La violencia no es la cima del
valor, decía Mahatma Ghandi. Cabe suponer que para algunos norteamericanos ese
concepto no tenía vigencia y que para muchos lo perdió, definitivamente, cuando
el 4 de Abril de 1968 fue asesinado el líder pacifista Martin Luther King.
Había nacido en Atlanta el 15 de Enero de 1929. Al finalizar su bachillerato en
Teología, optó por la filosofía de la
“no violencia”. Nombrado líder de la
Asociación de Montgomery para luchar con pasión, decisión y efectividad por los
derechos legítimos de los negros tan
vilipendiados a lo largo de la historia de Estados Unidos, uno de los países
más poderosos del mundo con lacras sociales inaceptables.
Luego de una agotadora campaña
por los derechos humanos en la que recorrió 400 mil kilómetros fue arrestado y encarcelado.
Encabezó la primera manifestación oponiéndose contra la Guerra de Vietnam y una
tarde nublada por casi finalizar, a las 18 horas y un minuto, un balazo en el
cuello proveniente de una Remington 30, con mira telescópica, acabó con su
vida.
Nunca se supo con exactitud, quién fue su
asesino. Una posibilidad en la palestra
de las hipótesis. La otra pudo ser quiénes fueron los malvados que no
respetaron una vida tan valiosa. Muchas
teorías y especulaciones, varios juicios en los tribunales. Pero, en
ningún momento, precisiones que pudieran haber dado con la verdad
El crimen de Luther King desató
la violencia, así como el de John Kennedy provocó el estupor. Un hombre que
había conquistado el Premio Nobel de la Paz se constituyó, irónicamente, en la
bandera que esgrimieron grupos de desorbitados para crear el caos en varias
ciudades de Estados Unidos.
Martin Luther King: orador convincente.
Martin Luther King: orador convincente.
EL CAOS
Hubo muertos, heridos, saqueos.
Miles de negros se lanzaron a las calles y motivaron la intervención de tropas
y paracaidistas. El Vicepresidente de la República, Hubert Humphrey, dijo
públicamente: “Este crimen llena de vergüenza a nuestro país”.
Las reflexiones que afloraron con
John Kennedy se repitieron con Luther King. Nadie creyó como ocurriría dos
meses más tarde con el asesinato de Robert Francis Kennedy (RFK), en la existencia de un
único homicida.
La humanidad comenzó nuevamente a
estrechar filas en el tenebroso mundo de las dudas. “Estamos sumidos en la
violencia y en la maldición del mundo”, clamaba el diputado demócrata Frank
Church y tenía razón.
Afortunadamente el hombre
encuentra el camino. Hubo muertos y heridos, pero Estados Unidos reencontró
paulatinamente su vital normalidad, por lo menos durante un breve lapso. Dos
meses después era brutalmente asesinado Robert Kennedy: senador, candidato a la
presidencia del país.
Robert Kennedy: defensor de los derechos humanos.
Robert Kennedy: defensor de los derechos humanos.
LIDER
Un discutido valiente como lo
llamaban sus defensores, un “hambriento de poder” como lo calificaron quienes no lo querían. RFK había tomado en
parte la antorcha de su hermano John Fitzgerald, combatió el crimen organizado,
cuestionó la posición de los Estados Unidos respecto de Vietnam. Era
brutalmente franco y duro, pese a su arrebatadora simpatía.
De su enfrentamiento con el
presidente de los gremios de camioneros, los diarios reprodujeron el siguiente
diálogo:
-Kennedy: “Yo diría que usted
carece de coraje para contestar ¿no es así señor Glimco?
-Yo, respetuosamente, declino
responder.
-Moralmente es usted un cobarde
¿es esto verdad, señor Glimco?
-Yo respetuosamente declino
responder.
Glimco terminó encarcelado.
El 5 de Junio de 1968, un pistolero jordano
dispara ocho tiros contra Robert Kennedy, quien gravemente herido fallece 25
horas después. El Senador Ralph Yarboborough exclamó: “lo horrible de la
situación es que el asesinato político se haya hecho tan común en este país”.
ROSAS ROJAS
No era rigurosamente nuevo.
Estados Unidos fue y es un país violento, fuerte, crítico y apasionante. Ha
sido y será, sin duda, protagonista de otros hechos, que ponen a prueba la
ecuanimidad de los juicios y la mesura de las interpretaciones.
