martes, 17 de julio de 2012

GABRIELA MISTRAL: POESIA Y PERDON


Muy niña aún sufrió una pobreza impresionante y persistente en uno de los parajes más desolados de un pequeño pueblito de Chile llamado Montegrande, formando parte de una familia abnegada seria, modestísima. Aunque no todos eran así. Como por ejemplo, su padre, un maestro rural que para colmo de males, la abandonó cuando tenía tan sólo tres años de edad. Ella en contraposición sincera, con el paso de los años durísimos que vivió,  en ningún momento vaciló y lo perdonó enteramente, con una fibra y sensibilidad humana tan intensa que resultó definitivamente admirable.
 El mismísimo sentimiento arraigado en todo su ser que la llevó a triunfar en las letras chilenas y latinoamericanas como una escritora de renombre, poetisa de sentimientos plenos, diplomática por conviccion y acusiosa pedagoga. Lucila de Maria del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, más conocida por su seudónimo de Gabriela Mistral, resultó ser la primera persona que ganó, en América Latina, el Premio Nobel de Literatura. Ello ocurrió hace 67 años, en 1945.
Con respecto al famoso perdón, Gabriela era empecinada y firme en contar, sin ninguna duda y convencimiento entero, que siempre quiso a su padre como a ninguna otra persona. Lo defendía con fuerza y convicción. El progenitor murió en 1915.


Gabriela Mistral.

INSPIRACION
No sólo eso, sino que lo señalaba directamente como su inspirador para escribir. “Revolviendo papeles enconté unos versos de su inspiración muy bonitos. Los primeros que leí y que me sirvieron para despertar mi pasión poética”, relataba.
El progenitor, que se portó mal, se llamaba Juan Jerónimo Godoy Villanueva. Mientras que su madre fue Petronila Alcayaga Rojas, modista, una abnegada y sacrificada mujer de ascendencia vasca.
Gabriela Mistral nació el 7 de abril de 1889 en el pueblo de Vicuña, pequeña población del Valle de Elqui. Allí hoy existe un museo que lleva su nombre y está ubicado en la calle donde vino al mundo. No obstante de que en ese lugar vivió muy poco tiempo.
En efecto, a los diez dias, la trasladaron sus padres a otro villorio en Elqui llamado La Unión. Eso si, el pueblo de sus amores, el que quiso más ella fue Montegrande, habiendo vivido alli desde los tres a los nueve años. Tiempos tan inolvidables que la poetisa pidió, posteriormente, que la sepultasen en ese lugar de sus entrañas más sensibles. 
LA APEDREARON
Salió del colegio por una acusación injusta, a los 11 años, de haber robado el material didáctico que le habian encargado. Sus compañeras tuvieron la osadia de apedrearla. Por eso es que no fue más a la escuela y la educó su media hermana materna, Emelina Molina Alcayaga, quien se convirtió en su primera maestra, con la Biblia como libro principal.
Significativamente, en uno de sus sus primeros poemas, se puede leer lo siguiente:: La maestra era pura. Los suaves hortelanos/ decian que de este predio/que es predio de Jesús/han de conservar puros los ojos y las manos/guardar claros sus oleos, para dar clara luz.
A los l5 años, el amor llegó hacia ella con toda intensidad al enamorarse, aunque platónicamente, de un hombre rico mucho mayor de estampa impresionante  llamado Alfredo Videla Pineda, con quien intercambió cartas casi año y medio.
Posteriormente conoció a Romelio Ureta, un experto en ferrocarriles, que terminó suicidándose porque no pudo cubrir el dinero que sacó de su trabajo para ayudar a un amigo.




