Muy atento al espíritu de su
época que mucho tuvo que ver con la formación de las ideas contemporáneas en diferentes
e importantes ámbitos de la vida nacional. En el político, con Mariátegui y
Haya de la Torre a la cabeza.
José Carlos Mariátegui
En el intelectual aparecen Basadre y Riva Aguero. Mientras que en el literario arranca el grupo Colónida, movimiento creado por Abraham Valdelomar, el auge de los poetas César Vallejo, José María Eguren, el indigenismo y las vanguardias. De todas estas realidades, More se alimentó intelectualmente.
El bagaje cultural del comunicador
y su lectura de muchos aspectos de la realidad política asi como su
sensibilidad para enfrentarse a la Literatura permiten, de todas maneras,
catalogar su obra, con toda justicia, dentro de los cánones de un periodismo
excepcional.
El escritor y político,
Luis Alberto Sánchez (LAS), lo describió
fisica e intelectualmente como: “alto, desgarbado, de grandes ojos ardientes,
violento y talentoso”
En 1920, viajó a Buenos
Aires donde colaboró en diferentes publicaciones tales como: “La
Crítica”, “La Razón” “Caras y Caretas” y “Hogar”.
Desató el escándalo cuando se burló de Rabindranath
Tagore, en un reportaje publicado con bombos y platillos en la
prensa argentina.
PREMIO
Tambien
se trasladó a Bolivia, en 1928, incorporándose a la redacción de “El Diario” y “La Razón” de La Paz.
Allí ganó el primer premio en un concurso literario, con su poema
"Rapsodia ante el Illimani".
Luego de
retornar al país, asumió la
dirección de “La Revista Semanal” y fundó “El Hombre de la Calle” (1930), de humorismo político, labor en la que fue secundado por
su hermano Ernesto More.
Desterrado,
viajó a Chile en 1932.
Ese mismo año polemizó con José
Santos Chocano, defendiendo los derechos peruanos sobre Leticia, en litigio
con Colombia. Nuevamente en el Perú fundó “Todo el Mundo”,” La
Calle” y “Cascabel”, siendo esta última su revista más duradera. Pues
subsistió de 1935 a 1951.
Muchos años, la pluma de
More no tuvo descanso. Infinidad de diarios comenzaron a publicar sus artículos
y crónicas en las que nunca faltó el ánimo polemista y contestatario, como
expresión de agudo observador del acontecer nacional.
Murió en Lima el 8 de
Febrero de 1955, a los 67 años de edad. Pero antes colaboró en el diario “El
Comercio”, desde 1950 donde firmó con el seudónimo de F.
Asimismo
en la revista “Caretas”
entonces dirigida por su fundador Francisco
Igartua; gran admirador de su obra, autor y
compilador del libro “Andanzas de
Federico More” publicado en 1989, en homenaje al centenario de su
nacimiento.
More en 1910
SUS
OPINIONES
Aquí una de sus frases
contundentes: “La aplicación de la pena
de muerte equivale a un asesinato. Afirmo que la vida humana siempre está en la
mano de Dios, del destino de los dioses. Jamás en manos de los hombres”.
Luego explica con fuerza
total y detalle minucioso: Si esto opino
de la muerte, legalmente aplicada como pena, fácil es deducir lo que opinaré
del asesinato. Para mi el asesinato de Antonio Miró Quesada y el de Manuel
Pardo son los actos más cobardes, más salvajes, más infames que hay en la Historia del Perú”.
En uno de sus escritos, allá
por 1935, le dijo a Haya de la Torre en una carta pública que le envió: “sobre la acción publica de usted, tan
breve y tan luctuosa, tan efimera y tan infortunada, pesan dos cargos mortales.
Ha suprimido usted a los rebeldes y ha creado asesinos.
A continuación añadió: “a los grupos de hombres libres y activos
los ha remplazado con bandas de fascinerosos. La lucha la ha convertido en una pavorosa
aventura judicial. Ya en el Perú no hay gobiernistas y opositores. Hay
delincuentes y víctimas. Ha encenegado usted a los niños, ha pervertido a los
adolescentes, ha deconsolado a los hombres maduros y ha ensombrecido los últimos años de los viejos”.
