Italia se hallaba cubierta de cicatrices. Ruinas por todas partes. En las ciudades, en las aldeas y en el campo. Montones de cascos, edificios de pie precariamente. Obras de arte dañadas por completo. Iglesias desvencijadas Puentes volados. Sin agua, ni luz. Buques hundidos en los puertos. Carreteras destruidas, vías férreas levantadas. Todo un desastre. Totalmente, por los cuatro costados.
Era el 29 de abril de 1945 que virtualmente señaló en Italia el final de la segunda guerra mundial. Las enfermedades morales del pueblo mudo pesar. Nunca quiso una guerra y ni siquiera estuvo preparada para ella. Se había registrado generosidad, abnegación y solidaridad humana, pero también proliferaron la insensibilidad y las peores formas de egoísmo.
Los sentimientos de protección de infinidad de madres en busca de comida y abrigo para sus hijos. La codicia de algunos, la indiferencia de muchos y las malas acciones de los invasores alentaron la prostitución y un mercado negro en el que, con dinero, se podía conseguir casi todo.
Tal confusión, pocas veces vista, tenia su origen exclusivo en la conflagración y en los tantísimos años de dictadura. Este sistema que hace su norma de la mentira y la arbietraridad, suspendiéndose la critica y el pensamiento independiente para dar paso a la sumisión y la hipocresía, había dejado a los hombres completamente desorientados. El causante de tal caos institucionalizado tenía nombre, apellido y titulo grandilocuente: Benito Mussolini, IL DUCE.
Benito Mussolini
Sí, una de las figuras que más polémica ha suscitado a lo largo de la historia política contemporánea. El mismo hombre que, durante más de 20 años, rigió los destinos de Italia y fue el intérprete destacado del drama que dejó a su país al abismo del fracaso total.
Benito Mussolini, el primogénito de los tres hijos que tuvieron Alessandro Mussolini y Rosa Maltoni, nació el 29 de julio de 1883 en Predappio, un pueblito situado a unos 16 kilómetros de la ciudad de Forli, región de la Italia centro-oriental que recibe el nombre de Romagna.
CARACTER
La formación del carácter de Benito tuvo mucho que ver con la ideología de su padre, herrero del lugar, ateo y revolucionario convencido. La ascendencia pequeño burguesa y el devoto catolicismo de su madre, una mujer dulce e integra que ejerció como maestra de primeras letras y la terrible pobreza del pueblo que lo vio nacer, que a veces su familia tuvo que compartir.
Entre los admiradores y seguidores de Bakunin, el famoso anarquista ruso, destacaba Alessandro Mussolini. Nació en el seno de una familia de campesinos que durante generaciones habían vivido y trabajado en su pequeño pedazo de tierra hasta que el padre de Alessandro, a quien no le agradaba la dura vida del labriego, vendió sus tierras y dilapidó el producto de su venta después de establecerse en Pedrappio. A los l8 años abrazó el socialismo revolucionario que profesaba aquella minoría de obreros de la Romagna. Pocos años después afirmó su presencia en la aldea, abriendo su propia herrería y fundando una delegación de la Internacional.
Rosa Maltoni era una hembra robusta, de negros cabellos y tez morena, pero la mandíbula cuadrada y prominente que su hijo Benito heredaría, le daba un aspecto más voluntarioso que a veces se veía algo atenuado por la suave expresión de sus ojos profundos. Una buena mujer que durante muchos años después de su muerte, su nombre perduró en las conversaciones de los aldeanos, quienes se hacían lenguas al recordar sus virtudes.
Cuando vino al mundo su primogénito, Alessandro le puso tres nombres: Benito Amilcare Andrea, en honor de tres revolucionarios: el mexicano Benito Juárez, que capitaneó el alzamiento contra el emperador Maximiliano, y los italianos Amilcare Cipriani y Andrea Costa, ambos exponentes del socialismo italiano.
Rosa aceptó aquellos nombres políticos, pero con característica terquedad, rechazó las objeciones de su esposo y bautizó al niño de acuerdo con la fe católica, en aquella misma iglesia de San Casiano donde celebró su boda con Alessandro. Los Mussolini eran pobres.
RENCOROSO
Benito era una criatura terca y sombría, incapaz de mostrar verdadero afecto hacia sus padres y hermanitos. Aunque aprendió muy pronto a leer resultó muy parco en palabras, prefiriendo apelar a los puños. Su carácter violento y rencoroso. En una ocasión se pasó varias horas aguzando un pedrusco, con el que luego golpeó repetidamente a un niño que lo había provocado, hasta que vio manar la sangre. Se hallaba poseído de una crueldad conciente, de la que le agradaba jactarse.
Su madre lo llevaba a visitar, con regularidad, la iglesia de San Casiano. En cambio su padre se lo llevaba consigo a la herrería o a la taberna del pueblo, donde se reunía con sus cofrades socialistas. Le forzaba el latente espíritu de rebeldía, preparándole para su misión de agitador socialista revolucionario, que desempeñó durante el primer periodo de su vida.
De niño prefería la acción y las peleas. Había conseguido amansar a una lechuza que tenía junto a su cama. Solo le complacía andar con los muchachos de su edad cuando podía erigirse en su capistote para cometer mataparredas y despertar las iras de los campesinos.
Cuando cumplió nueve años, su madre decidió ponerlo en un pensionado de los padres Salesianos que se hallaba en la vecina ciudad de Faenza, el centro docente de San Francisco de Sales fundado por San Juan Bosco.
Los dos años que pasó Mussolini en el Instituto de Faenza en lugar de producir los beneficiosos efectos que su madre esperaba, terminaron con su expulsión de la escuela. No se adaptó a la rutina ni a la disciplina.
Al terminar este periodo de su vida, sus tendencias de mando se orientaron hacia el socialismo. Fundó una cooperativa obrera y ocupó en el pueblo los cargos de segundo alcalde y concejal. La educación política de Benito fue muy tosca e imperfecta.
Ni su padre ni los amigos de éste podían ofrecer pensamientos originales y se limitaban a repetir vulgaridades que habían recogido en la prensa socialista. Benito absorbía ávidamente aquellas vulgaridades y las repetía a sus condiscípulos durante los mítines que organizaba en el patio de la escuela.
Ficha policial de Il Duce
VERDI
La primera vez que su nombre salió en un periódico fue cuando se conmemoró el fallecimiento del gran compositor Giuseppe Verdi, cuya pérdida lloraba toda Italia y el fue uno de los oradores.
La enérgica y cuadrada mandíbula le confería a Mussolini un aire algo truculento. Su postura erguida, le hacia parecer más alto de su talla normal de un metro con 68 centímetros. La mirada era llameante que salía de sus ojos negros. Un breve bigotillo apenas cubría su labio superior. Aquí tenía 19 años.
Después de obtener el diploma del Magisterio pasó varios meses buscando inutilmente una plaza de maestro o cualquier otro empleo burocrático, hasta que resolvió ir a probar suerte a Suiza.
Su padre, por esta época, había sido detenido y encarcelado por su participación en los disturbios electorales. Benito ni siquiera pensó en volver a tierras italianas. Para él, friamente, aquello no tenía importancia.
Alessandro Mussolini permaneció cinco meses en la cárcel, en la espera del juicio. Por último fue absuelto y lo pusieron en libertad. Este último encarcelamiento quebrantó su salud y su ánimo. No volvió a intervenir activamente en las luchas políticas.
Mussolini, durante los dos años que permaneció en Suiza, vivió a salto de mata, trasladándose de un lugar a otro según las necesidades del momento o siguiendo los consejos de amigos ocasionales.
Consiguió trabajo como peón en las obras de una fábrica de chocolates. Al término de 11 horas que constituía la jornada de trabajo normal, había efectuado ciento veintiun viajes, quedando sus blancas manos agrietadas y llenas de ampollas, los músculos agarrotados y la espalda, según le pareció, hecha mil pedazos.
El patrón lo despidió al poco tiempo, arguyendo que iba demasiado bien vestido para ser un obrero y que no se merecía el dinero que había ganado. En Lausana, una ciudad suiza, encontró a muchos italianos unidos por los fuertes vínculos de la solidaridad y que se ayudaban generosamente entre si. El joven confiaba en que se desvivirían por atender a un compatriota recién llegado.
Pero no fue así. Lo detuvieron por vago y dio con sus huesos en la cárcel. Cuando lo soltaron, tres días después, desechó sus últimos escrúpulos y pidió ayuda a un grupo de socialistas italianos.
Cuatro días después, el semanario socialista italiano que se publicaba en Lausana publicó un artículo suyo, el tercero que había la luz hasta entonces, pues en dos ocasiones sendos artículos se publicaron ya en un seminario de los maestros de escuela italianos.
Le iba muy mal al joven en Suiza. En una oportunidad fueron 26 horas sin probar bocado. Encontró trabajó como dependiente de un almacén de vinos al por mayor. También fue ayudante de un pintor y escultor, mozo en una tienda, obrero de la construcción y se especializó en molduras de ventanas. Fue pasando de un empleo a otro hasta que dejó, definitivamente, el trabajo manual.
AGITADOR
Lo que le permitió dedicarse a la propaganda socialista y en esta labor obtuvo éxitos suficientes que le permitieron convertirse en enlace entre los dirigentes socialistas y las masas que estos deseaban organizar. Escribió artículos para los periódicos socialistas.
