Lo que ocurrió con el
periodista César Lévano La Rosa,
Director del Diario “La Primera”, es una ignominia. Lo sacaron de su casa, de
grado o fuerza por orden del juez, a raíz de un juicio que le entabló Vicente Silva Checa. Llana y
simplemento por ejercer el periodismo.
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No
se tomó en cuenta su respetable edad de 84 años, ni
menos su entereza profesional, ética y moral. Luego de la captura lo pasearon
por infinidad de oficinas judiciales. La de Requisitorias, la de Medicina Legal
y las del Poder Judicial del Jirón Miró Quesada en el centro de Lima.
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Para colmo de males, lo
pusieron a disposición del Juzgado en
calidad de detenido. Allí tenía dos citaciones para escuchar sentencias y
lo que es peor: orden de captura. Lo
controvertido e inaudito es que ni siquiera había, de por medio, una citación o una notificación. Nadie sabía lo que
ocurría en el Poder Judicial en contra de Lévano.
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Santo no es, precisamente,
el denunciante Silva Checa. Se trata
de uno de los agentes de la dictadura fujimorista autor de delitos por actos
comprobados de corrupción, quien incluso estuvo preso con condena de por medio.
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El de Lévano, hecho abusivo, hecho que atenta contra la libertad de
expresión y que nunca debió ocurrir. Felizmente que el periodista recobró la
libertad de inmediato. Solidaridad plena con tan insigne comunicador. No al
abuso.
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Vale la pena recordar a Silva Checa que actuó pícaramente en el
tristemente recordado Cable Canal de
Noticias, del circuito de la television cerrada y de propiedad de los
dueños de “Expreso” de aquella época allá por los años 90, Manuel Ulloa Von Peborgh y Eduardo
Calmell del Solar, medio de comunicación que fue financiado e incluso
comprado por el mismísimo Vladimiro
Montesinos para demoler a sus rivales políticos.
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A la patraña se prestó, sin
dudar ni pestañear, Silva Checa
quien cayó bajo rejas incluso con Calmell
del Solar, que fue diputado de Acción Popular en el segundo gobierno de
Belaúnde y conocido con el mote de “Chapulín”. Un gángster, por si acaso.
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Este último logró fugar tras
permanecer en el penal chalaco de Sarita Colonia y desapareció del Perú. Ahora
reside en Chile, donde vive plácida, lujosamente y por triquiñuelas legales
relacionadas con la extradicción, no se le puede traer al Perú para que pague
sus culpas dolosas. Que tal cuajo.
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Por su parte, Ulloa Von Peborgh, no obstante haber
recibido plata contante y sonante de Montesinos, salió libre de polvo y paja
del lío judicial y se fue al extranjero a vivir, sin ningún problema de por
medio. Luego de residir en Europa, lejos del país, desafortunadamente, falleció
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Era hijo del famoso y
desaparecido político de Acción Popular, Manuel
Ulloa Elías, que llegó a tener una expectante figuración política como
Ministro de Economía, Premier y Senador
durante los dos gobiernos del Arquitecto Fernando
Belaúnde Terry.
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Ulloa
Elías le compró el diario “Expreso”, allá por los años 60, al
famoso intelectual y mecenas de magnífica posición económica Manuel “Manongo” Mujica Gallo. Convirtió
a ese tabloide en una tribuna de comunicación muy interesante, con plumas de
primera línea como la de Manuel D Ornellas, uno de los mejores columnistas
politicos que haya tenido el periodismo contemporáneo. No superado hasta ahora.
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D
Ornellas llegó a ser Director de "Expreso" y apoyó a Fujimori de cuyo gobierno incluso fue
Embajador del Perú en el Uruguay. Contaba con varias cualidades de por medio. Era capaz,
honesto y honrado. Lo defenestraron del periódico a la mala y con
traición comprobada.
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El paso cobarde registrado dio lugar al reinado
total, maligno y delincuencial de los calmell, los silvas checas y tantos otros
sinverguenzas. Que un corrupto se convierta en denunciante de un periodista
integro como Lévano, digno de Ripley: increíble pero cierto.
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Dicen que Keiko Fujimori hace lo posible y lo
indecible por tener presencia de oposición. Manda a su socio, Jaime Yoshiyama, a la Convención del
Partido Demócrata en Estados Unidos, se mueve de un lado a otro, va al Congreso y no consigue su cometido
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Cierto es ello porque
efectivamente, en el momento actual, no se
siente la oposición al Gobierno de Humala.
No la hay y eso no está bien porque la democracia necesita, de todas maneras,
el contrapeso para desarrollarse mejor.
