jueves, 2 de diciembre de 2010

EL DESTRUCTOR DEL MITO STALIN

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) fue una confederación de estados socialistas basada en la ideología comunista que tuvo preponderancia en el mundo, a partir de 1917 hasta su disolución en 1991.
Llegó a ser el modelo de referencia para futuros estados de este tipo en la guerra fría y uno de sus principales gobernantes durante once años, entre 1953 y 1964, resultó Nikita Kruschev, quien cambió por completo la vida de su país.
Uno de sus principales méritos fue el haber destruido el mito Stalin,  neutralizar en su momento una inminente guerra nuclear y propugnar la coexistencia pacífica y el acercamiento de su país con  Occidente.
Cabe recordar además, como un hecho objetivo de la historia del marxismo que en los tiempos que detentó el poder se enfriaron por completo las relaciones de su país con la China de Mao. A pesar de que los unía la misma ideología.
Nació en la aldea de Kalinovska cerca de Ucrania en 1894. Su padre era obrero. De muy niño, Nikita debió emplearse como pastor. A los 15 años, en condiciones muy duras, trabajó en las minas ucranianas.
No sabía escribir y prefería dedicar, en sus ratos libres, toda su vitalidad a la buena comida, el baile y la bebida. Durante la primera guerra mundial, no fue enviado a luchar al frente por ser un obrero especializado.

Nikita Kruschev
EPISODIO INOLVIDABLE
Tuvo afición por la pesca y  la practicaba en los pantanos del Príncipe Kovoluski. Un buen día lo sorprendió el guardabosque del noble zarista quien, después de apalearlo, lo entregó maniatado al jefe de la policía imperial. Esta autoridad, tras azotarlo con un látigo de plomo, lo dejó en libertad. Nikita no olvidó jamás este episodio. No era para menos.
A partir de ese momento, comenzó a participar en los movimientos revolucionarios de los obreros. En abril de 1918, a los 24 años, Kruschev se inscribió en el  Partido Comunista Bolchevique.
Formó parte de la guardia roja y combatió en las guerrillas contra las tropas zaristas. Estudió marxismo, matemáticas y técnica agrícola. Luego alcanzó el puesto de jefe de un distrito del partido.
Kruschev se trasladó a Moscú para estudiar en la Academia Industrial Stalin. Volvió a Ucrania como Primer Secretario del Partido Comunista de esa región destacando, sobre todo, por haberse convertido en un experto de la tierra y especialista en elevar la producción de la agricultura.
SECRETARIO DE STALIN
En aquel entonces, nombrado Teniente General, impidió que el Ejército Nazi se apoderara de las tierras ucranianas. Para cumplir ello destruyó los cultivos, dejando sólo campos humeantes a los alemanes. Finalizado el conflicto, el mismo organizó la reconstrucción de esa extensa región.
En 1949, Stalin lo nombró su secretario personal. Nikita conoció al líder en casa  de otro jerarca Kaganóvich, en una reunión durante la cual, los invitados tomaron el té, escucharon música y hasta bailaron.
Pero Kruschev no sólo se dedicó a ello, sino que cantó con voz agradable y contó anécdotas que hicieron reír a todo el mundo. Sobre todo a Stalin. Según algunas versiones, lo que más ayudó a Nikita en ganarse el favor del viejo dictador fue su baja estatura, l metro con 60 centímetros.
 A Stalin no le gustaba que nadie fuese más alto que él. En aquella época, Kruschev  era esbelto, muy lejos de los 120 kilos de los que tuvo posteriormente y, en aquel entonces, tenía una negra y ondulada cabellera.
De acuerdo a algunos de sus biógrafos, Kruschev participó activamente en las famosas y nefastas depuraciones stalinianas. En una oportunidad, se habría dirigido a Rostov con un poder ilimitado dado por el dictador para aclarar la acusación de traición contra el jefe del gobierno local Cheboldiev que fue detenido, trasladado a Moscú y luego asesinado en los sótanos de  Luibanka.
Budo Savanidze, sobrino de Stalin, sostuvo que Kruschev organizó la tremenda purga que ocurrió en Ucrania en la que perdieron la vida alrededor de 300 funcionarios estatales, centenares de miembros del partido comunista ucraniano y deportó a Siberia a otro gran número de lideres que se oponían a la política staliniana. Tales tropelías nunca fueron reconocidas por el dirigente soviético.



