Uno de los más importantes e
influyentes escritores del siglo XX. Tal sitial lo consiguió, a nivel mundial,
por sus impecables novelas de una originalidad inusitada. Consideradas, por los
críticos y entendidos, como verdaderas obras maestras. Allí está impecable “Ulises”, aparecida en 1922 y su
controvertida novela posterior, “Finnegans
Wake”, de 1939. Igualmente se valoró, por completo, la serie de historias
breves titulada “Dublineses” (1914).
Así como su novela semi-autobiográfica “Retrato
del Artista Adolescente”. El autor de todas estas obras, James
Joyce, es el representante destacado de la corriente literaria de
vanguardia denominada “modernismo anglosajón”, al lado de indiscutibles figuras
entre las que figuran: T. S. Elliot, Virginia Woolf, Ezra Pound y Wallace
Stevens. Todos ellos, incluido Joyce, un conjunto efectivo de genios de la
narración literaria universal.
Aunque pasó la mayor parte de su
vida adulta fuera de Irlanda, el universo creativo de este creador está
fuertemente enraigado en su nativa Dublin. Es decir, la capital de ese país
europeo que le da por entero a sus obras los escenarios, ambientes, personajes y demás materiales que
lo caracterizan por completo. Su nombre completo fue: James Augustine Aloysius Joyce
El intelectual tenía una
problemática relación con la Iglesia Católica de la referida nación que se
refleja muy bien a través de los conflictos interiores que lo atormentan en la
ficción, representado por el personaje de Stephan Dedalus, en varias de sus
obras.
Joyce: importante e influyente escritor del siglo XX
Joyce: importante e influyente escritor del siglo XX
EXILIO
Joyce es conocido, por su actitud minuciosa, a
un escenario muy delimitado y por su prolongado y autoimpuesto exilio. Pero también por su
enorme influencia ante todo el mundo. Por ello, pese a su regionalismo, llegó a
ser uno de los escritores más cosmopolitas de su tiempo.
La Enciclopedia Británica
sostiene, acertadamente, que el autor ejerció una influencia decisiva en toda
la novelística del siglo XX. Todo esto,
obvio, con la maestría de sus obras. En ellas se admira la sutileza y el
retrato veraz de la naturaleza humana que logra imprimir en sus creaciones.
Junto con la maestría en el uso del lenguaje y el brillante desarrollo de
nuevas formas literarias.
Muchos críticos, especializados en estas lides,
sostienen que a Joyce lo leen muchas más personas de las que son conscientes de ello. El impacto de la revolución literaria
que emprendió fue tal que pocos novelistas posteriores, en cualquiera de las
lenguas del mundo, han escapado a su influjo.
En un texto, de 1939, el genial e
incomparable autor argentino, Jorge Luis Borges, dijo lo siguiente que es
culminante, decisivo y tajante: “Es
indiscutible que Joyce es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo.
Verbalmente es quizás el primero. En el Ulises hay sentencias incomparables,
pero también hay párrafos que no son
inferiores a los más ilustres de Shakespeare o de Sir Thomas Browne”,
escritores ingleses de evidente renombre.
NACIMIENTO
Nació el 2 de Febrero de 1882
en Brighton Square Rathgar, un barrio de
clase media de Dublín en el seno de una familia católica. Sus padres fueron
John y May. James resultó ser el mayor de los 10 hermanos, seis mujeres y
cuatro varones. Tuvo otros parientes de este tipo que fallecieron pequeños. La
madre quedó en cinta, en total, quince veces. Las mismas que la señora Dedalus
en Ulises.
La familia de su padre,
originaria de Fermoy, fue concesionaria de una explotación de sal y piedra
caliza en Carrigeeny, cerca de Cork.
Ellos vendieron la explotación por quinientas libras en 1842, aunque siguieron
manteniendo otra firma, que dicho sea de paso, quebró diez años después
Joyce sostenía que su ascendencia
familiar provenía del antiguo clan irlandés de los Galway. Lo mismo sostenía su
progenitor. Para la crítica, Francesca Romana Paci, el escritor rebelde e
inconformista valoraba, sin embargo, “la respetabilidad basada en la tradición
de una antigua casa”: sentía apego por una cierta forma de aristocracia. Los
Joyce presumían ser descendientes del
libertador irlandés, Daniel Oconnell.
Tanto su padre como su abuelo
contrajeron matrimonio con mujeres de familias adineradas. El padre de James,
John Stanilaus Joyce, fue nombrado Recaudador de Impuestos de varios distritos
por la Oficina del Ayuntamiento de Dublín. Esto permitió a la familia trasladarse
a Bray, un pequeño pueblo de cierta
categoría residencial ubicado a 19 kilómetros
de la capital.
