lunes, 23 de marzo de 2015

POR ESTE BLOG ENCONTRO SUS RAICES

Nada preciso, detallado y contundente sabia sobre sus ancestros paternos y gracias, a este blog de noticias y comentarios, logró descifrar por completo su pasado familiar, comprobando fehacientemente que tenía un abuelo famosísimo: Charles W. Sutton, que, entre 1920 y 1949, había contribuido valiosamente al desarrollo de las irrigaciones en el país, tanto en Cañete cerca a Lima, ganándose cinco mil hectáreas de terreno. Como en Olmos en el norte del país, buscando fertilidad y áreas verdes en esas extensas pampas  arenosas norteñas que ahora son una realidad verde y se trabajan para beneficio del desarrollo agrícola nacional.
Todo a lo largo de  la extensa costa peruana. El técnico norteamericano incluso trabajó, con idénticos fines en Chao, Virú y Moche en  el valle de La Libertad y en Majes, Sihuas y la Joya al sur del país en la inmensidad de los arenales arequipeños. Abundancia total del liquido elemento ,con vistas a la expansión agrícola peruana. Algo muy importante que significa desarrollo efectivo.
 Pero, además, el afamado ingeniero, como uno de sus más preciados logros, mejoró el sistema de agua potable en Lima al establecer un acueducto en la Atarjea para la conducción del líquido elemento desde los estanques recolectores. Remplazando así con un sistema funcional hasta el día de hoy, al anticuado plan de la zanja a tajo abierto. En consecuencia, el Perú, definitivamente le debe mucho a Sutton.


El Perú le debe mucho a Charles W. Sutton.

LA NIETA
Su nieta, la ciudadana  norteamericana, Suzanne Ayers, allá muy lejos en su apacible casa ubicada en Estados Unidos,  navegaba frente a la computadora en Internet buscando datos de su familia, la que vivió en el país. La que de ella, dicho sea de paso,  no sabía casi nada. Ninguna precisión concreta. Ni tampoco  detalles precisos. Eso es lo que indagaba desde hace muchísimos años. Casi desde que era niña, como ilusión a cumplirse de todas maneras. Quería saber, a plenitud, de sus ancestros
Hasta que se encontró con el blog “Miscelánea” y allí vio publicado una semblanza impecable de su abuelo, bajo la firma del famoso periodista Jorge Donayre Belaunde, y  el titulo: “Sutton, El verde valle del gringo”. Allí en ese artículo estaba precisada  gran parte de la vida de este famoso profesional norteamericano. Lo que precisamente ella quería conocer por necesidad de sangre.
 “Lo primero que hice después de leer la semblanza, debo reconocerlo, es llorar de sentimiento y, en ese momento, decidí viajar al Perú para encontrarme con mi pasado”, dijo muy conmovida en entrevista exclusiva con este periódico.
La visita de Suzanne, acompañada de su esposo David Ayers, se cumplió de todas maneras.  Ellos visitaron por primera vez el Perú, por espacio de dos semanas. “Viaje inolvidable que me permitió saber quién era yo por mis cuatro costados” Ya nada me falta. Ahora no tengo ninguna duda”, subraya. 
CUATRO HERMANOS
La dama norteamericana, que tiene cuatro hermanos más -Patty, Michael, Kevin y Nancy-, recuerda con mucho cariño a su padre, Michael Charles Sutton, que había nacido en el Perú y hablaba el inglés con acento peruano.
 La hija denomina a ello “la expresión exótica del habla de Papá”. Lo que siempre llamaba la atención de los que trataban con él por su tono de voz. El hijo del famoso técnico, según cuenta su pariente, estudio Arquitectura en la Universidad de Notre Dame
Recuerda que su progenitor llegó a Estados Unidos  adolescente  y su padre (el abuelo paterno de ella) falleció por esta época. No se sabía cómo y en qué lugar. Ahora si se conoce que ello ocurrió en el Peru, el año 1949. Sin embargo, la crónica del periodista Donayre da a conocer como fecha de la desaparición, 1951.
Informa  que Sutton se había casado con una dama chiclayana, Ana María  Quiñones Vera, con quien tuvo dos hijos hombre y mujer. Esta última de nombre Ann Marie. La viuda se fue a vivir con sus vástagos al país del norte.
 Michael Charles contrajo matrimonio con Evelyn  Kurlowicz. Los oriundos del Perú, la esposa e hijos de Sutton, hablaban entre ellos en castellano. Pero el hijo, independientemente, lo hacía en  inglés “machacado” con su  mujer y sus hijos. Estos últimos desconocían el español.


