Hay un estilo inconfundible, diferente. Una forma peculiar de conversación plena y coloquial con el entrevistado. Nunca se acaba el buen trato con palabras coherentes y bajo ninguna circunstancia, se recurre al conflicto. Ni tampoco a la agresividad.
Lo hace, tanto en la radio como en la televisión peruana, un periodista realmente especial que tiene un sitial determinado y determinante, ganado a pulso de forma admirable y sobre todo convincente.
Esos son los méritos de José María Salcedo de la Torre, Chema para todo el mundo, sin olvidarnos de un ingrediente adicional muy importante que es parte de su original modo de ser: su auténtica modestia.
Incluso cuando consigue triunfos. Como el último que es destacable: llegar a conducir mil programas del magazine Fulanos y Menganos en ocho años, del 2002 al 2010 en Plus TV, canal de Telefónica que forma parte de la televisión por cable. Para él definitivamente y lo dice sin ambages ni poses, “todo esto es muy relativo”.
Con Salcedo tenemos la obligación de tratar sobre el periodismo y lógicamente definirlo. De la radio. De la televisión. De la prensa escrita. Del sensacionalismo como realidad evidente. De los conflictos de esta profesión.
De sus aficiones y actuaciones cinematográficas. De la película que actualmente está dirigiendo sobre los Ashaninkas y de sus libros. Eso es precisamente lo que hicimos durante hora y media de entrevista en un café de San Isidro, pudiendo comprobar con beneplácito que hay Chema para rato.
José María Salcedo.
Loo que evidentemente complacerá a sus miles de miles de seguidores de Radio Programas del Perú (RPP), donde interviene en varios programas de éxito como Ampliación de Noticias; y en Plus TV, como conductor de "Fulanos y Menganos".
Nacido en Bilbao, España, vasco por los cuatro costados. Llegó al Perú muy pequeño a los 5 años de edad, acompañado de sus padres y otros familiares para nunca más regresar a vivir permanentemente al país de sus orígenes. Eso si, lo ha hecho de visita en varias oportunidades.
Estudió en el Colegio de La Inmaculada y en la Universidad Católica donde terminó Derecho, profesión que casi nunca ejerció. Una etapa corta de político; y, desde joven, periodista. Hace muchos años que optó por ser peruano, aprovechando la doble nacionalidad. Soltero, vive con su padre, un caballero vasco con 93 años a cuestas. Esta es exactamente su hoja de vida resumida.
Su lado fuerte definitivamente es el coloquio, la conversación y el diálogo interesante, con sus entrevistados. La consecuencia coherente, seria y profunda al tratar las noticias y comentarlas, como necesidad de darle algo más al público.
Pero en forma enteramente comprobada y seria porque a estas alturas de la vida estamos para servir por entero a los oyentes sin que nunca sea necesario rectificarse. Una de las grandes conclusiones que ha llegado Chema, tras caminar varias décadas por el periodismo que abrazó allá por 1974.
He aquí la entrevista exclusiva con Miscelánea:
-¿Qué es el periodismo para José María Salcedo?
-Hay que tomarlo como una enfermedad que hace que determinadas personas exacerben su curiosidad y cuestionen todo lo habido y por haber. Por qué. Para qué. Por qué suceden las cosas. Para qué suceden las cosas. Quien está atrás del que hace las cosas. Entonces, hay un gen de la curiosidad que se combina con el del riesgo, parece ser. Sin olvidarnos del gen del policía y del detective privado.
Este tipo de personalidad está condenada. Por eso es que al periodismo bien se puede considerar como una enfermedad. Cuando algunos jóvenes ingenuos sobre todo de provincias y ciertas universidades de Lima, me llaman para que les dicte conferencias sobre el tema y esperan un discurso sobre la ética y la idoneidad. Les digo, perdón esta es una maldición. No es una opción libre. Bueno, cada vez, lo veo más así. Porque yo por ejemplo, en los últimos años, hago poco periodismo.
El periodismo que ejerzo se manifiesta, por ejemplo, a través de la radio, de preguntas que pueda hacer. Pero me he dado cuenta de que no me ha abandonado esta maldición. Esta especie de fe perdida. Así veo ahora al periodismo. Unos años atrás hubiera respondido es un deseo de servir al país con la ética y no se que más. Ya no respondo mucho de esa forma
-¿Recuerdas cuál fue tu primer artículo periodístico?
-Tengo la impresión que ello ocurre en el colegio La Inmaculada. Estábamos en tercero o cuarto año de media. El profesor de Castellano y Literatura pide que se haga una semblanza sobre un compañero de clase. Yo escojo a Ernesto Palacio. ¿Quién es él? Se trata de un tenor que trabajó hace muchos años en la Scala de Milán y que hoy día es el mentor de Juan Diego Flores. El maestro y, si se quiere, el representante. Ya Palacio está retirado de la canción y viene al Perú cada cierto tiempo para las temporadas de ópera. Ahora creo que está aquí.
Ernesto Palacio.