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Algo mejor tienen que hacer
los fujimoristas para ganar espacios efectivos de desarrollo político. Hasta
ahora no ven una en efectivo. Ni el
congresista Aguinaga. Ni la Cuculiza. Menos la durísima en sus
expresiones y antipática en su comportamiento, Martha Chávez. Tampoco los nuevos. Ni Diaz Dios. Ni nadie. A otra cosa mariposas…
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A la Reniec, que según las últimas
encuestas, es una de las instituciones más prestigiadas del país, hay
que criticarla de todas maneras por su
ineptitud de atención al público. Ultimamente, muchos días pasaron en que
no pudo atender a los solicitantes. Ni en la expedición de cualquier partida. Ni de
cualquier otro documento.
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En esa entidad estatal
ocurrieron, según se informó oficalmente, desperfectos
en el sistema informático y de computación
que duraron varios dias, causando realmente malestar. Las protestas y molestias ocurrieron a cada rato.
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En este tipo de organizaciones, de servicio directo
a los usuarios que tanto necesitan de ella, de todas maneras deben existir a la
mano y para actuar de inmediato, los
programas concretos de emergencia que suplan totalmente las deficiencias de
carácter tecnico.
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No dice bien, en cuanto a imagen, que una
entidad quede paralizada como pasó en esta oportunidad. Una necesidad,
perentoria e inmediata, es la debida planificacion incluso cuando se presentan
contratiempos de este tipo. Si
son los mejores, demuéstrenlo siempre.
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El Congresista Martín Belaúnde Moreyra es un
católico reverente a quien se le ve
todos los domingos en las misas vespertinas de la Iglesia Santa Maria Reina,
acompañado de su familia. No es crítica, sólo información que sirve para
recordar a su padre, Víctor Andrés
Belaúnde, maestro y pensador que también fue un cristiano
ejemplar.
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Lastima, eso sí, que el hijo no heredó las
dotes y la capacidad del progenitor, excelsa figura nacional. En efecto, las habilidades de parlamentario
del buen Martín son muy reducidas y, casi siempre, sus intervenciones suenan a risas por
el ridículo que hace.
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Inclusive cuando quiere polemizar con el
congresista Mauricio Mulder, a quien
con toda pompa del siglo pasado y en pleno hemiciclo, le dice con dejo francés: “Claude Maurice”. Lo enteramente
gracioso y deplorable es que el aprista se pica por completo.
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No sólo eso sino que lo único que atina es, con desparpajo total y expresión fuerte, a contestarle pachotadas con sus respectivas palabras soeces. Una tras otra. Que tal "calidad" la del Congreso de la República.
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Nunca es bueno decir que todo tiempo pasado fue mejor. Pero cuando analizamos al actual
parlamento tenemos que hacerlo como necesidad. En este caso, remontarnos a la Constituyente de 1931 para
recordar el valor de los tribunos del pueblo.
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Como fue el propio Víctor Andrés, una efectiva figura con
sus posiciones social cristianas que
polemizaba, con altura y profundidad, con sus
contricantes. Entre ellos, otro famoso politico aprista de polendas: Manuel
“Cachorro” Seoane Corrales. Esos sí que eran debates. No las groserías de ahora.
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Había, definitivamente calidad, conocimiento,
profundidad, brillantez. En estos tiempos, vamos para atrás. No como debe ser para adelante. En el Congreso,:
ayer calidad total, hoy la mediocridad, por decir lo menos, en su mejor
expresión.
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Un personaje de primera linea con un prestigio innegable es Salomón
Lerner Febres. Como profesional cabal de enteros principios. Como
intelectual de profundos conocimientos. Como maestro universitario y como
ciudadano que, efectivamente, se la jugó cuando se le pidió su aporte
desinteresado y aceptó ser Presidente de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación (CVR)
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Lo hizo con entereza y con
convencimiento que tenia que buscarse el entendimiento nacional. De todo lo
afirmado, no hay ninguna duda. Por el contrario, el apoyo y la solidaridad
sincera. Pero si creemos, con convicción total,
que sí comete errores garrafales cuando
se comunica con la ciudadanía.
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Hace muy poco, lo ha hecho de mala forma y con una
agresividad total, en más de una oportunidad. Tanto en articulos personales,
como en una entrevista a una revista de prestigio. Incluso se negó a declarar
para un periódico de efectivo peso y prestigio. Así no se convence a nadie.
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Por el contrario, la actitud crea, de
inmediato, resistencias de un lado y otro, que contradicen por completo lo
que efectivamente es Lerner: un personaje valioso a carta cabal.
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Urge de
inmediato cambiar esa actitud para verlo en su verdadera
dimensión. Lo que efectivamente es. Por si
acaso, los adjetivos no están por gusto. Retratan de cuerpo entero y como se
merece, al ex Rector de la Universidad Católica. (Noé)
