martes, 19 de junio de 2012

PARDO, DEMOCRACIA Y EJEMPLO

Hay un mérito innegable que lo registró ante la historia al conformar un flamante partido político y convertirse por el voto popular en el  primer presidente civil del Perú, donde puso sin vacilar: honestidad, honradez y seriedad rayanas en la admiración. Lo hizo con firmeza, después de medio siglo de vida republicana. Más aún subrayable y destacable cuando hoy en día carecemos, a plenitud  en pleno siglo XXI,  de estas agrupaciones tan necesarias e imprescindibles para el país. Ejemplo a seguir. Entero ejemplo, a carta cabal, de insigne demócrata
Ejerció esos trascendentales atributos, inclusive, en una época muy convulsionada, tremendamente violenta.  Pero lo evidente es que mucho acertó en sus actos de gobierno, en diferentes aspectos de la vida nacional.
Sobre todo en la educación y la cultura, promoción de proyectos de ferrocarriles y vías publicas, la preocupación por la ganadería y la minería como efectiva inversión. Además mostró impecable, lo que muy pocos  políticos tienen, un manejo de los asuntos públicos como  autentico y coherente estadista.  
Sin embargo, también cometió errores garrafales en otros casos, como los de Defensa Nacional, que dejaron cola de derrota para la Guerra del Pacífico y consecuencias posteriores enteramente nefastas.
Manuel Pardo y Lavalle
Manuel Pardo y Lavalle.


BASADRE
Pero, en el balance crítico de la historia, aparece como un mandatario que merece recordarse. Decididamente. Lo que no hizo o lo hizo mal fue producto exclusivo de un hecho en si insuperable: en este caso, la tremenda crisis económica que sufría el Perú. Era bárbara, por si acaso.
Lo remarca, sin apasionamiento e imparcialidad a manera de entero espaldarazo, nada más y nada menos que el eminente intelectual Jorge Basadre en su “Historia de la República del Perú”, cuando sin ambages y con precisión, afirma lo siguiente: “Su mano gubernamental fue la de un reformador intrépido y bien intencionado. Había en él decisión, coraje y espíritu creador con intensa obra de estadista. Mas allá de la crisis económica que heredó y se registró durante su gobierno”.
Manuel Pardo y Lavalle nació en Lima el 9 de Agosto de 1834 y a los 37 años inició el extraordinario movimiento cívico, con partido propio cohesionado, que lo condujo a la Presidencia de la República. Fue hijo de Felipe Pardo y Aliaga, el gran poeta y político de destacada figuración a comienzos de la República y de una distinguida dama limeña, Petronila de Lavalle y Cavero.
ESTUDIOS
Estudió en el Colegio Comercial de Valparaíso y en el Instituto de Santiago por encontrarse su padre emigrado en Chile. De regreso en Lima siguió su preparación en el Colegio de Guadalupe para pasar al San Carlos, dirigido por el prócer Bartolomé Herrera.
Con su familia viajó a España en Marzo de 1850 y siguió algunos cursos en la Universidad de Barcelona y en el Colegio de Francia bajo la tutela de su tío, el Coronel Juan Pardo. Su regreso al Perú se efectuó en 1852.
Culto y capaz, escribió diversos ensayos. La mayor parte de los cuales aparecieron en la Revista de Lima. Sus temas fueron: La Provincia de Jauja, El Partido de Lambayeque en el siglo XVIII, la Inmigración Vasca, La Vacancia en el Proyecto del Código Penal, Los Ferrocarriles, El Crédito Hipotecario en Francia, La Sociedad de Beneficencia. Además de una sustanciosa biografía en el prólogo  de las obras de su padre y otros trabajos de innegable valor
Era alto, fornido, con carácter reposado y sereno. Rostro lleno y redondo. Facciones marcadas: ojos pequeños, nariz correcta, frente amplia, labios gruesos. Usaba pera y bigote espeso y poblado. Nuca gruesa.