Como agitador adoptó las actitudes más intransigentes y extremistas. Era el actor dedicado a perfeccionar sus ademanes y dramatizar su actuación con el fin de provocar vivas reacciones en su auditorio. Adquirió una extraordinaria habilidad para la escena política, desarrollando sus dotes naturales de histrión.
Su palabra era fácil y sentida, aunque no sintiese lo que decía y siempre parecía sincero, tanto si creía las ideas que exponía como si no creía en ellas. Su aspecto romántico, su gesticulación dramática, los conocimientos que había asimilado y que utilizaba adecuadamente, su manera seca y escueta de presentar los hechos, causaban profunda impresión en las gentes sencillas.
En 1904, Mussolini realizó una gira de conferencias antirreligiosas, celebrando dos debates públicos acerca de la existencia de Dios con un pastor protestante evangélico. El socialista pasó a demostrar que Dios no existe y no es necesario. Que la ética religiosa es inmoral y autoritaria, humillando al hombre y haciéndolo caer de nueva en la animalidad y atrofiando sus facultades de raciocinio.
La primera obra que publicó Mussolini trataba estos temas. Era un folleto de unas 60 páginas que escribió cuando cumplió 21 años. Durante la época fascista todos los ejemplares de este librito, que aún circulaban en Italia, fueron recogidos y se intentó borrar su recuerdo por todos los medios.
El encarcelamiento por vagancia que sufrió Mussolini poco después de su llegada a Lausana, no fue el único que sufrió durante su estancia en Suiza. Era inevitable que su creciente fama de agitador político le causase otros roces con la policía que lo encarceló dos veces más en 1903 y 1904.
RETORNO
En noviembre de 1904, Mussolini dio bruscamente por terminada su situación de prófugo y su estancia en Suiza. Escuchó la llamada de una monarquía que despreciaba, regresó a Italia e ingresó a las filas de un ejército cuya “base moral” era la disciplina impuesta mediante una “obediencia ciega y bestial”.
Aprendió, en Suiza, a hablar francés, a chapurrear el alemán y a leerlo. A escribir con facilidad para la prensa y a colaborar en los periódicos. Obtuvo un conocimiento de la multitud y aprendió a pulsar las teclas emocionales de la masa, estableciendo los cimientos de una posible carrera política.
En 1905, Mussolini ingresó como soldado raso en un regimiento de guarnición en Verona, pero su servicio activo no tardó en conocer una breve interrupción, cuando tuvo que acudir al lecho de su madre. Rosa murió el 19 de febrero de 1905 y Benito demostró un profundo y sincero pesar. Parecía dar la última despedida al ser amado, pero en su angustia rompió en llanto y únicamente consiguió arrojar unas cuantas flores sobre la tumba.
En abril cuando el permiso expiró, Mussolini regresó a Verona para incorporarse de nuevo a su regimiento. Entró en el ejército como soldado raso y como soldado raso salió.Cambio de buena gana su sombrero negro de bandolero por el popular y airoso casco militar adornado por un penacho y abandonó la propaganda socialista en favor de faenas militares de un carácter menos intelectual. Le gustaba participar en las marchas militares.
Su figura militar en 1917.
En la fortaleza denominada Rocca de Caterina Sforza, una mañana de mediados de octubre de 1911, cinco años después de haber terminado su servicio militar, el prisionero Benito Mussolini se agachaba en el interior de uno de los pequeños recintos abiertos en el patio, donde durante 60 minutos al día cada preso podía disfrutar de un pequeño espacio particular al aire libre. Se estaba lavando el cabello que le habían cortado casi al ras con agua que era sacada de un cubo.
PROFESOR
El profesor Mussolini, según el titulo que éste se dio asimismo, capitaneaba las fuerzas socialistas de la localidad. Era secretario de la Federación de Organizaciones Socialistas de Forli y dirigía el periódico de esa tendencia, Lucha de Clases
Participó en una huelga general que se convirtió en un intento tardío por impedir que estallase la guerra entre Italia y Turquía. Dos semanas después de la paralización, Benito fue arrestado acusado de incitación a la revuelta.
Su padre murió en Forli diez meses antes del encarcelamiento de Benito, donde había transcurrido los dos últimos años de su vida. Los cargos que se le hacía eran numerosos y detallados, pero en substancia se le acusaba de incitación al crimen y a la lucha de clases, de complicidad en actos de vandalismo y de resistencia a la policía.
El día del juicio compareció a la sala del tribunal custodiado por los carabineros. Mussolini, según informaba Lucha de Clases, iba perfectamente rasurado, sus ojos tenían mayor vivacidad y fuego que de costumbre. Su aspecto era elegante, casi atildado. Fiel a su palabra asumió su propia defensa, con su acostumbrada energía y precisión y su verbo incisivo.
Negó haber tomado parte activa en la huelga general, declinando toda responsabilidad por ella. Su incitación era puramente teórica y en cuanto a su idea de sabotaje era altamente moral y cívica, pues se proponía salvaguardar los bienes y a los ciudadanos.
“Os digo señores del tribunal si me absolvéis me daréis una gran satisfacción, porque me permitiréis volver a mi trabajo y al seno de la sociedad. Pero si me condenáis me haréis un gran honor, pues no se encuentra ante vosotros un vulgar criminal… sino un difusor de ideas que merece vuestro respeto…”
Este altisonante final fue calurosamente aplaudido y el fiscal observó entonces que Mussolini tenía grandes dotes de persuasión, lo cual lo hacia muy peligroso. Se le declaró culpable de instigación a la revuelta y se le sentenció a un año de encarcelamiento. Apeló contra la sentencia y fue trasladado a Bolonia, sede del tribunal de apelación, La sentencia de Mussolini quedó reducida a cinco meses.
En la cárcel, la conducta de Mussolini fue ejemplar. Podía recibir comida de fuera. Su alegre camaradería, las buenas relaciones que reinaban entre los presos y carceleros, contribuyeron a disminuir aún más las penalidades y a suavizar los rigores de la vida carcelaria.
Casi todos los días, con la mayor puntualidad, una jovencita iba a visitar a Mussolini. Era Raquel Guidi, su esposa con la que había contraído matrimonio civil. Raquel que entonces aún no tenía 20 años, era bajita y rolliza, de facciones regulares, expresión agradable y las manos rojas y ásperas de una campesina.
Lo que la hacia destacar especialmente era su cabellera de un rubio desvaído, casi platinado y los fríos ojos azules de mirada turbadora. Benito la conoció cuando aún era una niña que llevaba el cabello recogido en dos trencitas y asistía a la escuela de su madre.
Raquel pertenecía a una familia pobrísima. Poco tiempo después de la muerte de su padre, cuando ella contaba con 7 años, tuvo que dejar la escuela para entrar a trabajar al servicio de varias familias en las labores agrícolas y domésticas.
La viuda Guidi, madre de Raquel, acompañó y consoló al padre de Benito de su soledad. En 1908 Alessandro traspasó su herrería de Pedrappio y se trasladó a Forni con la madre de Raquel. Allí, ayudada por ésta, regentó hasta su muerte, sobrevenida dos años después, una taberna en la que se reunían los más activos militantes de la población.
CONVIVENCIA
Benito y Raquel que habían dejado de verse desde los días escolares de la niña, volvieron a encontrarse en Forli cuando ella tenía 16 años y se había convertido en una joven apetitosa. La vida errante de Mussolini volvió a separarlos hasta que,en enero de 1910, tras unas breves relaciones salpimentadas con arrebatos de pasión y celos por su parte, Benito se la llevó a vivir consigo, san haber contraído matrimonio, de acuerdo con la ética socialista.
Raquel era de la misma madera que Rosa Mussolini: vigorosa, sufrida y fiel, pero menos inteligente, animada de menores ambiciones para su familia y de un temperamento mucho más risueño. Era una joven satisfecha y tranquila, que sólo se preocupaba de lo que le traía el momento, si bien estaba dispuesta a luchar en defensa de sus derechos de madre y esposa. En setiembre de 1910 nació Edda, que había de ser el primero de sus cinco vástagos.
En la celda número 39 de la Rocca de Caterina Sforza escribió su autobiografía bajo el titulo de “Mi vida”. No puede considerarse como una obra muy literaria, aunque Mussolini empezó a escribir siendo muy jóven y había publicado decenas de artículos.
Había escrito cuatro cuentos y pensaba escribir otros para reunirlos en un volumen que se titularía “Cuentos perversos" y no llegó a hacerlo. Si lo hizo con una novela por entregas que apareció en un periódico socialista
La Mía Vita es una obra escrita con apresuramiento y sequedad formada por una sucesión de frases breves y explosivas. La puntuación resulta a veces desconcertante. La frialdad y falta de sentimientos de esta obra son desconcertantes. La terminó de escribir el 11 de marzo de 1912 y al día siguiente lo pusieron en libertad.
Con los camisas negras.
Los cinco meses de encarcelamiento en la Rocca representaron para Mussolini la última ocasión de su vida en que pudo dedicarse a devorar libros. A los 29 años fue puesto en libertad.
Desde que se fue por primera vez a Suiza hasta su muerte violenta, Mussolini afirmó siempre que no tenía teorías ni fórmulas. Que, en su opinión, lo primero es la acción. Hacia el final de su vida, el Duce continuaba siendo un admirador de Nietzsche, empleaba el lenguaje y las imágenes de este filósofo y se esforzaba por encarnar sus creaciones.
