Conforme vaticinamos, en
nuestra última edición, cayó el Ministro
de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne
Vetter, a quien el Congreso, con el apoyo
protagónico decidido y abusivo de la mayoría fujimorista, le quitó por completo la confianza. Un técnico capacitado y serio que mostró honestidad y honradez,
en su corta carrera pública, se va de la política para proseguir con su profesión
de Economista en lares privados o internacionales. Así lo ha anunciado y
asegurado a sus amigos, allegados y a los
propios miembros de este gobierno.
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Sin embargo, lo cierto de la
milanesa es que su gestión ministerial
de casi once meses, fue regularona. Ahora lo reemplaza en el cargo por un
tiempo, según se ha señalado en los sectores oficialistas, el actual Premier Fernando Zavala Lombardi con retención
del último cargo, quien conoce perfectamente de estos avatares porque ocupó el
mismo puesto en tiempos del régimen de Toledo,
cuando PPK era el Jefe del Gabinete.
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La acusación parlamentaria contra
Thorne consistió, en buena cuenta, en condicionar transferencias presupuestales a la Contraloría General
de la República, a cambio de un tratamiento favorable de parte de esta para el
proyecto del aeropuerto de Chinchero.
De ello no hubo absolutamente nada. Puras mentiras.
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Lo evidente es que los audios que
motivaron la renuncia de Thorne, en
ningún momento, revelaron delito alguno. Si denotaron una impericia política que un Congreso controlado por la oposición
podía aprovechar. Esto es exactamente
lo que ocurrió. Nada grave, bajo ninguna fórmula. En buena cuenta conforme se
ha probado, el Ministro cayó por una
trampa política y por su ingenuidad en este campo.
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Las exageraciones estuvieron a la orden del día en el Parlamento. Ni siquiera
se le juzgó a Thorne por sus logros reales, frente al Ministerio de Economía y
Finanzas (MEF). Ni tampoco por sus
errores. El más preocupante de estos
últimos: la consistente caída de la inversión privada. Ello ni le interesó a la
oposición. ¡Qué tal barbaridad!
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La que, dicho sea de paso, viene contrayéndose desde el 2014. Los
especialistas dicen que acabar con la tendencia es tarea de titanes.
Ni siquiera depende de lo que pueda hacer el Ejecutivo y de por si
requiere tiempos largos. No es una cosa
de la noche a la mañana.
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Realmente se ha registrado una
caída de 5.6% de la inversión privada,
durante el primer trimestre del 2017. Ello, de por sí, es desesperanzador.
El último reporte del Banco Central de Reserva (BCR) proyecta que dicho sector cerraría con una contracción
del 8% y es casi un hecho que el mercado laboral ni siquiera llegará a generar
los 300 mil empleos formales, prometidos por el actual gobierno.
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En síntesis y resumen, las cifras son poco auspiciosas para el
gobierno de Pedro Pablo Kuczynski
que basa parte de su capital político en la reactivación económica, a partir de la empresa privada y
el empleo formal.
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Si analizamos con detenimiento la
inversión pública, que depende exclusivamente del MEF, también encontramos
grandes escollos. La contracción del gasto público, durante el último trimestre del 2016,
resultó un craso error.
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Con miras a superarlo, el
Ministro apuntaba a un crecimiento anual de la inversión pública del 15% al
arrancar este año. No obstante, entre enero
y mayo, este rubro se ha
contraído notablemente: en un 9%
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Para los entendidos y los economistas,
los aciertos de Thorne son algunas
buenas intenciones con resultados inciertos en el futuro. Entre ellas
destacan la reorganización de Pro Inversión y la sustitución del SNIP por
Invierte.Pe para recortar los tiempos de
los proyectos de inversión pública y enfocarlos en el cierre de brechas.
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También se han visto, parece ser
que adecuadamente, aspectos del régimen tributario especial para las medianas y
pequeñas empresas (mypes). Asimismo la reforma laboral previsional y de salud
encargada a la Comisión de Seguridad Social. Sin embargo, muchos sostienen sus
discrepancias con estos puntos y afirman que funcionan mal. Los técnicos no se ponen de acuerdo.
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Hay un hecho comprobado: la
gestión del Ministro Thorne se quedó
corta de cumplir con las expectativas que la población le concedió y que el
propio gobierno asumió como suyas. Cabe remarcar eso si que su salida fue por
otras consideraciones que ya hemos detallado. He allí la gran contradicción y el fracaso de la labor de la oposición, encabezada por el fujimorismo.
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Lamentable es que
quien propició todo el embrollo
fue el Contralor Edgar Alarcón quien sigue encaramado en el
cargo, cometiendo desliz tras desliz y acusaciones a quien ni siquiera debe
hacerles como a la Ministra de Educación, Marilú
Martens y al de Vivienda, Edmer Trujillo. No sabemos hasta cuando se
aguanta a este sinvergüenza que debe
dejar, de una vez por todas por pícaro y siniestro, la administración pública.