COMERCIANTE
 Algunas canas asomaban en su negro cabello que formaban bucles encima de las sienes y por detrás de la cabeza. Blanco, terso. Llevaba siempre camisa de cuello con corbata. Nunca usó ropas de color. Lo acompañaba una levita negra, sombrero alto y pantalón oscuro. Costumbres marcadas y evidentes en la vestimenta de la época que le tocó vivir.
Sus actividades principales de trabajo fueron el comercio y la agricultura. Estableció un negocio de importaciones en Europa, contrató el suministro de calzado y otros artículos para el Ejército y, al mismo tiempo, administró con éxito la hacienda Villa.
Un inicio de enfermedad pulmonar lo llevó a Jauja donde escribió su notable estudio sobre esta provincia de Junín. En 1860, a los 26 años, ya era dueño de una fortuna. Este es el año que se casó con Mariana Barreda y Osma, hija de un acaudalado hombre de negocios.
TRATADO
Gerente de la compañía de consignación del guano en Gran Bretaña. Fue también uno de los directores del Banco del Perú. Ocupó los cargos de Presidente de la Paternal, compañía de seguros de vida y Director de la Compañía Sudamericana de la misma actividad que protegía al máximo los riesgos marítimos e incendios,
El presidente Juan Antonio Pezet le confió una misión en Europa para gestionar un empréstito Al volver, fue nombrado Ministro de Hacienda del  gobierno de Mariano Ignacio Prado en 1865.
Estando en el poder como primer mandatario, halló un agudo déficit fiscal, que intentó remediar con una prudente alza de impuestos, el estanco del salitre y la revisión de los contratos de la venta del guano.
Firmó también el Tratado Secreto Defensivo con Bolivia de 1873. Este hecho sirvió de pretexto a Chile para desencadenar la Guerra del Pacífico. Desafortunadamente, descuidó la Defensa Nacional. Cancelando la construcción de dos navíos blindados. Mientras que Chile se armaba. Esto es, obviamente, lo malo de la gestión de Pardo.



Confomó el Gabinete de los Talentos durante el gobierno de Prado

IMPULSO A LA EDUCACION
Pero lo bueno es que implementó importantes reformas en el plano de la educación pública y apoyó la cultura por sus cuatro costados. Terminado su mandato pasó a Chile, de donde retornó al ser elegido Senador por Junín ante el Congreso Nacional.
Pardo promulgó el Reglamento General de Instrucción Pública el 18 de marzo de 1876. Este dispositivo estableció que la instrucción primaria era obligatoria y gratuita en su primer grado, confiada a las Municipalidades.
En cuanto a la instrucción media, que no era obligatoria, a cargo de los Consejos Departamentales. Para hacer extensiva la educación primaria a todo el país se creó una contribución personal, de un sol al semestre en la Sierra y dos soles en la Costa, a todos los ciudadanos  entre los 21 y 60 años
La enseñanza superior también  se perfeccionó. Con el objeto de preparar técnicos y especialistas, se creó la Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas de la Universidad de San Marcos, actual Facultad de Ciencias Económicas.
 El gobierno fundó la Escuela de Ingenieros Civiles y de Minas, hoy Universidad Nacional de Ingeniería. La Escuela Superior de Agricultura, Universidad Nacional Agraria de La Molina. La Escuela Normal de San Pedro para mujeres con vocación de enseñanza. La Escuela de Bellas Artes. Asimismo se concedió autonomía a los centros superiores de estudios.
EUROPEOS Y ASIATICOS
Fomentó la inmigración  al llegar al país alrededor de 3,000 inmigrantes europeos que en su mayor parte fueron enviados a colonizar la región de Chanchamayo, en la ceja de selva, donde refundaron el pueblo de La Merced. También se impulsó la llegada de los asiáticos para beneficiar la agricultura costeña.
Organizó la Dirección de Estadística. En 1876 se realizó el Censo General de la República, el primero  de carácter técnico. Hasta entonces la población era sólo calculada. Este censo arrojó la cantidad de 2.704.998 habitantes.
También se establecieron los Registros Civiles en las Municipalidades que sentaron las partidas de nacimiento, matrimonio y defunción de los ciudadanos. Lo que hasta entonces era privilegio de las parroquias.
