Lo asesinaron a mansalva los terroristas de Sendero Luminoso cuando estaba acompañado de toda su familia, en una chacra de propiedad de su madre, ubicada por la Carretera Central a pocos kilómetros de Lima y antes de llegar a Chaclacayo. El hecho criminal fue algo detestable propio de hordas asesinas, sin límite alguno llenas de criminalidad plena. Hacemos el recuerdo, precisamente, cuando las huestes políticas derivadas de este conglomerado de indeseables se han subido al carro del poder del actual gobierno que preside Pedro Castillo: un personaje sindical de extrema peligrosidad, con poco rigor intelectual que no sabe por dónde llevar al Perú que, dicho sea de paso, requiere a gritos de gobernabilidad completa, por el bien de todos los peruanos
Rodrigo Franco Montes de Peralta fue victimado en la hacienda ”La Era” en el distrito de Ñaña, el 29 de agosto de 1987, por el referido grupo de desalmados, quienes inclusive reconocieron su autoría sobre el hecho que causó un rechazo unánime de parte de la ciudadanía. En efecto, el jerarca de los senderistas, Abimael Guzmán Reynoso, se refirió a la víctima de forma falsa y tremendamente despectiva: “hemos aniquilado a un parásito burócrata sumamente peligroso”
Entre tanto, durante el gobierno de Alan
García, el aparato estatal creó la organización paramilitar “Comando Rodrigo
Franco”, que cometió innumerables actos delictuales, inclusive asesinatos. de
por sí rechazables. Nunca debió tomarse el nombre de este joven que fue un ejemplo
como persona y como profesional.
MANTILLA
Dicho comando estuvo tipificado
como una organización paramilitar supuestamente creada y conducida por Agustín
Mantilla Campos, dirigente y ex Ministro del Interior aprista, cuyo jefe
operativo habría sido Jesús Miguel Ríos Sáenz. Mientras que sus miembros eran
universitarios de la misma filiación
Los aniquilados que perdieron la
vida por las nefastas acciones de este conglomerado criminal: Manuel Federico
Febres Flores, abogado del terrorista senderista Osmán Morote, Luis Miguel
Pasache Vidal y Sócrates Javier Porta Solano, a quienes se identificó como
miembros del MRTA que negociaban el rescate del General Héctor Jerí-a la sazón-
secuestrado por dicha banda y el líder sindical Saúl Cantoral Huamaní y su
compañera Consuelo García Santa Cruz.
Con el paso de los años, lo que
se quiso es atribuir que este grupo habría asesinado a Rodrigo Franco. Pero
ello no era cierto. Habían evidencias y pruebas que el crimen estuvo ejecutado
por las huestes de Abimael Guzmán
Rodrigo Franco nació en Lima en
1957. Hijo del militante aprista, Luis Alberto Franco Varela, que fue miembro
de la brigada de defensa del Jefe del Partido, Victor Raúl Haya de la Torre. Y
de Margarita Montes de Peralta Bazo. Nieto del médico Rodrigo Franco Guerra de
igual filiación, ex Senador de la República y de Armando Montes de Peralta,
Primer Ministro de Salud.
Ingresó, en 1974, a la Pontificia Universidad Católica de Lima para seguir estudios de Derecho. En sus años como estudiante, participó activamente en el Centro Federado de dicha Facultad, del cual llegó a ser parte de su Junta Directiva.
CARGOS
El APRA ganó las elecciones el
año 1985 y, meses después, Franco fue convocado por el Ministro de Agricultura,
Remigio Morales Bermúdez, para trabajar en ese portafolio. Lo designaron como
Secretario General de dicho ministerio. Hasta que lo nombraron Presidente
Ejecutivo de la Empresa Nacional de Comercialización de Insumos (ENCI).
Anteriormente, había trabajado en el sector privado. En efecto, se desempeñó
como un eficiente ejecutivo de la empresa Procesadora Sudamericana.