El escritor, al centro, con unos amigos.
El escritor, al centro, con unos amigos.
FOBIA
En Bray vivían junto a una
familia protestante: los Vance. Una hija de éstos, Eileen, fue el primer amor
de James. El escritor la evocó en el libro “El Retrato del Artista Adolescente”,
citándola por su propio nombre. Este personaje resurgirá en varias otras obras.
Un día, que estaba jugando con su
hermano Stanilaus junto a un rio, lo atacó un perro. Ello le acarrearía una
fobia de por vida contra estos animales. También le causaban pavor las
tormentas, debido a su profunda fe religiosa que hacía que las considerase como
un signo de la ira de Dios.
Un amigo le preguntó, en cierta
ocasión, porque estaba asustado y él replicó:
”A ti no te criaron en la Irlanda católica”. De estas pertinaces fobias
quedaron como cumplidas muestras en sus obras como “Ulises”, “Retrato de un
Artista Adolescente” y “Finnegans Wake”.
Hacia 1889, el libro de castigos
del colegio de Conglowes recoge que el
futuro escritor, con 7 años a cuestas, recibió dos palmetazos por no
llevar a clase cierto libro, seis más por tener las botas socias y cuatro por
proferir palabras indecentes. Esto último, algo al que fue muy aficionado.
EDUCACION
A los 9, escribió el poema titulado
“Et tu Healy” que trata de la muerte del político irlandés, Charles Stewart
Parnell. Su padre quedó tan encantado que hizo imprimirlo. Incluso envió una
copia a la Biblioteca Vaticana. Al progenitor lo botaron del trabajo, acusado
de gestión poca cuidadosa. Este hecho fue el inicio de la crisis económica de
la familia debido a la incapacidad del progenitor por ordenar sus finanzas y
también por su alcoholismo.
El futuro escritor se educó en el
selecto plantel Clongowes Wood College,
un internado de sacerdotes jesuitas cerca de Sallins en County Kildare. No tardó
en distinguirse como un alumno aventajado en todo, menos en matemáticas. Pero
tuvo que abandonar la institución cuatro años más tarde, debido a los problemas
financieros de su padre.
Entonces, el muchacho se matriculó
en el colegio de la Congregación de los Christian Brothers. Más tarde se le
ofreció una plaza en el Belvedere College, regentado igualmente por jesuitas.
La oferta se hizo para que ingresase a la orden. Sin embargo, el adolescente
rechazó el catolicismo a los 16 años.
Joyce se matriculó en el University
College de Dublín y estudio varias lenguas: inglés, francés e italiano. Lo
mismo que gramática comparada. Era recordado por ser un buen estudiante, aunque
de trato difícil. También se inclinaba por la Estética, la Filosofía y la
Literatura.
Con uno de sus hijos.
Con uno de sus hijos.
HAMBRE
Como colaborador de la revista
The Fortnightly Review publicó su primer ensayo con el título de “New Drama”,
sobre la obra del noruego Henrik Ibsen, uno de sus escritores predilectos. En
este periodo escribió algunos artículos más, además de dos obras teatrales hoy
perdidas.
Fue miembro de la Literary and
Historical Society de Dublín. Ahí presentó su trabajo titulado “Drama and Life”
(“Drama y Vida”). Con ocasión de la lectura pública de este ensayo, se le
exigió que suprimiera varios pasajes.
Pero él se opuso tajantemente. Consiguió leer
todo. Sus palabras fueron duramente criticadas por algunos asistentes y el
escritor les replicó, pacientemente, sin consultar una nota. Lo que consiguió
fueron grandes aplausos del público.
Quiso estudiar Medicina. Pero no
tuvo dinero para ello. Entonces se inclinó por el periodismo y la enseñanza. Su
situación financiera era tan precaria
hasta el punto que pasó verdadero hambre. Lo
que tenía muy preocupada a su madre.
Ella, Mary Jane, finalizó sus días con un
cáncer terminal. Pasó sus últimas horas
en coma con la familia arrodillada y sollozando. La excepción a la postura
fueron los hermanos James y Stanislao. El abuelo los conmino a hacerlo. Pero
los dos rehusaron, en actitud provocativa.
RELACION
Sin embargo, la muerte de su
progenitora lo sumió en un desasosiego que lo llevó a la búsqueda de amistades,
por los bajos fondos dublineses. Fueron días difíciles en los que probó algún
oficio y trató de subsistir en parte gracias a los préstamos de los amigos e
incluso cantando, puesto que era un consumado tenor con premios de por medio.