Lo que más impresión causó en Mussolini fue la gran concepción nietzscheana, el superhombre, el héroe convertido en prudente e implacable. Dentro de esta corriente, Mussolini escribió que Jesús era un temperamento de visionario dotado de una extraordinaria energía nerviosa que le servia para electrizar a las multitudes. De este modo triunfo la escoria, los esclavos.
El cristianismo y el amor fraternal, venía a decir del Duce, parafraseando a Nietzsche, han dado por resultado las guerras, los terrores de la Inquisición y el europeo moderno, este pequeño monstruo de conciencia inquieta y turbia, orgulloso de su irremediable mediocridad.
Mussolini se hallaba escribiendo a la sazón un libro Giovanni Huss, el verídico. La vida de Juan Huss formaba parte de la tradición protestante. Mussolini tuvo grandes dificultades para reunir la documentación necesaria. Su propósito era hacer propaganda anticlerical. Con su sentido seco y sincopado, la obra no deja de surtir efecto. En la figura de Huss, Mussolini veía al individualista que forja sus propias reglas morales y decisiones que cree hallar un significado universal en las soluciones que ha encontrado en si mismo y que prefiere morir en la hoguera antes que someterse a la autoridad humana, ya esté representada por inquisidores, papas o emperadores.
El Partido Socialista italiano de características esencialmente marxistas fue fundado en 1892, cuando Benito contaba con nueve años de edad. Solo a costo de grandes dificultades, las numerosas y contradictorias corrientes ideológicas que confluían en el Partido pudieron mantener su cohesión y desde el primer día surgieron facciones y divisiones ocasionales.
Durante mucho tiempo, Mussolini se había percatado de la existencia de una creciente disensión ideológica en el seno del Partido y había visto surgir dos fuertes tendencias contrapuestas: la reformista y la revolucionaria. Benito pertenecía a esta última formada por un grupo de intransigentes que no querían renunciar a los viejos ideales del marxismo, a la lucha de clases y a los cambios sociales conseguidos mediante la acción directa y no a través de pactos y componendas.
CAMPAÑA
Mussolini, el blanquista, se mostraba instintivamente reacio al parlamentarismo, a los métodos dialécticos, las maniobras políticas y las tácticas de apaciguamiento y rehuía el combate abierto para ganar concesiones que sólo le parecían migajas del todo ideológico.
Era un ser huraño, incapaz de colaboración, un hombre que podía expresarse por escrito o en un monólogo, pero que no servía para las controversias y consideraba los debates como una pérdida de tiempo.
Desde la tribuna que le proporcionaba Lucha de Clases desencadenó una venenosa campaña dialéctica contra el Parlamento italiano, al que llamaba el “parlamento de Averno”, el “más analfabeto, holgazán y corrompido del mundo”
En su critica de los reformistas”figuras de paja que ocupan los escaños de la extrema izquierda", Mussolini llegó más allá que la mayoría de socialistas revolucionarios, pues, pidió varias veces al Partido que expulsase a los reformistas.
Lo nombraron director del periódico socialista Avanti. Era el órgano oficial. Fue fundado en 1896, siendo dirigido por Leónidas Bissolati durante varios años y estuvo siempre en manos de intelectuales. En sus páginas colaboraban los escritores socialistas más famosos y tenía corresponsales obreros en diferentes partes de Italia y en el extranjero.
Aunque tuvo sus altibajos y en ocasiones su circulación disminuyó notablemente debido tal vez a su excesivo intelectualismo, para muchos afiliados constituía el símbolo del Partido y manifestación tangible del socialismo.
Su importancia radicaba en que era un órgano oficial fuerte, bien dirigido que sabia conquistar a los obreros para reunirlos bajo el estandarte del marxismo más extremista. Durante los dos años escasos en que dirigió Avanti con su ímpetu y vigor característicos, el periódico se convirtió en una publicación más fuerte y combativa, más intransigente y rígida que se adaptaba mejor a los gustos y mentalidad de los obreros.
El resultado de ello fue que su tirada se duplicó y para Mussolini el periódico se convirtió en una herramienta en sus manos, que el utilizó para acrecentar su propia influencia, conquistar popularidad y afianzarse como tribuno y demagogo.
En las primeras elecciones realizadas en 1913, bajo la nueva ley electoral, el profesor Mussolini, conocido por su antiparlamentarismo, se presentó para diputado en su propio distrito electoral de Forli, sin ser elegido.
Cuando el 28 de junio, un joven eslavo atentó contra la vida del príncipe heredero de Austria, el archiduque Francisco Fernando y de su esposa en las calles de la ciudad de Sarajevo, Mussolini analizó correctamente los aspectos políticos del asesinato, pero no fue capaz de prever las consecuencias que tendría.
Durante el periodo de alianzas secretas que precedieron y determinaron la Primera Guerra Mundial, Italia era el miembro más joven de una Triple Alianza, cuyos miembros mayores eran Alemania y Austria. En la balanza europea del poder, la Triple Alianza constituía un contrapeso a la Entente Cordiale que unía a Gran Bretaña, Francia y Rusia.
La Triple Alianza que fue firmada por primera vez en 1892, había sido renovada varis veces, la última en 1913. Mussolini, entonces , la denunció presentándola como contraria a los ideales internacionalistas y antimilitaristas del socialismo.
Dando un discurso montado a caballo.
Sus ideales internacionalistas y antimilitaristas bebidos en las ubres del socialismo, presentaban la neutralidad como el corolario lógico de los mismos, mientras que su transfondo patriótico le hacía imposible aceptar siquiera una guerra al lado de Austria, que teniendo en cuenta la Triple Alianza, parecía la única alternativa posible,
CONSIGNAS
Desde el 16 de julio en adelante y durante los meses de agosto y septiembre, remachó sus consignas favorables a la neutralidad en artículos y discursos. Mientras, en grandes titulares, Avanti pregonaba la más absoluta neutralidad socialista.
El director de Avanti vacilaba. Su actitud neutralista no era tan absoluta como aseguraba. Mussolini odiaba a Austria. Estaba de corazón al lado de Francia. Había llegado a comentar los planes de una posible movilización general en Italia. Mussolini era un hombre de dos caras. Había dos Mussolinis. El portavoz oficial del Partido y el ciudadano particular.
Asi lo hizo el 18 de octubre, por medio de uno de los artículos más extensos que habían salido de su pluma, pero cometió un error fundamental de táctica. En lugar de hablar por si mismo y de referir las causas y motivos de su propia evolución, habló en nombre del partido, a pesar de que, haciendo honor a sus métodos dictatoriales, lo había escrito sin consultar con nadie. El articulo titulado “De la neutralidad absoluta a la neutralidad viva y militante", constituyó una sorpresa para todo el mundo.
Venía a decir en sustancia que la neutralidad absoluta constituía una fórmula cómoda y negativa que eliminaba la necesidad de pensar. Llovieron sobre Mussolini acusaciones y recriminaciones.
Quedó abierta la sucesión para el cargo de Director de Avanti y así fue. Lo sacaron del puesto. Más de tres semanas después se publicó en Milán el primer número de un nuevo periódico totalmente suyo y que abogaba a favor de la intervención. Se llamaba el Pueblo de Italia. En el editorial del primer número Mussolini afirmaba con énfasis que “hoy en día la propaganda antibélica representa una cobardía y lanzaba un “grito propicio” para los que lo oyesen los que son jóvenes en años y jóvenes en espíritu…Mi grito es una palabra que yo nunca hubiera pronunciado en tiempos normales, pero que ahora grito con voz estentórea, con toda la fuerza de mis pulmones, sin el menor deseo de fingir con una fe inconmovible. Una palabra terrible y fascinadora: ¡guerra!"
La sección socialista de Milán se reunió para analizar el caso. Cuando se presentó Mussolini lo silbaron y lo apostrofaron con los gritos de Traidor, Traidor, Judas, Judas. “Hoy me odiáis porque todavía me tenéis afecto. Doce años de vida al servicio del partido deberían ser garantía más que suficiente de mi fe socialista”, afirmó. "Me han echado pero no me han domado", fueron sus palabras cuando fue expulsado del Partido.
El nuevo periódico de Mussolini se convirtió en una tribuna desde donde lanzaba ataques personales, en los cuales daba rienda suelta a su cólera. En el término de poco más de un mes libró dos de los cinco duelos en que intervino en el curso de su vida, Los otros tres tuvieron lugar entre octubre de 1921 y mayo de 1922.
"Es usted un canalla y un sinvergüenza", dijo Mussolini abofeteando al abogado Merlino. El pobre abogado se quedó blanco como el papel y sin hablar. No tardó en reponerse de la impresión y le envió sus padrinos. El duelo que libraron terminó cuando ambos recibieron ligeras heridas.
Mussolini se batió nuevamente en duelo. Esta vez con Claudio Treves. Este último publicó artículos contra la intervención. Mussolini contestó y acusó a su rival de ser neutralista, con el único y exclusivo fin de salvar el dinero de su mujer. El lío terminó en duelo. La lucha correspondiente, sin heridas. Pero los protagonistas siguieron más furiosos que antes.
Benito vivía separado de Raquel. Ella en Forli. El en Milán. Ella planeó la convivencia y Benito no tuvo más remedio que plegarse a su voluntad. Se establecieron en un pisito al que trasladaron algunas de sus pertenencias: su cama de matrimonio, la cuna de Edda, los libros de Benito y la mesa de la cocina.