SIN TITULO
 A  Gabriela le impresionó tanto la fatal decisión que escribió “Los Sonetos de la Muerte”, que dicho sea de paso, ganó unos juegos florales, aludiendo con mucho sentimiento lo que efectivamente ocurrió. Por ello, precisamente, se dedujo que la poetisa estuvo muy enamorada del hombre que se quitó la vida.
Uno de los sonetos dice lo siguiente: “Te acostaré en la tierra soleada/ con una dulcedumbre de madre para el hijo dormido, / y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna / al recibir tu cuerpo de niño dolorido”.
Comenzó a trabajar como profesora, sin tener el titulo correspondiente. Esta es la época que mandó sus colaboraciones a “El Coquimbo”, diario que se editaba en la ciudad de  La Serena. Lo mismo hizo con otro periódico, “La Voz de Elqui” de Vicuña.
Desde un principio en sus artículos y en sus poemas se identificó con las montañas, los ríos, los frondosos árboles, las frutas, los pájaros y las flores de colores fantásticos que la acompañarán siempre como inspiración. Los seudonimos que utilizó fueron: “Alguien”, “Soledad” y “Alma”.
Solicitó su ingreso en la Escuela Normal de La Serena. Pero resultó rechazada porque sus ideas, que habían aparecido reflejadas en algunos artículos periodísticos, fueron consideradas ateas y contraproducentes para la actividad de una maestra destinada a formar niños.
DEFENSA DE LAS MUJERES
 Reclamó con énfasis sus derechos e, hizo suya, la voz de las mujeres al publicar un artículo “La Instrucción de la mujer” en el que exige que todas ellas, por sobre todo, tengan derecho a la educación.
Por aquella época sale uno de sus versos más sentidos: “La Maestra era pobre. Su reino no es humano. / (Así en el doloroso sembrador de Israel.) / Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano / ¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!”
Recién en 1910 convalidó sus estudios de maestra en la Escuela Normal Nº 1 de Santiago, permitiéndole ejercer la docencia a nivel secundario. Antes, para cumplir idéntica función, se trasladó a la localidad de la Cantera y luego a Los Cerrillos. Una abnegada docente, de pueblo en pueblo.
Cabe explicar que el titulo lo recibió  sin haber concurrido a ningún centro superior. Lo que le generó la rivalidad de sus colegas que criticaban duramante la forma de sus estudios.
Sin embargo, Gabriela Mistral demostró capacidad a raudales y una vocación inconmesurable. Por eso mismo fue contratada por el Gobierno de México para colaborar en las bases de su nuevo sistema educativo. Este modelo se mantiene vigente hasta ahora en este país. Sólo se han hecho reformas para actualizarlo, no obstante el paso de los años.
VINO LA FAMA
Cuando obtuvo en Santiago el primer premio del Concurso de Literatura organizado por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), ella comenzó a usar su seudónimo de Gabriela Mistral en casi todos sus escritos. La decisión la tomó como un sentido homenaje a sus poetas favoritos,  Gabriele D`Annunzio y el francés Fréderic Mistral
Era el año 1917, a los 28 años, apareció una de las principales antologías poéticas de Chile denominada “Selva Lirica” y ella incluída ya como una de las principales poetisas. La consagración entera y total.
La obra poética de Gabriela Mistral surge del modernismo. Concretamente del creador mexicano, Amado Nervo, aunque también se aprecia la influencia de Frédéric Mistral y el recuerdo del estilo de la Biblia.
En algunos momentos de Rubén Darío tomó, sin duda, la principal de sus características: la ausencia de retórica y el gusto por el lenguaje coloquial. A pesar de sus imágenes violentas y su gusto por los símbolos. 
CONOCE A NERUDA
Su poesía derivó hacia un estilo personal, con un lenguaje coloquial y simple, de gran musicalidad, y un simbolismo que conecta con una imaginería de tradición folklórica. En sus obras, expresó temas como el sufrimiento o la maternidad frustrada. Así como inquietudes religiosas y sociales que responden a su ideología de origen cristiano enteramente solidaria.
Vivió desempeñando su profesión, en Chile, desde Antofagasta en el extremo norte hasta Punta Arenas en el sur. Estuvo en el Liceo de Señoritas de La Serena. Lo mismo que en Temuco.
 En la Araucanía conoció a un joven llamado Neftalí Reyes Basoalto, quien posteriormente seria conocido, mundialmente, como el poeta Pablo Neruda. Ejerció la docencia también en Santiago.
Su primera obra maestra con el titulo de “Desolación” apareció en Nueva York en 1922, publicada por el Instituto Las Españas. La mayoría de los poemas que forman parte de este libro lo habia escrito diez años atrás, mientras residía en la localidad de Coquimbito. Por supuesto que desempeñándose en la profesión de sus amores, la de maestra.