Palacio, desde segundo de media, era un mounstruo.Ya era un tenor extraordinario. Un fenómeno totalmente fuera de lo común. El coro del Colegio era Palacio. El resto de nosotros, los segundones. Los ayayeros. Los que hacíamos, si se quiere, la séptima voz.
Este tipo era excepcional. A veces se pasaba cantando mañana, tarde y noche. Entonces, le decíamos ya cállate por favor. La nota que escribí, que puede ser la primera que hice, fue una forma de reconocer su talento. Yo escribo una semblanza sobre él y digo que este muchacho va a terminar en la Scala de Milán. Y así fue.
Cuando me preguntan cuál es tu primera crónica, quizás puede haber sido esa. Aún no cambiábamos de voz. Eramos adolescentes. Pero Palacio ya era un profesional.
Me acuerdo de Lucho Peirano, sociólogo director de teatro. No recuerdo si estaba el abogado y jurista Javier de Belaúnde. Ellos, conmigo con Palacio y otros muchachos, conformamos la promoción 1963 del colegio. Lo llevamos, a Radio Nacional, a este joven excepcional. Aquí había un auditorio con programas en vivo y un piano Entonces, le dijimos al animador que teníamos una gran voz. El tipo como que se ríe un poco. Pregunta con sorna, ¿qué canta? Y Palacios se lanza “Granada”, del gran compositor Agustín Lara. El impacto fue tremendo para el conductor. Quedó impresionado al máximo.
-¿Cuáles son las condiciones para ser periodista?
-Hay varias. Una de ellas, de tipo mental. El espíritu de la duda. De la intuición. El espiritu detectivesco.El de preguntón. Hay una cosa que se llama estado físico que mucha gente no lo toma en cuenta.
Siempre digo que para ser periodista se requieren dos cosas: Tener fuerza y estado físico. Lo primero se hace jugando el yan que po, que practicábamos de niños. Con la mano es piedra, papel y tijera. Si tú ganabas más veces que perdias, tenias buena suerte. Si perdías más veces de la que ganabas, no digo que no puedas ser periodista pero te va a costar un enorme esfuerzo y te deberían pagar más. Con ello ya me quito el sombrero.
Por qué digo eso. Porque muchas veces las cosas que hacemos son casi fortuitas. Te las encuentras en el camino. No es que tú hayas planificado o que hayas buscado. Tienes que tener agilidad para responder rápidamente, para atacar e improvisar. Para ver donde pueden haber noticias.
-Hay un personaje muy importante en tu vida. Más allá de tus padres. La tía que escribía de diferentes partes del mundo y se comunicaba contigo. ¿Me puedes hablar de ella?
-Nosotros llegamos al Perú el año 1951, procedentes de Bilbao España. Mi familia que viene acá esta conformada por mi abuela materna, mis padres y una tía hija mayor de mi abuela materna. Ella se llamaba María Luisa de la Torre.
Esta mujer, cuando conoce Lima, no se adapta y se regresa a España. Allá se defendió sóla como pudo. Era soltera, viajaba mucho y a lugares exóticos. Por lo menos para mi eso era así. Me mandaba cartas. Por ejemplo, en los años 50, que te envíen una carta de la India. Definitivamente es raro. Evidentemente si tú eres chico, esto es una cosa fascinante.
La tía María Luisa me describía lugares, paisajes, países, características de la gente. Cosas que le habían ocurrido. Tenía la habilidad de mezclar la anécdota personalísima, con los aspectos más objetivos. Llegué a tal ciudad, vi determinada cosa. Jugaba mucho con los contrastes. Las comunicaciones llegaban escritas de puño y letra En esa época, por supuesto, no había Internet ni muchísimo menos. Esta comunicación epistolar me causaba una gran admiración. Ello puede haber influido en mi decisión de ser periodista. A partir de allí desarrollé cierta capacidad para escribir.
Luis Peirano: compañero de colegio de Chema.
-Parece ser que tus primeros artículos, en cuanto a medios de comunicación se refiere, los publicas en Expreso. Cuando trabajabas en Sinamos. Llegas, posteriormente, al diario La Prensa ¿Cuáles son los recuerdos de esta etapa de tu vida profesional?
-En esa época yo era un joven que trataba de entender que mensajes le estaba dando el mundo al Perú. Tenía cierta vocación social-no necesariamente política- adquirida en el propio colegio. Porque donde los jesuitas habían, desde tercer año de secundaria, grupos de estudio sobre la doctrina social de la Iglesia, por ejemplo.
En el mismo plantel a mi me tocó una generación rara de curas jesuitas porque estamos hablando de inicios de los 60. La España franquista mandaba estos curas. Pero acá tenían una enorme vocación social. La mentalidad te la dejan, definitivamente.
De alguna manera cuando estudio en la Universidad comparto esta cuestión. Con el tiempo mi posición inicialmente social cristiana se va izquierdizando un poco más. Sin llegar a ser nunca un izquierdista pleno. Ahí llego al Expreso socializado, expropiado o confiscado de la época, donde me piden un artículo. Lo mando y, a los pocos días, lo leo publicado.
Un fenómeno extraordinario porque aparecía mi nombre en letras de imprenta. No me he equivocado. Este es el paraíso. Este es el futuro de la humanidad. Este es el socialismo. Mi nombre esta ahí.