Hubo otra mujer, Margherita Sarfatti, que no hizo ninguna objeción a su cambio de camiseta política. En realidad, lo secundó. Era una joven rubia, bella e inteligente, dotada de un encanto muy femenino. La esposa de un abogado de fama, hija de un profesor socialista de la Universidad de Venecia y procedía de una familia adinerada, pertenecía a aquella clase de socialistas intelectuales que con tanta frecuencia le habían cerrado la puerta a Mussolini.
Las relaciones de Margherita y Benito duraron casi 20 años. Fueron las más largas que sostuvo con una mujer, exceptuando a Raquel. Con el tiempo se le consideró su amiga oficial, por así decir. No fue sólo el amor que la atrajo hacia ella. Esta atracción se debió al hecho de que podía confiar a Margherita pensamientos que nunca hubiera confiado a un hombre, recibiendo en cambio sugerencias y consejos de ella.
Durante la época fascista, ella dirigió una revista mensual, Gerarchia, en la cual el Jefe del Estado colaboraba con artículos que él consideraba como el fruto de sus más profundas meditaciones. Mussolini puso fin a sus relaciones en 1939. Por dicha época, ella ya no era tan joven y Mussolini que entonces se hallaba en la cuspide del poder, debió de creer que ya no necesitaba de sus consejos.
AVENTURA
Mussolini se vio envuelto en una aventura que le causó disgusto e irritación con Ida Dalser, una mujer inteligente y sensitiva que conoció en Trento para encontrarla de nuevo en Milán a finales de 1913 o principios de 1914. Ella había probado diversas ocupaciones y a la sazón dirigía un salón de belleza, que se apresuró a cerrar cuando Mussolini le prometió casarse con ella.
Le puso casa, lo cual contribuyó a aumentar las ilusiones de la joven. Pero cuando vio que el iba dando continuos aplazamientos a la boda, empezó a hacerle escenas violentas a veces en público. Ida Dalser quedó en cinta y le dio un hijo en noviembre de 1915, el cual fue bautizado con el nombre de Benito Albino. A comienzos de 1916, Mussolini reconoció a su hijo natural. Claro está que apenas hacia un mes, exactamente el 16 de diciembre de 1915, se había casado por lo civil con Raquel.
La desdichada pasó el resto de su vida en una perpetua agitación y envió docenas de cartas a su antiguo amante, pidiéndole el cumplimiento de sus promesas. En 1917 fue internada por instigación de Mussolini so pretexto de al ser de Trento, era austriaca y por lo tanto enemiga.
Ida pasó los ultimos diez años de su vida-falleció en 1935- no en una cárcel sino en una institución para enfermos mentales, donde la confinaron contra la opinión de algunos de los médicos que la examinaron. Benito Albino creció bajo la tutela de dos protectores sucesivos y Mussolini se encargo de proveer, al menos en parte, a la subsistencia de su hijo. Este hijo espurio murió durante la última contienda mundial en circunstancias misteriosas. Hay quien dice que falleció en una institución para alienados. Pero otros aseguran que falleció durante un combate naval, en el cual resultó hundido su barco.
Italia no estaba preparada en absoluto para una guerra larga y dura. Despues de vestir el uniforme y tocarse con el casco empenachado partió de Milán y pasó su primera noche en las trincheras. Estuvo enrolado durante 17 meses hasta que lo hirieron y pasó aproximadamente una tercera parte del tiempo que duró su servicio activo, en el frente de combate. Fue un buen soldado, pero no realizó un solo hecho notable y mucho menos una acción heroica.
Mussolini, como los demás soldados, no tuvo más remedio que adaptarse a la vida de las trincheras. Se acostumbró al tronar de los cañones, a la explosión de las granadas, al ulular del viento en las gargantas montañosas y en las cumbres, al bramido de los aludes y a la caida vertiginosa de las piedras por las empinadas laderas rocosas.
Alentando a las masas en Milán
Como sus compañeros, se acostumbró a los dias y las noches pasados a la intemperie, bajo la lluvia, bajo el agua fria que caía del cielo y que lavaba su piel, penetraba en sus zapatos y lo dejaba empapado y calado hasta los huesos, cuando a veces solo tenía un sorbo de café en el estómago.
Hacia guardia en la nieve,ebrio de blancura, amontonaba sacos para ocultarse tras ellos, excababa y apilaba tierra para reforzar su guarida. Se acostumbró a no tener que hacer fuera de aquellos menesteres inmediatos y materiales, a la monotonía de aquella existencia limitada.
Mussolini estaba haciendo practicas de tiro con un obus cuando una de las granadas estalló antes del disparo. La explosión mató a cinco soldados. Mussolini se había considerado un hombre de suerte y lo que sucedió esta vez pareció confirmarlo, pues se salvó.
Fue alcanzado por la metralla y arrojado a varios metros de distancia. Quedó acribillado. Por lo menos cuarenta trozos de metralla quedaron incrustrados en su cuerpo. Su recuperación fue muy lenta. Mussolini fue trasladado a un hospital de Milán. La infección de su pierna derecha habia alcanzado el hueso. Durante las curas, que eran dolorosísimas, tenían que sacarle astillas de sustancia osea. Le dieron de alta, aunque la herida de la pierna no estaba cerrada del todo y requería aún tratamiento. Algunos meses después, apenas cojeaba ya y no tardó en estar totalmente repuesto.
CRISIS
A principios del verano de 1917 cuando Mussolini renaudó sus actividades periodísticas mientras aún seguía hospitalizado en Milán, un lento proceso de desmoralización civil y militar comenzaba a iniciarse en toda la nación, donde no se espera que la guerra durase tanto ni exigiese tantos sacrificios. Mussolini hipersensible a los estados públicos de opinión, percibió el comienzo de una mentalidad derrotista y en junio advirtió a sus lectores de este peligro.
Las divisiones alemanas, austriacas y búlgaras rompieron las lineas italianas y descendieron en alud por las montañas, siguiendo las carreteras que conducían a Caporetto y al rio Piave.
La guerra en el frente italiano terminó el 4 de noviembre de 1918. En la ofensiva iniciada el 24 de octubre, las tropas italianas, reforzadas por algunos contingentes aliados, hicieron retroceder al enemigo por aquellos mismos valles que el enemigo habia invadido, impetuoso y altanero, el año anterior, reconquistando las tierras que habian asolado,quemado y regado con sangre italiana. Implacablemente persiguieron a las tropas alemanas y austríacas en retirada, expulsándolas del territorio italiano y penetrando profundamente en Austria.
“Nos ha sido concedida la mayor de las alegrías: la de haber aniquilado a un imperio que había violado nuestra libertad y la de otras infortunadas naciones”, escribió Mussolini para exclamar en su estilo: "Ha sonado la gran hora. La hora del divino regocijo en el que el tumulto de las emociones paraliza nuestro corazón y forma un nudo en nuestra garganta. La larga pasión, coronada al fin en triunfo hace brotar lagrimas de júbilo incluso de ojos que han visto y han llorado mucho”. Italia había conseguido la gran victoria, obligando a Austria a firmar el armisticio.
La guerra habia terminado con la victoria. Y el pueblo se regocijó. La bandera tricolor ondeaba al viento en todo Italia y todos la contemplaban, con orgullo y reverencia. De boca en boca, de los Alpes al mar de Sicilia, pasaban la palabra victoria y paz. Pero muchos lloraban porque ni la paz ni la victoria podían devolver la vida a los 600 mil muertos que la guerra había costado, ni dotar a los mutilados de los miembros que habían perdido en el campo de batalla.
Por esta época Mussolini tuvo tres hijos. Su hijo secreto Benito Albino cuya madre fue Ida Dalser. Y Victorio y Bruno, hijos de Raquel que nacieron en septiembre de 1916 y en abril de 1918.
Italia fue el país que mayores dificultades experimentó para adaptarse a la paz. Sufrió una psicosis propia de una nación derrotada.. El más grave de los males era la situación económica, pues la guerra representó una enorme sangría financiera.
Una vez sumados todos los gastos se fijó el costo de la guerra en ciento cuarenta y ocho billones de liras, o sea el doble del presupuesto total de la nación desde la unidad conseguida en 1861 hasta 1913 (periodo en el que se incluía la guerra de la independencia y la guerra de Libia).
Solamente los daños de guerra ascendían a ciento veintidos billones de liras. La deuda pública aumentaba con el transcurso de los meses. La que antaño fuera la gran flota comercial italiana, estaba casi totalmente aniquilada. Durante la guerra, Italia recibió empréstitos y pertrechos de los aliados, pero los gobiernos débiles e imprevisores que se sucedieron, no hicieron nada por mantener una ayuda permanente. El primer año de paz trajo más penalidades económicas a la población que cualquier año de guerra.
Por falta de materias primas, Italia tuvo que disminuir el notable esfuerzo industrial que había iniciado durante la guerra. La mayoría de los veteranos y especialmente los oficiales jóvenes, no poseían la preparación ni la fuerza moral para enfrentarse con aquel retorno brusco a la normalidad. Su único equipaje espiritual consistia en sufrimientos, rencor, ilusiones y las costumbres adquiridas durante su vida ociosa en las trincheras. Una sucesión de gobiernos débiles e ineptos permitieron que la situación degenerase en un caos.
El imperio austro-húngaro se había desmoronado. En cuanto al imperio otomano se hallaba en la última fase de la descomposición y Rusia habia reemplazado a un tirano con la dictadura del proletariado.