Un dibujo que la retrata de cuerpo entero

ESTATUA EN MEXICO
Mistral partió hacia México donde vivió dos años gracias a la invitación especial que le hizo el famoso pensador, el Ministro de Educación José Vasconcelos. En este pais trabajó con los intelectuales más destacados del mundo hispanoamericano de aquel entonces.
Publicó su libro “Lectura para Mujeres” y en su país apareció la segunda edición de “Desolación” con un tiraje, impresionante para la época, de 20 mil ejemplares. En España,  su antología “Las Mejores Poesías”.
Por aquella época, 1923, en la capital mexicana era todo una realidad, impresionante, la estatua en su honor que se colocó en una calle céntrica, a manera de homenaje a su vida y su obra.
Gabriela Mistral visitó Estados Unidos  y Europa. Luego volvió a Chile pero partió nuevamente al viejo mundo para desempeñarse como  Secretaria de una de las dependenciass de la Liga de las Naciones, en 1926. El mismo año ocupó el mismo cargo en el Instituto de Cooperación Internacional de esa misma organización, en Ginebra
Salió a luz, en Madrid, “Ternura”, inaugurando una novedosa poesía escolar y renovando los géneros tradicionales de este tipo de versos con mucha sensibilidad y un estilo enteramente depurado. Su madre murió en 1929, a quien le dedicó la primera parte de su libro cuyo titulo era  “Tala”.
CONSUL
A partir de este momento residió entre América y Europa durante 20 largos años desempeñándose como Cónsul de Chile. En una oportunidad, visitó Puerto Rico, Santo Domingo, Cuba y Nicaragua. En este último pais recibió el saludo del general revolucionario, César Augusto Sandino, a quien habia apoyado innumerables veces en sus crónicas y escritos.
La poesía de Mistral ha sido traducida a varios idiomas como el francés, inglés, italiano, alemán y sueco. Mucho influyó en la obra creativa de varios escritores de renombre como Neruda y Octavio Paz. Sus poemas para los niños son una celebridad y son recitados, en forma popular, en diversos países de América Latina.
La noticia de que ganó el Premio Nobel la recibió  cuando se desempeñaba como Cónsul de Chile en Petropolis, Brasil. Alli se suicidó Yin Yin, Juan Miguel Godoy  Mendoza, a los l8 años, su sobrino, hijo de un hermano y al que con su amiga y confidente, Palma Guillén, adoptó. Con el  vivía desde que tenia cuatro años. Un durísimo golpe para Mistral
La decisión de la Academia Sueca para darle la distinción tan preciada se basó en que “su obra lírica que, inspirada en poderosas emociones, ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano”.
“NIÑA ERRANTE”
Hay una etapa en la vida de Mistral cuya privacidad se guardó en la confidencialidad. Pero que, sin embargo saltó a la luz cuando, el año 2009, salió un libro  bajo el titulo de “Niña Errante”, con transcripción, prólogo y notas  de Pedro Pablo Zegers, Conservador de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile, que incluia las cartas entre la intelectual chilena y la escritora americana Doris Dana
De acuerdo a los documentos, Gabriela Mistral, en 1946, conoció a la escritora americana cuando fue a Estados Unidos, por cuarta vez, como Consul en Los Angeles.  Con ella habría mantenido una relación homosexual lésbica que fue negada, en todos los tonos, por la intelectual del pais del norte.
Lo cierto es que Doris Dana, a lo largo de los años, se convirtió en receptora, portavoz  y albacea oficial de la escritora chilena. Hay correspondencia a raudales entre ambas que revelaría estos vínculos íntimos.