Restableció la Guardia Nacional, reorganizándola con el objeto de preparar a la ciudadanía para la defensa del orden público. Los ciudadanos de 21 a 25 años que no estaban enrolados en el ejército activo o en la reserva, formaron la Guardia Nacional en cada provincia. Se les entrenó periódicamente, pudiendo ser llamados a servicio activo por no más de seis meses.
CABLE SUBMARINO
Dio un Reglamento General de Correos para mejorar el servicio postal y mandó construir un edificio apropiado en Lima. Se instaló, por obra de la empresa privada, el cable submarino entre Perú y Chile y después entre Paita y Panamá, quedando así conectado el Perú con el resto del mundo.
El Gobierno de Pardo inauguró, en Lima, el Monumento del Dos de Mayo en la plaza del mismo nombre, en homenaje a la victoria del Callao de 1866. Lo mismo se hizo con los ferrocarriles de Arequipa a Puno, de Ilo a Moquegua, de Pacasmayo a Chilete,  de Salaverry a Ascope, y se continuó la construcción del que iba, por la Sierra  Central, a La Oroya.
Fueron una realidad tres departamentos y una provincia litoral: El  de Lambayeque, segregado de La Libertad .El  de Apurímac, separado del  Cuzco,  el de Tacna y  Moquegua, como región del referido tipo.
Nombrado presidente de la Cámara de Senadores, murió asesinado de un balazo en la espalda, cuando apenas contaba con 44 años de edad. Su hijo, Jose Pardo y Barreda, llegó a ser dos veces Presidente del Perú (1904-1908 y 1915-1919).
Otro acierto es que promovió una campaña para lanzar el proyecto de los ferrocarriles como la gran empresa de inversión en el Perú. Su propuesta era unir mediante vías férreas los puertos con las zonas de producción agraria, ganadera y minera de costa y sierra, dinamizando la economía del país y alejándolo de la dependencia del capital extranjero.



Cuando fue Presidente.

ALCALDE
Como Director de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima combatió los efectos de la epidemia de fiebre amarilla que costó la vida a un 25% de la población en Lima y el Callao. Trabajó para la construcción del Hospital Dos de Mayo, propició la fundación de la Caja de Ahorros y se preocupó por la educación escolar en la capital. Otra vez aciertos, más aciertos.
Fue elegido Alcalde de Lima, cargo que desempeñó  en medio de una de las labores municipales más transparentes y eficaces de la historia de la ciudad capitalina. Gestionó créditos para la creación de escuelas de artes y oficios. Luchó por la gratuidad de la educación primaria y promocionó la primera Gran Exposición Industrial Nacional.
Entre otras obras públicas se cuentan el saneamiento y ornato de la ciudad, canalización de acequias, el pavimentado de calles, inauguración de plazas y la construcción de la carretera de Lima al Callao.
Aprovechando de la gran popularidad que gozaba en todos los estratos sociales, fundó la que fue, evidentemente, una de las más trascendentales creaciones de la historia republicana del Perú: la Sociedad de Independencia Electoral.
EL PARTIDO CIVIL
Dicho organismo adoptó el nombre de Partido Civil, la primera agrupación política del país, creado como respuesta al predominio militar en la política peruana, el 24 de Abril de 1871.
Sus conspicuos militantes eran acaudalados comerciantes, consignatarios del guano, industriales y hacendados, representantes de la naciente burguesía nacional. Ellos aspiraban  a controlar el poder político, respetando la decisión del pueblo.
También se  unieron  innumerables intelectuales, los abogados de la Universidad Mayor de San Marcos, periodistas de “El Comercio” y “El Nacional”, otros profesionales, comerciantes, artesanos, trabajadores en general y estudiantes.
El gobierno  del Presidente José Balta convocó a elecciones generales. En los círculos oficiales se  pensaba, al principio,  lanzar la candidatura del hermano del mandatario, Juan Francisco Balta. Pero al final se decidió impulsar la del ex presidente, José Rufino Echenique.
Los otros candidatos fueron: Manuel Toribio Ureta, Fiscal Supremo, que postulaba como líder de los liberales; y Manuel Pardo y Lavalle, como representante del recién fundado Partido Civil, quien no tardó en demostrar su arraigo popular.