Conoció a Nora Barnacle, una
joven de Galway, que trabajaba como camarera en el hotel Finn’s de Dublín, con
quien visitó una serie de países en búsqueda de aventuras y trabajo. Primero
estuvieron en Zürich (Suiza) y al no
encontrar de que vivir se fueron a Trieste, ciudad que fue parte del Imperio
Austro-Húngaro y después pasó a ser italiana.
James y Nora habían iniciado una
relación amorosa. Ellos se dirigieron a Pula donde el irlandés daba clases de
varios idiomas, sobre todo a los oficiales de la Armada. Aquí se descubrió un
complot de espionaje en la ciudad y todos los extranjeros fueron expulsados.
Permaneció en la referida ciudad
durante diez años. El idioma que se hablaba en la casa del escritor era el
italiano. Alli nacieron su hijos, Giorgio y Lucia. Esta última sufrió mucho en
la vida y se hundió en una demencia total de esquizofrenia. James, por esta época, se dedicó a la bebida.
Era, prácticamente, un alcohólico empedernido. Con él vivió, un tiempo, su
hermano Stanislaus.
La vida rutinaria en Trieste
frustaba la pasión viajera del escritor, quien decidió trasladarse a Roma.
Quería contar con un puesto administrativo en un banco. Sin embargo, nunca lo
consiguió y retornó a la urbe donde nacieron sus hijos.
En 1907 apareció su primer libro:
el volumen de poemas de amor, “Música de Cámara”. Fue entonces que se le
presentaron los primeros síntomas de iritis, una enfermedad de los ojos que con
los años lo dejaría casi ciego.
RECHAZO
Continuó escribiendo relatos e
iniciándose en la línea experimental, lo que sería característica de su obra
posterior. También manifestó, en esta época, cierto rechazo por la búsqueda
nacionalista de los orígenes de la identidad irlandesa y por otro lado, su
voluntad de preservar y fomentar la
propia experiencia lingüística que guiara todo su trabajo literario. Esto le
condujo a reivindicar su lengua materna, el inglés, en detrimento de algo
promovido artificialmente.
Era el verano de 1909. Por esta
época sufrió uno de los disgustos más grandes de su vida. Le sugirieron algunos
amigos intrigantes que su compañera Nora le había sido infiel en el pasado.
Incluso aseguraban que Giorgio no era hija suyo. Sólo los tenaces desmentidos
de otro camarada, su hermano Stanislaus y las cartas desesperadas de la propia
Nora le hicieron comprender que todo había sido un montaje falso.
ENAMORAMIENTO
Las penurias económicas siguieron
para la familia Joyce. Ayudandose a vivir, el escritor publicó artículos en los
periódicos que fueron pagados y dictó conferencias en la Universidad. Volvió,
fugazmente, a Dublín con su esposa y sus hijos. Pero la situación continuó
igual
En plena primera guerra mundial,
los Joyce se trasladaron a Zurich (Suiza), país neutral, donde el escritor
vivió años de gran creatividad. En 1916,
se publicó la primera edición norteamericana de
“Dublineses” y la primera mundial del “Retrato del Artista Adolescente”.
Comenzó a arreglarse su situación económica.
Joyce se enamoró de una muchacha
suiza cuyo nombre era Marthe Fleischmann. Ellos se escribieron continuamente
pero tuvieron una relación brevísima. Sin embargo, esta mujer aparece en
el libro Ulises. Al reprocharle un amigo
las infelidades, el autor respondió:
“”Si me permitiera alguna limitación en este asunto, para mi sería la muerte
espiritual”.
Joyce no dejaba de excederse en
el alcohol, pero lo hacía a escondidas de su mujer. Tuvo que dejar de beber
absenta,ajenjo con otras hierbas. Lo que hacía sus delicias y le dio por el
vino blanco que, en palabras suyas, era purísima “electricidad”.
La publicación de Ulises, considerada
su obra maestra, representó su consagración literaria definitiva. La obra fue
publicada por la estadunidense afincada en París, Silvia Beach, propietaria de
la famosa librería Shakespeare & Company. Se trata de una novela
experimental cada uno de cuyos episodios o aventuras pretendía no solo
condicionar, sino generar una técnica literaria
Fue una novela llena de
simbología en la que el autor experimenta además continuamente con el lenguaje.
Sus ataques a las instituciones son contnuos y muchos de sus pasajes fueron
juzgados intolerablemente obscenos por sus contemporáneos.
Lo acompaña su familia.
Lo acompaña su familia.