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Fuentes del Ejecutivo informaron
que Zavala estará temporalmente en la cartera de la cual fue titular, entre el 2005 y el 2006. El Gobierno, por decisión de Kuczynski, quiere apostar en este
portafolio por Luis Oganes, Director
Global de Investigación de Mercados Emergentes del Banco de Inversión J.P. Morgan, desde hace muchos años (1997).
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Este renombrado economista
también fue Profesor del Departamento de
Economía de la Universidad de Nueva York, entre 1993 y 1977. Mantiene una
excelente relación con el Presidente de la República y con el propio Zavala. Lo que se sabe es que aún no ha respondido a la propuesta que le ha
hecho el Ejecutivo peruano.
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En el bolo de posible
reemplazante de Thorne apareció Luis Carranza, quien estuvo a punto de asumir
nuevamente el MEF. Lo encabezó en el segundo gobierno aprista de Alan García y ahora es Presidente del Banco
de Desarrollo de América Latina, la antigua Corporación Andina de Fomento (CAF) que era el brazo financiero de la Comunidad Andina.
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También se habló de la
Congresista Mercedes Aráoz. Pero lo
real es que ella se lleva muy mal con el cogollo parlamentario del fujimorismo.
Además, el nombramiento a su favor permitiría exponerla como se hizo con el Primer Vicepresidente, Martín Vizcarra, quien tuvo que
renunciar al Ministerio de Transportes y Comunicaciones por la presión de la
mayoría.
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Lo ocurrido con Thorne dio lugar a que no se censure al
Ministro del Interior Carlos Basombrío Iglesias.
Así lo aseguró inclusive, con un cinismo imperdonable, uno de los jerarcas de Fuerza Popular y del fujimorismo: el Congresista Daniel Salaverry.
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La tensión fue evidente durante
la sesión de interpelación. Hasta se registraron exabruptos de parte de los fujimoristas, Karina Beteta y Bienvenido Ramirez.
Ellos, sin ton ni son, pidieron la renuncia de Basombrío.
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Por su parte, la Vicepresidenta
del Congreso, Rosa María Bartra,
dijo anhelar que el Ministro Basombrío haya tomado nota de las
observaciones dadas en el pleno y muestre resultados muy pronto. La amenaza latente y permanente
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Para Héctor
Becerril, uno de los más intransigentes de Fuerza Popular, con pasado
matonesco en los fundos agro industriales de Pomalca y Tumán allá en Lambayeque
como fuerza de choque y seguridad, “le falta mucho al Titular del Interior. A
las claras se nota que no hay empatía con los altos mandos policiales”, sostuvo. ¡Qué tal acusación para vaga y nebulosa!
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Mucho más cautos fueron los
apristas. Para el vocero de este partido, Javier
Velásquez Quesquén, sería insensato tomar medidas extremas por un tema
comprobado: el Ministro recién lleva diez meses en el cargo. Hace apenas cinco que se le han dado facultades
para armar el diseño de su plan. Ha explicado sus falencias y sus avances.
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Felizmente que se le brindó apoyo y se le
escuchó, como debía ser al representante del Ejecutivo. Lo otro-la censura-
hubiera sido el colmo. La demostración
fehaciente de que se quiere crearle problemas por gusto al gobierno de PPK
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Una verdad es que el Ejecutivo y
el Legislativo están en manos distintas. Los primeros, con PPK a la
cabeza, tienen la obligación de gobernar para favorecer a las grandes mayorías.
Por su parte, los de la oposición del Congreso de hacer leyes y fiscalizar.
Ambos tienen que ponerse de acuerdo en un programa amplio. Pero también determinado y de resultados. La gobernabilidad es una necesidad. Urge conseguirla por intermedio del diálogo
efectivo.
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Ha saltado a la palestra de la
actualidad noticiosa, nuevamente, el indulto humanitario al ex presidente reo
en cárcel y con 25 años de prisión, Alberto
Kenya Fujimori Fujimori. Todo empezó
con las declaraciones del Presidente Kuczynski al semanario inglés ”The
Economist” Alii en ese medio se dijo que
el caso se está evaluando.
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Las reacciones no se dejaron
esperar. Fue el hijo menor del ex mandatario, el congresista Kenji Fujimori que se dirigió
respetuosamente a PPK desde su cuenta de Twitter: “Es hora de voltear la pagina. Le estaré eternamente agradecido”
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Mientras que su hermana Keiko, la ex candidata presidencial,
en tono imperativo y directo le pidió que lo indulte, recordándole que lleva
meses evaluando el caso. “Llegó la hora de actuar y haga uso de su potestad”. Esos fueron sus términos y así se lo dijo:
de forma destemplada..
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Lo que se requiere en este caso,
como medida acertada, es que se actúe con cautela y justicia, dejando de lado el aprovechamiento político
de ambos lados. Si el indulto humanitario sirve para cerrar heridas de la
sociedad peruana de los últimos años que venga, con pleno respeto de los
reglamentos en el Poder Ejecutivo. Nada de vulnerar el ordenamiento legal,. Clamor mayoritario de la ciudadanía. (Noé)
