viernes, 11 de abril de 2014

AVANCE SOBRE LENINGRADO

Al iniciarse la operación “Barabaroja”, ningún Grupo de Ejércitos se enfrentó con una misión tan importante como el Grupo de Ejércitos Norte, de von Leeb: en efecto, los otros dos grupos no debían cubrir distancias tan grandes y con escasas fuerzas acorazadas para efectuar el ataque. No obstante,  Leeb consiguió brillantes resultados en brevísimo tiempo y sólo se detuvo teniendo ya a la vista el objetivo final. A continuación la marcha desde Prusia Oriental hasta los suburbios de Leningrado.
La orden “Barbaroja” dada el 31 de Enero de 1941 por el OKH asignó al Grupo de Ejércitos Norte la siguiente misión: “Destruir las fuerzas enemigas situadas en el sector del Báltico y mediante la ocupación de los puertos de este mar, de Leningrado y Kronstadt, arrebatar sus bases a la Escuadra rusa. El OKH se ocupará de asegurar la conveniente cooperación con las potentes y rápidas fuerzas del Grupo de Ejércitos del Centro”.
Al Grupo de Ejércitos Norte se le había mantenido deliberadamente más débil que los otros. El constante envío de refuerzos se hizo necesario a causa de que la distancia que separaba al frente de los principales objetivos-más de 800 kilómetros-se veía aumentada en más del 50% por la extensión del mismo hacia el Norte, hasta el golfo de Finlandia. La orden relativa a la operación mencionaba explícitamente el  “posible envío de refuerzos” para responder a las ideas estratégicas de Hitler, el cual no se cansaba en insistir sobre la importancia de la conquista de Leningrado.



Leningrado en plena guerra.

CONTRADICCION
Pero aquella redistribución de las fuerzas disponibles dependería del curso de los acontecimientos en otros sectores. Y como el plan ofensivo del OKH se concentraba sobre Moscú, desde el principio, el plan de Hitler estuvo en franca contradicción con el del OKH en cuanto a los tiempos en que se debían efectuar los ataques contra los dos principales objetivos: Moscú y Leningrado.
Para el desarrollo de las operaciones, el Grupo de Ejércitos Norte disponía de dos Ejércitos de infantería y de un grupo acorazado que comprendían las siguientes fuerzas:
·         Ejército 16 (capitán general Brusch): ocho divisiones de infantería
·         Ejército 18 (capitán general von Küchler) siete divisiones de infantería.
·         4° Panzergruppe (capitán general Hoeppner): tres Panzerdivision en tres divisiones de infantería motorizada y dos divisiones de infantería.
·         Reserva del  Grupo de Ejércitos: tres divisiones de infantería, las cuales debían seguir y apoyar al Ejército 16
Los efectivos totales del Grupo de Ejércitos Norte sumaban, por lo tanto, 20 divisiones de infantería,  tres Panzerdivsion y tres divisiones de infantería motorizada.
FRENTE
Estos efectivos se elevaban a algo más de de la mitad de los que tenían el Grupo de Ejércitos del Centro (que disponía de 47 divisiones). Si además se tienen en cuenta las grandes distancias que debía cubrir, la situación del Grupo de Ejércitos Norte aparece aún más crítica, pues sólo poco más de un tercio de sus efectivos estaba constituido por  unidades móviles.
 Esta relativa inferioridad se reflejaba también en la importancia de las reservas asignadas por el OKH a los diversos Grupos de Ejércitos: mientras el del Centro podía contar con seis divisiones de reserva, el Grupo Norte solamente disponía de tres.
Por otra parte, el comandante en jefe del Grupo de Ejércitos  Norte, Feldmariscal von Leeb, debía enfrentarse con un despliegue enemigo muy diferente del que se enfrentaba a los otros dos Grupos.
 En efecto ante Bock y Rundstedt, las fuerzas rusas estaban desplegadas en un frente amplio, pero poco profundo y con una importante concentración en el gran saliente de Bialystok, que para el Grupo de Ejércitos del Centro constituía una verdadera invitación a efectuar una amplia maniobra de cerco.
RESERVAS
En el Norte, por el contrario,  el despliegue ruso en los países bálticos (recién ocupados) era mucho más corto, pero enormemente más profundo. Las reservas se extendían hasta el territorio que antaño formara parte del imperio ruso, y además había una gran concentración de carros de combate  al este de Pskov. En ningún punto parecía posible, por lo tanto, aplicar una estrategia de cerco.
En apariencia, semejante despliegue de un enemigo todavía no suficientemente preparado debía haber permitido a los alemanes penetrar en profundidad y romper el frente en varias partes. Pero para este tipo de maniobra era imprescindible contar con una gran superioridad de rapidez y de movilidad: después de cada acción parcial, los atacantes deberían desencadenar un nuevo y rápido golpe en profundidad. Y para ello era indispensable poseer unidades rápidas o altamente móviles y saber utilizarlas con gran habilidad.
Leeb decidió colocar sus unidades acorazadas, relativamente débiles, en el centro de su despliegue-al mando del General Hoeppner- y mantener el Panzergruppe bajo sus órdenes directas. Esto último era contrario a lo que se hacía en los demás Grupos de Ejércitos. Pensaba utilizar la rapidez del mismo-muy superior a la marcha de la lenta infantería para avanzar lo más posible en profundidad a lo largo de la línea Dáugavpils-Pskov- Leningrado.