Muy joven se casó con Cecilia
Martínez del Solar, con quien tuvo tres hijos. Ella, tras la muerte de su
esposo, se dedicó por completo a diferentes actividades de investigación para
dar con la identificación de los autores del sonado crimen. Incluso llegó a ser
Congresista de la República. Lo lamentable es que nunca se llegó a conocer
quiénes fueron los asesinos terroristas.
A partir del año 2000, la señora Martínez
del Solar solicitó que le retiren la pensión que se le asignó por ser víctima
del terrorismo. El hecho en sí significaba un cambio total de pensamiento y desestimó
en lo que antes había creído-que fueron los terroristas los que asesinaron a su
esposo- para achacarle la responsabilidad a los propios apristas a través del
comando Rodrigo Franco que, de acuerdo a versiones que ella maneja, estaría
vinculado al ex Ministro del Interior del gobierno aprista Agustín Mantilla,
después procesado por haber recibido plata sucia de Vladimiro Montesinos.
La familia de Rodrigo,
evidentemente, nunca estuvo de acuerdo con esta versión de la señora Martínez
del Solar: callaron y nunca dieron cuenta de su parecer. Lo que se recuerda
claramente es que el padre del victimado juró, abrazando el cadáver de su hijo,
no descansar hasta hallar los responsables de su muerte.
ACUSACIONES
De acuerdo a lo que entonces se
informó, Sergio Ortiz y Raúl Chávez, personal de disciplina que trabajaba con
Franco padre, acusaron que el autor intelectual del crimen habría sido
Marcelino Tineo Sulca. Tineo tenía un hijo que murió en la masacre de los
penales en 1986 y una hija, Tania, implicada por el asesinato de Juan Vega Llona,
Agregado Naval del Perú en Bolivia. Lo cierto es que nunca se encontró, ni juzgó,
ni condenó a los asesinos de Rodrigo Franco. Todo lo que ocurrió fueron
especulaciones.
El padre de Rodrigo era un hombre
muy enérgico y apasionado. Este es un detalle anecdótico: cuando murió su hijo,
se indignó tanto que quiso salir a las calles a buscar a los asesinos. El
propio Presidente, Alan García, ordenó que le dieran un calmante y se lo llevó
a Palacio de Gobierno a pasar la noche,
Según los que conocen el tema a
profundidad, es absurdo que el Apra haya tenido que ver con la muerte de uno de
sus compañeros más queridos. Rodrigo tenía una influencia importantísima dentro
de las bases. Él fue, definitivamente, una de las 1,300 víctimas apristas del
terrorismo.
Sus padres, sus hermanos y los más
allegados estaban seguros que el terrorismo senderista fue quien mató a
Rodrigo. De eso no hay ninguna duda. Haya de la Torre tuvo una amistad profunda
con los Franco. Una realidad comprobada.
MOTIVOS
Como Presidente de ENCI, instaló
puntos de venta en diferentes lugares del país. Comenzaron a entrar al Trapecio
Andino, a Ayacucho y Huancayo. Ahí la gente podía vender su papa, su maíz
porque ENCI se los compraba.
En esas zonas donde estaba metido
el senderismo, se levantaba la calidad de vida de las personas y todos se
sentían bien por ello porque sentían que, por fin, el Estado había llegado.
Este fue uno de los motivos por el cual Sendero se ensañó con Franco Montes. A
esta organización terrorista, le interesaba el abandono completo de los
pueblos. Por eso escogieron al líder aprista para matarlo.
La madrugada del 27 de agosto de
1987, después de haber estado en la habitación del inmueble en Ñaña, fue
victimado. Lo acompañaron, en el cuarto, su esposa y sus tres pequeños hijos,
Como protección tenia, en la vivienda, a dos personas de seguridad que,
supuestamente, lo cuidaban. A la hora de los hechos, ellos nada pudieron hacer.