Pero eso no era lo más trascendental. Lo más interesante era, que al poco tiempo, me llaman y me dicen que pase a recoger mi cheque. Señores yo ya había hecho mi revolución. Esto me da simpatías hacia la izquierda y los militares. Pero curiosamente, en el caso del régimen de Velasco, estando en la Universidad y en la Federación de Estudiantes, hacemos un mitin o una marcha el año 1969, creo, y caigo preso. Me meten a Seguridad del Estado. De allí iban saliendo todos, menos yo. ¿Por qué me quedo? Total que me habían montado un expediente. Quien me saca de esa situación es otro dirigente estudiantil hoy eminente Psicoterapeuta, Alvaro Rey de Castro, a través de su amigo el General Arturo Valdez, de gran influencia y con cargos altos en el gobierno de Velasco.
Valdez interviene ante el Ministro de Gobierno (hoy Interior) el general Armando Artola Azcárate. Son circunstancias de la vida que te van llevando a posiciones progresistas.
En el caso de La Prensa me llama Raúl Vargas que era del Comité Directivo de ese diario. Solamente duro un año. El nuevo Director que entra, Gilberto Escudero Oyarce, me dice mira la verdad que ha llamado Velasco para preguntar que haces tu acá. Pregunté, perdón ¿el Presidente ha llamado para botarme a mí del periódico? ¿Qué le has hecho tú?, me seguía interrogando el director.
Velasco lo botó a Salcedo del diario "La Prensa".
Nada, le dije. No lo conozco. Bueno, me expulsaron de La Prensa. Yo venía de Sinamos, efectivamente y también de allí fui despedido. Relaciones ambiguas con la revolución velasquista. Este fue más o menos mi paso por allí. En el camino yo me iba izquierdizando, de alguna manera, cada vez más, hasta fines de los 80.
-¿Qué es un periódico? Dirigiste dos de ellos: La Razón y Marka.
-Un periódico es la maldición terrible. Son experiencias bastante diferentes. Ambas vinculadas políticamente. El diario de Marka era especial por una razón, la de su accionariado que lo compartían los partidos políticos de izquierda. Las discusiones y las cosas que había por el tamaño de una foto a publicarse, por ejemplo, eran delirantes. Yo estoy allí participando en la asamblea y me decía en que momento hago el periódico.
Recuerdo una vez una anécdota. Precisamente interesante para retratar la época cuando se produce la toma del General Jaruzelski en Polonia. Yo pongo un titular: Golpe Militar en Polonia. Obvio Lo que era evidente y cierto. Ahí se armó el lío. En la asamblea me dijeron que en un país socialista no puede haber golpes militares. ¿Por qué no? Si es el Jefe del Ejército el que toma el poder. Bueno ese tipo de cosas ocurrían y producían evidentemente desgaste. Me acuerdo de esto como una pesadilla.
Por otro lado, hay que destacar los factores positivos de un diario. Permanentemente veías el producto de tu trabajo al día siguiente. Malo o bueno. Por supuesto que conjuntamente con tu trabajo venia el reporte de ventas. Que era la parte dramática del asunto. Cuantos periódicos habías vendido. En el diario de Marka yo duro un tiempo. Más de un año como director. Se produce la matanza de los periodistas de Uchuraccay, tragedia que ha marcado mi vida profundamente.
La lección que yo recibo de Uchuraccay básicamente me la da Eduardo de la Piniella. A él lo he convertido casi en la metáfora de mi propia evolución política y periodística.
De la Piniella, uno de los mártires, llega al diario. Me hago más o menos amigo de él. Nos quedábamos hasta muy tarde por las noches, conversando y así yo aprovechaba en editar suplementos. El me cuenta su historia.
A Eduardo su partido, uno de izquierda que era socio del diario, lo pone allí por militancia. A él le comienza a gustar el periodismo. Va dejando la política y va abrazando el periodismo. No denigraba de ella porque gracias a eso había podido ser periodista.
Eduardo de la Piniella.
Dicho sea de paso, el último reportaje que hace de la Piniella que se publica después de su muerte lleva el siguiente titulo: “Amor y anarquía en los baños de Lima”. De la Piniella recorrió muchos baños de los restaurantes del centro de Lima para ver las pintas que había en estos lugares. Declaraciones de amor, chistes, insultos, otras tonterías y redactó un reportaje. Fue publicado destacado en dos páginas, con fotos ilustrativas.
El entonces diario La Razón es una experiencia fallida. Nace también de la izquierda para apoyar a Alfonso Barrantes Lingán. Me piden que sea Director. No quería aceptar. Como tampoco en Marka. Ningún cargo directivo. Pero de alguna manera me vi obligado por las circunstancias. Acepto y digo que tipo de diario quieren hacer. Un Comercio o un Ojo. Elijan entre estos dos extremos. Me dijeron un Comercio. Hacer El Comercio demora y cuesta plata por la simple razón de que no es tan vendedor. El asunto es que en La Razón se acabo el financiamiento y en fin yo tuve que cerrar el diario de un día a otro junto a mi cómplice que ha sido mi jefe de redacción siempre, Ricardo Uceda. Allí se acabo mi aventura como directivo de periódico.