Violencia a discreción.
SORPRESA
El éxito de esta maniobra era incierto. Todo dependía  del factor sorpresa  así como de la resistencia y de la reacción de los rusos. Pero después de los primeros y rápidos éxitos, el comandante en jefe concibió la ofensiva  principal del Grupo de Ejércitos Norte como un movimiento en cuña, con el Panzergruppe en el vértice y la infantería a los lados. El ápice de la cuña debía mantener su empuje el mayor tiempo posible, con objeto de avanzar mucho en dirección a Leningrado.
Toda la potencia ofensiva del Panzergruppe se concentraría en el vértice y no se permitiría la menor dispersión. Todas las medidas de seguridad, en los flancos y en otros lugares, se confiaban a la infantería. Esta debería desencadenar sus ataques principales en los flancos y sobre las zonas más próximas al vértice y debía aprovechar la velocidad del Panzergruppe para ganar terreno lo más pronto posible.
El Ejército 16, que ocupaba el ala meridional, atacaría en dirección de Dágavpils. El Ejército 18 debía ocupar la región báltica, llevando su esfuerzo principal en su flanco derecho, y además trataría de cercar las fuerzas enemigas mediante un avance hacia el Este.
Leeb confiaba en un rápido éxito y esta certeza se hace evidente en su primera y fundamental orden del 05 de Mayo de 1941 a su Grupo de Ejércitos. En la misma se cita a Leningrado como objetivo final de la operación. El principal objetivo del Panzergruppe era el río Dviná a unos 300 kilómetros de distancia, y el segundo, la zona de Ostrov.Pskov, 250 kilómetros más adelante.
¡ADELANTE!
El  principio de avanzar a toda costa, en el que se basaba la operación, se manifiesta en las terminantes palabras de la orden: “¡Adelante¡ No detenerse jamás por ningún motivo. No permitir que  el enemigo, después de retroceder, consolide sus nuevas posiciones”. Dio esta misma orden al 4° Panzergruppe, y este, desde luego, supo cumplirla
El Grupo de Ejércitos del Norte desencadenó la ofensiva principal en el sector central de su frente, al norte de Prusia Oriental y en dirección al río Dviná en las proximidades de Dáugavpils. El Panzergruppe constituiría la punta avanzada, y la infantería, al tiempo que aprovechaba plenamente todos los éxitos, se encargaría también de destruir los principales núcleos de resistencia rusa en los flancos, hasta Kaunas (objetivo del Ejército 16) y Riga (objetivo del Ejército 18).
Las instrucciones dadas al 4° Panzergruppe decían textualmente: “El 4° Panzergruppe creará las condiciones preliminares para un amplio y rápido ataque contra Leningrado. Para alcanzar el objetivo final es indispensable avanzar, en la medida que lo permitan el tiempo y el lugar, aprovechando toda ocasión, no concediendo al enemigo tiempo para crear nuevas posiciones defensivas”. 
GOLPE
El rápido golpe del Panzergruppe-rápido en comparación con el de la infantería que le seguiría- para conseguir los objetivos que tenía asignados, debía aprovechar hasta el máximo la ventaja de la sorpresa.
 Dáugavpils, con dos puentes que salvaban el obstáculo del río, era su primer objetivo, y su conquista se confió por la derecha, al LVI Panzerkorps. Esta gran unidad se encontraba en condiciones ideales para desencadenar el ataque desde su posición al norte del río Memel: la distancia que debía recorrer era más pequeña y las carreteras mucho mejores.
Por la izquierda, el XLI Panzerkorps aseguraría la libertad de movimientos por medio de un ataque dirigido hacia el Norte y avanzaría sobre el Sviná. El General Hoeppner se reservó el derecho de modificar esta directiva según lo aconsejase la marcha de la acción, pues el elemento de mayor importancia era siempre la rapidez.
Junto con las otras unidades del Grupo de Ejércitos, el 4°Panzergruppe atravesó la frontera de Prusia Oriental a las 3.05 horas del 22 de Junio de 1941. Encontró resistencia activa tan sólo en las proximidades de Taurage, por lo que al fin de aquella primera jornada las vanguardias del LVI Panzerkorps habían avanzado unos 60 kilómetros en la dirección principal.
SEÑALES
 Al principio, en ningún sector aparecieron señales de serias reacciones rusas. Pero al día siguiente los reconocimientos aéreos alemanes informaron que fuertes columnas motorizadas enemigas se dirigían hacia el Norte, desde el sector situado al noroeste de Vilna al importante nudo de carreteras de Kedainiiai.
Este punto era el objetivo de la 8° Panzerdivision, la más avanzada del LVI Panzerkorps ¿Se empeñaría una batalla? Según algunos informes, la columna soviética disponía de 200 a 350 carros de combate. Por lo tanto, no era posible limitarse a desbordarla: había que hacerle frente. Pero si la 8° Panzerdivision se veía obligada a empeñarse en combate, esto retrasaría la llegada de las tropas alemanas a aquel importante nudo de  carreteras, lo que pondría en peligro el intento de un avance en profundidad basado en la sorpresa.
¿Cuáles eran las intenciones soviéticas? Aquella misma tarde las unidades acorazadas que avanzaban desde el Oeste llegaron a un punto situado a 10 kilómetros de Kedainiai sin entrar en contacto con las fuerzas rusas.  Más adelante se supo que estas últimas habían cruzado Kedainiai y  proseguido hacia el Noroeste.  En las primeras horas de la tarde, las unidades soviéticas avanzadas atacaron a la 6° Panzerdivision (del XLI Panzerkorps) en Raseiniai, unos 60 kilómetros al oeste.