OVACION EN ACHO
En efecto, el 6 de agosto de 1871, logró reunir en la Plaza de Acho a unos 14 mil ciudadanos que lo escucharon con atención y con mucho fervor, número muy apreciable para la época. El acto político fue todo un acontecimiento cívico.
En las elecciones primarias de los Colegios Electorales, los civilistas obtuvieron la mayoría. Lo que obligó a Ureta a declinar su postulación. Balta decidió entonces auspiciar una candidatura de conciliación nacional, con el jurista Antonio Arenas.  Echenique  cedió espacio al nuevo candidato. Pero ya era demasiado tarde. Tras una campaña arrolladora, Pardo triunfó en las elecciones de 1872.
Faltaban pocos días para finalizar el mandato de Balta y darse el traspaso del poder, cuando el 22 de julio de 1872, estalló la rebelión de los famosos hermanos y coroneles Gutiérrez.
Eran cuatro hombres violentos encabezados por Tomás Gutiérrez, que desempeñaba el cargo  de Ministro de Guerra. Estaba temeroso de que, bajo un gobierno civil, los militares perdiesen sus privilegios.

Llegando al Callao tras debelar la sublevación de Piérola.

REPUBLICA DE LA VERDAD
Según parece instigado por prominentes políticos, apresó al presidente Balta y se autoproclamó Jefe Supremo de la República. El cuartelazo derivó en el asesinato de Balta y la subsiguiente rebelión popular en contra del gobierno de facto, que acabó de la manera más ignominiosa, con la muerte de  de los hermanos Gutiérrez en las calles, luego colgados primero en los postes y después en las torres de la Plaza de Armas de Lima.
Pardo, que había huido a Pisco por mar, retornó desembarcando en el Callao, siendo recibido en triunfo. Se trasladó a Lima, donde ante una muchedumbre impresionante, pronunció un discurso que comenzaba exactamente con estas palabras: Habéis realizado una obra terrible. Pero una obra de justicia.
Luego de una corta etapa de indecisión, en la cual no faltaron quienes pedían que se ignorasen los resultados de las elecciones, el Congreso decidió acatar el mandato popular y nombró a Pardo Presidente Constitucional de la República, quien asumió el mando el 2 de agosto de 1872, día planificado desde un inicio, para un mandato de cuatro años, de acuerdo con la Constitución  de 1860.
En su mensaje presidencial, el flamante Presidente expresó que su “objetivo era pedir los medios suficientes para la realización de los fines que debemos alcanzar, resumidos en una fórmula definitiva: La República práctica, la República de la verdad”.
PLANES
Consideró claves del desarrollo socioeconómico la educación y el trabajo. Esta primera actividad junto con la participación de la población en las tareas de gobierno, eran  el único camino para la transformación estructural del país. Tal era el pensamiento pardista.
Asimismo, buscó menguar el militarismo mediante la profesionalización y democratización de las Fuerzas Armadas. Pero, como ya hemos subrayado, la crisis económica haría inviable la realización de muchos proyectos relacionados con el armamento.
Posteriormente, Pardo expuso, ante el Congreso, la situación de la economía que se hallaba en situación calamitosa. La venta del guano, principal fuente de ingresos del fisco desde hacia 30 años, en completo  declive.
La totalidad  comprometida para el pago de la deuda. La razón era que el guano había sufrido una fuerte baja de su precio debido a la competencia del salitre, fertilizante natural que se imponía en el mercado mundial.
Había disminución de su calidad. Pero sobre todo y lo que era crucial, las reservas guaneras estaban en camino de agotarse. El Contrato Dreyfus ya no rendía frutos. El presupuesto de la Nación, grandemente ampliado bajo el gobierno de Balta, sólo podía ser cubierto en un 50 % con los impuestos. El déficit anual era alto.
PROPUESTAS
Pardo se propuso conseguir los recursos que se requerían estableciendo la descentralización fiscal para lograr una mayor recaudación de impuestos a nivel nacional. Estableció la descentralización administrativa Es decir, que cada zona administre sus propias rentas. Así se crearon los Consejos Departamentales.