Robert cayó. Pero antes habían
quedado en el camino las “rosas rojas de Dallas”, con su hermano John. La
dramática apelación del escritor Baldwin, emparentada con su líder Luther King,
cuando afirmó: “No soy negro, soy hombre”.
Y un poco más lejanos en la
regresión del doloroso camino, Abraham Lincoln en 1865. James Garfield en 1881.
Theodoro Roosevelt herido en 1912. Claro, que nunca como en 1968, la muerte,
ese hecho irreversible, contundente y bestial, golpeó tan profundamente los
tejidos de la sociedad americana y del mundo.
RFK fue Fiscal General de los Estados Unidos,
desde 1961 hasta 1964. Era uno de los hermanos menores del Presidente Kennedy y
uno de sus principales consejeros. Trabajó estrechamente en la crisis de los
misiles con Cuba.
Tras el asesinato del mandatario se mantuvo en el alto cargo
durante 9 meses junto al Jefe de Estado, Lyndon B. Johnson. Renunció en Setiembre de 1964 y
resultó elegido Senador por Nueva York. Puso
fin a su relación con este último por discrepar respecto a la Guerra de
Vietnam. Era un pacifista por excelencia.
El lider de la paz se dirige a la multitud de seguidores.
El lider de la paz se dirige a la multitud de seguidores.
CAMPAÑA
Anunció su propia campaña para la Presidencia de la
República, en una batalla por el control del Partido Demócrata. Kennedy venció a Eugene Mc Carthy, en la elección primaria de California.
Pero fue asesinado después de realizar su discurso de victoria, la madrugada
del 5 de Junio de 1968, falleciendo al día siguiente. Abogado de profesión.
Conoció la noticia del asesinato
de Luther King y pronunció un discurso en el que llamó a la reconciliación de
las razas. En los días que siguieron a esta desaparición, cientos de personas
resultaron heridas y 43 de ellas asesinadas.
Con el camino hacia el triunfo de
candidato presidencial y en plena campaña, cuando estaba en el Hotel Ambassador
de Los Angeles, mientras se dirigía por un pasillo lleno de gente, hacia las
cocinas del establecimiento, un hombre de 24 años de ascendencia palestina,
Sirhan Bishara Sirhan, le disparó a quemarropa.
Lo mismo que a varias personas que resultaron
heridas. El asesino confesó su crimen por ser contrario al apoyo político a
Israel que brindaba el Senador y se le
condenó a cadena perpetua. Falleció
a los 42 años en el Hospital El Buen Samaritano de Los Angeles y está
enterrado cerca de su hermano John en el Cementerio de Arlington.
Luther King fue un pastor norteamericano de la Iglesia
Bautista que desarrolló en su país una labor crucial al frente del movimiento
por los derechos civiles para los afroestaunidenses y que, además, participó como activista en numerosas protestas contra
la Guerra de Vietnam y la pobreza en general de los más necesitados.
Precisos instantes después del ataque asesino a Kennedy.
Precisos instantes después del ataque asesino a Kennedy.
EL PACIFISMO
Quería terminar con la
segregación y la discriminación racial a través de medios pacíficos alejados,
por completo, de la violencia. Lo condecoraron con el Premio Nobel de la Paz y asesinaron
en Memphis cuando se preparaba para asistir a una cena informal de amigos.
Organizó y llevó a cabo diversas
actividades pacíficas reclamando el derecho al voto, la desaparición de la
discriminación para la gente negra norteamericana. Entre sus acciones más
recordadas están el boicot de autobuses en Montgomery en 1956, su apoyo a la
conferencia de los cristianos y el liderazgo de la Marcha sobre Washington por
el Trabajo y la Libertad, en Agosto de 1963.
Pronunció al final de este último
trascendental evento su famoso discurso denominado “Yo tengo un sueño” gracias
al cual se extendería por todo el país la conciencia pública sobre los derechos
civiles. Era uno de los mejores oradores de la historia de Estados Unidos.Contrajo
matrimonio con Coretta Scott con quien tuvo cuatro hijos: Yolanda King, Martin Luther King III, Dexter
Scott King y Bernice King.
Dos vidas que se fueron de forma
violenta y enteramente cobarde. Dos vidas que contribuyeron, decididamente, en la
necesidad de las igualdades y la paz para el bien de la sociedad. Dos vidas
entregadas por completo a servir a los
demás Luther King y Robert Kennedy si que contribuyeron a la humanidad y nunca
serán olvidados.
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