La destrucción de las bombas en su totalidad.
OFENSIVA
Para las tropas alemanas que avanzaban hacia Dáugavpils aquello fue una magnífica oportunidad que aprovecharon a fondo.  La tarde del 23 de Junio, el Comandante del 4° Panzergruppe ordenó al LVI Panzerkorps que continuara  la ofensiva y confió al XLI Panzerkorps la misión de destruir al enemigo tan afortunadamente evitado y que resultó ser la División Acorazada 2 soviética.
Entre el 24 y 26 de Junio dicha división fue cercada y aniquilada por el citado Panzerkorps al nordeste  de Raseiniiai. Según un mensaje de radio interceptado, ni uno solo de los 200 carros de combate consiguió escapar de la trampa.
Entonces el LVI Panzerkorps se apresuró a aprovechar este éxito. En las primeras horas de la tarde del 24 de Junio, su 7° Panzerdivision alcanzó la carretera principal que unía Kaunas con Dáugavpils en las proximidades de  UKmerge y avanzó por ella sin detenerse. Persiguiendo a una columna soviética en retirada, un grupo de combate especial entró en Dáugavpils en las primera horas de la mañana del 26 de Junio y, venciendo la obstinada resistencia enemiga, se apoderó de los dos puentes.
En las horas que siguieron, este grupo se encontró en una situación crítica. Pero pronto acudieron en su socorro los carros  de combate de la 8° Panzerdivision. Se rechazaron algunos contraataques soviéticos y, aquella misma tarde, dentro de la ciudad, los últimos defensores fueron aniquilados.
ANIQUILADOS
Así, pues, el  formidable obstáculo del rio Dviná había sido salvado con increíble rapidez, aunque era de esperar que los rusos lanzaran otros contraataques. Entre tanto, advirtiendo la debilidad de las fuerzas soviéticas en el Dviná, el General Hoeppner lanzó al ataque su XLI Panzerkorps en un amplio sector del  curso del río, aguas debajo de Daugavpils.
El 23 de Junio los alemanes establecieron cabezas de puente en las proximidades de Livani y Jekabpils, y la tarde del 1° de Julio, después de aniquilar una débil resistencia rusa, ya habían constituido una amplia cabeza de puente de 30 kilómetros de profundidad.
Aseguraron después los abastecimientos a los dos Panzerkorps y, a pesar de las distancias cada vez mayores y de los enérgicos contraataques lanzados por los rusos en Dágavpils, el día 2 de Julio, todo estaba dispuesto para lanzarse contra el segundo objetivo: la  zona de Ostrov-Pskov
La mañana del 2 de Julio, el Panzergruppe emprendió de nuevo el avance hacia el Nordeste. El 4 de Julio, en el ala septentrional, la 1° Panzerdivision ocupó Ostrov, y la 6° después de duros combates, hundió las potentes fortificaciones soviéticas a ambos lados de la carretera Dáugavpils-Ostrov, unos 30 kilómetros al sur de esta última. Y la tarde de aquel mismo día, todavía más al Sur, las tres divisiones rápidas del LVI Panzerkorps alcanzaron, en muchos puntos, la antigua frontera ruso –letona. 
SORPRESA
Lanzando fuerzas rápidas en una dirección imprevista (el mando soviético suponía que el ataque principal se desencadenaría a lo largo de la carretera que se dirigía a Ostrov y pasaba por Riézekne), los alemanes obtuvieron un éxito que pareció superar el conseguido en el Dviná. Por parte rusa, la sorpresa fue tal que los carros de combate, concentrados y prontos a entrar en acción al este de Pskov, no se movieron hasta el 4 de Julio, cuando lanzaron un temerario contraataque en Ostrov.
En el ínterin, la I Panzerdivision había recibido refuerzos y todos los ataques rusos de los días 5 y 6 fueron rechazados. No menos de 140 carros soviéticos quedaron en el campo de batalla y los alemanes prosiguieron su marcha hacia Pskov.
Aquella brillante ofensiva que permitió a los alemanes entrar incluso en el territorio de la antigua Rusia imperial, sólo tuvo un serio contratiempo. Al otro lado de la anterior frontera, el LVI Panzerkorps se encontró con un terreno tan pantanoso e impenetrable que la idea de un ulterior avance hacia Opochka tuvo que ser abandonada, por lo que el grueso de la unidad se dirigió hacia el Norte, en dirección a Ostrov.
En tal situación, esto suponía una pérdida de tiempo y debilitamiento temporal de la acción ofensiva que reveló a los alemanes un hecho muy importante: un terreno poco apto es un elemento que reduce en gran manera la eficacia de los carros de combate.