-¿Y la prensa sensacionalista?
-Por definición toda la prensa tiende a ser sensacionalista porque lo que el periodismo hace es simplificar la realidad. Esta simplificación se acentúa por razones típicas. El formato tabloide. Cuando lo tienes eso implica poner titulares grandes. En esto pienso que la influencia principal se debe a la televisión, desde el momento que la tienes gratuita todas las noches con varios noticieros. Para que tú compres, al día siguiente, un periódico es más complicado. Si cuesta, se agrava el asunto. El sensacionalismo viene de alguna manera establecido por el mercado. Vale decir tu necesitas periódicos de lectura rápida, noticias cortas, letras grandes, titulares de la misma forma para que puedan ser colgados en los kioscos.
¿Por qué son colgados en los kioscos? Porque con ese tipo de letra que pueda ser leido depende de la distancia que hay entre el kiosco y el microbus. Los pasajeros tienen que poder leer lo que dice el titular para que, cuando bajen, tengan la posibilidad de comprarlo. De manera que una parte del Perú es el país de los microlectores, porque leen poco y viajan en micro. Esta realidad determina el sensacionalismo.
Ahora por lo demás este es un fenómeno que se ha acentuado últimamente porque hay más medios de comunicación. Es un fenómeno que nosotros copiamos de otros países. Mucha gente dice esta prensa solo hay en el Perú. No es verdad. Hay en muchas partes. En Estados Unidos, en Inglaterra, en Alemania y en otros países.
La historia de Ultima Hora es interesante. Juan Gargurevich cuenta en uno de sus libros como Raúl Villarán veía The Sun, un periódico ultra sensacionalista. Este medio creo que llegó a trucar una foto de Lady D, poniéndole el cuerpo desnudo de otra persona y la cara de ella. Cosa que acá se hacía con Gisela Valcárcel. A veces a mi me dicen, tú no condenas la prensa sensacionalista. Yo no soy nadie para condenarla. Yo no la hago. Porque esas cosas no las se hacer bien. No es porque yo lance un anatema ético que este fenómeno acabe. El sensacionalismo hay que saberlo hacer y yo no lo se hacer.
-Ingresemos a la TV. ¿Tus apreciaciones sobre los programas periodísticos?
-Voy a hacer una confesión, en realidad, lamentable. Los programas de televisión los veo muy poco. Los programas periodísticos son nocturnos. Me estoy refiriendo a los noticieros. Yo vengo de una radio y se lo que ha ocurrido durante el día. Los programas de los domingos, los he dejado de ver hace tiempo. Confieso que la televisión compite con mi DVD y mis videos que veo en mi computadora.
Muy complicado que un noticiero peruano, con el debido respeto, le gane la partida a Martín Scorsese o un clásico del cine. En mi casa hay un televisor. Lo monopoliza mi padre. El ve televisión española. Los juegos de pelota vasca. Ese tipo de cosas. Y yo estoy en mi cuarto con mi computadora viendo mis videos.
-¿Qué prefieres prensa escrita, radio o televisión?
-Probablemente radio. Como medio de comunicación, la radio es más importante en el sentido de la rapidez y la inmediatez. Tienes una relación directa con el público. Llaman por teléfono se comunican contigo, con inventos tecnológicos magníficos. Ahora en la radio salimos por Internet con una cámara y la gente está en contacto todo el día. Confieso que es el medio más dinámico.
En desmedro de la radio, podemos decir que no investiga ni es profunda. La prensa escrita si lo debería ser. Por lo menos tiene esa posibilidad. En lo que respecta a la televisión es un gran espectáculo. No la considero un medio periodístico, sino de entretenimiento. La mayor parte de la programación de los canales no es periodística. Tienes sus noticieros pero hasta allí nomás. Llamarlo medio de comunicación es un poco complicado.
-¿Cuáles son los principales conflictos de los medios de comunicación?
-Pienso que hay un gran conflicto entre la profundidad y la rapidez. La enorme competencia conspira contra la credibilidad. Es decir no es muy difícil resistir la tentación de una noticia o una carátula sensacional porque si tu te pones a investigar la veracidad completa de lo que está viniendo, te vas a demorar y otro te va a ganar. Para mi esa es la clave del problema actual porque no se puede chequear. No se puede verificar.
Yo tengo fama de “aguafiestas” en la radio. ¿Por qué? Porque sin ir más lejos aparece en un diario importante lo de Cofopri que le esta regalando l4 mil hectáreas a una persona X. Empiezo a leer la información y le digo alguien de la radio: por favor, llamemos a la persona a quien le han regalado las hectáreas. También a Registros Públicos. Bueno, finalmente, sale una persona desmintiendo la información. Claro de una manera soy un antipático porque estoy llamando a la otra parte que además, probablemente, sea sospechosa de algunas otras cosas. Entonces, ya la cosa termina mal.
Otro aspecto que tenemos, para la verificación de los hechos, los famosos rotafonos de RPP que son muy buenos y muy importantes. Sacan a la gente de muchos apuros. Pero también, a veces, se prestan para muchas cosas.