Impulsó la creación de un impuesto  a la exportación del salitre que se explotaba en  Tarapacá. Este producto comenzó a imponerse en el mercado internacional como fertilizante natural, El gobierno se interesó por esta riqueza que podría reemplazar al guano como generadora de rentas.
 Pero el Congreso desaprobó dicho impuesto y  se creó el estanco del salitre. Es decir, se establecía que el Estado comprara a los empresarios  toda su producción a un precio fijo, para luego venderla a mayor precio a los consumidores.
 El estanco fracasó y luego, por Ley se autorizó al Ejecutivo la expropiación de las salitreras para obtener su completa nacionalización. El Estado compró gran parte de ellas.
CRISIS
El Gobierno de Pardo reorganizó las aduanas  y aumentó los aranceles, reduciendo los gastos públicos al mínimo y, tratando de acomodar las necesidades de la nación a sus propios recursos.
En reemplazo del Contrato Dreyfus, se firmó en Londres, uno nuevo  para la venta de guano, entre el delegado del Perú, general Mariano Ignacio Prado y los señores Raphael e hijos, Carlos González Candamo y Arturo Heeren, volviendo al régimen de los consignatarios. Ellos formaron la compañía The Peruvian Guano.
Las medidas tomadas no sirvieron para nada. Sólo el aumento de las tarifas aduaneras tuvo  éxito A tal punto que, con el tiempo, se convirtió en el rubro más importante de las rentas fiscales.
El déficit presupuestal aumentó. Para el bienio de 1874-76, los ingresos eran de 30 millones de soles, mientras que los gastos sobrepasaban los 74 millones. A todo esto debemos agregar que, desde 1873, el sistema capitalista mundial entró en crisis y empezó una gran depresión que duraría hasta finales de ese siglo. La economía peruana se vio afectada profundamente, pues cayeron los precios internacionales de las materias primas y se retrajeron las exportaciones.
TRATADO
La situación internacional en el contexto sudamericano era por entonces muy delicada. El Perú iba perdiendo  su superioridad marítima en el Pacífico. Mientras que Chile la iba ganando.
El país del mapocho demostraba tendencias de expansionismo territorial hacia el norte de sus fronteras, tal como se vislumbraba en las disputas territoriales que por entonces enfrentaba con Bolivia, originadas por la riqueza salitrera existente en el desierto de Atacama
En este marco se dio la firma de un Tratado de Alianza entre el Perú y Bolivia, de carácter estrictamente defensivo, el 6 de febrero de 1873, entre el ministro plenipotenciario boliviano, Juan de la Cruz Benavente y el ministro de Relaciones Exteriores del Perú, José de la Riva Agüero y Looz Corswarem.
 Según el tratado: Las altas partes contratantes se unen y ligan para garantizar mutuamente su independencia, su soberanía, y la integridad de sus territorios respectivos, obligándose en los términos  a defenderse de toda agresión exterior. Bien sea de otros u otros estados independientes, o de fuerza sin bandera que no obedezcan a ningún poder reconocido.
DESAGRADO
El tratado era, pues, de carácter estrictamente defensivo. Sólo tenía aplicación y cumplimiento si alguno de los dos países era agredido. No era para atacar a algún país vecino, como maliciosamente afirmaron y siguen afirmando los chilenos.
Si nadie arremetía contra el Perú o  Bolivia, no tenía aplicación. Solo se hizo efectIvo cuando Chile embistió a Bolivia en 1879. Hay que señalar también que fue un error que este tratado tuviera el carácter de secreto, pues el gobierno chileno la conoció el mismo año en que fue firmado.
Las leyes de Pardo, estancando primero y nacionalizando después las salitreras de Tarapacá, causaron también el desagrado de Chile. Había muchos capitales invertidos en la explotación del salitre tarapaqueño. Para los analistas y entendidos, esa fue una de las razones principales para que empezaran a realizar planes de expansión y conquista de esos territorios.
Un demérito de Pardo fue descuidar las dos armas de la Defensa Nacional, el Ejército y la Marina. Mientras que Chile realizaba una carrera armamentísta con miras a llevar adelante su política expansionista.