El sufrimiento de las mujeres en un clima infernal.

PROBLEMA
El  7 de Julio, el principal problema que el mando del Grupo de Ejércitos Norte tuvo que afrontar fue el de elegir la manera de aprovechar la imprevista rapidez del avance del Panzergruppe hacia la zona del Pskov.
 A partir de la mañana del 4 de Julio, el grueso de la infantería había comenzado a atravesar el Dviná sobre un amplio frente. Pero si el Panzergruppe continuaba avanzando a la misma velocidad, muy pronto se encontraría demasiado lejos y sólo podría contar con sus propias fuerzas: cuanto más adelante llegue, más al descubierto esta por sus propios flancos.
 Más, por otra parte, las fuerzas soviéticas se estaban retirando con tal confusión que era lógico permitirse cierta audacia-o incluso temeridad- por lo cual el General Hoeppner llegó a la conclusión de que el avance rápido podía continuar sin interrupción hacia Leningrado con la esperanza de que la capacidad combativa de su Panzergruppe sería suficiente para lanzar un ataque por sorpresa contra los suburbios de la ciudad.
Por lo tanto, aquel día, ambos Panzerkorps avanzaban rápidamente por las dos únicas carreteras que conducían a Leningrado: por la derecha, el LVI Panzerkorps se dirigía de Ostrov a Pórojov, Nóvgorod y Chudovo. Por la izquierda el XLI Panzerkorps avanzaba desde Pskov hacia Luga y Kingisepp. Pero el terreno dificultaba la marcha de los carros en combate y además la resistencia soviética se iba haciendo cada vez más tenaz.
BOSQUES
En la región cubierta de bosques y pantanos que los alemanes habían alcanzado, pequeños grupos rusos podrían detener divisiones enteras, pues a éstas no les sería posible desplegar allí en orden de combate.
 Así, pues, en aquel lugar las fuerzas acorazadas germanas no podían ver  su indiscutible superioridad. Por lo que su ritmo de avance se redujo hasta ser sustancialmente igual  al de la infantería. Con ello las posibilidades de un rápido éxito basado en la sorpresa se desvanecieron ¡Qué se podía hacer entonces?
Reinhardt, el General que manejaba el XLI Punzerkorps, propuso dirigir las fuerzas hacia el Norte, a lo largo del curso bajo  del río Luga, con el objeto de alcanzar los terrenos más practicables del litoral meridional del golfo de Finlandia.
Esto ofrecía a las tropas acorazadas buenas posibilidades de llegar a Leningrado sin encontrar obstáculos demasiado serios, a la vez que las ponía en condiciones de emplear todo su potencial de fuego y movilidad. Pero a esta proposición de transferir todas las unidades acorazadas a otro sector se le podían oponer dos objeciones:
·         Sería muy  difícil llegar a la zona en cuestión, pues era preciso recorrer más de 1,600 kilómetros de terrenos arenosos y pantanosos con bosques impenetrables.
·         Adoptar esta solución significaría contravenir la orden fundamental dada por el OKH que era avanzar hacia Leningrado por el Sudeste, vía Nóvgorod.