MATRIMONIO
Convivió con Nora casi tres
décadas hasta que decidió casarse y así contentó a su padre y su hija que,
dicho sea de paso, andaba de mal en peor con su enfermedad. La muerte de su progenitor lo sumió en una tremenda
depresión, que su amigo Beckett le ayudó a sobrellevar.
En 1941, el intelectual se sometió a una
operación de ulcera al duodono perforada. Si bien mejoró en los primeros
momentos, posteriormente, recayó y, a pesar de varias transfusiones, entró en
coma. Se despertó y pidió a una enfermera que llamara a su esposa y su hija
antes de perder la conciencia de nuevo. Murió quince minutos más tarde. Era el
13 de Enero de 1941
El autor, a lo largo de su vida,
rechazó su fe católica. Pero también recibió profundas influencias de ella,
sobre todo de la filosofía de Santo Tomás de Aquino. Perdió su religión, pero
conservó sus categorías.
SU OBRA
En su época de escolar estuvo
sometido a una educación jesuítica y después reaccionó violentamente contra
ella. Mucho tiempo, el escritor manifestó una postura fríamente neutral, frente al hecho religioso
en sí.
A lo largo de su vida, entre 1907
y 1939, Joyce publicó una obra corta pero intensa. Consta de una colección de
cuentos titulada Dublineses, dos libros de poesía: “Música de Cámara” y “Poemas
Manzanas”, una obra de teatro: “Exiliados” y las tres novelas que lo hicieron
célebre: “Retrato del artista
adolescente”, “Ulises” y “Finmnegans Wake”.
De este autor se conservan,
además, una novela sin acabar titulada “Stephen Hero”, un conjunto de ensayos
en prosa y en verso, algunos poemas sueltos y dos cuentos infantiles que dedicó a su nieto.
Dublineses está conformado por 15
cuentos escritos en un estilo realista que tratan de reflejar el anquilosamiento y el Inmovilismo a que había
llegado la sociedad de Dublín, a principios del siglo XX. Algunos de ellos se
refieren a su infancia y otros a su adultez
“Retrato del Artista Adolescente”
es la historia de un muchacho llamado Stephen Dedalus que representa el alter
ego de Joyce. Por lo que en ella aparecen muchos episodios basados en la vida
real.
Pensando.
Pensando.
PERSONAJES
Aquí se reflejan las luchas de un
joven sensible en contra de las convenciones de la sociedad burguesa de su
tiempo, en especial las católicas e irlandesas.. Hay una evolución estilística que
se exhibe. La obra está repleta de símbolos. Una criatura trata de escapar de
la esclavitud en la tierra y el agua, aprendiendo dolorosamente a volar.
Por su parte, Ulises es una de las novelas más influyentes,
discutidas y renombradas del siglo XX. Nos encontramos aquí con citas
literarias, trozos de operas, canciones, vocablos extranjeros,. Chistes y
juegos de palabras.
Contiene alrededor de 267 mil
palabras y un vocabulario de más de 30 mil. Las dos ediciones en castellano
constan de 900 páginas. Todas ellas divididas en 18 capítulos. Se trata de la revelación
de la vida entera en un solo día y el
lector llega a conocer a su protagonista principal, Leopoldo Bloom mejor que así
mismo
La novela se centra en la
trayectoria de sus tres personajes principales, entre varios otros, en la
ciudad de Dublín. El judío cuarentón Leopoldo Bloom, el joven universitario
Stephen Dedalus y la mujer del primero Molly Bloom.
Una pintura que lo retrata enteramente.
Una pintura que lo retrata enteramente.
CLAVES
Hay dos claves para la
comprensión de Ulises. Su simbolismo épico basado en ”La Odisea” del escritor
griego Homero y su atmosfera naturalista, fiel reflejo de la ciudad de Dublín.
Aparecen retratadas, con todo detalle, las circunstancias sociales, políticas,
económicas y religiosas de la referida capital y de Irlanda
La acogida que recibió Ulises
desde el primer momento fue apoteósica tanto por parte de la crítica como de la
mayoría de los grandes escritores. Entre los que la apoyaron figuran:
Samuel Beckett, Ezra Pound, T. Z Elliot, William Faulkner y Ernest Hemingway.
El escritor se ha convertido, hoy
en día, en un símbolo de su país. Aquellos compatriotas que tanto lo agraviaron,
en el pasado, reverencian hoy su memoria. A tal punto que, tras su muerte, el
escritor está más vivo que nunca, en cuanto a recuerdos. Hay, inclusive, toda
una industria en torno al escritor con tours literarios, camisetas y grabados
de su casa y de su trabajo. Irlanda es Joyce y Joyce es Irlanda por los siglos de los siglos y para siempre. (Edgardo de Noriega)
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