Nació en Puno el 21 de enero
de 1888. Fueron sus padres el Coronel
Federico More y Julia Barrionuevo. Sus antepasados, los Marqueses de
Feria y Valdelirios y los Condes de la Vega del Ren, descendientes del primero
que ostentó esos titulos: José Ignacio Bustamante de Vega y Cruzat, llegado a
Ayacucho cuando mediaba el siglo XVIII.
Contó en una oportunidad
More a sus amigos y allegados que el Marquesado de Feria tenía probados titulos nobiliarios. De acuerdo a su
versión, uno de sus parientes cercanos fue el Sexto Marqués de Feria y
Valdelirios, quien murió en Lima, en 1911, siendo Senador por Ayacucho.
Otro de ellos de apellido
Barrionuevo como su madre fue Capitán de las Milicias Reales. Una Choquehuanca, hija de vieja y noble raza,
resultó también una de sus antepasadas.
Nieto de un Magistrado que
dio gloria a la Corte Superior de Puno y
sobrino carnal de un héroe que luchó en el Morro de Arica. De aquello referente
a la nobleza y de esto, el periodista se vanagloriaba.
ESTUDIOS
Muy niño, fue llevado a Lima
y no volvió a su tierra natal hasta los siete años. Tras corta permanencia en
la sierra, volvió a la capital, en la
que estuvo hasta 1900.
Desde ese año hasta 1904, residió en Arequipa. Visitó mucho,
indistintamente, estas ciudades e incluso vivió, por temporadas largas, en la
hacienda de sus padres ubicada en Puno.
Inició
sus estudios escolares en la ciudad lacustre.
Los prosiguió en centros religiosos de Lima y Arequipa. Pasó luego al Colegio Nacional San Carlos, de su tierra
natal y de nuevo se fue a la blanca
ciudad, concluyendo su formación escolar en el celebre plantel estatal de la
Independencia Americana.
Fue
en este último núcleo educativo donde hizo su primer intento periodístico al
redactar, con otros alumnos, una publicación titulada "El Fuete".
Ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos, pero apenas cursó el primer año.
Nada
tenia que hacer allí. Por temperamento y forma de ser, definitivamente no era
un hombre de armas. En dicha escuela redactó, con algunos compañeros, otra hoja
titulada, "El Sable", donde tuvo la osadía de burlarse de sus
superiores. Tal publicación no pasó del segundo número.
PRIMERAS PUBLICACIONES
Empezó escribiendo en “El Siglo” de Puno, “El Comercio” del Cuzco, “El Lucero” de Lima, “La Bolsa” y “El Pueblo” de Arequipa. En
1906, vieron la luz sus primeros artículos. No dejó de publicar un momento en
los citados periódicos, hasta agosto de 1910, año en que su vida intelectual
cambió de campo y de actividad.
En efecto, se dedicó a la Literatura. Fue autor de un folleto de
versos, “Miosotis”, que salió en
Arequipa, y, publicó otros dos libros:”Theoría
Máxima”, verso, e “Inquietudes”,
prosa, editados en el extranjero.
Pero eso duró poco porque
volvió de lleno al periodismo. En Arequipa se encontraba, cuando llegó la excursión de universitarios
limeños, y acompañó á ellos hasta el Cuzco, como Corresponsal de “El Deber”, periódico clerical.
Buscó exprofesamente esa corresponsalía, por
tratarse de un diario católico al que More, radical desde los principios de su
actuación, quiso jugar una trastada. Efectivamente, el ardoroso y anticlerical
discurso de More en la Universidad del Cuzco, exaltó a “El Deber” que empezó a
insultar a su Corresponsal.
EN
LIMA
Pero existía un hecho
evidente: este corresponsal había
servido á su periódico con toda puntualidad, como consta del detalladísimo servicio
telegráfico que entonces publicó “El Deber”, sobre la actuación de los
excursionistas en el Cuzco.