I  Inspección militar al centímetro.
I
TODO
A pesar de todo el General  Hoepner decidió enviar el XLI Panzerkorps a lo largo del curso bajo del Luga. Antes de abandonar la idea de alcanzar el objetivo mediante un rápido golpe en profundidad, había que intentarlo todo.
Esperar la llegada de la infantería supondría una grave pérdida de tiempo, lo que favorecería al Ejército ruso precisamente en un momento en que se encontraba en graves dificultades. Un avance rápido a través de Novgorod ni siquiera se podía tomar en consideración, teniendo en cuenta la distribución de las tropas soviéticas y la naturaleza del terreno. Además, la necesidad de proteger el Volojov el flanco descubierto pondría en peligro la eficacia de las unidades acorazadas alemanas
Desde luego, era una decisión difícil e tomar, pero no imposible, Mas adelante Leeb se mostró de acuerdo con ella. La tarde del 14 de Julio, el XLI Panzerkorps alcanzó el bajo Luga y, después de arrollar una débil resistencia estableció dos cabezas de puente en el rio cerca de Sabsk y Porechie. Leningrado estaba a unos 100 kilómetros. 
COMBATES
Las operaciones no se  desarrollaron de acuerdo a los planes previstos. Como consecuencia de una mayor resistencia soviética y por los cambios en la organización. Mientras tanto, violentos combates se realizaban en torno a la bolsa de Bialystok y Minsk.
Una batalla se libró en los alrededores de Nevel, zona intermedia entre los sectores correspondientes al  Grupo de Ejércitos del Norte y del Centro. El avance resultó lento. Una victoria decisiva en el frente de Leningrado decidiría también la suerte de todas las fuerzas soviéticas situadas en Estonia y aún más a  Occidente.
La posibilidad de proseguir con ritmo rápido la ofensiva resultaba ya bastante dudosa a los ojos del mando del Grupo de Ejércitos, después de todo no se podía excluir que un audaz golpe de mano quizá tuviera éxito. Pero el abastecimiento y la reconstrucción de la carretera exigían cierto tiempo
A la mitad de Julio, la actitud respecto a una ofensiva rápida contra Leningrado se hizo cada vez más vacilante. Después de un mes de continuos combates y de marchas forzadas- a menudo con unas temperaturas tórridas- las tropas alemanas, y en especial la infantería, estaban exhaustas. Reinaba el desacuerdo y la confusión.
Nació un nuevo plan a mediados de agosto para realizar un ataque por parte del Grupo de Ejércitos del Norte sobre Leningrado, el cual se desencadenaría siguiendo una nueva dirección. Había que eliminar todo núcleo de resistencia soviética en la carretera principal, puesto que era la única ruta hacia Leningrado que se hallaba completamente utilizable.

Los tanques cumplen su labor de defensa y ataque.