Los comienzos del fascismo fueron modestos. En el barrio antiguo de Milán existe una plazoleta, la Piazza San Sepolcro, casi ocupada totalmente por una iglesia que surge entre dos campanarios románticos.
En 1919, frente a la iglesia, se alzaba un edificio gris y achaparrado de estilo neoclásico llamado el Palazzo Caetani donde un club para la defensa de intereses industriales y comerciales tenia su sede.
En él, el domingo 23 de marzo, Mussolini fundó los Fasci di Combattimento. Alli se hallaban presentes un centenar de personas, la mitad de ellas de Milán. Cincuenticuatro delegados aprobaron, por unanimidad, las tres declaraciones que les presentó Mussolini. En la primera declaración, después de dedicar unas lineas a los muertos, los mutilados y los prisioneros de guerra, los fascistas se comprometían a apoyar todas las reinvindicaciones que presentasen los veteranos de guerra.
En la segunda se declaraban adversarios del imperialismo de otras naciones ejercidos en detrimento de Italia y de un posible imperialismo italiano ejercido contra otros países.
Suscribian los principios de una Sociedad de Naciones y pedían la integración de Italia en los Alpes y el Mar Adriático, con la reclamación y anexión de Fiume y Dalmacia. En la tercera declaración, los fascistas proponian que se sabotease, con todos los medios, las candidaturas electorales de todos los neutralistas.
Mapa del imperio colonial italiano
FASCISMO
De este acto que señala el nacimiento del fascismo, cabe destacar dos hechos importantes: la reunion fue presidida por grupos armados que aseguraban protección contra cualquier intento hostíl y el acto tuvo lugar en un club capitalista.
El pacto establecido tácitamente con los violentistas seguía en pie y Mussolini había llegado a confiar plenamente en sus partidarios armados. En su misma concepción, el fascismo fue un movimiento de tendencia y organización castrenses.
Mussolini habia recorrido un largo trecho desde sus dias de socialista. Durante algun tiempo después de su expulsión del partido siguió llamándose socialista, un revolucionario que había visto en la guerra el medio de realizar un cambio social que ocuparía el lugar de la revolución.
Había dado a su periódico el nombre del diario socialista, aunque es casi seguro que recibía ayuda financiera de algunos terratenientes italianos y del oro francés. En agosto de 1918 empero, y con el fin de que no se le confundiese con “otros socialistas”, Mussolini sustituyó el subtitulo de diario socialista por el de “Diario de los Combatientes y los Productores.
Por combatientes, Mussolini entendía todos los soldados. Los productores no eran sólo los trabajadores para él pues “hay trabajos que no causan sudor… ni los cacareados callos en las manos".
De esta manera repudió su antigua actitud frente al capital. Empezó a cortejar grupos que poseían una fuerza particular a causa del dinero o de las armas y abolió todos los limites que antes había impuesto a su campo de acción.
El hecho que el fascismo naciese en el Club para la Defensa de Intereses Industriales y Comercialdes demuestra que, en 1919, los capitalistas daban la bienvenida a Mussolini y a la perspectiva de protección armada que éste representaba, fomentando un individualismo que bordeaba en la anarquía.
A pesar de la vaguedad del programa político en los primeros tiempos del fascismo, un rasgo especial se destacaba. Un exacerbado nacionalismo que no se conformaba con nada que no fuese un reconocimiento total a los valores de la victoria. Mussolini se habia convertido en un admirador del presidente norteamericano Wilson.
Resulta de interes el hecho de que Mussolini empezase a pensar y mencionar a la dictadura con frecuencia en esta época. Ocupó un lugar prominente en sus pensamientos.
Los fascistas publicaron su programa que incluia el sufragio universal con cláusulas específicas para el voto femenino. Sin embargo, las mujeres fueron excluídas de las urnas durante toda la duración del periodo fascista
El plan también incluía el apoyo de las reinvindicaciones obreras y participación de los trabajadores en la dirección de las empresa. Seguros de incapacidad y vejez. Creación de una milicia nacional. Un impuesto progresivo sobre el capital. Una expropiación parcial de todas las riquezas, un impuesto sobre los beneficios de la guerra y la confiscación de todos los bienes eclesiasticos. La revalorización de la guerra era su principal objetivo. El fascismo debió su existencia al odio y despecho que alimentaba Mussolini contra el Partido Socialista.
A tres semanas después de su fundación, el fascismo lanzó su primer ataque, mientras Mussolini permanecía sentado en su guarida con su pistolón y un vaso de leche sobre la mesa.
Los fascistas atacaron a los socialistas y asaltaron la redacción de Avanti para vengar la muerte de un soldado. Los fascistas entraron en las oficinas, destruyeron la imprenta, la maquinaria y el mobiliario. Por último, prendieron fuego al local.
Las primeras elecciones celebradas después de la guerra tuvieron lugar el 16 de noviembre de 1919. Tras un vano intento de formar una coalición de izquierdas, Mussolini fue uno de los 20 candidatos que se presentaron en una lista exclusivamente fascista.
FRACASO
El fracaso de Mussolini sobrepasó las más pesimistas predicciones: la candidatura fascista obtuvo 4,657 votos del censo electoral milanés que ascendía a 270 mil votantes. Los socialistas, por su parte, consiguieron su más amplia victoria al conquistar 156 de los 535 escaños del Parlamento. Los otros vencedores fueron los popolari, partido católico fundado un año antes cuando el Papa abolió el impedimento que tenian los católicos para votar.
Mussolini dio rienda suelta a su furor cometiendo un acto de violencia, Aquella misma noche, mientras un numeroso grupo de socialistas festejaban su victoria electoral, frente a la redacción de Avanti estalló, entre ellos, una bomba de mano que causó muchos heridos. Por ello, el Duce fue encarcelado.
Lo pusieron en libertad a las 24 horas, pero no se dio por ello carpetazo al sumario iniciado en el que se le acusaba de la organización de bandas armadas con el fin de cometer crímenes. La investigación se llevó muy lentamente. Cuando el caso estuvo listo para pasar a los tribunales, Mussolini ya habia conseguido su acta de diputado y se sentaba en el Parlamento. El caso fue sobreseído.
Hablaba mucho de cambiar de ocupación, no hizo nada en ese sentido. Permaneció encerrado en su guarida, escribiendo artículos furibundos contra esto y aquello. La suerte no lo desamparó y primero con lentitud y después rapidamente, la rueda de la fortuna se puso a girar a su favor. Casi independientemente de su voluntad y su intervención, durante la segunda mitad de 1920 y todo el año siguiente, se fundaron numerosos grupos fascistas.
Mussolini con Hitler
Aunque en ocasiones se mostraba inseguro acerca de la aptitud a tomar ante su discola criatura y pensaba lavarse las manos del asunto, Mussolini terminó por utilizar el fascismo para sus propios fines.
Mussolini se enteró de ciertas innovaciones que más tarde se identificaron con el fascismo: la introducción de la pena de muerte que sólo se aplicaba bajo la ley marcial, una nueva clase de castigo consistente en administrar a la fuerza aceite de ricino para purgar a los adversarios de sus ideas erróneas, la invalidación de los resultados de un plebiscito si estos iban contra la voluntad del gobernante. El Ayuntamiento podía nombrar a un comandante investido de plenos poderes dioctatoriales
Muchas de estas ideas salieron de la inspiración del poeta D’Anunzio, con quien Mussolini trabajaba. Muchos memorandums le enviaba el segundo al primero. En estos documentos, por primera vez, se habla de la marcha a Roma como tercer acto de un programa, cuyas primeras fases consistirían en la ocupación de los territorios que Italia habia reinvindicado y la captura del Gobierno.
Durante el mes de noviembre de 1920, siguiendo las propias indicaciones de Mussolini, se fundó el partido fascista, a pesar de que durante mucho tiempo él había asegurado que el fascismo no era un partido, sino un movimiento que no estaba limitado por programa ni fórmulas en su calidad de auténtico “antipartido”.
La vispera de la fundación del partido fascista, Mussolini se preguntaba cuáles eran sus objetivos. “Podría tener una función si bien transitoria, canalizar y reunir un haz de jóvenes energías que de otro modo se desorientarían y dispersarían en torno a una poderosa energía que pudiese utilizarlas para sus propios fines que estarían de acuerdo con los itereses de Italia.
Cansada de la violencia y los desordenes que alteraban continuamente su vida, la nación empezó a hablar de un retorno a la normalidad que sólo podía ser realizado por un gobierno fuerte. Astutamente la propaganda fascista presentaba a su partido como la única fuerza capaz de suprimir y contener la ola de agitación subversiva. Como jefe del movimiento, Mussolini parecía ser el hombre capaz de formar aquel gobierno.
Durante el crecimiento del fascismo y mientras surgían por doquier los brotes de la guerra civil, Mussolini se limitaba apenas a realizar el papel de un espectador vitoreando siempre al mismo grupo, como un hincha que apoyase a su equipo favorito durante un encuentro de futbol.
Las escuadras fascistas surgían allí donde habia un grupo socialista que combatir y un ex oficial del ejército todavía imbuído del espiritu de aventura creado por la guerra, para dirigirlas. Numerosos de estos ex oficiales asumian la iniciativa, reuniendo a su alrededor a grupos de muchachos que eran demasiado jóvenes, a veteranos incapaces de renunciar a las armas, hombres sin trabajo y que agradecían la paga y la comida que recibian, y los descontentos de costumbre. Mussolini habia sido y continuaba siendo el símbolo que mantenía unidos a los afiliados, a aquella organización tan indisciplinada.
