martes, 25 de agosto de 2020

EL EMPERADOR SE VA...

 Se va como un delincuente, huyendo, temblando, en la madrugada, mientras su pueblo automático reemplaza con un solo ademán el casco de punto por un gorro frío. Fuga el Rex Imperator, el mar grave de Brandeburgo, el hombre de la espada afilada que creía haber firmado con Dios, como David el pacto eterno que cantaban los Levitas en el libro de los Paralipómenos. A decir verdad, nos desconcierta porque esperábamos de este soberano de teatro una salida de quinto acto.

En vano Queiroz, sutil profeta, nos había prevenido que llegaría pedestremente a cualquier Hotel Metropole con la corona en la valija. Nosotros suponíamos una carga al frente de los húsares y la gran capa cuajada de sangre y lodo, mientras el moribundo balbuceaba una frase histórica. Le mirábamos en un avión enrojecido de poniente, subir más alto que las nubes, pero luego caer, en vuelo vertical como ave herida,

O siquiera Almirante de su flota silenciosa con pabellones negros aparejar al norte de misterio y de bruma para el poster combate naval que lo desposara con el mar. Pero escapa a Holanda en su confortable vagón pulman envuelto en un cómodo abrigo de pieles, leyendo sin duda en el trayecto, a su autor favorito Jorge Ohnet. El hombre de rapiña ha engañado al mundo con su disfraz de león. Hasta ayer pertenecía a la tragedia, hoy pertenece al vaudeville.

Puerta de Brandeburgo - Wikipedia, la enciclopedia libre

Puerta de Bradeburgo en Alemania

Es un figurante más en ese carnaval de reyes sin destino que transitan-melancólicos y aburridos haraganes-por la novela de Alphonse Daudet. Heine decía que la historia es el viejo guardarropa del espíritu humano. Su viera conocido al soberano que aborreció su memoria y desterró su efigie del palacio de Corfú, repetiría el irónico pensamiento.

DISFRACES

Ningún cómico tuvo más disfraces. Almirante nominal, jefe honorario de 20 ejércitos, no le bastaban los éxitos locales a este primer tenor que buscaba por escenario el mundo. Cuando subió al trono en 1888, Bismarck meneando la cabeza de mastín decía: “dará que hablar este chiquillo”. Ha dado sobre todo que maldecir, pero fueron casi inocentes los comienzos del romántico perverso.

Quiso, según el precepto de Gautier, ser musulmán en Constantinopla y beduino en Arabia. ¿Con cuál disfraz no se le ha visto en los periódicos ilustrados de veinte años? Su biografía es verdaderamente un inventario de guardarropa.

 Vestido de general de los tiempos de Federico II, con el fez que adoptó en Constantinopla, bajo el casco del águila o su gorro marino o la visera de terciopelo. yatchman, baja y cazador ante el Eterno- cuando no fingía en los fiords del país de Ibsen la actitud de un nórdico espectador de cisnes. O un romántico y tenebroso Werther de opereta pasaba semi oculto en su conocida góndola para visitar en el Gran Canal, a su Carlota de Venecia.

Pero súbitamente se acordaba de Dios, de su padre que estaba en los cielos fabricando reyes. Y he aquí a su asociado terrestre que arruga el ceño para recordar al mundo que Alemania ha inventado la pólvora. 

 upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/18/Geo...

Jorge Ohnet, novelista frances de exito

ALEMANIA

Al visitar las fábricas de cañones solo piensa en entonar alabanzas al Altísimo, en hacer como dice la Biblia “notorias sus invenciones en los pueblos”. Con su ayuda segura vencería a todos los enemigos de Israel.

Tomaría, como el rey David, al gigante de los 24 dedos y los mil carros de a cuatro caballos y todas las tierras de Amon y de Moab. Y del oratorio donde afilaba su espada santa, pasaba sin transiciones a su intimidad de sargento bromista, aficionado a la mala literatura y la buena cerveza.

Alemania aceptaba sus excentricidades, seducida por el estudiante de Heidelberg que parecía tener en grado sumo lo que a ella le hace falta escandalosamente: flexibilidad de espíritu y la fantasía que ha perdido. Le perdonaba lo que era más difícil excusar: que fuera un estratega deplorable y un compositor mediocre en el país de los grandes generales y de Wagner.

Porque en la vieja Alemania cataléptica solo este hombre parecía vivir: los demás eran autómatas. ¿No tenía acaso como el prusiano Mefistófeles, el don de la perpetua juventud y su maligna actividad? En todo caso, el demonio insolente de Goethe lo ayudaba en sus empresas temerarias y el doctor Fausto, su amigo y cómplice terrestre, estaba inventando gases asfixiantes en su laboratorio de Berlín. (Para mí el genio de Goethe no consiste solamente en haber creado el tipo representativo de Alemania, sino en adivinar que este representativo es un doctor)

Lista: Ciudades Mas Antiguas De Alemania.+}

Alemania antigua

FATIGA

El Emperador se fatigó muy pronto de la admiración de los siervos de la gleba alemana. Yo no sé si, como su regio cómplice, Fernando de Bulgaria murmuraría en su balcón, cuando la multitud lo aclamaba en la calzada obscura: “¡Cómo hiede mi pueblo!”. En todo caso, cuando desfilaban sus soldados rígidos, debía pensar: “¡Qué gansos!