Sus homicidas lo llamaron por su
propio nombre para que saliera de la casa. “Sal Rodrigo o matamos a tus hijos”,
vociferaron indómitos mientras lanzaron, sin ningún desparpajo, un explosivo
sobre el inmueble
Rodrigo conversó con su esposa y
sus hijos en el dormitorio. Les explicó la situación. A continuación, muy
apenado pero sereno, se despidió amorosamente de sus seres queridos. El paso
hacia afuera lo llevó directamente a la muerte, habiéndole caído, en diferentes
partes del cuerpo, trece proyectiles. de fusiles ametralladoras. Cecilia
Martínez del Solar también fue herida y tuvo que ser operada. A su hija le cayó
un balazo por el cuello y salió por la espalda. La niña salvó milagrosamente y
se recuperó rápidamente.
ATENTADO
Lo que había pasado es que
aproximadamente a las 5.30 am de ese día, en forma sorpresiva, ocho sujetos
desconocidos incursionaron en el inmueble provistos de armas de fuego y
explosivos. El atentado comenzó, según la esposa de la víctima, cuando todavía
estaba oscuro, aunque al concluir ya había amanecido.
Cecilia Martínez del Solar,
declaró ante la policía, lo siguiente: “Despertamos con un fuerte ruido.
Personalmente pensé que era un temblor. Sin embargo, para Rodrigo fue evidente
que no lo era, porque antes de que hubiera una segunda detonación, él ya había traído
a los chicos y a las empleadas hacia el cuarto de nosotros.
En efecto, se registraron dos
explosiones. La primera ocurrió en la puerta< principal de la casa y la otra
en uno de los baños de la vivienda. Después del primer remezón, los atacantes
ingresaron por distintos lugares
Los atacantes, una vez dentro de la vivienda, hicieron detonar una carga explosiva en la puerta de la habitación, donde se encontraba toda la familia y las dos empleadas. Algunos de los atacantes estaban en el jardín lateral de la casa, que daba al cuarto principal de la misma.
EXIGENCIAS
A continuación, vinieron las
exigencias para que Rodrigo salga. Su esposa le rogaba que no lo hiciera. Pero
él salió por la puerta que daba al jardín lateral y gritó: ¡A mis hijos no! La
muerte se presentó de inmediato.
En efecto, según su cónyuge, el
dirigente aprista abrió la puerta y fue acribillado inmediatamente. Se oía una
voz que contaba hasta tres. Los segundos que transcurrían fueron muy largos.
Hasta que todo se acabó en la existencia de Franco. El Perú había perdido a uno
de sus mejores lideres jóvenes de tan solo 30 años
Los agresores se retiraron de
inmediato. Pero nadie pudo reconocerlos. Ellos tenían, más o menos, perfiles
homogéneos. La característica que más resaltaba es que todos los secuaces
estaban vestidos de negro y se les vio caminando hacia el río. Cecilia corrió
hacia su automóvil y lo encontró sin parabrisas. Luego fue hasta el vehículo
que ENCI le había asignado a su cónyuge y encontró el cadáver del
guardaespaldas, Hugo Ortiz Palomino
Según su relato, ella fue
auxiliada por varios vecinos, subió el cuerpo de Rodrigo a uno de los vehículos
y lo llevaron a la Clínica Angloamericana de San Isidro, donde se limitaron a
certificar su muerte.
En el Primer Congreso de Sendero
Luminoso, Abimael Guzmán habló sobre Rodrigo Franco y reconoció, otra vez, que
la organización lo había asesinado por convenir a sus malignos intereses. Así
de simple. Así se sencillo. Así de bárbaro.
Guzmán sostuvo, ante la Comisión
de la Verdad y Reconciliación, no haber ordenado personalmente el asesinato de
Franco. Pero admitió haber recibido la información a través de documento que le
entregaron por la vía oficial de este partido siniestro y criminal. (Noé)
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