“Doris ya estoy en Estados Unidos por ti”, le dice la poetisa chilena en una carta. “Soy tuya en todos los lugares del mundo y del cielo”, le escribe en otra. Tambien hay una tercera en la que se lee: “Tal vez fue una locura muy grande entrar en esta pasión”.
HONORES EN CHILE
 Muchos botones que pueden ser pruebas. Pero, la verdad monda y lironda, no es sabida con exactitud.  Sobre todo por la negación permanente de una de las protagonistas.
Cuando, en 1953, la poetisa viajó de Estados Unidos a Chile fue recibida con honores por  el Presidente de la República de ese pais, Carlos Ibañez del Campo. Para variar, la acompañó Doris Dana, a quien la prensa mapochina la identificó como “la secretaria” de la escritora. Por su llegada, el gobierno declaró el dia como festivo.
Un vistoso y colorido desfile se llevó a cabo con la participacion de autoridades y miles de escolares, portando banderas  y recorriendo, alegremente, las calles de Santiago.
La Mistral apareció a bordo de un automovil descubierto sin capota y pasó por un arco del triunfo hecho con flores, en la esquina de la hermosa Avda. de la Alameda con la calle España, en pleno centro de Santiago.
“El buen sembrador siembra cantando” se podía leer en un  cartel colocado estratégicamente. La gente le lanzaba flores. Todo un acontecimiento de homenaje y reconocimiento. La Universidad de Chile la honró con el título de Doctor Honoris Causa.
SU OBRA
Mistral volvió a Estados Unidos donde vivió en la mansión de la familia de Dana, ubicada en Long Island-Nueva York. La amiga comenzó un trabajo literario de polendas con las cartas y ensayos literarios de la chilena. Todos estos documentos que son un verdadero legado fueron donados, posteriormente, a la Biblioteca Nacional de Chile.
Entre su vasta obra, además de los nombrados, figuran los siguientes libros: “Nubes Blancas y Breve Descripción de Chile (1934), Todas Ibamos A Ser Reynas (1938), Lagar (1954), Recados Cantando a Chile (1957), Poema De Chile” (1967,edición póstuma), Almácigo (2008, edición póstuma de poemas inéditos), y Epistolario Americano (2012, correspondencia con José Vasconcelos, Radomiro Tomic, Ciro Alegria, Salvador Allende, Eduardo Frei Montalva, Pablo Neruda y Ezra Pound.  
A la maestra comenzó a fallarle la salud.  Sufria de diabetes y problemas al corazón. Pero el mal que le causó la muerte fue un cáncer al páncreas. Ella murió a los 67 años  en el Hospital de Hempstead de Nueva York, el 10 de enero de 1957. Hasta el final la auxilió y cuidó Doris Dana, quien a su vez falleció muchos años después, el 2006.
APOYO A LOS NIÑOS POBRES


Expresión de entero amor a los niños.

Sus restos fueron trasladados a  Santiago y  velados, con honores, en uno de los salones de la Universidad de Chile. Como era su deseo, la enterrraron en el pueblito de Montegrande. Una vez dijo que le gustaria que se bautizase con su nombre  uno de los cerros de esa localidad. El deseo se cumplió póstumante, en 1991, en el dia que sería su 102 aniversario. El cerro Frayle se llamó, desde esa fecha, Gabriela Mistral.
En su testamento, Mistral decidió que el dinero, producto de la venta de sus libros en América del Sur, sea destinado a los niños pobres de Montegrande, donde transcurrieron los mejores días de su infancia. Hecho que se cumple al pie de la letra.
La otra parte del negocio de los volumenes, en diferentes partes del extranjero, fue transferido- según su voluntad- a Doris Dana  y Palma Guillén. Esta última renunció a la herencia y la transfirió a los infantes de Chile.
Una vida dedicada por entero a la enseñanza que merece tenerse presente y recordarla por todo lo positivo que hizo en forma desinteresada. Creativa, enteramente creativa. Con estilo inigualable. Pegada a los niños. Pegada a la humanidad. Una mujer que escribió con persistencia, con dulzura que merece aplausos, prolongados y permanentes aplausos. (EDENM)  

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