Suzanne Ayers, su esposo y un  colaborador en un archivo de Chiclayo.

SECRETO
Por eso que Suzanne, a falta de la práctica en la casa, aprendió el castellano en el colegio y la universidad. A tal punto y de manera total que se convirtió, posteriormente, en profesora de este idioma en un plantel secundario.
Lo cierto, cuenta la dama norteamericana, es que su abuela, su padre y su tía nunca quisieron hablar del pasado o de sus vidas en el Perú. Era el gran secreto de la familia y, constantemente, evadían el tema y no eran explícitos en nada de aquello.
La única explicación posible es que ellos tuvieron malas experiencias porque al parecer, en determinado momento, Sutton viejo habría sido acusado de malversación de fondos que, dicho sea de paso, nunca existió. No obstante, hubo malestar por ello entre la familia.  Entonces se optó  por no hablar. Nunca pronunciaron una palabra al respecto.
Hasta que la abuela Quiñones comenzó a sufrir de demencia senil y, entonces, les contaba, desordenadamente, a sus nietos que su esposo había trabajado con el Presidente Leguía en un importante puesto público del estado peruano. Que ella había nacido en Chiclayo. Generalidades que sus parientes le escuchaban pero no le daban veracidad. “ya está viejita, no hay que creerle”, decían coloquialmente.

Uno de los valiosos documentos encontrados

FALLECIMIENTOS
La cosa se complicó con la muerte de Michael Charles en 1994, víctima de cáncer. La abuela, por su parte, falleció once años después el 2005, por complicaciones, después de caerse y romperse la cadera. El enigma  no había sido descifrado a plenitud. Ya no existía nadie a quien consultar, a nivel familiar.
Entonces Suzanne y sus hermanos, según recuerda, comenzaron a buscar datos en diferentes fuentes. Las de Internet eran una de ellas. La información venía de a pocos y, de ninguna manera, con consistencia.
Encontraron que el abuelo era ingeniero civil. Que ayudó al Perú en sistemas de irrigación. Hasta que todo esto se confirmo al leer Suzanne este blog. Ya había algo seguro y amplio. Antes lo habían hecho en la Embajada del  Perú en Estados Unidos, contactaron con diferentes dependencias públicas peruanas. Pero todo resultó infructuoso. No ahondaban en el asunto. Se quedaban a medias.
Cayó, posteriormente, en manos de Suzanne, un libro sobre “Las lluvias de 1925 en el departamento de Lambayeque y sus implicancias para el proyecto Olmos”, escrito por Arturo Rocha Felices.
En las páginas de dicha publicación, se describió el gran cambio climático que trajo grandes precipitaciones pluviales e inundaciones increíbles y catastróficas. Sutton era nombrado en el volumen, donde además aparecía su fotografía. Había participado en la reparación de daños. Por efectos de las aguas contaminadas, el técnico se enfermo gravemente con  tifoidea, pero logró salvar la vida.
LLEGADA
Ayers, con su esposo David, llegaron a Lima el domingo 8 de Febrero del 2015. Ellos se quedaron a dormir unos días en un hotel de Miraflores, porque en ese histórico distrito vivió la abuela Quiñones.
Conocieron la Plaza Mayor de Lima, la Iglesia de San Francisco, ubicadas en el centro capitalino. Ellos se trasladaron al  Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia, ubicado en Pueblo Libre.
“Realmente que fascinantes lugares. Específicamente, las catacumbas del templo colonial. Son una maravilla. La sensación por conocer más y más la tierra de mis ancestros era incontenible”, relata la visitante.
Comenzó la búsqueda de los documentos familiares. Estuvieron en las oficinas que administra el Cementerio Presbítero Maestro.  Allí fueron atendidos con prontitud  y se encontró el papel del registro y el número del lugar del entierro del ilustre antepasado. Si  en ese camposanto fue sepultado. Paso importantísimo descubierto. Comienza a dar frutos el viaje. La nieta tomo, emocionada y temblándole las manos, una foto del importante documento.