Ejemplo: llamo al rotafono y digo tal profesor es un violador. Después se va a descubrir que no lo fue. Pero ya manchamos su honra. Eso me parece que son los conflictos que tienen los medios en este momento. La rapidez y la falta de profundidad.
-¿Tus opiniones sobre el periodismo de investigación?
-Creo que se investiga poco porque la norma que funciona en mucha gente es que permitamos que la verdad nos malogre una buena noticia. Yo comprendo que puede ser deprimente para un joven que le digan mira hay un escándalo de la patada. Vuelvo a las noticias. Regalan l4 mil hectáreas de COFOPRI. Extraordinario. ¿Por qué? Porque es políticamente correcta. Porque es un escándalo. Porque es todo. Le dan la información a esta persona y esta persona dice excelente porque esto me va a permitir la primera plana. Y tiene efectivamente, la primera plana. A que tentación has sucumbido. A que la realidad no malogre la noticia. En que consiste la realidad: ir a Registros Públicos y comprobar que esto no era así. Llamar al representante de Cofopri y decirle mire usted esto no iba a ser así. Aquí tenemos un problema de competencia.
Mira cuando yo estaba, por ejemplo, en el diario de Marka en Ayacucho después de la muerte de los periodistas en Uchuraccay, varias veces se me acercaba la gente y me decía: cayó Abimael Guzmán, cayó Abimael Guzmán.
Era gente probablemente de inteligencia o lo que sea, que colgaba la información. Al final llegamos a comprobar que siempre había problemas en la investigación. El exceso de competencia crea problemas. La competencia conspira contra la veracidad. Es muy difícil comprobar ya que el otro te puede ganar. Yo quiero dar el primer golpe. En este país tenemos, la muy poca costumbre, de rectificar nada. Para mí esto es un problema ético. Pero los jóvenes no piensan así. Si nos equivocamos, mañana rectificamos.
Experiencia mía. Diario de Marka. Año 82 o 83. Yo era el director y comienza una campaña contra los casinos de Miraflores. Los pocos que había en aquella época. Una campaña por lo juventud. Una cosa fenomenal. La moralización. No se qué y no se que cuántos. ¿En qué terminó esta campaña? Le quitaron la licencia a un tipo para dársela a otro. Quien estaba atrás de esta noticia, la competencia.
¿En qué juego caí yo? En un juego horrendo. Me hice cómplice de una mafia y una guerra de intereses. ¿Por qué me entero de esto? Había un tipo que me buscaba y me buscaba y al que yo nunca atendía, que terminó siendo un amigo de barrio y que era el dueño de la licencia que le estaban quitando. Me di cuenta que tras toda campaña y tras toda noticia, siempre hay un interés.
-Volvamos a la política nuevamente. Conocimos a José María Salcedo como Presidente de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica (FEPUC). Al dirigente social cristiano. Al izquierdista radicalizado. ¿Eso lo abandonaste por completo?
-La verdad que si porque los últimos años de la actividad política mía fueron un poco ya a contrapelo, a contracorriente. No tenía muchas ganas. En realidad no iba mucho con mi temperamento. Felizmente hay una bendición legal en este país y es que yo no soy nacido en el Perú. No podía ser parlamentario ni nada parecido. Eso fue una bendición tanto para el Perú, como para mí. No había una motivación que podíamos llamar desde el punto de vista de la ambición. Dicen que todo político para ser tal tiene que tener ambición. Yo no la he tenido nunca.
Me interesa la política, como no, desde un punto de vista periodístico. Pero me encanta el fútbol también. La política ha pasado a ser un tema y un asunto de trabajo. Nada más que eso.
-¿Cómo defines a Fulanos y Menganos?
-Fulanos y Menganos es una idea de programa que tuvo, en su oportunidad, mi amigo Carlos Fernández. Me llaman a mí. No tenía ninguna experiencia en televisión, ni nada que se le parezca. Llego al Canal y me explican efectivamente que quieren hacer un programa de entrevistas, básicamente.
En esa época yo hacia en la radio el programa Entre Amigos. No era la entrevista típica de un noticiero como ampliación de noticias. Aquí primaba el aspecto humano. En el canal el gerente era Tomás D’Ornellas y estaba Jorge Sousa Ferreira.
Jorge había trabajado en Panamericana Televisión desde los 17 años de edad. Era un monstruo. Había estado en España y de allí lo habían mandado al Perú para que ponga el canal de televisión privado español Antena Tres. El viene acá y monta este canal. Lo que después ha de venir como Plus TV. A Souza Ferreira le digo tú me tienes que decir qué debo hacer. Cómo me paro. Cómo me siento. Voy aquí. Voy allá. Qué digo. Qué hago. Este hombre hábil me comenzó a dar recomendaciones. Hicimos un intento.
Me acuerdo que para la prueba se prestó en forma muy conmovedora porque además no iba a salir ese programa, el gran actor peruano ya muerto Ricardo Fernández . Gran tipo. Entonces me dijeron. Ponte aquí. Siéntate aquí. Ponte allá. El programa se fue quedando.