Mucho se comentó e inclusive se denunció que las ordenanzas militares de la milicia fascista, según las cuales, se creaba un ejército independiente del ejército regular italiano. Acto claramente ilegal y anticonstitucional. El gobierno solo veía y esperaba.
ASAMBLEA
Una asamblea tuvo lugar en Napoles. En realidad se trataba de un despliegue de fuerzas fascistas, el primero que se realizaba públicamente. Mussolini, diputado, resumió las exigencias al decir que el fascismo estaba dispuesto para participar en el gobierno. Habia arrogancia. Los fascistas organizaban mejor sus campañas de terrorismo, mientras la posición del gobierno se hacia más y más precaria. La nación se abocaba en un verdadero caos.
La huelga general se hizo presente. Se exigia defender las libertades políticas para establecer nuevamente la ley y el orden. Los fascistas presentaron un ultimátum al gobierno en el que afirmaban que si la medida no cesaba antes de 48 horas, ellos la terminarían.
Aquel fue el momento decisivo de la carrera política de Mussolini. Su gran sensibilidad a los estados de opinión pública le dijo que su hora había llegado y que ya no era necesario que siguiese refrenando su ambición. Declaró que el fascismo estaba a punto de convertirse en el estado de manera inevitable.
A partir de ese momento se mantuvo alerta en espera de la ocasión más propicia hablando y escribiendo como si se hallase en visperas de ocupar el poder. Sin embargo, siempre se mostraba más agresivo con discursos violentos. Venia la marcha sobre Roma. Como elemento sorpresa,
Lo rescatan los paracaidistas alemanes
Había ocurrido una crisis ministerial. Quieren que Mussolini vaya a Roma. Pero el no pensaba ir bajo ningún pretexto. Se sentia mucho más seguro y a sus anchas en su casa de Milán.
La movilización fascista habia comenzado. Muchas provincias comunicaron que los fascistas requisaban vehículos y armas, hacían prisioneros, cortaban lineas telefónicas, ocupaban edificios públicos, estaciones de ferrocarril y polvorines del ejercito. El cuadriunvirato habia establecido su cuartel en Perugia y desde alli se proponia ejercer los plenos poderes políticos y militares que le habia conferido Mussolini.
La mañana del 28 de octubre fue señalada para la marcha sobre Roma. A las puertas del periodico fascista se alzaban barricadas y unos 70 fascistas estaban preparados para defender El Pueblo de Italia
El gabinete respondió a la movilización fascista declarando el estado de guerra. El ejercito recibió ordenes de oponerse a las columnas fascistas que ya se hallaban en marcha. Los numersos grupos y camisas negras avanzaban dirigidos por sus propios comandantes, siguiendo un vago plan general y sin saber a ciencia cierta que hacia el resto de las fuerzas fascistas.
El primer ministro Facta fue al Quirinal para someter a la firma del rey el decreto que proclamaba el estado de guerra. Pero su Majestad se negó a estampar su rubrica. Habias ordenes y contraordenes. Lo que aumentaba el caos. Nadie hacia caso a nadie.
Las columnas fascistas esperaban a la intemperie en las afueras de Roma que les llegase la orden de iniciar la marcha. Se habia revocado el estado de guerra. El pánico cundia en Roma. Mussolini empezó a verse como el dueño de la situación, como el jefe de gobierno.
Le dicen que su Majestad deseaba verlo, el replicó que sólo dejaria Milán cuando le pidiesen que formase gobierno. Un gobierno con Salandra de derechas a la cabeza, que renuncia al poquisimo tiempo de nombrado. Le trasmiten a Mussolini el encargo de formar gobierno, Los fascistas marcharon sobre Roma.
No solo eso incendiaron y arrasaron completamente las nuevas oficinas de Avanti. Era la cuarta vez que los fascistas pegaban fuego al periódico, desde 1919. Durante dos semanas fue reducido al silencio hasta que volvió a publicarse en Turin.
Mussolini llegó a Roma el dia 30 por la mañana. No estaba muy presentable que digamos cuando arribó a la ciudad eterna. Apenas habia pegado el ojo durante varias noches y habia soportado una continuada y tremenda tensión. Tenia el rostro desencajado. Vestia camisa y pantalones negros y botines blancos. Saludó al Rey. El regimen fascista habia comenzado.
Mussolini primer ministro investido de poderes dictatoriales por un año. Fue encumbrado por voluntad ajena, como un nadador levantado por una ola. Durante los primeros años de su gobierno, su popularidad aumentó inmensamente y con rapidez vertiginosa. Un hombre con fisico poderoso, de inteligencia despierta, de un gran aplomo exterior. A los treinta y nueve años era el primer ministro más joven que habia tenido Italia.
Formó un gobierno de coalición, conservando para si las carteras de Asuntos Exteriores y del Interior. Sólo cuatro ministros, entre los 14 que formaban el Gabinete, eran fascistas. Habian social demócratas, populares y liberales
EXPERIMENTO
El experimento fascista llevado a cabo por hombres jóvenes y enérgicos era causa de esperanza. La mayoria de periodicos publicaban comentarios favorables. Sectores cada vez más vastos de la población le otorgaban su confianza. Antes de la marcha sobre Roma, el fascismo habia sido un movimiento de proporciones modesto, limitidado a ciertas regiones.
Mussolini no tenia madera de estadista pero era y constituyó siéndolo hasta el fin de su vida, un autentico periodista. Cuando descubrió que el arte de gobernar no era tan sencillo ya era prisionero de la leyenda, hombre infalible que lo podía todo. Mussolini nunca se equivoca era uno de los famosos slogans.
Como se demostró, la mayoría de sus ideas políticas eran superficiales, discutibles o ambas cosas a la vez. Sus principios rectores eran vagos. El fascismo rechazaba la democracia, la igualdad politica. Consideraba a la libertad no un fin, sino un medio que como tal debia ser regulado y dominado.
No mantenia en secreto sus tendencias belicistas. Solamente la guerra pone en tensión hasta el máximo todas las energías humanas e imprime un sello de nobleza en el pueblo que tiene el valor de emprenderla.
Junto con la escasez de ideas, hallamos en Mussolini varios rasgos negativos. Si bien era extremadamente voluntarioso y no podía soportar criticas, era bastante crédulo, aceptaba con facilidad las opiniones ajenas y accedia con prontitud a cualquier petición.
A pesar de su agresividad estaba desprovisto de valor fisico y las únicas acciones atrevidas que pueden atribuirsele son sus numerosos vuelos en aviones y su pasión por el automovilismo, para conducir como un loco.
Aquí fue fusilado
Solia hacer la vista gorda ante pequeños hurtos y desfalcos cometidos por sus subordinados y prestar ayuda a quienes se la solicitaban. Era vengativo y cruel y se dejaba llevar por accesos de colera que aterrorizaban a sus amigos. Su indiferencia y desprecupación por las reglas morales de conducrta eran tan grandes que con frecuencia y a justo título, se le ha llamado hombre sin principios. Pero a pesar de estas deficiencias permaneció en el poder durante 20 años.
La virtud por excelencia de Mussolini consistió en su facultad de encarnar, en el momento más oportuno, al super hombre y el salvador a quien nada le era imposible, presentándose como el héroe de una leyenda y como un mito encarnado. Se hallaba impulsado por una tremenda ambición, por la decisión e intensidad de su voluntad de caudillaje.
No habia recibido la esmerada educación de los italianos cultos. No habia hecho los 8 años de gimnasio y liceo que abrian las puertas de las profesiones liberales. Se habia librado del latin y del griego. Durante su juventud, se halló demasiado envuelto en las luchas políticas de signo extremista y se tomó demasiado a pecho su papel antipatriótico. Ajustó su conducta a una serie de preceptos de orden práctico que aprendió nada menos que de Nicolas Maquiavello, a quien consideraba el maestro de la política. La frase de éste que citó reiteradamentre: “Todos los profetas armados vencen y los desarmados perecen”
CONSEJO Y MILICIA
Para hacerse consistente en su posición y disponer de una fuerza, Mussolini introdujo dos elementos anticonstitucionales en su gobierno, el Gran Consejo Fascista y la Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional.
El primer gabinete que formó Mussolini era un verdadero gobierno de coalición y en el Parlamento se hallaban representados los partidos de la oposición, o sea, socialistas y comunistas.
Pero con el establecimiento del Gran Consejo y la acumulación de poderes en la cabeza del gobierno , éste se hizo mucho más fascista de lo que hacia suponer. Para una mirada que no fuese excesivamente analítica, la situación de Italia pareció mejorar notablemente durante el primer año de existencia del nuevo régimen. No habia cambios revolucionarios, pero si programas de reforma en las mesas de los ministerios. Habia una atmósfera de eficiencia y agilidad. Hizo disminuir el presupuesto nacional, puso fin a las huelgas y pareció implantar la paz social. La población se encuadró en la organización fascista. Habían programas de obras públicas y la posición exterior de Italia empezó a mejorar.
En junio de 1924, ocurrió un suceso dramático que alcanzó al fascismo con la rapidez y la fuerza de un rayo, desencadenando una serie de acontecimientos que durante algunos meses, conmovieron el edificio político de Mussolini hasta sus mismos cimientos, poniendo en entredicho incluso la superviviencia política del Duce.
