Era realmente un poeta exquisito perteneciente al movimiento modernista con visos, en su producción literaria, de misticismo y tristeza, acompañada de una vida dura en lo económico. Pero con el alma robustecida para cantar al amor en todas sus expresiones, como profunda necesidad de sentimiento pleno.
Amado Nervo, cuyo nombre real fue Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, nació en México en 1870. Para ser más precisos en la ciudad de Tepic entonces Jalisco y hoy Nayarit. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Autor de novelas y ensayos con cierta inclinación a la religiosidad y al abandono de artificios técnicos, incluso de la rima para dar paso a ritmos y cadencias como atributos característicos de su estilo.
Tanto amaba que inclusive por ello y aunque parezca paradójico dejaba novias. Eso es lo que precisamente pasó con Aixa Villa Peralta. La relación la cortó, según contó una y otra vez a su entorno familiar y amical, porque había cariño excesivo . Características típicas y peculiares del poeta.
Quiso ser sacerdote pero las urgencias económicas lo hicieron desistir y para ganarse el pan tuvo que trabajar en el despacho de un abogado. Había estudiado Ciencias, Filosofía y Leyes.
A partir de 1894 comenzó con su labor intelectual y formación literaria. Colaboraba en la ciudad de México en la revista Azul, relacionándose con el gran poeta dominicano Rubén Darío y el vate peruano de renombre y calidad, José Santos Chocano.
Amado Nervo
PERIODISTA
Hay una experiencia interesante de periodismo en la vida de Nervo. Formó parte de la redacción de importantes periódicos de su país como El Universal, El Nacional y el Mundo, donde incluso ejerció el humorismo, creando una publicación independiente con el nombre de El Cómico.
Nervo se hizo famoso después de la publicación de su novela El Bachiller en 1895 y de sus libros de poesía Perlas negras y Místicas, aparecidos tres años después con rotundo éxito.
Vivió en Europa y se relacionó al máximo con el escritor inglés Oscar Wilde. Retomó, con más fuerza, la amistad con Rubén Darío. Allí en el viejo continente conoce al amor de su vida: Ana Cecilia Luisa Daillez, cuya prematura muerte le inspiró los poemas de La Amada inmóvil, libro publicado póstumamente en 1922.
En su estancia en Europa tiene la oportunidad de viajar por varios países y de escribir Poemas, El éxodo y las flores del camino, Las voces, Lira heroica y Jardines interiores. Todo esto entre 1901 y 1905.
Posteriormente se queda sin trabajo y vuelve a tener trato con la pobreza. Los colegas y amigos lo ayudan y retorna a México. Indiscutiblemente como intelectual consagrado, aunque sin dinero.
En su país de origen comienza a ganarse la vida en puestos docentes y en otros burocráticos. Hasta que se abre campo en la diplomacia. Lo nombran como Secretario en la Embajada de México en Madrid.
DIPLOMATICO
Cumpliendo eficientemente su encargo diplomático, Nervo se dedicó a escribir artículos en revistas y periódicos hispanoamericanos. También publicó varios libros. Entre ellos: de poesía, En voz baja, Serenidad y Elevación. En prosa, Ellos, Mis filosofías y Plenitud.
Libro de poemas.
La revolución mexicana en 1914 interrumpió el servicio diplomático del poeta que regresó a su país, acercándose otra vez a la pobreza. Cuatro años más tarde volvió a ser reconocido como diplomático y fue como Ministro Plenipotenciario a Argentina y Uruguay.Precisamente en este país murió el 24 de mayo de 1919 a los 48 años de edad.. Su cadáver fue trasladado a México donde se le tributó un homenaje sin precedentes.
Incluimos uno de los mejores poemas del insigne poeta que vivió, en muchas oportunidades en la tragedia. Su padre se murió en forma inesperada y de un momento a otro. El hermano se suicido y uno de sus amorees también partió a la eternidad. Sin embargo, Nervo siempre le cantó al amor. Lo prueba Leonor.
A Leonor
Tu cabellera es negra como el ala
del misterio; tan negra como un lóbrego
jamás como un adiós, como un ¡quien sabe!
Pero hay algo más negro aún: ¡tus ojos!
Tus ojos son dos magos pensativos,
dos esfinges que duermen en la sombra,
dos enigmas muy bellos…Pero hay algo,
pero hay algo más bello aún: tu boca.
Tú boca ¡oh si!; tú boca, hecha divinamente
para el amor, para la cálida
comunión del amor, tu boca joven;
pero hay algo mejor aún: ¡tú alma!
Tú alma recogida, silenciosa,
de piedades tan hondas como el piélago,
de ternuras tan hondas…
Pero hay algo,
pero hay algo más hondo aún: ¡tú ensueño!
De este poeta y debo decir que no sabia que era mexicano me gusta un poema que se llama en Paz que precisamente he recibido en mi correspondencia electronica. ¿Podrán publicarlo?
ResponderEliminarMe encantan los poemas de Amado Nervo.
ResponderEliminarSe paso el poema a Leonor. Que tal sensibilidad. Que tal amor. GBC.
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