Entonces cortejaba a los políticos de Francia en su yate lírico, ibas a los bastidores de un teatro de Berlín a felicitar a los artistas parisienses. Y la imperial pareja se extasiaba ante los trajes llevados, en tren especial por una costurera de París. Así Nerón prefiere la enhorabuena de Petronio al favorable delirio de su plebe romana en la cloaca del circo.

Y no al azar y de paso recuerdo este nombre condenado. Nada me ayuda a comprender el alma del romántico perverso de Berlín como las soberbias páginas sobre Nerón en el Anticristo de Renán. Se parecen-¡hasta en las cualidades!- como puede parecerse un latino nervioso a un alemán macerado en cerveza

La misma hipérbole, igual cabotinismo exasperado que lleva al circo o a Bagdad, la misma afición al arte colosal que notaba Renán-Laocoonte en Roma, gigantes palacios en Berlín-y la urgencia de acaparar todas las disciplinas citarista o compositor de ópera, pero mal “corega” siempre. Nerón acabó por odiar a los romanos, prefiriendo, por más artistas, a los griegos. 

Kaiser Wilhelm II of Germany - 1902.jpg

Guillermo II con la mirada en París,

FRASES

Con la mirada puesta en París, soñando tal vez melancólicamente en haber sido Emperador de Francia, Guillermo II, durante algunos años, solo tuvo frases afables para todo francés de tránsito. Pero los griegos de esta Atenas se burlaron siempre del imperial cabotín. En fin, las brutalidades con la Emperatriz nos recuerdan la muerte de Popea: aquella bata bordada con que Nerón daba audiencia en el Senado es tan famosa como los uniformes del otro. Y la cuadriga victoriosa equivale al triunfante yate de las regatas.

Roma y Berlín aceptaban todo de su príncipe y el príncipe lo creyó todo permitido. ¡Que digo! Almas esclavas del mundo entero admiraron los trajines internacionales y las inesperadas actitudes de este Frégoli emperador. Al todo poderoso Señor de los cañones no le bastaba, sin embargo, con esta admiración de unos cuantos, sino exigía la arrodillada veneración del Universo. Entonces su insolencia ilimitada provoca a duelos de pueblos, entonces se detiene en unas maniobras de Inglaterra para decir en alta voz, cuando acaba de pasar el “despreciable y menudo ejército de mas tarde:

-Muy bien, pero ¿en dónde están los otros?

Y como un excelente cómico, después del chiste final se va por los bastidores a galope. Entonces, disfrazado, llega un día a la Embajada francesa de Berlín, entreabre el manto para que el lacayo lo reconozca y pasa enseguida a exigir al Embajador que no sea presidente de la República un candidato favorecido ya por los sufragios.

La casa Krupp

AMO DEL MUNDO

Todavía es el comediante, el tragediante vendrá luego. Sabe que el mundo le teme porque su pueblo es fuerte, afortunado. El mundo le ve afilando su espada en la rueda de la fortuna. Como un ademán puede destrozar la frágil y temerosa paz. Ya el olímpico destino que nadie podía dominar según el sentir griego, parece residir en la casa Krupp. ¿Qué fiesta pueden darle a Nerón fatigado de omnipotencia?  El reinado de Roma o la catástrofe de Europa.

La guerra, “la guerra fresca y alegre, como el decía, iba a completar el guardarropa del viajero. Entraría a capitales aterradas, en un caballo blanco, erizado el casco argentino de nuevos penachos con mantos de nunca vista rutilancia. Y, bajo el arco de Hugo, mirando al pueblo magno en servidumbre se sentiría amo del mundo

Pero el Dios invocado y aliado era Jehová cambiante que humilla o levanta del polvo, según el humor de cada día, al pueblo de la dura cerviz. El angel del señor fue haciendo estragos en todos los términos de Israel-la frase no es mía sino del Viejo Testamento- y se derrumbó el imperio como esas construcciones de sus metafísicos, esos palacios espirituales de Hegel que son hoy ruinas pintorescas.

Abandonado y maldito como el romano, huye este Emperador sin dignidad y sin “penacho” que pudo ofrendar su vida después de haber malgastado tantas. Pero yo estoy seguro de que al partir en el vagón confortable en que llevaba sus uniformes-y para el largo tránsito las novelas de Jorge Ohnet mientras le saludaban militarmente los mariscales fieles, los cómplices de la vasta iniquidad, él dijo suspirando-como el otro:

- ¡Que artista pierde el mundo! Editado, resumido y condensado del libro titulado  “Obras Escogidas de Ventura García Calderón”, destacado intelectual peruano que, con sus estudios, rescata los orígenes culturales de este país. Nació por un azar patriótico en Paris, retornó al Perú donde estudió. Posteriormente volvió a Francia en 1905 salvo cortos intervalos por aquí, Rio de Janeiro y Bruselas hasta 1959 en que murió, siempre habitante de la ciudad luz)

No hay comentarios:

Publicar un comentario