Luego, por un golpe de suerte extraordinario, aquella misma cadena de sucesos reforzó hasta tal punto su posición, que pudo convertir su gobierno en una autentica y permanente dictadura, barriendo toda oposición y poniendo en movimiento la maquinaria que en el plazo de los años habia de convertir a Italia en un estado policiaco.
En la raiz de este suceso se hallaba la intolerancia de Mussolini ante toda clase de censuras, Un hecho politico de consecuencias fue la desaparición de Giacomo Matteotti, enemigo del regimen y lider socialista. Lo habian asesinado y su cadáver fue encontrado después de mucho tiempo. El responsable: el servicio secreto fascista.
Promulgó unos decretos que sometían a la prensa a la autoridad política, otorgando a los prefectos la facultad de confiscar periódicos a su discreción Cada dia Mussolini se convertía en el dictador investido de plenos poderes. Suprimió todas las oposiciones.
Mussolini sufrió varios atentados. En el primero de ellos tenia que morir mientras arengaba a las masas. Pero detuvieron al que iba a ser el asesino. Un diputado socialista. En el segundo, una inglesa hirió al Duce en la nariz cuando salia del Capitolio. En el tercero, un joven anarquista arrojó una bomba al paso del automovil ocupado por el jefe de gobierno. El artefacto rebotó, haciendo explosión cuando el coche habia pasado.
Se aprobaron muchas leyes de corte drástico. Entre ellas: la supresión de todos los periódicos y partidos antigubernamentales. El establecimiento de la residencia obligatoria para los acusados de delitos políticos y la instautración de un tribunal político similar a un consejo de guerra o tribunal militar, la instauración de la pena capital y la organización de la rama secreta de la policia.
Se firmó el Tratado de Letrán como signo de reconciliación entre la Iglesia y el Estado. Si el fascismo era una relegión, su credo era la violencia y el individualismo que contraponia el momento pasajero a la eternidad, el acto de valor a la lucha espiritual, la ambición y el orgullo a la humildad y resignación. Una religión que predicaba a las masas la entrega de la voluntad individual no a un Dios que estaba en el cielo, sino a un hombre todopoderoso que habitaba la tierra.
En octubre de 1922, cuando marchó sobre Roma para asumir el poder, dejó a su familia en Milán. Por aquella época, tenia tres hijos legitimos: Edda,Vittorio y Bruno, de doce, seis y cuatro años. En 1927 nació su tercer hijo Romano, casi 10 años después de Bruno, el primogenito. En 1929 vino al mundo Anna María.
Hasta setiembre de1929, Mussolini ocupó sendos despachos en el Palacio donde estaba el Ministerio del Interior y en el edificio que era sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Pero él no se sentia satisfecho con el modesto espacio que la Italia democrática concedía a sus jefes de gobierno y adoptó las medidas pertinentes para sentar sus reales en el histórico y grandioso marco que le ofrecia el Palacio Venecia.
Este palacio se encuentra en el corazón de la antigua Roma. Fue construido por los papas durante la segunda mitad del siglo XV. Propiedad de los Habsburgo, hasta que el Gobierno lo expropió durante la guerra de 1914-1918. Posee las características de un castillo medioeval, con contrafuertes y un torreón bajo.
GRANDEZA
Cuando el Duce resolvió instalarse en él, la restauración del mismo fue terminada prontamente a un alto costo subsanado por el bolsillo del contrtibuyente, lo mismo que su avión particular, los numerosos regalos que le hizo la población y todo cuanto rodeaba a su cargo y le permitía vivir con suntuosidad.
En su espléndido aislamiento del Palacio Venecia, Mussolini se entregaba a sus sueños de grandeza y se veía ascendiendo hacia un poder más grande, dominando territorios en expansión incesante, como un auténtico César constructor de imperios. La pasión romana seguía consumiéndolo.
Se esforzó por hacer de Italia la continuadora directa del Imperio Romano, por convertir a los jóvenes y los hombres en una formación disciplinada por resucitar títulos, mitos y costumbres
Al principio el dictador trazó, por su cuenta, los planes de su imperio. Volviendo los ojos a Africa, los posó en Abisinia, la unica nación del continente negro que había sabido mantener su independencia frente a las ambiciones del hombre blanco.
Entre otros cadáveres, Il Duce y su amante están.colgados.
Era un país inmenso desprovisto de carreteras sin salida al mar donde predominaban las enormes extensiones de tierras tórridas y desérticas, con regiones cubiertas de una lujuriante vegetación: abundaban los leones, leopardos,hienas, linces y lobos.
Al prepararse para la invasión de Abisinia, Mussolini adoptó la política de verter en Eritrea un número muy superior de dinero y efectivos del que creían necesario sus consejeros militares y, durante los últimos meses, aumentó los contigentes de tropas italianas destinadas al Africa.
En diciembre de 1934 ocurrió el incidente de Wal-Wal que proporcionó a Mussolini el pretexto que buscaba para realizar sus preparativos bélicos a la luz del día. Varios soldados abisinios armados con ametralladoras atacaron a los somalís. Según la versión abisinia,en cambio, fueron estas tropas las que atacaron a los etíopes, con dos tanques y tres aeroplanos. Italia se apresuró a pedir una satisfacción.
Sea como fuere, el 3 de enero de 1935, el gobierno de Hailé Selassié envió un cable a Ginebra en el que denunciaba la acción italiana de Wal-Wal. La asamblea internacional comenzó a estudiar el caso, muy difícil al no existir testigos neutrales. Tras un concienzudo estudio, la comisión de arbitraje no consiguió establecer responsabilidades para el incidente, emitiendo un veredicto de no culpabilidad por falta de pruebas.
Mussolini enviaba división tras división al Africa Oriental y a la partida de cada cuerpo de ejército expedicionario pronunciaba discursos de despedida cada vez más agresivos, muy amenazadores. La guerra de Abisinia se decidió y realizó por la voluntad de un solo hombre: Benito Mussolini, dictador de Italia.
Se utilizaron gases asfixiantes, incluso el mortifero gas mostaza, contra los abisinios en directa violación de la Convención de Ginebra. El gas mostaza difundido por la atmósfera y lanzado en bombas produce quemaduras en la epidermis que causan un dolor intenso y si no se tratan inmediatamente, estas quemaduras se extienden y terminan en gangrena.. Aterrados por aquella lluvia de fuego, las tropas indígenas se dispersaron,
La tarde del 5 de mayo de 1936, siete meses y dos días después del comienzo de la guerra, Italia ingresó a la capital Addis Abeba al frente de sus columnas victoriosas. Habia una hilera de tanques y al lado la tropa sucia y cansada.
La conquista de Abisinia coronó las mas ambiciosas esperanzas de Mussolini. Constituyó su triunfo y tenia que hablarle al pueblo y lo hizo con la insolencia de siempre.Subrayando a cada rato que los territorios y los pueblos que pertenecían al imperio abisinio, están bajo la plena y total soberanía de Italia.. "Duce, Duce", se escuchaba decir a la multitud.
Sin embargo, la guerra de Abisinia fue desastrosa para Italia. No se distinguieron el trigo de la cizaña. El favoritismo apareció. Lo mismo que toda clase de aprovechados y truhanes, alentando el acaparmiento y la corrupción. Los escándalos financieros se multiplicaron.
Dos meses después del fin de la guerra en Abisinia, Mussolini, pese a que acababa de declarar que quería diez años de paz para desarrollar sus nuevos territorios, envió los primeros voluntarios clandestinos a España. Hitler tambien hizo lo mismo.
La guerra de Abisinia le enajenó la amistad de Francia e Inglaterra. El profundo rencor que causaron las sanciones en Italia aplazó la esperanza de llegar a cualquier clase de arreglo. Mussolini,como Hitler, se quedó solo y ocurrió lo que forzosamente tenía que ocurrir, a saber: Italia cayó en los brazos que le tendia Alemania.
El Duce cayó bajo la fascinación que ejercia el Führer y ambos dictadores se sintieron unidos por un vínculo que podría compararse a la amistad, en cuyo nombre cometieron, las más abominables locuras y moldearon los destinos del mundo occidental.
Las primeras medidas conducentes a una estrecha colaboración entre Italia y Alemania se adoptaron pocos meses después que Mussolini proclamó el imperio, mientras tropas alemanas e italianas luchaban codo a codo en España. Esta aproximación dio como resultado la creación del eje Roma-Berlín.
En el verano de 1938, Mussolini lanzó contra viento y marea una campaña antisemítica calcada en el modelo nazi. Existian aproximadamente unos 50 mil judios italianos. El inicio de esta política cayó como una bomba y contra ella se alzaron no sólo los propios judios sino también el Vaticano y la Corona.
La mañana del 22 de junio de 1941, Mussolini recibió una carta de Hitler. Se habia hecho trizas el pacto de no agresión germano-soviético, atacando a Rusia. Eran los ultimos días en el poder de Mussolini.
Fue arrestado sin que se diese cuenta por orden del Rey. Durante dos días se le mantuvo en un cuartel, mientras, por las calles, el populacho daba rienda suelta a su júbilo en locas manifestaciones de alegría durante las cuales se destruía símbolos e insignas fascistas junto con retratos y estatuas de Mussolini. Lo llevaron a Gaeta y de alli a la isla de Ponza y posteriormente a la de Magdalena. Fue instalado en un hotelito bastante cómodo. Por la radio se enteró de que Italia se habia rendido, firmando un armisticio con los aliados.