La busqueda continua en otra oficina de archivos antiguos.

EN LA RENIEC
Luego se trasladaron a las oficinas de la Reniec y tras ardua búsqueda, sin demoras, ni colas y con entera amabilidad por parte de los empleados, según relato de Suzanne, se encontró la partida de  nacimiento de su padre y la de su tía. “Estas oficinas se pasaron de eficientes”, subraya.
La visitante, en busca de sus raíces, continuó su periplo y llegó al Palacio de Justicia.  En una de sus dependencias cuyo nombre no recuerda, se encontró el documento de autopsia del cadáver del gran Sutton. “Cuando lo encontramos me enternecí a plenitud”, declaró.
Luego añadió: “Allí se especificaba que mi abuelo murió de un infarto al miocardio cuando caminaba por una de las calles del puerto del Callao. El se desplomo, cayó al suelo y se hirió en la cara. Para luego fallecer. El documento registraba como estaba vestido al momento de la muerte, la condición de sus órganos, etc.”, cuenta.
El viaje continuó a Trujillo y Chiclayo. En la Municipalidad de esta  última ciudad se halló la partida de nacimiento de la abuela. Lo que fue infructuoso conseguir fue la partida de matrimonio de Sutton y su esposa. Se recorrieron varias municipales, las oficinas de las iglesias como La Verónica y la de Santa María, pero sin éxito. Tampoco se encontró la casa donde la señora Quiñones nació y vivió sus primeros años. Ni se halló ningún pariente de por medio.
UNA NUEVA CIUDAD
En la búsqueda, en la ciudad de Lambayeque, una persona llamada Alfonso Samamé Rodríguez, les contó a los visitantes que conocía a plenitud la vida y la obra de Sutton. Inclusive a la nieta le dio una magnífica noticia: la construcción, dentro de muy poco, de una ciudad que estará ubicada cerca a  la irrigación de Olmos y que llevará el nombre de su abuelo, como una muestra de honrar todo lo que hizo por el Perú.
“De a verdad no hay palabras que puedan describir mis sentimientos en ese momento. No me explicaba por qué mi padre y mi abuela no nos contaron todo esto”, dice entre sollozos y percepciones encontradas Suzanne.
La pareja de norteamericanos visitó Cusco y Machupicchu y quedaron maravillados, tras conocer a plenitud  estas joyas de la naturaleza peruana. El viaje de encuentro de las raíces familiares resultó fructífero. La pareja promete volver para encontrar y conocer a sus parientes que forman parte de la familia Quiñones.
Así será y todo el entorno de la parentela será conocido  a plenitud. Quien se lo propone triunfa. Esa es la idea de estos norteamericanos que estuvieron en el país y ahora en el suyo, a sus círculos de amistades y familiares, les enseñan orgullosos los documentos que lograron conseguir. Como verdaderas joyas y trofeos invalorables. (EdeN)    

1 comentario:

  1. Estimado Edgardo: Acabo de leer la nota y saliste bien en describir los logros de mi abuelo y mis sentimientos hacia la búsqueda de mis raíces. Sin embargo, quiero hacer algunas precisiones. No vacilaré en encontrar la partida de matrimonio de mis abuelos y conocer a mis parientes que son los descendientes de Ana María Quiñones Vera, natural de Chiclayo. Apreciaría cualquier ayuda que me puedas ofrecer en ello. Mucho agradezco los esfuerzos que has hecho en mostrar lo bueno que mi abuelo hizo por el bienestar del Perú. La nota la traduciré a mi familia porque no hablan castellano. Lo que si puedo adelantarte es que ellos tendrán mucho interés y el mismo orgullo que siento yo por lo que has escrito. Muchas gracias otra vez y cordiales saludos, Suzanne Ayers

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