Aquel discurso que originó duelos y acérrimas
controversias, valió a More un viaje a Lima. Llevado triunfalmente por los
excursionistas. Llegó a la capital en los días de las fiestas de primavera y
fue considerado en el programa de esas efemérides Por ello mismo, dictó una
conferencia en el Centro Universitario.
La charla sobre ”La Juventud Peruana”, le valió
el más completo de los triunfos. Desde entonces, estuvieron para él abiertas
las columnas de todos los periódicos limeños.
Colaboró en “La Prensa”,
“Variedades”, “Ilustración
Peruana”, “Los Balnearios” y “La Opinión Nacional”.
En este último periódico, fue durante diez
meses redactor en jefe, escribiendo la sección “Alrededor de la Crónica”,
diariamente. Después intervino en la fundación del diario “La Crónica”,
teniendo a su cargo, en este gran periódico, las secciones “Vida teatral” y
“Murmuraciones”, de crítica ambas.
F.M.
En
Lima se vinculó con los intelectuales de la época, de la mano de Abraham
Valdelomar. Conoció incluso a Ricardo Palma. Alternó con los jóvenes integrantes del grupo Colónida
colaboró en la revista del mismo nombre, siendo su director en su cuarto y último
número.
More
firmaba en Colónida como F.
M. Ocho de sus poemas
fueron publicados en el libro antológico que editaron los colónidas: “Las
voces múltiples”. De
acuerdo a la critica literaria de la época, sus contribuciones poéticas se
caracterizaron “por un rebuscado
esoterismo y cierta enfermiza sensualidad”.
Fundó “Don Lunes”, un semanario
humorístico de mucho impacto, en colaboración con el dibujante Julio
Málaga Grenet. Dicha publicación tuvo, en su momento,
mucho más éxito que cualquier otra revista de su género.
Luego
de despotricar contra Lima y los limeños, a través de una conferencia dada en
el Teatro Colón, se alejó del Perú, física y espiritualmente. Pero, a los pocos
años, volvió a radicar en Lima, la ciudad que tanto atacó, aunque esta vez vino
ya curado de sus excesos antipatrióticos.
Fue amigo de Javier Prado
Ugarteche, el Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estuvo un
buen tiempo empeñado en
rehabilitar la figura del padre de aquel, Mariano
Ignacio Prado, el presidente peruano que, en error
garrafal, abandonó el Perú en plena guerra
con Chile.
Javier Prado amigo de Federico.
Su
teoria, similar a las que publicaron historiadores de la talla de Basadre y
Markham, era que el director de la guerra no habia dispuesto de fondos públicos.
Nii robado los dineros de la gran colecta que se hizo entre la sociedad limeña
para afrontar el conflicto armado. Sólo cometió el gran defecto de irse.
La crítica es el campo donde More desarrolló sus más intensas actividades. Las
“cabezas” que publicó en “Ilustración Peruana” tuvieron resonancia continental.
Sus furibundos ataques a los poetas José
Gálvez y Felipe Sassone, marcaron época e incluso originaron un fuerte
movimiento literario a su favor. Como irónico, lector incansable y productor
continuo, figura entre los más asiduos y entusiastas.
Prologó “Nenúfares”, libro de versos del poeta limeño Alejandro N. Herrera.
Enérgico polemista, intrépido al atacar
y criticar. Lo demostró cuando fue corresponsal en Lima de El Diario de Venezuela.
En esa oportunidad, la
prensa a nivel americano trató de desvirtuar la acción de la diplomacia peruana
en Caracas Solitariamente, More desde “El Diario”, escribió sobre los
acontecimientos, dijo la verdad, y aunque provocó virulentas respuestas por parte de Ecuador y
Colombia, salvó el prestigio de los plenipotenciarios del Perú.
Sus doce crónicas publicadas en agosto de 1911,
fueron de entera defensa al Perú y su posición internacional de independencia,
defendiendo por completo la soberania nacional y reafirmando el derrotero de la
libertad plena en las decisiones políticas.