Del planeador salió un grupo de soldados alemanes armados con metralletas. Del cielo fueron cayendo más planeadores. Y más hombres. Los carabineros se precipatron fuera del hotel, empuñando sus armas. Llegaron unos 40 paracaidistas alemanes por el telesférico y una columna de seis coches blindados, completando la epedidición
Se llevaron los alemanes a Mussolini como medida de protección. Hitler lo rescataba. Al dia siguiente llegó a Munich donde lo esperaba su familia: doña Raquel y sus hijos menores que habían sido protegidos. Ausentes Vittorio que ya se encontraba en el Cuarterl General Alemán, Bruno que había muerto en 1941 en un :accidente de aviación.
Mussolini ya no era un hombre vigoroso, seguro y de indomable voluntad, sino una sombra de si mismo, un ser consumido. Un hombre hundido fisica y moralmente. Una ruina. Ya no tenía futuro político.
Sin embargo, comenzó a trabajar la fundación de la República Social Italiana que se convirtió en un ente debil e impotente que no pasaba de ser una fachada fascista, tras la que se ocultaba un avispero de alemanes.
Sus relaciones conyugales alcanzaron uno de sus momentos más criticos con la llegada de su amante Claretta Petacci. Musolinni conoció a Claretta en 1933 cuando ella era una jovencita que iba a contraer matrimonio próximamente y el un hombre casado de 50 años.
Mussolini se sintió cautivado por su vivacidad e inteligencia despierta. Las visitas de Claretta a las habitaciones del Palacio de Venecia se hicieron diarias. Sus parientes, especialmente su hermano, explotaron la situación de la manera mas escándalosa. Protagonizaban turbios manejos financieros, conseguían prebendas para ellos mismos y sus amigos. Despues de su caída y arresto, los Petacci fueron encarcelados en el norte de Italia. Claretta no tenia idea del paradero de su amante.
Cuando la pusieron en libertad, instaló su residencia a orillas del Lago de Garda. Quien se mostraba furiosa era doña Raquel. El l8 de abril de 1945, Mussolini abandonó Gargnano para trasladarse a Milán donde ocupó las habitaciones del Palacio Monforte, sede del gobierno de la provincia. Le escribió a doña Raquel en el que le decía que su fin se aproximaba. Ya nadie está dispuesto a morir por mi. Tenia razón estaba sólo y aquel momento histórico señaló el fin de todo cuanto el creía haber construido para desafiar los siglos.
A hora muy temprana de la mañana del 26 de abril, Mussolini y su grupo cada vez más reducido arribaron a Menaggio, para esperar la llegada de una columna que le sirviera de escolta. Pero nunca llegó.
Los rumores de que los partisanos mataban a todos los fascistas que encontraban en las comarcas vecinas, hizo crecer de punto el pánico que ya cundía entre los compañeros de Mussolini. Algunos de ellos se adelantaron para inspeccionar la carretera que conducía a Suiza y fueron apresados por guardias fronterizos que se habían unido los guerrilleros.
Al amanecer del 27 de abril, Mussolini y algunos italianos entre los que se contaba a Claretta Petacci, que habia conseguido llegar, se unieron a una columna motorizada alemana.
Cuando apenas habian recorrido poco más de 15 kilómetros descubrieron que la carretera se estrechaba para pasar entre una pared rocosa y el lago estaba interceptado con un arbol caído y un montón de piedras.
La columna se detuvo y aparecieron algunos guerrilleros. Después de varias horas de espera, durante la cual, el oficial alemán que mandaba la columna fue conducido al cuartel general de los guerrilleros, situado a varios kilómetros, los alemanes obtuvieron el permiso de seguir a condición de que no llevasen italianos consigo.
Los cadáveres de la pareja en la morgue de Milán
Mussolini continuó con los alemanes los que le facilitaron un capote militar para que tratara de pasar desapercibido. Permaneció acurrrucado en un vehiculo cuando vino la primera revisión. Un sombrero le ocultaba el rostro. Pero. durante la segunda inspección, fue reconocido y hecho prisionero por un pequeño grupo de partisanos.
No luchó ni opuso la mayor resistencia . Tenia la mirada ausente. El rostro de color de cera. Su barba le ensombrece el mentón. La córnea de sus ojos es amarillenta. Espirtualmente estaba muerto.
Mussolini fue llevado a un puesto fronterizo situado en las montañas. Alli sostuvo una breve conversación con los partisanos y paso la noche en un cuartucho que hizo las veces de celda.
Los partisanos temían perder a su presa, pues los aliados buscaban afanosamente al Duce. Por consiguiente tomaron la precaución de vendar la cabeza de Mussolini para que pareciese un guerrillero herido y su famosa calva no permitisiese reconocerlo fácilmente.
En una de las carreteras a orillas del lago, una mujer se encaminó a Mussolini. Era Clara Petacci que queria compartir la suerte de su amante. En la madrugada del 28 de abril, muy temprano, los dos automóviles continuaron la marcha hacia el sur, bajo la lluvia, en dirección a Menaggio y Como. A las tres y media de la madrugada, el grupo llegó a una casita propiedad de unos campesinos.
La mujer del dueño que no reconoció a Mussolini y a su amiga, accedió a darles alojamiento. El cuarto que les asignaron era pobre, casi miserable con sus paredes desnudas y su escaso mobiliario rústico. Dos partisanos montaban la guardia frente a la habitación.
A las cuatro de la tarde, un oficial de los partisanos, el coronel Valerio, entró en la habitación. Su verdadero nombre era Walter Audisio, de filiación comunista. Valerio habia convocado un tribunal militar en Dongo. Este tribunal juzgó sumariamente a Mussolini, sentenciándolo a muerte. Igual sentencia fue dictada contra l7 de los jerarcas fascistas, capturados por los partisanos y llevados a Dongo.
El coronel Valerio condujo a Mussolini y Clara Petacci al exterior de la casa y todos descendieron por un empinado sendero en dirección a un automovil, acompañados de varios partisanos. El coche tomó por una carretera secundaria y se detuvo en un lugar llamado Giulino di Mezagra, cerca del portal de una villa oculta entre los árboles.
Los dos prisioneros fueron obligados a colocarse de pie frente a un muro bajo, a un par de metros de distancia, uno del otro. Claretta susurró a su amante: ¿No estás contento de que te haya acompañado hasta el final? Nunca se escuchó una rerpuesta.
Valerio leyó a Mussolini su sentencia de muerte y luego él y los restantes partisanos hicieron fuego. Al dia siguiente, ambos cadáveres fueron expuestos en Milán, en el Piazzale Loreto, junto con los otros fascistas ejecutados en Dongo. El hombre equivocado habia acabado su terrible existencia. (Edgardo de Noriega)
miércoles, 30 de junio de 2010
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Realmente que una de las lacras de la humanidad fue el fascismo. Mussolini,sin exageración,un extraviado que hizo daño a la humanidad. Ideas que deben ser recordadas y superadas para siempre. Imaginense dictadura, aceite de ricino y guerra. Que la historia no se repita. Muy bueno el informe. Jorge Calderón
ResponderEliminarPensar de que en el Perú hubo seguidores de esas ideas. Entre ellos, el famoso Luis A. Florez, Premier de Sánchez Cerro y fundador de la Unión Revolucionaria (UR). Incluso salían a las calles con camisas negras. Lo malo nunca debe imitarse. Felizmente épocas superadas. Sin embargo, de vez en cuando, salen los seguidores a quienes tenemos que rechazar. Por el bien de nosotros mismos. Gladys Llerena.
ResponderEliminarQue barbaridad, definitvamente Italia quedó destrozada por el fascismo. Mussolini hombre extremadamente malo con ideas completamente dictatoriales. La historia lo ha rechazado.Este tipo de ideas tienen que ser superdas siempre
ResponderEliminarCorrijo: LOS QUE ESCRIBEN LA HISTORIA LO HAN RECHAZADO.
ResponderEliminarDifamad cuanto queráis, vuestras voces irritantes caerán muy pronto en el olvido. Pero la figura del DUCE no perecerá tan rápido como el odio irracional que os han inculcado. La Historia lo recordará con el tiempo,como al gran hombre que fue.
¡Viva IL DUCE!
(¡Ah! Italia no la destruyó el Fascismo. De hecho antes del Fascismo estaba hundida en la miseria. Italia la destruyeron los bombardeos masivos sobre poblaciones civiles de los Aliados, la Mafia que entró -literalmente- de la mano con ellos, las pandillas de violadores partisanos, y los saqueadores que venían a "liberarla"; y que aún 10 años después de terminada la guerra seguían fusilando en plena calle a quienes permanecían fieles a su camisa negra.)
Por cierto, lo que hicieron los "santos" partisanos no fue detener y ejecutar a Mussolini. Si ya de por sí su comportamiento público con los cuerpos de los 4 fascistas ya nos aclara bastante sobre su carácter y el concepto de honor de los Aliados, lo que hicieron antes no tiene nombre. No se limitaron a matarlos brutalmente. No. Eso no era suficiente. Se dedicaron a humillar con saña a los detenidos, golpearles brutalmente, orinarles encima, y en el caso de Clara, violarla repetidas veces anal y vaginalmente con alguna clase de objeto que la desgarro por completo hasta la muerte, tal como demuestra la utopsia. Estos son tus héroes, tus honorables liberadores.
ResponderEliminarUna hez social que no merece tan siquiera ser llamada humana.
¡Viva IL DUCE!
Ducher! Ducher!
ResponderEliminarDucher! Ducher!
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