EXITO
Por fortuna los intentos del General Hoeppner de mantener en contacto sus grandes unidades motorizadas habían tenido éxito. El ataque se fijo para el 8 de Agosto. Ese día, bajo una lluvia torrencial, las divisiones germanas salieron de las cabezas del puente Luga. Los rusos opusieron una fuerte y enérgica resistencia.
En el transcurso de los dos días siguientes, las fuerzas germanas entraron el bosque y lo rebasaron, alcanzando de nuevo terreno abierto. Los combates continuaron encarnizados hasta el 12 de agosto, fecha en que, al fin, triunfaron los alemanes. Cuatro divisiones motorizadas se dirigían rápidamente hacia Leningrado. Nóvgorod capituló y el grueso e las tropas rusas huyeron
Las tropas alemanas comenzaron a avanzar con mayor rapidez por la carretera que conducía al Norte. El 20 de Agosto cayó Chudovo. El 28 de Agosto se llegó a Liubn, a sólo 80 kilómetros de la meta señalada. El 28 de agosto se alcanzó los suburbios de Leningrado en las cercanías de Isora y a menos de 20 kilómetros de la ciudad. 
MESETA
El  Cuerpo de Ejército XLI soviético se vio obligado a retirarse a través de los grandes pantanos que se encontraban al este de la carretera y en el transcurso de la primera quincena de Septiembre, fue aniquilado en la bolsa de Luga donde 20 mil rusos cayeron prisioneros.  En  Estonia, todas las tropas rusas allí desplazadas habían sido eliminadas.
La acción comenzó el 9 de Setiembre. Dos días después el XLI Panzerkorps conquista mediante un violento ataque la meseta de Duderhof, desde la cual se dominaba la ciudad. El 15, los alemanes se apoderaron de Uristk y el litoral del golfo de Finlandia. El cerco de Leningrado se completaba,
La ofensiva inicial cubrió más de 70 kilómetros en tres días. Las victorias con los carros de combate se cumplieron en Dáugavpils, Ostrov y Pskov en el factor sorpresa estrechamente vinculado al empleo de medios veloces. Las batallas de Raseiniai y Ostrov se ganaron gracias a la inteligente concentración de una superior potencia de fuego contra un enemigo desplegado en profundidad.


La lucha decidida entre los cerros.

La infantería con sus admirables marchas forzadas permitió que el avance alamán se mantuviera en una elevada progresión. Faltaban 100 kilómetros para Leningrado. Los rusos continuaron retirándose. La ciudad iba a ser asediada y los alemanes con su fuerza superior fueron capaces de hacerlo. Leningrado pasó a  su poder.
Según los especialistas, las lecciones que se pueden aprender  de cuanto sucedió en Leningrado es que las órdenes han de partir de la línea del frente al cual las mismas conciernen. Y esto es válido, de un modo muy particular, para las operaciones realizadas con fuerzas acorazadas, en las cuales la situación y las ocasiones favorables cambian con extrema rapidez.
Tanto la una como las otras no pueden ser correctamente evaluadas en la retaguardia, tal como se hacía en tiempos pasados en las batallas de infantería. Una exacta valoración de los hechos en la línea del frente era condición esencial si se quería que la ofensiva contra Leningrado tuviera éxito. (Editado, resumido  y condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)

1 comentario:

  1. Lei un libro -"Moscu 1941- escrito por un diplomático ingles que sirvio en la embajada de su pais en Moscu; es un testimonio personal y una serie de relatos personales de protagonistas rusos que los libros oficiales de un lado y de otro sobre la guerra no recogen. Muy interesante.
    Stalin no hacia caso a quienes le decian que Hitler preparaba el ataque. Temeroso de acciones políticas internas para desestabilizarlo, creia que eran rumores con el deseo de enfrentarlo con este. Castigaba con crueldad, desconfiaba de sus jefes militares a mas de uno condeno a muerte. La defensa fue un desastre. Los salvo el crudo invierno. Hitler también se equivoco al creer que esto era un paseo. No salio el pueblo a su favor como le habían dicho ocurriría porque estaban deseosos de liberarse de su torturador. No fue así, resistían patrioticamente.
    El avance alemán se vio facilitado por el desorden de la defensa a causa de la terquedad de Stalin al no creer incluso en los informes secretos que le llegaban. Cuando ya era evidente el ataque, dijo que lo hacían oficiales alemanes que querían complicar a Hitler. Solo se desencanto cuando este no respondía sus mensajes y luego lo visita el Embajador alemán para entregarle un documento formalizando la declaratoria de guerra. Ya estaba el ejercito nazi en territorio ruso.
    El ejercito ruso al retroceder arrasaba las propias aldeas y pueblos de su patria para que el enemigo no pueda re abastecerse. Horroroso. A menos de 100 kms de Moscu, los tanques enemigos estaban atascados en la nieve. Sus soldados morían de hambre y frio. Se perdió la linea de abastecimiento. Faltaban municiones. Millones de rusos habían muerto.
    Saludos
    Bernardino

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