Posteriormente, continuó
escribiendo desde Lima, en prestigiadas publicaciones internacionales como “Letras” y “El Fígaro” de La Habana, “El Tiempo” y “El Universal” de
Caracas. Su labor de conferencista continúo sin descanso
Sus más notables charlas
fueron en el Centro Universitario de Lima, donde habló sobre “Los poetas
jóvenes del Perú”; y en la Confederación de Artesanos, tratando el tema de “La Raza
Indigena”.
Las intervenciones de por si polémicas
provocaron apasionadas discusiones en la prensa y en los círculos
intelectuales. Fue miembro, en Lima, de la Sociedad Conservadora de Monumentos
Históricos y Obras de Arte. Además de la Sociedad Gente de Letras de París.
Como
periodista, en la capital y en el extranjero, escribió veinte artículos semanales. Sin
descansar, durante todos los dias hasta cumplir dos años. Su seudónimo de Stylo llegó a ser enteramente conocido en el continente.
ELOGIOS
El insigne intelectual José
de la Riva Agüero habló de More, en un artículo
para la Biblioteca Internacional. Lo mismo hizo el maestro Francisco
Mostajo, montonero y rebelde, en Arequipa. Cuando escribió en las páginas de la
revista “Prisma”.
A propósito de una conferencia
que ofreció sobre Chocano, Lugones y Darío, la prestigiada revista “Variedades”
de Lima, le dedicó otro artículo elocuente de entero homenaje. Otra publicación
de renombre “Balucarios”,también lo elogió por completo. Por su parte,”El
País”, destacó ampliamente su valia intelectual.
En los días del Congreso
Estudiantil de Lima, ofreció á los asistentes una lectura de sus versos, en el
Teatro Municipal, durante una velada en la que tomó parte Mariano H. Cornejo, ilustre jurista y
parlamentario muy ligado a su tierra natal, Arequipa y a Puno.
Realizó su famosa
conferencia en el Teatro Olimpo de Lima, en la que trató sobre La Mujer de Teatro”, en tiempos que
precisamente habia grandes discriminaciones de género. Contra ellas se fue.
En Arequipa, intervino en una actuación en el
Teatro Fénix, donde habló sobre “Literatura y Periodismo”. Mientras que en
Puno, en el Salón Teatro, trató el tema:
“La Filantropía, el Trabajo, la Caridad y el Amor”. El público de todas esas
ciudades, realmente, quedaba impactado
En las fiestas del
Centenario de las Cortes de Cádiz, Zoila Aurora Cáceres, la distinguida
escritora hija del héroe nacional Andrés Avelino Cáceres pronunció, en el
Ateneo de Madrid, una conferencia sobre los “Poetas Jóvenes del Perú”.
En ese acto, More fue objeto, de los más
calurosos elogios, por parte de tan distinguida expositora que se convirtió en
una de las precursoras del feminismo en el Perú.
Zoila A. Cáceres: admiradora del periodista
Los que lo conocieron
catalogaron a More como un bohemio, en todo el sentido de la palabra sin ningún
tipo de convencionalismos, amante constante de la aventura y enemigo de
cualquier tipo de disciplinas. Un hombre
de mundo que vivió con la risa en los labios y la ironía en las frases que
pronunciaba.
Libró las más crudas campañas periodisticas y
provocó los más violentos incidentes con el consabido levantamiemnto de
pasiones. Los que lo defendieron como el periodista Francisco Igartua, aseguran
que “como pocos siempre deslindó sinceridades,
desenmascaró a los malos y enalteció a los buenos”.
El brillante comunicador en la plenitud de su vida.
El brillante comunicador en la plenitud de su vida.
Una existencia fructífera
dedicada por entero a la controversia periodística. Lo hizo con brillantez y
firmeza. Aunque muchas veces, de acuerdo a voces enteramente criticas, se
equivocó porque se excedió. Pero, indiscutiblemente, destacó y, sobre todo, su
pluma resultó impecable. Como una de las mejores de la historia del periodismo
nacional. (EDENM)
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