Ricardo Fernández.
-Las imágenes en televisión son efímeras. Te inclinabas mucho por la fotografía periodística.
-Claro sobre todo por lo que hace Carlos “Chino” Domínguez, entre otros. En prensa escrita no estoy hace tiempo. Lo último que he hecho son los reportajes que salían publicados en la revista Quehacer. Estoy en la radio todos los días. En el canal grabo una vez a la semana o dos días a la semana. Y nada más.
He entrevistado, últimamente, en la radio al General Jordán por los acontecimientos de Moquegua y tuve la suerte que como el hombre era noticia me lo dejaron 45 minutos. Lo cual es una cosa excepcional, por supuesto con los respectivos cortes comerciales. Allí te sientes feliz porque a estas alturas del partido, a mi edad, ya lo que me interesa es una serie de factores humanos. No tanto si le dieron o no le dieron la orden. Si tenía balas o no tenía balas. Eso viene a ser un poco secundario.
¿Cuál fue el momento estelar para mí de la entrevista del General Jordán? Cuando recuerda a su padre y le dice hijo porque te han botado de la Policía y él no le supo responder. Poco después, el papá se muere.
Cuando él habla de esto se le quiebra la voz. Eso para mi es tres segundos de radio que valora toda la entrevista. Ahora para los periodistas jóvenes, eso no tiene fuerza probablemente. A ellos les interesa el titular y la noticia. No le dieron balas. Entonces, no podía disparar. Ya está bien. Le dieron la orden o no. Bueno, la radio lo que he llegado a rescatar después de todos estos años, es que es-básicamente-sonido. Un sonido vale más que mil palabras. Lo de las fotos depende con que fotógrafo trabajes. Yo he tenido la suerte de haber trabajado con el Chino Domínguez. Sus fotos son, pues, extraordinarias. Cuando trabajaba con él tenía que esperar que me entregue las fotos reveladas y ampliadas para ponerme a escribir. Las fotos me inspiraban, evidentemente.
-¿La Televisión nos acondiciona por la rapidez y la improvisación con miras a ser olvidados?
-La televisión es el olvido. Son momentos gratos que una persona puede recibir y punto. A mi me pasa a cada rato esto. Ahora hay gente que es medio patera o medio mentirosa que me dice, oiga, qué bueno su programa. ¿A si le pareció? Ya señor, qué parte fue que le pareció más interesante. Bueno es que todo, todo muy interesante. No me diga todo pues señor, porque tan sólo dura una hora. Bueno, ese un tipo de personas.
Otro tipo de persona es: Chema toma taxi. El taxista mira por el espejo retrovisor y le comenta oiga hasta donde vamos a llegar con estos escándalos de Magaly Medina. No puede ser. A si le digo por qué. Porque, esto es el colmo. En cambio su programa si es educativo y cultural. Eso si vale la pena. Ya. Déjeme hacerle una pregunta, estimado amigo, si un día anuncian, por un lado, el programa de Magaly con revelaciones sobre los hijos de Alan García y a la misma hora mi programa con un seminario sobre el cine de los años 30, que programa ve usted señor, el suyo, pues, por favor, no hay comparación Eso, evidentemente, en la realidad no ocurre.
Ahora derrepente si han visto el programa pero no recuerdan nada específico. Lo único es que no saben porque les ha gustado. Más o menos como el amor. No sabes porque esto funciona.
-Los mil programas de Fulanos y Menganos, ¿una hazaña?
-O no hay nadie mejor que me reemplace. Tal jugador ha cumplido no se cuantos partidos en primera división. Extraordinario. No fue extraordinario, simplemente que no habían muchos para ese puesto. Los otros eran más caros.
Entonces, lo que si verdad es que para hacer cable no esta mal haber estado ocho años en el sistema. Del 2002 hasta la fecha. Eso si se puede considerar, de alguna manera, como un éxito. Pero un éxito relativo. Yo no estoy en señal abierta. No hago un programa de noticias del día. Hago algo que podríamos llamar más reflexivo. Para mucha gente es un programa cultural. Para otra, es de entrevistas. Éxito relativo, creo que si
Hasta que cumplió el número mil hace poco. Lo cual no se si es bueno o malo. Así nacemos, gracias en parte a que tuve la virtud de saber ignorarlo. El periodista, pienso ahora, no debe dar nada por sabido. Ni debe tener temor en preguntar. Gracias a ello yo he durado un poco en el canal.
-¿Cambios y proyecciones para el futuro?
-Lo que hay ahora es la introducción de un número musical y el canal está analizando algo que a mí me hubiera gustado tenerlo, desde que comencé en TV, una tribuna con público. Con esas dos cosas yo ya me doy por bien servido.
-¿La improvisación es muy importante en tu programa?
-La improvisación consiste en que tienes que abordar lo que se está tratando en este momento. Es decir, el invitado tiene que sugerirte algo y tú llevar la conversación por ese tema. Esto funciona para este tipo de programas. Ahora si yo le tengo que hacer, en la radio, una entrevista a Jorge del Castillo, por ejemplo, es absolutamente distinto. porque se tiene que sacar un titular. Entonces yo tengo que saber cuanto cuestan los departamentos en Miraflores y quien los vende para preguntar esas cosas. Pero mi espacio televisivo es de personalidades y personajes. Sobre todo que tienen tiempo real en este momento.