NAVIOS
 Precisamente, en 1874, llegó a Valparaíso la fragata blindada Almirante Cochrane, y en 1876 lo hacía su gemela, la fragata Blanco Encalada. Con las que Chile adquirió la supremacía marítima en el Pacífico Sur.
 La gestión que  inició el presidente Balta de adquirir dos navíos blindados a imitación de Chile, no fue continuada por Pardo. El historiador Rubén Vargas Ugarte dice al respecto: “El Perú ni se armó ni reforzó su escuadra, No había blindados Solo tenia una  alianza con Bolivia y la Argentina. Hay que convenir que Pardo incurrió en un error, que fue ciertamente fatal para el país”.
El Ejército quedó reducido a menos de 3.000 efectivos, aunque en el aspecto de la tecnificación del personal se hicieron algunas mejoras. Como la creación de la Escuela de Cabos y Sargentos y de la Escuela Especial de Artillería y Estado Mayor, la reforma de la Escuela Militar y la reinstalación de la Escuela Naval.
Se afirma que la crisis económica y los gastos del gobierno en sofocar las continuas sublevaciones, entre ellas la de Nicolás de Piérola, impidió el gasto para la compra de navíos blindados y material bélico en general.
 Lo cierto es que tal política sería fatal para el Perú, pues fue su desarme lo que alentó a Chile a desatar la guerra, con miras a amputarle parte de su territorio rico en guano y salitre.
POPULARIDAD
Pardo inició su gobierno dentro de una popularidad total, Sin embargo, el apoyo fue disminuyendo paulatinamente por muchas razones. La crisis económica que se  agravó hasta afectar directamente a la población La paralización parcial de las obras públicas y el desempleo consiguiente. El alza de productos de primera necesidad que, definitivamente, fue el puntillazo final
La oposición en el parlamento aprovechó tal coyuntura para arremeter contra el gobierno. Dos sucesos  exacerbaron más los ánimos. Uno de ellos fue el ocurrido en Ocatara, pueblo ubicado en Huarochirí, donde unos trabajadores chilenos del Ferrocarril Central atacaron a un campamento y  cometieron diversos atropellos.
Pero en vez de ser juzgados por los tribunales del Perú, fueron embarcados rumbo a su país. Lo que, con razón, dio lugar a que la oposición critique con dureza al Gobierno por tan insólito proceder.
CHINCHAO
El otro  hecho lamentable fue el ocurrido en el río Chinchao, cerca Tingo María en el departamento de Huánuco, donde los coroneles Mariano Herencia Zevallos, ex Vicepresidente de la República y Domingo Gamio, quienes se sublevaron  contra el gobierno y eran conducidos a una guarnición situada en la frontera con el Brasil, fueron asesinados por la patrulla que los conducía.
El crimen fue motivado al parecer por una antigua enemistad que el jefe de la patrulla, Mayor Manuel Segundo Cornejo, tenía con Gamio Pero la opinión pública no dudó en culpar de este doble crimen al Gobierno.
Pardo dijo al respecto: “Ese será el gran dogal de mi vida. Yo soy inocente de ese crimen. Pero se ejecutó a consecuencia de un acto mío.  Cierto es que el asesino  ha sido juzgado y está en la Penitenciaría condenado. Pero las pasiones, los deudos y los rencores, porque la posteridad tiene también implacables venganzas, pesan sobre mi nombre fatalmente”. [
Una de las rebeliones más importantes que tuvo que soportar el Gobierno fue la de Nicolás de Piérola,  que fue ministro de Hacienda de Balta. Tras una estadía en Europa, el califa pasó a Chile, donde organizó una revolución contra Pardo.
Zarpó hacia el Perú en una pequeña embarcación llamada “El Talismán”, el 11 de octubre de 1874. En plena travesía fue nombrado Jefe Supremo Provisorio. Fondeó primero en Pacasmayo pero eludió a la flota peruana y se dirigió al Sur, desembarcando en Ilo.
 Ocupó Moquegua y planeó ocupar Arequipa, pero fuerzas procedentes de Lima lo derrotaron en Los Angeles, el 30 de diciembre de 1874. Así finalizó la llamada “Expedición del Talismán.”
