentamientos no, precisamente, de correligionarios, sino de enemigos totales. A un lado, Castro y sus seguidores. Y al otro, Lourdes con quienes piensan de la misma manera.

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La situación es tan grave que incluso podrían perder su inscripción electoral. Entonces, el Apra sería la salvación.  Mucho se comenta y asegura que Garcia y Flores Nano se han reunido varias veces en los últimos días.

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 Lo que no se sabe es lo que, concretamente, aportaría  el PPC en una posible alianza. En  fin, hay que estar atentos a ver lo que pasa para que no desaparezca el pensamiento social cristiano en el país, en su lado enteramente conservador. Eso es lo que exactamente se está jugando. (Noé)