En otras palabras, a mi programa va gente que es conocida más o menos y gente que es absolutamente desconocida para el público y para mi y, en ese sentido, la improvisación es algo. Primero barato. No me toma muchas horas del tiempo. Me pagan igual y permite espontaneidad.
En ese momento habrá diversión, interés y curiosidad. Si yo fuese con una mente demasiado prefabricada sobre ese personaje es probable que no saliera bien porque tendría una agenda de preguntas que hacerle y no le permitiría improvisar a él. Ni me permitiría improvisar a mí. El exceso de preparación no conviene para este programa.
-Hablemos de cine y de actuaciones. Las que tuviste y tus proyectos en este campo de la creatividad. En el famoso séptimo arte. ¿Relátanos tus experiencias?
-Siempre me gusto el cine, desde pequeño. Como a todo chico. Cuando yo ingreso a Letras de la Católica había ya un grupo que es el que hace la revista Hablemos de Cine. Eran: Federico de Cárdenas, Isaac “Chacho” León, y Juan María Bullita. Yo era un joven seudo intelectual. A Bullita le gustaban las coboyadas. Ellos me enseñaron que había que ver el cine como tal. No sólo como argumento literario. Bueno actúo ¿por qué? Porque me obliga a actuar Lucho Peirano y Cancho Larco, en una obra de teatro que se llamaba Ubu Presidente. A partir de allí viene Alberto Chicho Durant y me lleva a hacer una película, el año 1979, hago un papel allí. Después viene Pancho Lombardi con lo mismo. A instancias de un director de cine boliviano, hago el papel de Mariano Ignacio Prado.
Alberto "Chicho" Durant
El año l993 Alfredo Filomeno y yo formamos la empresa Viceversa S.A. ubicada ahora en la Avenida Arequipa 4130, Oficina 701. Estando en esta compañía, los clientes nos encargan hacer algunos videos. Uno de los primeros que hacemos es el del Fondo Perú Canadá, institución que daba créditos en el Perú. El guión lo hacia yo más o menos y contratamos a Chicho Durant, como director del primer audiovisual. Un segundo video lo hacemos con Chicho y luego aquí viene el entronque con lo que estoy haciendo ahora.
Arranco a trabajar con el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAA) Les dirijo un documental que le sirva a esta gente para levantar fondos en Europa y en Estados Unidos. Bueno, allí se producen mis primeros viajes a la Amazonía.
-¿Cómo nace lo del documental sobre los Ashaninkas?
-Comienza, en mi cerebro, la idea de hacer una especie de algo sobre los ashaninkas. ¿Por qué los ashaninkas? Porque los conozco. Los de CAAA me llevan a hablar con esta gente y porque me empiezo a hacer amigo de muchos de ellos, especialmente de Santiago. Seguimos haciendo audiovisuales en Viceversa.
Confieso que ese es mi entrenamiento de alguna manera. El de los pesqueros y otros más. Sale la idea y cmpiezo a hacer una especie de prehistoria de lo que iba a ser un guión para una película de ficción.
Hago una carpeta y comenzamos a tocar puertas para interesar a la gente. Dinero, dinero, dinero. No se logra comprometer a nadie acá. Me voy al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington DC, Estados Unidos, porque se acababa de montar una fundación para el fomento de la cultura latinoamericana.
Un amigo que también le gusta el cine, Rodolfo Pereyra, que a la sazón había sido Jefe de Prensa de la Embajada del Perú en USA y luego de Toledo, me dice que hay que visitar al Embajador Eduardo Ferrero Costa. Me fui a la Embajada y estando allí veo a un tipo canoso de barba blanca. Era Jorge Secada, un peruano que era Jefe del Departamento de Filosofía de la Universidad de Virginia, ubicada a tres horas de Washington. Me dice cuenta conmigo. De allí sale parte del dinero de Ashaninka.
-El apoyo no viene fácil. ¿Secada abre más puertas?
-Secada monta todo un aparato. A los alumnos americanos los trae al Perú a la selva central para estudiar las comunidades ashaninkas y el impacto de Sendero Luminoso. Entra más dinero y se filma algo. El asunto está avanzando.
-Tienes otra película cuyo titulo es Amazónico soy
-Así es. En el intermedio me cae un cliente a Viceversa que se llama Jaime Vásquez de Iquitos y nos encarga un documental sobre esta ciudad que termina siendo Amazónico Soy, cinta que narra la vida de esa capital con personajes peculiares. Se exhibe en Iquitos con gran éxito. En Lima sólo en lugares culturales.
¿Ahora trabajas a fondo con Ashaninka?
-Si claro. Conacine, la entidad estatal de fomento a la cinematografía en el Perú, convoca a un concurso para documentales y yo decía no voy a la competencia porque se puede perder. Te puede ganar una partida de jóvenes. No quería humillaciones. Pero a regañadientes entré a concursar. Se ganó y se consiguió la plata. Con este capital se convierte Ashaninka, técnicamente, en un documental.