Conversando con John F. Kennedy, Presidente de Estados Unidos
HACIA LA CUMBRE
José Stalin murió en 1953. Lo reemplazaron a la cabeza del gobierno: Malenkov, Molotov, Bulganin, Beria y Kaganóvich. De todos ellos, Malenkov era el más destacado por su calidad de secretario general del partido y de presidente del Consejo.  Pero renunció a los cargos que ejercía y fue sustituido por Kruschev que le arrebató el poder  ¿Cómo?
El nuevo jerarca demostró que los planes de gobierno de Malenkov  no eran buenos. Quería  elevar el nivel produciendo más artículos de consumo, reduciendo el presupuesto de armamentos porque no creía en la posibilidad de una agresión capitalista.
Su antagonista y triunfador demostró que el peligro de guerra era latente. En lo que respecta a agricultura, Malenkov opinó que la producción de cereales no lo era todo.  Su rival estimó que dicha producción era primordial.
DESTRUYE EL MITO
Además el ucraniano deseaba explotar las regiones desérticas de Kasajtan y  Siberia. Este plan le dio una popularidad sin precedentes. El pueblo lo llamo “Camarada Maíz”. Apoyado por Molotov y el Ejército logró derrotar a Malenkov y dejar sin efecto los planes de éste.
Entonces, Malenkov desesperado quiso entenderse con los países occidentales para garantizar la paz en Rusia. Pero fracasó. En febrero de 1955, ante tal situación y viendo que no podía gobernar como el quería, renunció a la presidencia del Consejo.
Habían pasado dos años de la muerte de Stalin. Pero nadie se atrevía a juzgar la obra del dictador. Entonces, en 1956, Kruschev convocó al Congreso del  Partido Comunista Ruso y el 24 de febrero, a puerta cerrada, leyó su análisis sobre este tema.
El informe fue denunciado a pesar de que el que acusaba-se comentaba con cierto fundamento y pruebas-había participado activamente en el gobierno del dictador y en las atrocidadades cometidas. Sin embargo, culpó abiertamente a Stalin del asesinato en 1934 de 1,108 delegados del Congreso y de 98 miembros del Comité Central.
Sobre todo, insistió en la enfermedad mental de su jefe en los últimos tiempos: “padecía manía persecutoria, era cruel y brutal, inventaba y formulaba teorías absurdas sobre la fatalidad de la guerra entre potencias capitalistas”.
Además Stalin, en los últimos días de su vida, decidió eliminar una gran parte de los miembros más destacados del partido. En Rusia esta crítica provocó cierta inquietud, pero no daños mayores. Todo lo contrario ocurrió en Hungría y Polonia, donde se exigieron cambios radicales que impidieran la repetición de los crímenes y se reclamó mayor independencia de Moscú.
El nuevo jerarca del comunismo soviético  redujo a su mínima expresión a los otros dirigentes como Bulganin, Molotov y Kaganóvich. Quedó como dueño del poder, ostentando los cargos de Primer Ministro y Secretario General del  Partido Comunista. Había triunfado con su política de apertura y de acusación directa a Stalin, comprometiendo mucho a sus antiguos camaradas.



Risas y abrazos entrre Fidel Castro y Nikita.
VIAJA A ESTADOS UNIDOS
En esta condición, inició su política de acercamiento a las políticas occidentales. Viajó a Estados Unidos a entrevistarse con el Presidente  Eisenhower. Se ganó la simpatía del exterior, aunque sus actitudes provocaron escozor entre los ortodoxos comunistas. Pero lo cierto es que ya detentaba el poder con fuerza.
Su manifiesta afición a la comida lo hizo manifestar que pondría una granja, para su consumo personal, con la cría de los pavos blancos que le regalaron en Estados Unidos. En sus giras por el mundo, mostró su buen humor derramando refranes y frases ingeniosas.
En efecto, en Francia declaró “el sistema capitalista y comunista han sido creados por Dios”. Anteriormente mandó a decir a Tito que “todo tratado en Yugoslavia es nulo si éste no cambia su  mujer con el primer miembro del   Presidium del Soviet Supremo llamado Nklita Kruschev”.
Pero el líder comunista no era siempre  bromista o contemporizador. Lo demostró con creces cuando se sacó  un zapato y golpeó con el tacó, a manera de protesta contra el capitalismo, el escritorio del estrado de la delegación soviética en plena sesión solemne de la Organización de Naciones Unidas.
Kruschev, durante su gobierno además del acercamiento con occidente, abogó por el desarme mundial. Sin embargo, se opuso a firmar la paz definitiva con Alemania. Prometió ayuda a todos los pueblos subyugados y rompió con China Comunista.
Sus envíos de armas, combustible, maquinaria y dinero fueron decisivos para la supervivencia de la Cuba de Fidel Castro. En el frente interno, modificó el  Código Penal, llevó a cabo grandes esfuerzos para mejorar el nivel de vida. Pero en los proyectos sobre agricultura fracasó rotundamente.
No así en el campo científico y astronómico soviético donde se hicieron grandes adelantos. Desde el Sputnik hasta  Yuri Gagarín, el  primer hombre que realizó un vuelo orbital en 1961. Ese mismo año fue depuesto. Lo acusaron de “frívolo, aburguesado, responsable de haber reavivado el culto a una persona y de haber fracasado  en la política rural”.
Su juego político siempre estaba en resonancia con el humor. Realizaba  combinaciones políticas de éxito a cada rato. Era, eso si, incapaz de contener su furor. Sus contrincantes le temían. A partir de 1963, el líder comunista se recluyó en su casa de campo cerca de Moscú hasta que murió en 1973. Antes había perdido todos sus poderes políticos.

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