SENADOR
Al término de su mandato Pardo viajó a Chile, pero retornó al ser elegido Senador por Junín en las elecciones de 1877, en la renovación de los tercios parlamentarios.
Según testigos, retornó convencido del inminente estallido de la guerra con Chile. De inmediato, fue elevado a la presidencia de su Cámara. Descendiendo a su escaño, pronunció, el 14 y  15 de noviembre de 1878, dos notables discursos al discutirse el proyecto relativo a la amortización de los billetes fiscales.
Pardo logró cumplir su período presidencial y entregó el poder a su sucesor elegido, el coronel Mariano Ignacio Prado, para quien no era nueva la investidura presidencial, ya que lo había ocupado entre 1865 y 1868.
El asesinato de  Pardo ocurrió, entre las 2 y 3 de la tarde, del sábado 16 de noviembre de 1878. Llegó en coche a la puerta del Congreso. Venia de la imprenta del diario "El Comercio", donde había revisado las pruebas de un discurso que iba a ser publicado.
 Lo acompañaban a la Cámara, sus amigos Manuel María Rivas y Adán Melgar. A la entrada, la guardia del batallón Pichincha le presentó armas y Pardo hizo un gesto para que cesen los honores.
PERDONO A TODOS”…
Luego ingresó al primer patio del Congreso, cuando de pronto, uno de los integrantes de dicho batallón, el sargento Melchor Montoya, que a diferencia de sus compañeros todavía tenía su arma alzada, le disparó. La bala rozó la mano izquierda de Rivas, penetró en el pulmón izquierdo de Pardo y salió a la altura de la clavícula. El ex presidente se llevó las manos al pecho y, ayudado con mucha dificultad, se dirigió al segundo patio. La Cámara de Senadores estaba en el  actual local del Museo de la Inquisición.
Pardo cayó al suelo entre las puertas que separaban al patio del salón de sesiones.  Melgar se lanzó contra el asesino. Mientras la guardia permaneció impasible. Pero el asesino huyó hacia la Plaza de la Inquisición
Logró ser apresado por el Sargento Juan Vellods.  A la victima, dos centinelas lo llevaron a un cuarto en el segundo patio del Senado. En unos instantes, arribaron más de doce médicos.
Ellos comprobaron que la herida era mortal y la hemorragia  casi generalizada. Los galenos no movieron a Pardo quien, agonizante, preguntó quién había sido el asesino. Al saber que se trataba de un sargento dijo “perdono a todos”. También llegó a decir “mi familia”, “debo mucho”, “me ahogo”. El padre dominico de apellido Caballero fue su último confesor. A las 3 de la tarde, exhaló su último aliento. Un sacerdote le  cerró los ojos.


Cuando lo asesinaron.

MOTIVO DEL CRIMEN
El motivo del crimen, según relata Basadre, fue el descontento por la ley de ascensos de las clases del Ejército que se estaba discutiendo en el Congreso. Los soldados pensaban que, con el dispositivo, se les impedía ascender a ser oficiales. Por eso convinieron en hacer una rebelión y dar muerte al Presidente del Senado.
En las investigaciones declaró, inclusive, la esposa de Nicolás de Piérola eterno enemigo de Pardo, Jesús de Iturbide. No sólo eso sino que fue apresada sin miramiento alguno y conducida a la Prefectura.
Por los careos y demás diligencias, se demostró que la señora no conoció el plan de asesinato ni nada tuvo que ver. Fue puesta en libertad y no volvió a figurar en la causa. Por aquel entonces, el líder demócrata se encontraba en Europa y su nombre no apareció conectado con la conjura.
El asesino Montoya fue condenado a la pena de muerte y fusilado el 22 de Setiembre de 1880,a las cinco de la madrugada, en el ovalo frente al panteón. Le auxiliaron un sacerdote descalzo y un vicario castrense. El proceso duró casi dos años. Una vida la de Pardo entregada por entero al Perú con tesón, con fuerza y sacrificio permanente. Vale, claro que vale. (NOÉ)

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