-¿Puedes definir exactamente lo que será esta película?
-Al final está quedando una cosa cuyo género no se definirlo bien porque si bien técnicamente es un documental, en la práctica tiene una serie de cosas de ficción con actores.
Este es un mixto entre testimonio de personajes reales y actuación de actores como Ricky Tosso, Eduardo Cesti, Sergio Galliani, Reynaldo Arenas y otros. Los personajes son, por un lado, las tribus ashaninkas; y por otro, gente que se vincula a ellos y ayudan en los momentos que la pasan peor, durante el terrorismo.
En algunos casos, hay personajes que yo me he ido encontrando en el camino. La película ha crecido de manera desmesurada. En este momento estamos cerrando una edición de cuatro horas. Contemplamos la posibilidad de que esto se convierta en cinco capítulos de TV, lo que aún no esta definido. Pero con el material que tenemos ya se presta para eso. Eso es lo que estamos haciendo.
Se ha avanzado por etapas desde el año 2006. Finalmente con la plata en la mano, conseguimos otros auspicios. Ha colaborado mucha gente. Como por ejemplo, los padres franciscanos que trabajan en la región de los ashaninkas. La Policía Aérea. En Lima hemos filmado un concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional, el coro de niños del Perú y una jovencita cantante ashaninka.
Los ashaninkas
-Martha Chávez es lectora emperdenida de José María Salcedo. Al menos eso es lo que declara en los medios.
-Cuando ese libro está redactado tiene un montón de personajes porque es sobre política y otras cosas más. Yo mando copias a cada una de las personas citadas para que hagan un comentario. En general para que se puedan defender. Martha Chávez me envía una carta en la que dice que no es cierto que Fujimori renuncia por fax. Hablando con ella en RPP, me hace notar ciertas precisiones, lo que ella juzga como ingratitudes. En fin, lo dice por esa razón porque claro, volvemos nuevamente al tema que uno llega a cierta edad y teme afectar a la gente. Que hago yo, aparte de evitar posibles juicios, le hago llegar una copia a cada uno de los que nombro. Muchos contestaron por escrito y otros como Baruch Ivcher que me dijo, concretamente, yo no se escribir. Yo hablo nomás. Venga usted acá. Me fui al Canal 2 de TV. Me sentaron en una mesa y el llegó con sus abogados. Se sentó y me aclaró: “por si acaso esto que vamos a hablar, tenemos que grabarlo”. Sacó su grabadora. Yo también saqué la mía. Eso es un poco la historia de ese libro Es lo ultimo que he escrito. En el tintero tengo otros que serán publicados después de Ashaninka. (Edgardo de Noriega)
miércoles, 5 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Excelente reportaje, brillante. Entrevistado y entrevistador de primera.
ResponderEliminarCon afecto
Juan Silva Vidaurre
Nunca me imagine que Chema Salcedo fuese político. Se lo tenia guardadito. Soy una seguidora de este periodista Mucho me gusta su programa en la TV. También lo escucho en RPP al medio día. Juana Echevarría
ResponderEliminarMuy buena y amplia la entrevista. Deben pasarla a los programas de comunicaciones de las universidades para que los futuros periodistas aprendan. Muy didáctica y convicente. Felicitaciones al autor y a Chema el aplauso de siempre.
ResponderEliminarQue buenas las definiciones de Chema.
ResponderEliminarFuera de serie la entrevista
La leí de un tirón con mucho interés.
Vi el programa 1,000. Bueno Deben repetirlo. Chema es convincente.
ResponderEliminarQue buena Chema con tus definiciones del periodismo y los periódicos. Lo primero una enfermedad y lo segundo una maldición. Te pasaste. Los muchachos tienen que tenerlo presente.
ResponderEliminarPrácticamente he conocido toda la vida de Chema. Me pareció explendido. Lo mismo que sus apreciaciones de carácter periodístico. Como mujer, si me queda una curiosidad: Por qué este hombre tan simpático, con esa labia, nunca se casó ¿O tiene su guardadito?. Carola Santa Gadea
ResponderEliminarMi querido Chato, muy buena la entrevista a Chema
ResponderEliminarUn abrazo.
Samuel Adrianzén Merino
Chema Salcedo se pasa. Lo vemos todos en casa en la tv los martes y jueves. Clara Martel
ResponderEliminarEdgardo:
ResponderEliminarHe estado leyendo la entrevista José María. Qué sabrosa! Bien por el entrevistado y bien por el entrevistador
Debo además felicitarte por los perfiles de personajes de la política nacional o de la historia. Instructivos, amenos, documentados. Es un placer leerlos.
Mis congratulaciones y el mejor de los éxitos a la aventura iniciada.
Un seguidor que le gusta el anonimato y que seguira leyendo.
lo veo demasiado en rpp a chema la verdad ya cansa su rostro en tv ,se esta quemando el soloseria bueno que tome un descanso ay nuevos rostros . con mas energia y ideas . ya descansa chema .. a tus cuarteles de invierno
ResponderEliminar